Incoherencia total: Maduro
entre Leopoldo y Luisa
LAS FIERAS NO SE SATISFACEN CON CARROÑA
Popayán, 8 de julio
de 2017
El hecho de que el Tribunal
Supremo de Justicia TSJ de Venezuela otorgara el arresto domiciliario al opositor
y cabeza del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, en la coyuntura crítica
que vive ese país, envía una serie de mensajes contradictorios respecto del
balance, perspectiva y control que el gobierno tiene en la actual situación.
En una primera aproximación se
podría afirmar que el gobierno, que es quien realmente está detrás de la decisión
jurídica, está más preocupado por la rebelión institucional que encabeza la Fiscal
Luisa Ortega Díaz y de los funcionarios de esa rama del poder público, que del
poder que tiene la oposición (MUD) para desestabilizar la convocatoria de la Asamblea Nacional
Constituyente con el plebiscito del 16 de julio próximo.
Todo indica que el TSJ quiere
legitimarse ante el pueblo para poder lidiar con la rebelde fiscal que no acata
ni se atemoriza ante las últimas decisiones asumidas por ese Tribunal. Sin
embargo, si procedieran a destituir y apresar a esa alta funcionaria en las
siguientes semanas, ello podría provocar un fortalecimiento de la oposición, y un
rechazo más fuerte de sectores de la sociedad que han permanecido a la
expectativa.
Lo que es totalmente incoherente es
que se le otorgue ese beneficio a un dirigente de la MUD caracterizado por su
fanatismo guerrerista mientras el gobierno afirma que el país está en riesgo de
ser intervenido por el imperio gringo. No se entiende que, mientras –según el
gobierno– están en curso varios complots cívico-militares para dar un golpe de
Estado, si el país está asediado por enemigos internos y externos, se “libere”
a López, decisión que en vez de neutralizar a los contrarios los alienta a fortalecer
la presión.
Es evidente que la oposición al gobierno ya canta victoria. La “casa por cárcel” para ese dirigente de la derecha extrema es una bocanada de aire fresco para los sectores más radicalizados de la MUD, que se empezaban a agotar en medio de su desaforada campaña de violencia. Esa concesión del gobierno es leída por opositores nativos y extranjeros en código de triunfo e interpretada como debilidad y no como fortaleza. Las fieras hambrientas no se sacian con “carroña” cuando ven que la presa está a su alcance.
Es evidente que la oposición al gobierno ya canta victoria. La “casa por cárcel” para ese dirigente de la derecha extrema es una bocanada de aire fresco para los sectores más radicalizados de la MUD, que se empezaban a agotar en medio de su desaforada campaña de violencia. Esa concesión del gobierno es leída por opositores nativos y extranjeros en código de triunfo e interpretada como debilidad y no como fortaleza. Las fieras hambrientas no se sacian con “carroña” cuando ven que la presa está a su alcance.
Lo que se observa –desde la
distancia– es que el gobierno le teme más, por ahora, a la rebelión dentro de
sus propias filas (caso de la Fiscal Ortega), que a la capacidad de
movilización de la MUD. Los cálculos que se hacen es que la oposición logre congregar
en el plebiscito a importantes porciones de población en algunos sectores de
Caracas y de los estados de Táchira y Zulia, pero en el resto del país, que es
donde el gobierno tiene asegurada la participación en las elecciones de la ANC
con base en el manejo del presupuesto gubernamental y el poder estatal, la
participación se prevé minoritaria.
Es fácil ver que el
círculo que maneja el presidente Maduro no logra desarrollar una estrategia que se corresponda con los hechos recientemente ocurridos. Las
acciones de fuerza del vice-presidente Tarek El Aissami y de los colectivos
bolivarianos en la sede del parlamento (AN), las amenazas de utilizar las armas
que hace el mismo Maduro y Cabello, las medidas del mismo TSJ frente a la disidente
Fiscal, la ineficacia frente a actos como el del helicóptero robado, todo eso y mucho más, dejan ver que el
gobierno actúa sin ninguna capacidad de control sobre sus propias fuerzas.
Es la inercia y la incapacidad de
sus opositores lo que lo mantiene en pie.
Y en medio de ello, la Fiscal
General y sus allegados, se van posicionando como la cabeza de un “tercer
sector” que puede convertirse, hacia el futuro, en una alternativa política frente
a las cúpulas del gobierno y de la MUD, que en medio de la polarización se han
ido desgastando frente al grueso de la población. Las mayorías venezolanas a lo que aspiran
es a encontrar soluciones concretas al desabastecimiento de alimentos y medicinas,
a la inflación descontrolada que debilita la capacidad de compra (salarios) de
los trabajadores y a la corrupción de amplios sectores de la administración pública,
incluidas las fuerzas armadas.
La conclusión para las fuerzas democráticas es que si se quiere construir ese “tercer sector”, hay que ser muy cautos y prudentes. Deslindarse con claridad de ambos sectores polarizados en defensa seria y no oportunista de la Constitución de 1999, sería la mejor actitud.
La conclusión para las fuerzas democráticas es que si se quiere construir ese “tercer sector”, hay que ser muy cautos y prudentes. Deslindarse con claridad de ambos sectores polarizados en defensa seria y no oportunista de la Constitución de 1999, sería la mejor actitud.
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