jueves, 19 de abril de 2012

IZQUIERDA COLOMBIANA: DISPERSIÓN Y REAGRUPAMIENTO

IZQUIERDA COLOMBIANA: DISPERSIÓN Y REAGRUPAMIENTO

Popayán, 19 de abril de 2012

La izquierda colombiana – especialmente el Polo Democrático Alternativo – entró en una creciente etapa de dispersión. Es – a la vez – una nueva fase de reagrupamiento en torno a proyectos alternativos. Puede traer resultados positivos o negativos de acuerdo a la madurez o inmadurez con que se maneje el proceso de separación y/o nuevas unificaciones.

La dispersión puede ser mediante separaciones tranquilas o – como ya ocurrió en el caso de Petro –, traumáticas y conflictivas. También, depende de la forma como se aborden los nuevos reagrupamientos que pueden ser uniones por conveniencia o reagrupamientos auténticos y creativos.

Es difícil – se entiende – reconocer la necesidad del divorcio. Sin embargo, la mejor forma de actuar, la más sana, es aceptar la realidad. Para ello es necesario remitirse a las causas que provocan tal situación. Dichas causas se pueden clasificar entre aquellas que vienen desde el momento del “casorio”, y las que se relacionan con el proceso de vida en común.

Las primeras se refieren a las condiciones en que se une la “pareja”, si es un matrimonio por conveniencia, concertado por intereses materiales de los contrayentes o de sus allegados, o si es una unión “integral”, fruto de una aceptación plena y madura.

Las segundas tienen que ver con la vida “matrimonial”. Pueden ser de acercamiento armónico (etapa de conocimiento mutuo, de construcción de lazos de afecto, conquista de logros conjuntos y comunes, etc.) o de distanciamiento creciente (donde se alimentan celos, enfrentamientos, desamores, rivalidades, etc.). Por lo general, ambos tipos de comportamiento se manifiestan en forma entrelazada y compleja, agudizando y tensionando las “situaciones de equilibrio inestable”[1].

El matrimonio por conveniencia y sus consecuencias

En el caso del Polo Democrático Alternativo los problemas vienen desde el momento mismo de su conformación. Fue un matrimonio múltiple por conveniencia. Todos los sectores comprometidos ganaban con el acuerdo marital – provocado y motivado por la aprobación de la reforma política de 2003 –. Consecuentemente, todos los sectores obtuvieron logros y beneficios iniciales.

Una de las mayores deficiencias que tuvo el acuerdo de vida jurídica en común, fue que mientras unos sectores le dieron máxima importancia a los postulados programáticos (propósitos del matrimonio, “ideario”), otros sectores – más pragmáticos – no se preocuparon al detalle del asunto. Éstos últimos que estaban en ese momento más preocupados por asuntos prácticos de la política electoral (Alcaldía de Bogotá, etc.) se dejaron llevar al terreno de construir un contrato (“ideario” y estatutos) que correspondía a una especie de matrimonio canónico (“sólo la muerte nos separa”), mientras que el proceso en desarrollo solo daba para establecer un “frente electoral” (oficializar y reglamentar el matrimonio por conveniencia).

En realidad las condiciones y la calidad de las fuerzas y relaciones establecidas sólo daban para realizar un matrimonio civil y “moderno” – con cláusulas precisas y claras respecto de las condiciones para la separación y otros asuntos relacionados (capitulaciones) –, lo que hubiera permitido una convivencia más libre, flexible, basada en confianzas en construcción y no en principios y propósitos absolutos propios de un partido completamente estructurado.

En los matrimonios entre las personas pasa que entre más libertad haya para la separación más posibilidades de mantenerse unida tiene la pareja, mientras que en las relaciones “cerradas”, donde las ataduras legales y los intereses en juego maniatan a las personas, la convivencia se deteriora a niveles inimaginables. Esto último fue lo que sucedió en el Polo.

Es decir, no fuimos conscientes de que el matrimonio era por conveniencia, idealizamos la unidad (el supuesto amor), y construimos un contrato que sólo una parte de los cónyuges se leyó hasta en la letra menuda. Error de apreciación y valoración inicial.

Aquí existe una gran paradoja. Mientras que la pareja que exigía un contrato detallado y “bien molido” nunca estuvo dispuesta a entregar sus activos y pertenencias a la unión conyugal (el MOIR y el PCC nunca han estado dispuestos a diluirse), la otra pareja (PDI) en medio de su pragmatismo – que en este caso fue una especie de liberalidad irresponsable – diluyó sus fuerzas con cierto desparpajo, conscientes sí de que sus mínimos ideales y sus activos militantes afectivos estaban construidos desde mucho tiempo atrás (vida y experiencia adquirida en el M-19 y en otras experiencias políticas).

Son paradojas de ésta interesante experiencia política, que bien asimilada nos puede enseñar mucho hacia el futuro.

La convivencia

Viene la etapa de convivencia. En una primera fase ésta unión de hecho y de derecho estaba representada por dos personas supremamente preparadas, maduras, inteligentes, idealistas y a la vez prácticos. Ello se convirtió en una verdadera luna de miel para el Polo y en una esperanza para el pueblo colombiano.

Carlos Gaviria Díaz y Antonio Navarro Wolf, no eran dos novios enamoradizos que se dejaran llevar por el arrebato. Ellos sí que entendían bien su casamiento. Ambos colocaban idealismo, principios, generosidad; se entregaron con alma y cuerpo a armar la estructura, a construir el partido, creyendo de verdad en el proyecto. Cada uno con su estilo y método, con su visión democrático-liberal y una alta carga espiritual y social, aportaron lo mejor de sí mismos a la tarea sublime de organizar a los verdaderos demócratas y al pueblo colombiano en un proyecto político con perspectivas de gobierno y poder.

En la práctica el matrimonio por conveniencia – en cabeza de estas dos figuras de la izquierda colombiana – empezó a consolidar el matrimonio, aunque por dentro, y esa es una de las causas visibles del resultado final, cada uno de los sectores y demás personalidades que estaban comprometidos en ese matrimonio, no lograban asimilar los diversos comportamientos y procesos que hacían viable – hasta entonces – la experiencia conjunta.

Pasa como en los matrimonios inicialmente exitosos. La unión de intereses catapulta los esfuerzos de cada cual, y cada uno obtiene triunfos significativos (Alcaldía de Bogotá, importante votación a la presidencia, acceso a diversos cargos de elección popular), pero a la hora de compartir esos logros se dan cuenta que tienen convicciones y formas de ver el mundo de manera diferente.

Podríamos decir que en la hora de compartir lo logrado es donde aparecen las desavenencias. ¡El matrimonio no maduró! ¡No se estaba preparado para el éxito! ¡Faltó pasar por las penurias para consolidar la unión! A la hora de ser gobiernos – locales y regionales – y de ejercer funciones administrativas y políticas… ¡saltaron las diferencias![2]

Después, lo que ocurrió ya lo sabemos todos. Antonio Navarro Wolf, sin que se discutiera en colectivo, prefiere irse a hacer política y administración en Nariño. Su lugar lo ocupa – en medio de empellones con otros dirigentes provenientes del PDI – Gustavo Petro. La otra cabeza de la pareja, Carlos Gaviria, no se entiende con su reemplazo. Es importante anotar que nunca se oficializó esa sucesión mediante algún tipo de acuerdo. Por el contrario, desde el principio se presentaron roces y desavenencias frente a una serie de comportamientos no consultados ni acordados – especialmente la actitud de Petro frente al conflicto armado –. Es así como poco a poco Carlos Gaviria termina por alinearse al lado de quienes inicialmente conformaban Alternativa Democrática AD (MOIR, PC y otras agrupaciones).

La aparición de los hijos

Ante la ausencia de Antonio Navarro, la cabeza bipartita del Polo Democrático Alternativo se resquebrajó. No se mantuvo el balance inicial que garantizaba ciertos niveles de equilibrio dinámico. Mientras tanto, los hijos del matrimonio – todos “entenados”, es decir obtenidos por cada sector en casamientos anteriores –, van asumiendo mayor protagonismo y se inicia una alocada carrera por la “sucesión”. El I Congreso del Polo fue una expresión de esa lucha.

Así, en ese ambiente de rencillas, cundió el desorden. Llegó a la Alcaldía de Bogotá Samuel Moreno, quien en medio de la disputa también quiso construir su propia carrera hacia la Presidencia de la República, y como el matrimonio estaba en plena disputa, nadie se apersonó de controlarlo, de exigirle un mínimo de comportamiento acorde con el contrato (“Ideario”), y así sucedió lo que tenía que suceder.

Esta situación que se presentaba a nivel nacional – de una u otra manera – se replicaba en las regiones y localidades. Cada sector trabajaba para su grupo y supuestamente para el Polo. No se construyeron relaciones estrechas, trabajos y logros verdaderamente conjuntos y colectivos. Y así, la lucha por monopolizar las conquistas y espacios que se fueran obteniendo enfrentaron a los hijos y herederos del proceso.

Siguiendo con la analogía del matrimonio, éste no produjo hijos “propios”. Por el contrario, cuando ya era evidente que ese maridaje no duraba mucho, en las últimas elecciones (2010) se arrimaron nuevos parientes para participar y aprovecharse de los últimos réditos que podía producir el proyecto en sus últimos días de esplendor. Y así fue, así ocurrió. Hoy, ya no están o si están lo hacen formalmente por el problema del aval.

El panorama actual

En términos generales hemos descrito lo ocurrido con el Polo Democrático Alternativo, porque de alguna manera en ese proyecto fincamos las esperanzas o estuvimos a la expectativa todas las fuerzas y personas que nos consideramos de izquierda en Colombia. Incluso, personalidades y sectores de diversas tendencias políticas – no propiamente de izquierda – también estuvieron expectantes sobre el devenir y el futuro del proceso.

Hoy el panorama – mirado en su conjunto y en forma sintética – se está configurando de la siguiente forma:

1. La pareja inicial (PDI-AD) terminó separada. Algunos parientes “se abrieron” sin hacer mucho ruido. Lucho Garzón lo hizo una vez salió de la Alcaldía de Bogotá. Otros como Angelino Garzón, de tiempo atrás ya había mostrado que podía pasar sin mayor rubor de una familia a otra, cuadrándose con quien mejor oferta le hiciera. “Gajes de la política”, dirá cínicamente.

2. Una parte pequeña del PDI (Anapistas, Dussán y otros), se quedaron en el Polo al lado del MOIR y una parte del PCC. Éste último partido está sufriendo su propio viacrucis fruto de haber estado dentro del gran matrimonio sin ser consciente de todos los riesgos y sin darse cuenta de que nuevas fuerzas sociales reclaman nuevos desarrollos políticos.

3. Los demás grupos que provienen de otras tendencias políticas nacionalistas, socialistas, etc., se están arrimando paulatinamente a dos procesos socio-políticos con alto contenido social (Congreso de los Pueblos y Marcha Patriótica) que aspiran a recoger algunos de los resultados (haberes, elaboraciones, influencias) que fueron fruto del proceso del Polo o que han venido construyendo por cuenta propia.

4. El grueso del PDI - que salió con Petro – ya tienen la figura de “movimiento progresista” con un origen netamente ciudadano. Están en el proceso de asimilar lo ocurrido y de organizar su propio proyecto político. Dependen en gran medida de los resultados del ejercicio que pueda realizar Petro en el Distrito Capital, lo cual puede facilitar que el proyecto nacional se vaya consolidando paulatinamente desde las regiones, y que después de todo lo sucedido se afronte la construcción de “Progresistas” mediante un proceso más meditado y pausado.

5. En el caso de otros sectores que estuvieron a la expectativa de integrarse al Polo pero que por motivaciones de diverso tipo no dieron el paso (liberales, ASI, comunales, verdes), ya están en el proceso de búsqueda de una alternativa política conveniente.

Algunas reflexiones para el futuro inmediato

Lo que estamos describiendo es lo que ocurrió y está en pleno desarrollo. No se trata de “echar culpas” y “rasgar vestiduras”. “A lo hecho pecho”. Ante los nuevos reagrupamientos debe haber el mayor respeto y consideración, alimentando desde un principio una actitud de solidaridad y comprensión.

Al fin y al cabo, Colombia como Latinoamérica es fruto de un desarrollo complejo, desigual, no lineal. Nuestra composición étnica es diversa, el desarrollo económico es desigual en las regiones, hemos vivido etapas y tiempos de desarrollos superpuestos, y las diversas clases y sectores de clase se manifiestan por medio de diferentes propuestas políticas. Es natural que existan muchas tendencias, el arte es juntarlas para cada coyuntura de acuerdo a las necesidades del movimiento.

“No pudimos en éste nuevo intento”. Sin embargo las necesidades políticas del pueblo para enfrentar los graves problemas que estamos viviendo deben hacernos reflexionar para que nuevos procesos de unidad puedan fructificar en beneficio de las mayorías nacionales.

Lo principal es aprender de la vida, de la experiencia. La izquierda colombiana – a pesar de estar pasando por un mal momento – muestra, con la aparición de otras propuestas alternativas (Congreso de los Pueblos, Marcha Patriótica y “Progresistas”) que tiene las suficientes reservas para reconstituir un proyecto en el que indudablemente estará el Polo Democrático Alternativo, que a pesar de los deslizamientos que pueda tener, mantiene fuerzas cohesionadas que no van a dejar perder sus principales herencias y van a tratar de ponerse a la altura de los retos.

La principal lección tiene que ver con los errores y equívocos que surgen de querer construir estructuras “cerradas” cuando la vida nos viene demostrando que los sistemas vitales, sociales y mentales requieren de estar en permanente retro-alimentación con el entorno. Es indispensable entender que los “equilibrios” sólo son temporales, que las energías acumuladas inevitable y permanentemente entran en fases de “disipación”, y que por lo tanto, debemos estar en disposición de morir a diario y vivir en una especie de “desequilibrio moderado y controlado”.

En América Latina frente a los bloques de poder oligárquico e imperial han triunfado movimientos plurales, coaliciones de diferentes sectores que en unas partes asumen la forma de “movimiento”, en otras de “frente”, en los que unos sectores y/o personalidades más preparados para interpretar los intereses y el “estado” de las masas populares, los han liderado, pero en donde los demás sectores están a la expectativa de relevarlos en el momento más conveniente.

Es la lucha de contrarios. Es el desarrollo de “complejidades no lineales” que deben ser entendidas en toda su dimensión para apuntar al eslabón que controla toda la cadena durante un momento – un tiempo – y que, así mismo, es seguido de otros momentos – otros tiempos –. Si entendemos esas temporalidades, podremos acertar y darle continuidad a nuestros esfuerzos y aciertos.

La tarea del momento es realizar bien los reagrupamientos, sin vanguardismos y descalificaciones a los otros proyectos políticos. Asimilar las duras lecciones del pasado, afrontar y compartir los espacios y luchas del movimiento social con mucha madurez y apertura mental (ejemplo que ya nos dieron los estudiantes), no despreciar ningún campo de acción de la izquierda en donde podamos arrebatarle poder a la oligarquía, saber que nuestro país es hoy mayoritariamente urbano, donde han aparecido nuevos sectores sociales como los trabajadores “precariados” y el “proletariado informalizado” que requiere en las ciudades y centros urbanos de trabajos políticos de nuevo tipo, que todos podemos crecer y multiplicarnos siempre y cuando aprendamos y nos dejemos conducir de nuestro pueblo, que a diario envía mensajes de urgencia pidiendo espíritu amplio, flexibilidad, comprensión humana y capacidad crítica.

La aparente dispersión puede ser transformada rápidamente en un nuevo tipo de unidad, más respetuosa y creativa, en donde cada fuerza identifique sus fortalezas y potencialidades así como sus debilidades y amenazas. No es difícil darle un vuelco a la situación, todo depende de la generosidad y de la convicción que le pongamos.

Esperamos que este aporte contribuya con esa tarea.



[1] En realidad todas las situaciones de la vida material, física, social, mental, son de “equilibrio inestable”. Ver: “Termodinámica y complejidad. Una introducción para las ciencias sociales y humanas” de Carlos Eduardo Maldonado. http://www.carlosmaldonado.org/articulos/Termodinamica.pdf


[2] El tema de “cómo ha gobernado el Polo” no se ha explorado y estudiado suficientemente. Pero sí es un tema a profundizar dado que ha sido un Talón de Aquiles para la izquierda colombiana y está en el centro de los debates de los movimientos democrático-nacionales del continente americano.

lunes, 16 de abril de 2012

LA ALIANZA BOLIVARIANA “ALBA” NO AGUANTÓ EL VOLTAJE

LA ALIANZA BOLIVARIANA “ALBA” NO AGUANTÓ EL VOLTAJE

Popayán, 16 de abril de 2012

La Cumbre de Las Américas fue una prueba no superada por la Alianza Bolivariana para Las Américas ALBA. Tres posiciones salieron a relucir antes, en y después de realizada la Cumbre en Cartagena.

Evo Morales fue el único presidente del ALBA que resistió el alto voltaje a que se llegó en éste evento continental. Correa jugó mediante la ausencia, con lo cual reforzó la exigencia expresada por Santos en su discurso inaugural en donde afirma que “sería inaceptable otra cita hemisférica sin una Cuba presente”[1].

Venezuela y Nicaragua jugaron a medias. Las delegaciones estuvieron presentes pero los presidentes no asistieron. Se auto-excluyeron dejándoles el encargo a sus cancilleres que no sabían qué hacer. Al final se los vio – por un lado – a la cola de Santos, y por el otro, refunfuñando frente a la soberbia de los vetos imperiales. Poco de estrategia y de efectividad.

Quien sacó en verdad la cara por el bloque latinoamericano fue Dilma Russef, la presidenta de Brasil, quien acusó de frente a los EE.UU. y a Europa de estar exportando su crisis económica hacia América Latina, inundando de dólares baratos a la región en detrimento de la estabilidad monetaria de nuestros países. Ella sí que apunta a la yugular.

Santos – a pesar de no haber logrado ningún consenso sobre los temas álgidos (Cuba, Las Malvinas y lucha contra el narcotráfico) – se apunta su primer gran triunfo, al erigirse como una figura alternativa frente a EE.UU., como se había previsto en anteriores artículos[2]. Además, a nivel interno logra un gol que ya estaba cocinado, como era la visita bilateral de Obama y sus anuncios sobre el TLC y otros temas menores.

Obama es el gran damnificado. Así no se haya movido un ápice en sus posiciones frente a los temas sensibles, la presión que tiene por la campaña electoral lo mantuvo inmóvil. Sólo se dedicó a sacar el balón de su portería. Deja el sabor de haber sido sacudido por una avalancha de jugadores que ya no se alinean en su equipo y que prefieren actuar – como lo hizo Santos en su alocución inicial –, del otro lado del campo de juego.

Lastimosamente un actor tan importante como la ALBA no fue capaz de enfrentar el reto con sus titulares. Prefirieron jugar al W (Correa), colocar a sus suplentes (Venezuela y Nicaragua) y dejar sólo a Evo, quien por más que practica el futbol sintió la ausencia de sus coequiperos.

El reto lo ha colocado la Gran Burguesía Latinoamericana. Dilma Russef se erigió como la líder de la región, sacó su casta, pero el ambiente que quedó es que han aparecido nuevos competidores en el entorno y que ya no basta con la retórica anti-imperialista.

Ahora es frente a frente. O se lidera con convicción y sin complejos, o le dejamos el escenario a quienes vienen a sacarnos del partido. El frente social de los pueblos no se sintió representado por los presidentes pero tampoco jugó con peso ni adentro ni fuera del estadio. Nos toca afinar. Adentro y “por arriba” se puede actuar; afuera y “desde abajo” también.

Pero hay que tener claridad política para poder interpretar bien los papeles. ¡Otra vez será!



[1] Discurso de Juan Manuel Santos en la VI Cumbre de Las Américas:

[2] Ver: “La Gran Burguesía Latinoamericana propone una tregua” y “Cogerle la caña a Santos”.

jueves, 5 de abril de 2012

EL POSIBLE DEVENIR DE LA IZQUIERDA COLOMBIANA

EL POSIBLE DEVENIR DE LA IZQUIERDA COLOMBIANA

Popayán, 5 de abril de 2012

Los últimos acontecimientos relacionados con el Polo Democrático Alternativo muestran lo que va a ser el devenir de la izquierda en Colombia en el futuro inmediato. Lo que acá se prevé no se plantea en el sentido de si es positivo o negativo, es lo que se ve venir.

¿Cuáles son los hechos?

1. La salida de Gustavo Petro quien garantizaba la presencia y actuación de diversas tendencias políticas que hicieron parte del denominado “Polo Democrático Independiente” PDI, algunas de las cuales tenían origen en el M-19 y en la Alianza Democrática AD-M19.

2. La imposibilidad de hacer un balance interno conjunto, sacar lecciones y avanzar sobre nuevos presupuestos, ha sido la constante durante los últimos años. Ello se quiere resolver con la convocatoria de una “conferencia ideológica” que no tiene claridad en sus objetivos y propósitos.

3. Paralelamente a esta situación y como consecuencia de la “crisis del Polo”, se han ido aglutinando una buena cantidad de dirigentes sociales y políticos en procesos paralelos y alternos al Polo que muy seguramente se constituirán en proyectos políticos nacionales (si no lo son ya por lo menos en la intención). Ellos son:

a) La tendencia o corriente democrática progresista. Por ahora, pendiente de la administración de Petro en Bogotá y de otros gobiernos locales. Los dirigentes de esta tendencia discuten actualmente la forma de convertirse en un movimiento o partido político con un perfil claramente democrático-liberal-nacionalista que podría denominarse el Partido de la Constitución del 91.

b) El Congreso de los Pueblos. Es un proceso organizativo que surgió de la dinámica de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria que tuvo su auge en octubre de 2008. Aglutina en su seno importantes experiencias de organización y movilización socio-política de diversas partes del país, especialmente del suroccidente colombiano, pero ha conseguido estructurarse en Bogotá y otras regiones. Este proceso surge frente a las experiencias negativas obtenidas por el movimiento social en el terreno electoral. Se nota una marcada tendencia abstencionista.

c) La Marcha Patriótica. Es un proceso similar al anterior pero en el que convergen procesos y dirigentes políticos con influencia del “Movimiento Bolivariano”, que está orientado a impulsar una nueva versión de la Unión Patriótica. El núcleo dinamizador de la marcha patriótica es liderado por dirigentes críticos de la acción política legal-institucional y “parlamentarista” del Partido Comunista y del mismo Polo.

Tal parece que es inevitable que vuelvan a aparecer las tendencias que hacen parte de los procesos de independencia y liberación nacional de los países latinoamericanos. Habrá que aceptar que durante un tiempo, cada una de esas tendencias desarrollen su propia dinámica política y organizativa, y en la medida que las necesidades del movimiento lo exijan, deberán juntarse para abordar las tareas que la vida impone (en gran medida, lo que ocurre al interior del movimiento estudiantil es una primera muestra de esa “unidad de acción”).

¿Cuáles son las tendencias que han marcado las luchas populares?

Si se mira hacia atrás vamos a encontrar los gérmenes de las actuales tendencias existentes en el movimiento de izquierda en Colombia. El problema no es que existan tendencias y orígenes diversos, el problema es nuestra incapacidad de “unir a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas”[1].

Se podrían identificar dos grandes corrientes iniciales: la socialista-revolucionaria (PSR) fundada en los años 20 en medio del auge del movimiento obrero y popular, y la comunista-liberal (PCC) que se desarrolló a partir de los años 30 en alianza con el oficialismo del partido liberal durante la “revolución en marcha” liderada por Alfonso López Pumarejo.

La tendencia socialista aparentemente se perdió pero volvió a aparecer con el movimiento de Gaitán en la década de los años 40s del siglo pasado (XX), que paradójicamente se desplegó al interior del mismo partido liberal en su vertiente más popular (ello explica que el Partido Comunista haya apoyado en 1946 al candidato oficialista liberal Gabriel Turbay), y más adelante le da vida a diversas vertientes de la insurgencia diferentes a las FARC, entre las que se destacan el ELN y el M-19.

La tendencia comunista-liberal se divide a partir de los años 60s del siglo pasado por efecto de la influencia de las vertientes del comunismo internacional entre quienes siguen la línea soviética y la línea sino-maoísta, que a su vez se sub-divide entre quienes escogen la táctica de la lucha armada prolongada (ML’s) y quienes rechazan esa táctica por considerarla “aventurerismo guerrillerista guevarista”[2] (MOIR).

Las actuales tendencias tienen en su formación genética los elementos políticos que los enfrentan.

Hacia adelante

Se puede prever que las diversas tendencias van a mantenerse y consolidarse en el corto plazo. La ausencia de condiciones al interior del PDA para que se desarrolle un debate consistente y serio, determina que ese sea el devenir inmediato. Será un proceso de relativa dispersión pero a la vez se constituye en un nuevo tipo de reagrupamiento. Podría afirmarse que como sucede en la vida, una buena separación o divorcio es mejor que una convivencia forzada y poco creativa.

Lo ideal sería que el PDA abriera espacios suficientes, amplios y maduros, para abordar con consistencia y permanencia los debates que no ha dado la izquierda colombiana que tienen que ver básicamente con la estrategia democrático-revolucionaria del siglo XXI. Sin embargo, al no existir las condiciones internas se debe abordar ese debate en espacios de nuevo tipo.

Hay que oficializar ese debate. Que aparezcan estudios y análisis teóricos y políticos que aborden los diversos aspectos de la lucha revolucionaria en Colombia. Que las experiencias que se están desarrollando en la práctica – ya sea desde gobiernos alternativos o desde el movimiento social – sean puestas al servicio de la lucha y comprensión ideo-política de todos los sectores en que se está reconfigurando la izquierda en Colombia.

Las condiciones están maduras para ese debate. Además, es de una imperiosa necesidad.



[1] Petición insistente del sacerdote Camilo Torres Restrepo expresada en sus diversos discursos llamando a conformar un "Frente Unido".

[2] Definición clásica de Francisco Mosquera, fundador del Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario MOIR.