EL POSIBLE DEVENIR DE LA IZQUIERDA COLOMBIANA
Popayán, 5 de abril de 2012
Los últimos acontecimientos relacionados con el Polo Democrático Alternativo muestran lo que va a ser el devenir de la izquierda en Colombia en el futuro inmediato. Lo que acá se prevé no se plantea en el sentido de si es positivo o negativo, es lo que se ve venir.
¿Cuáles son los hechos?
1. La salida de Gustavo Petro quien garantizaba la presencia y actuación de diversas tendencias políticas que hicieron parte del denominado “Polo Democrático Independiente” PDI, algunas de las cuales tenían origen en el M-19 y en la Alianza Democrática AD-M19.
2. La imposibilidad de hacer un balance interno conjunto, sacar lecciones y avanzar sobre nuevos presupuestos, ha sido la constante durante los últimos años. Ello se quiere resolver con la convocatoria de una “conferencia ideológica” que no tiene claridad en sus objetivos y propósitos.
3. Paralelamente a esta situación y como consecuencia de la “crisis del Polo”, se han ido aglutinando una buena cantidad de dirigentes sociales y políticos en procesos paralelos y alternos al Polo que muy seguramente se constituirán en proyectos políticos nacionales (si no lo son ya por lo menos en la intención). Ellos son:
a) La tendencia o corriente democrática progresista. Por ahora, pendiente de la administración de Petro en Bogotá y de otros gobiernos locales. Los dirigentes de esta tendencia discuten actualmente la forma de convertirse en un movimiento o partido político con un perfil claramente democrático-liberal-nacionalista que podría denominarse el Partido de la Constitución del 91.
b) El Congreso de los Pueblos. Es un proceso organizativo que surgió de la dinámica de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria que tuvo su auge en octubre de 2008. Aglutina en su seno importantes experiencias de organización y movilización socio-política de diversas partes del país, especialmente del suroccidente colombiano, pero ha conseguido estructurarse en Bogotá y otras regiones. Este proceso surge frente a las experiencias negativas obtenidas por el movimiento social en el terreno electoral. Se nota una marcada tendencia abstencionista.
c) La Marcha Patriótica. Es un proceso similar al anterior pero en el que convergen procesos y dirigentes políticos con influencia del “Movimiento Bolivariano”, que está orientado a impulsar una nueva versión de la Unión Patriótica. El núcleo dinamizador de la marcha patriótica es liderado por dirigentes críticos de la acción política legal-institucional y “parlamentarista” del Partido Comunista y del mismo Polo.
Tal parece que es inevitable que vuelvan a aparecer las tendencias que hacen parte de los procesos de independencia y liberación nacional de los países latinoamericanos. Habrá que aceptar que durante un tiempo, cada una de esas tendencias desarrollen su propia dinámica política y organizativa, y en la medida que las necesidades del movimiento lo exijan, deberán juntarse para abordar las tareas que la vida impone (en gran medida, lo que ocurre al interior del movimiento estudiantil es una primera muestra de esa “unidad de acción”).
¿Cuáles son las tendencias que han marcado las luchas populares?
Si se mira hacia atrás vamos a encontrar los gérmenes de las actuales tendencias existentes en el movimiento de izquierda en Colombia. El problema no es que existan tendencias y orígenes diversos, el problema es nuestra incapacidad de “unir a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas”[1].
Se podrían identificar dos grandes corrientes iniciales: la socialista-revolucionaria (PSR) fundada en los años 20 en medio del auge del movimiento obrero y popular, y la comunista-liberal (PCC) que se desarrolló a partir de los años 30 en alianza con el oficialismo del partido liberal durante la “revolución en marcha” liderada por Alfonso López Pumarejo.
La tendencia socialista aparentemente se perdió pero volvió a aparecer con el movimiento de Gaitán en la década de los años 40s del siglo pasado (XX), que paradójicamente se desplegó al interior del mismo partido liberal en su vertiente más popular (ello explica que el Partido Comunista haya apoyado en 1946 al candidato oficialista liberal Gabriel Turbay), y más adelante le da vida a diversas vertientes de la insurgencia diferentes a las FARC, entre las que se destacan el ELN y el M-19.
La tendencia comunista-liberal se divide a partir de los años 60s del siglo pasado por efecto de la influencia de las vertientes del comunismo internacional entre quienes siguen la línea soviética y la línea sino-maoísta, que a su vez se sub-divide entre quienes escogen la táctica de la lucha armada prolongada (ML’s) y quienes rechazan esa táctica por considerarla “aventurerismo guerrillerista guevarista”[2] (MOIR).
Las actuales tendencias tienen en su formación genética los elementos políticos que los enfrentan.
Hacia adelante
Se puede prever que las diversas tendencias van a mantenerse y consolidarse en el corto plazo. La ausencia de condiciones al interior del PDA para que se desarrolle un debate consistente y serio, determina que ese sea el devenir inmediato. Será un proceso de relativa dispersión pero a la vez se constituye en un nuevo tipo de reagrupamiento. Podría afirmarse que como sucede en la vida, una buena separación o divorcio es mejor que una convivencia forzada y poco creativa.
Lo ideal sería que el PDA abriera espacios suficientes, amplios y maduros, para abordar con consistencia y permanencia los debates que no ha dado la izquierda colombiana que tienen que ver básicamente con la estrategia democrático-revolucionaria del siglo XXI. Sin embargo, al no existir las condiciones internas se debe abordar ese debate en espacios de nuevo tipo.
Hay que oficializar ese debate. Que aparezcan estudios y análisis teóricos y políticos que aborden los diversos aspectos de la lucha revolucionaria en Colombia. Que las experiencias que se están desarrollando en la práctica – ya sea desde gobiernos alternativos o desde el movimiento social – sean puestas al servicio de la lucha y comprensión ideo-política de todos los sectores en que se está reconfigurando la izquierda en Colombia.
Las condiciones están maduras para ese debate. Además, es de una imperiosa necesidad.
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