jueves, 22 de diciembre de 2011

2011: UN AÑO GRIS Y PASADO POR AGUA

2011: UN AÑO GRIS, PASADO POR AGUA

Popayán, diciembre 22 de 2011

El 2011 fue un año gris y pasado por agua. La política en Colombia fue del mismo tenor. Más de lo mismo y llovió sobre mojado. Tempestades, avalanchas y grandes inundaciones en lo físico-climático y ambiental. Amagues de tormenta, pequeños deslaves políticos y míseros aluviones fue lo que ocurrió en la política. 2011: lánguido y empapado.

La “tormentosa” relación Uribe-Santos no pasa de ser una pelea entre compadres, alentada y sublimada por los medios de comunicación. Cada uno debe defender lo suyo; saben que no pueden pasar a más, porque tienen mucho que perder y ocultar. Al fin y al cabo sólo se trataba de salir de Uribe para salvar el negocio. Y por ahora lo han conseguido.

Los deslaves políticos son de la misma naturaleza. Se “re-constituye” el partido liberal para hundir el verdadero liberalismo. Se divide a la “U” para salvar al conservatismo. Se creó el partido “verde” para destruir lo poco de vergüenza moral que tenían sus fundadores. Se desparrama el Polo para que cada quien mantenga sus pequeñas capillas y sus liderazgos de grupo. La fuerza y el aluvión social es lo que menos importa. Sigue disperso y sin norte.

Salieron a flote – a medias – los detalles de los crímenes de Uribe y su combo criminal, pero sólo se echaron “perros flacos” a la hoguera. Se destaparon grandes ollas podridas de corrupción, pero sólo se hizo eco del “cocinado” de Bogotá. Lo demás se quedó en anuncios. Los verdaderos corruptos y perpetradores de los delitos siguen amasando grandes fortunas en los bancos y grandes empresas trans-nacionalizadas. El negocio va muy bien.

Se comprobó el desplazamiento de más de 4 millones de colombianos y el despojo de más de 6 millones de hectáreas de tierra, pero las víctimas están en la penumbra. Se legisló sobre reparación y restitución de tierras pero la mayoría de dolientes están desperdigados en ciudades sin que efectivamente surja un movimiento social de retorno al campo. Todo apunta a que el proyecto de agricultura sin campesinos será lo que termine imponiéndose.

En medio de esa pintura grisácea – insubstancial –, alcanzan a despuntar varios hechos y figuras que se destacan. El movimiento estudiantil universitario; la lucha de los nuevos trabajadores petroleros; el desencanto con las marchas por la Paz, contra el secuestro y demás causas desgastadas y manipuladas; el trabajo serio de la Fiscal que cuando empezaba a morder más arriba le organizaron su propio escándalo; Petro y Fajardo que tienen que ser de verdad “sociales” en sus gobiernos para consolidarse como presidenciables para el 2018, y… hasta allí, pare de contar.

Gris y mojado no sólo ha sido el año y la política. Frente a un mundo y una Sudamérica en permanente cambio y en ebullición política y social, Colombia se muestra vacilante, tímida, indecisa, irresoluta, frente al futuro. Mientras en los países árabes, en Europa y en los mismos EE.UU. se levanta la juventud contra la dictadura de la plutocracia financiera internacional, en Colombia sólo un incipiente movimiento estudiantil saca la cara por las luchas sociales. Santos refleja esa inseguridad: cacarea y no pone huevos, se asusta con la más mínima protesta social y pretende llevarle la idea a todo el mundo. Piano, piano, va montando su reelección mientras entrega los últimos rescoldos de soberanía.

Y tal parece que no podría ser de otra manera. Recién salimos del “embrujo autoritario”. Empezamos a superar el “trauma guerrerista”. Las nuevas generaciones, entre ellas millones de campesinos recientemente urbanizados, sólo ahora se percatan de su nueva situación. Los cientos de miles de jóvenes profesionales van evolucionando en forma acelerada. De simpatizar con Uribe (No más FARC, 2008-9) saltaron a la “ola verde” (2010) y hoy buscan nuevos rumbos. Hay que ser pacientes.

Esperamos que en el año 2012 las profecías mayas se concreten. No en un gran cataclismo para la humanidad sino en la consolidación de ese movimiento planetario que tuvo su debut el pasado 15 de octubre (15-0). Igualmente que en Colombia, la crisis de las prácticas políticas falsamente alternativas sirva para que se retome el camino de la construcción de un movimiento democrático con alto contenido ético, fuerte compromiso social y grandeza espiritual. Feliz año.

Nota: A nivel internacional se presentó el libro “EU am Ende”, Primer Modelo Post-capitalista del Mundo en Berlin. Ver: http://www.amazon.com/Zukunft-jenseits-Kapitalismus-Kommandowirtschaft-ebook/dp/B006FKS3Z8;

http://aranandoelcieloyarandolatierra.blogspot.com/2011/12/primer-modelo-postcapitalista-del-mundo.html

lunes, 19 de diciembre de 2011

Primer Modelo Postcapitalista del Mundo presentado en Berlin

Heinz Dieterich 18.12.2011

Primer Modelo Postcapitalista del Mundo presentado en Berlin

1. Hazaña científica

Por primera vez en la historia mundial, se presentó el 28 de octubre en la Oficina de Información del Parlamento Europeo en Berlin, el modelo científico empírico de una macro-economía moderna postcapitalista. El modelo fue elaborado por los científicos de la Asociación Internacional de Investigación Política Económica (IFPÖ/SCPE), con datos estadísticos proporcionados por entidades estatales del Gobierno Federal alemán, referentes al año 2010. La evolución del paradigma requirió dos décadas de trabajo. El método analítico usado son las tablas de input-output de Leontiev. Entre sus extraordinarias innovaciones sobresale la consideración del sector informal, de los costos ecológicos y de los insumos indirectos (educación, trabajo pasado), todos ellos expresados en valores de trabajo (time inputs), no en precios de mercado.

Este modelo, que presenta la solución estructural a la crisis de la economía y civilización capitalista actual, va acompañado de un programa concreto y viable para la transición a una economía de post-mercado en la Unión Europea (economía de equivalencia). Ambos trabajos forman parte del libro, EU – am Ende? (Amazon; kindle; www.puk.de) que ofrece el único paradigma científico no-sistémico y congruente a nivel mundial.

2. Cuatro condiciones y cuatro pasos programáticos

El paradigma cumple con las cuatro condiciones que la economía política clásica ha establecido para salirse de la economía de mercado moderna. 1. Para superar la contradicción principal del sistema (Grundwiderspruch) que genera su carácter anárquico ---producción social versus apropiación privada--- la economía es planeada democráticamente por sus ciudadanos, particularmente en sus macro-variables. 2. El valor creado por el trabajo no es monetarizado (“realizado” decía Marx), sino utilizado en su forma original (tiempo) como denominador común de todas las transacciones. 3. Dado que el capitalismo se reproduce a través de la relación asalariada (salario = capital variable), esta se sustituye por la relación igualitaria entre productores inmediatos asociados, cuya gratificación es la cuota de valor generada por ellos. 4. Toda reproducción del capital se inicia a través del dinero (D-M-D´), que es una condición esclavizante ajena al trabajador. Su función explotadora y especulativa es abolida por los certificados de trabajo. Sobre la base de esos requisitos se formó el núcleo del paradigma del Socialismo Científico del Siglo 21 y de la transición. Mencionamos brevemente los siguientes estratagemas.

3. Derecho al valor creado, en lugar de estatización

El “Programa Económico ampliado de Transición al Socialismo del Siglo 21 en la Unión Europea”, elaborado por Paul Cockshott, Allin Cottrell, Heinz Dieterich, con Paul como autor principal, es la alternativa popular ante la crisis del Eurocapitalismo. A diferencia del Socialismo del Siglo 20, el Socialismo Científico-Democrático del Siglo 21 no se concentra en la estatización de las industrias, sino en el derecho de la población trabajadora, de recibir todo el valor social generado con su trabajo, salvo los llamados fondos sociales (educación, defensa, etc.), sobre los cuales deciden los ciudadanos democráticamente. El derecho de apropiación del valor creado pasa del Capital al Trabajo. Esto le quita la razón de ser al capitalismo.

Como primer paso, los autores plantean la restructuración radical de la política financiera, a fin de re-direccionar toda la economía de mercado monetarizada hacia una economía de equivalencias; explican el papel de los certificados de valor como sustituto funcional del dinero; aclaran el (limitado) papel de las cooperativas en la transición ---he ahí el error del amigo Pedro Campos para la transición cubana--- y determinan un macro-modelo de tres fases de transición para la EU. Tal proceso no puede ser nacional; requiere la democratización a nivel de la UE, la concientización y lucha de las masas desde su propia praxis e idiosincrasia y un proceso gradual, en el cual la revolución no es más que la ultima ratio de la evolución.

El debate de la transición se precisa más con el ensayo sobre la “reforma decisiva” de Michael Kalecki, escrito por el econometrista Klaus Bartsch. Bartsch es el creador del modelo de simulación computacional más avanzado de Alemania y la Unión Europea. Corriendo diferentes escenarios cuantitativos de la crisis europea en sus modelos de simulación, llega a la conclusión de que la continuación de la política actual puede desembocar en una “dictadura fáctica del capital financiero”. Para evitar este desenlace, recomienda que las fuerzas populares empleen la estrategia de la “reforma decisiva”, basada en una amplia alianza de todos los sectores que estén positivamente interesados en los intereses salariales de los trabajadores.

4. Más allá de la crematística y la economía de Stalin

Carsten Stahmer, pionero mundial en cálculos de insumo-producto para la transformación de la economía mercantil monetaria a la economía de valores, analiza las posibilidades del cálculo en valor para establecer los valores objetivos de la actividad laboral y de los productos que genera; y, en particular, si los valores pueden ser unidades de medición objetivas empíricamente comprobables. El problema metodológico del cálculo en valor de los factores indirectos del producto, como el nivel educativo o el costo ecológico, es resuelto por Stahmer mediante el uso de tres tipos de matrices de input-output: los monetarios, los de valores (tiempo) y los de volúmenes físicos (toneladas etc.). Sólo a partir de esta metodología, el principio de equivalencia y la planeación democrática, es posible superar los modos de producción capitalistas y soviéticos (Cuba, Corea), que hoy día existen.

5. Viabilidad de la economía de equivalencia postcapitalista

El “Modelo empírico-estadístico de una sociedad con fuerte redistribución del trabajo, con valores laborales e impuestos ecológicos expresados en unidades temporales (valores-HD), para la República Federal de Alemania, con datos oficiales para el año 2010”, complementa el libro. Con este magnífico trabajo matemático-estadístico sobre la cuarta potencia económica mundial y principal economía de la Unión Europa, se cierra el círculo de demostración científica- metodológica de la viabilidad económica y política del Socialismo Científico-Democrático del Siglo XXI y de la sociedad postcapitalista del futuro, incluso en su configuración cuantitativa.

6. Vanguardia científica mundial

Hace tres días, en entrevista con el semanario alemán Die ZEIT, el consorte de Toni Negri, Michael Hardt, afirmó que no se sabe lo que es el socialismo y que “todavía estamos buscando”. Ese coqueteo con el “agnosticismo socialista” de los intelectuales del imperialismo, como Hardt, Negri, Zizek y Compañía, no es más que un elogio de la ignorancia que pretende encubrir su posición de clase. Pero, el mismo sistema capitalista los define con claridad, cuando recompensa su labor de confusionismo sistemático con invitaciones a la business tv del billonario Bloomberg, a la Vicepresidencia boliviana de Álvaro García Linera y con el acceso a los movimientos de protesta social.

El antídoto a estos payasos del Capital es la consumación del paradigma del Socialismo Científico-Democrático del Siglo XXI, logrado por la red internacional Scientists for a Critical Political Economy (SCPE). No podía ser de otra forma. La sociedad democrática postcapitalista es la obra de elaboración más compleja que la humanidad jamás haya emprendido. Querer realizar esa obra con diletantes y politiqueros sólo puede producir una tragedia. O en el mejor de los casos, una opera bufa.


jueves, 15 de diciembre de 2011

PETRO: ATAQUE ESPECULATIVO Y PEDAGOGIA POLÍTICA

PETRO: ATAQUE ESPECULATIVO Y PEDAGOGIA POLÍTICA

Popayán, 15 de diciembre de 2011

Lo ocurrido la pasada semana entre el capital financiero, los medios de comunicación y el Alcalde Electo de Bogotá, es de una enorme trascendencia para nuestro país. Queda allí trazada – anunciada – la hoja de ruta para los próximos cuatro (4) años.

Petro – sin posesionarse – realiza la principal tarea del momento. Construye democracia deliberativa y participativa. Hace pedagogía política de amplio espectro. No solo para los bogotanos sino para todos los colombianos. Al fin y al cabo, en Bogotá se juega el futuro de la Nación.

Todos los colombianos hemos aprendido de una manera práctica cómo el capital financiero se apodera de las empresas públicas del país. Con sólo adquirir un pequeño porcentaje de las acciones, se confieren el poder e imponen su lógica especulativa. Y en verdad… ¡se creen los dueños!

Y así lo han hecho en todo el país. Empezando por Ecopetrol, la principal empresa de la Nación. A esa operación de “copamiento privado” – que es un verdadero atraco a todos los colombianos –, le llaman pomposamente “democratizar la propiedad de las empresas”. Petro, casi sin proponérselo, ha puesto el dedo en la llaga. De ahí la virulenta reacción.

La oligarquía financiera – trans-nacionalizada y sin patria – sabe que está en juego su “modelo corporativo” basado en la economía especulativa que hoy hace crisis en el mundo, aunque en Colombia todavía está en expansión.

¿Qué fue lo que ocurrió?

Gustavo Petro concedió una entrevista a Yamit Amad para el diario El Tiempo. Ratificó su propuesta de constituir las Empresas Públicas de Bogotá (EPB), integrando o fusionando las empresas de energía, acueducto y telefonía. Así está planteado en su programa. El domingo 4 de diciembre publicaron la entrevista y al otro día, lunes 5, un operador financiero orquestó una jugada especulativa para desvalorizar la acción. Y lo hicieron con todo detalle. En dos días bajó su cotización en un 17,65%, aproximadamente.

Inmediatamente los medios titularon: “El mercado reacciona negativamente a polémicas declaraciones del Alcalde electo Petro”. “Pánico financiero derrumba la acción de la EEB.” “Empresa de Energía de Bogotá pierde 1,8 billones de pesos”. Y aparecieron los ataques de periodistas y analistas – interesados e ingenuos – que lo tacharon de “analfabeta financiero”, “imprudente”, “irresponsable”. Hasta la alcaldesa Clara López cayó en la trampa. Todos a una contra Petro.

Quisieron hacer creer a la opinión pública que por culpa de las declaraciones de Petro la empresa más rentable de la capital entraría en quiebra. La superintendencia financiera suspendió la transacción de la acción en el mercado bursátil. El principal abogado uribista Jaime Granados lo demandó penalmente por pánico financiero. Todos creían que tenían a Petro contra las cuerdas.

Al final de la semana y principios de ésta, el Alcalde Electo se defendió, se ratificó en su propuesta y realizó una excelente labor de pedagogía democrática. No vaciló en confirmar que va a fortalecer “lo público”, a defender la empresa – así sea comprando acciones –, planteando con toda claridad que no está proponiendo una “estatización”. Sin embargo, está claro que va a hacer valer el papel del Distrito como socio mayoritario. Con firmeza y valentía declaró: “Nadie debe esperar que el alcalde Petro arrodille el interés general al particular, así me cueste la vida." Dio sopa y seco. Ripostó y tiene el primer round a su favor.

¿Qué hay detrás de todo este asunto?

La intención de la oligarquía financiera no era económica. No fue una “jugada” para ganarse un dinero, aunque seguramente alguien perdió. El objetivo fue amedrentar a Petro. Ponerlo en el banquillo de la opinión pública y neutralizarlo antes de que se posesione. Fue una operación política y mediática de alto riesgo. Se asemeja a los ataques que hizo la oligarquía venezolana para desestabilizar a PDVSA y derrocar a Chávez entre 2002 y 2003.

Es evidente que la oligarquía financiera sabe que ha llegado a la Alcaldía de Bogotá una persona que puede poner en peligro el modelo de desarrollo que – a la sombra de la lucha contra el terrorismo –, han logrado consolidar en toda la Nación. Hasta ahora ningún alcalde o gobernador se había atrevido a tocar esos intereses “sagrados”. Ni siquiera los del Polo. ¡Petro arrancó muy bien!

Pero además, han identificado con toda claridad que Petro no sólo va a administrar a Bogotá. Saben que él representa las tendencias nacionalistas y democráticas que se están imponiendo en Sudamérica y que acaban de insurgir en el mundo árabe y en todo el planeta. Tienen plena conciencia que si Petro realiza una “buena alcaldía”, no tendrá rival que lo pare en su camino a la Presidencia de la República. Y… claro, eso los trasnocha.

Este rifirrafe es un preludio de lo que va a ser la administración distrital de Petro. Será un pulso permanente con los medios de comunicación que están al servicio del gran capital. Van a estar respirándole en la nuca. Lo cual, frente a lo ocurrido y a la capacidad ya demostrada por el político de izquierda “progresista”, es muy bueno porque va a trabajar con la fuerza de ellos. Igual que en campaña, entre más lo ataquen… más se crece.

Varios mitos intocables caen

Uno: “Lo público se valoriza con la inversión privada”. Lo que en verdad ocurre es que lo público queda secuestrado por el interés privado. En la EEB los accionistas mayoritarios – que son todos los bogotanos –, no tenían quien los defendiera. Los gerentes terminan sometidos a la voluntad de los accionistas minoritarios que pueden especular y hacer maravillas con la propiedad “pública”, mientras la Empresa no tiene siquiera un Fondo de Reserva para comprar acciones cuando se presenta un ataque especulativo de ésta naturaleza. Bien lo ha dicho Petro: ¡La Empresa debe defenderse!

Dos: “El mercado se regula a sí mismo”. Quieren hacernos creer que el “mercado” es una especie de Dios. Petro habló de “mano peluda”. Y es que, efectivamente, para los capitalistas el mercado es Dios. Cómo por obra de magia bajan y suben las acciones, como si detrás de cada operación financiera no hubiera un propietario, un comisionista o un agente de la Bolsa, actuando y manipulando, amparado por las normas del mercado bursátil. El interés general está a expensas de un juego de ruleta.

Tres: “No es posible desde una Alcaldía enfrentarse a la estructura neoliberal del Estado”. Los hechos demuestran que si existe voluntad política y capacidad de riesgo, se puede enfrentar el modelo. Otra cosa es que los anteriores gobernantes del Polo no hubieran tenido los arrestos para coger el toro por los cachos. Es más, conociendo el terreno y manejando bien las herramientas, podemos ganarles espacio, sobre todo en lo político.

Las lecciones para las fuerzas democráticas

Éste acontecimiento nos permite sacar varias enseñanzas que van más allá de lo coyuntural. Se puede “pulsear” con el gran capital siempre y cuando:

a) Tengamos clara nuestra principal labor en el desempeño de la tarea gubernamental (ejecutiva). No sólo es administrar con ética, transparencia, realizar obras de beneficio colectivo, propiciar espacios de decisión y participación ciudadana y comunitaria sino que nuestra tarea primordial es educar a nuestro pueblo, hacerle ver la contradicción que existe entre el interés general – lo público – y el interés particular de la plutocracia financiera – el capital especulativo –.

b) No confundamos el poder parcial de una Alcaldía, Gobernación o incluso de la Presidencia de la República (gobierno) con el llamado “Poder”. Mientras las relaciones de producción capitalista predominen en una nación, el carácter del Estado será burgués. Así las fuerzas democráticas “manejemos” formalmente un “aparato de gobierno”, la lógica del capital estará actuando en la vida real. Aprovechar dichos escenarios para recuperar espacios para lo público y construir fuerza política para socavar el “Estado colonial”, es lo máximo que se puede hacer. Y hay que hacerlo con fuerza sostenida, con continuidad e inteligencia.

c) No identifiquemos “lo público” con “lo estatal”. La operación de la prestación de los servicios públicos puede adquirir varias modalidades: empresa estatal, privada, comunitaria, cooperativa o mixta. Lo que no se puede permitir es que el servicio público se convierta en un negocio de lucro particular. La operación tiene unos costos (administración, operación y mantenimiento, recaudo de tarifas, etc.) pero el carácter del servicio debe tener un sentido colectivo. La ley 142/94 abrió el compás para que el interés particular se imponga sobre el general. ¡Contra eso es que luchamos!

En el caso de la EEB existe un intrincado nudo de intereses. La empresa es una sociedad anónima por acciones con participación mayoritaria del Distrito (76,5%), Endesa (7,2%), Ecopetrol (7,4%), Corficolombiana-Sarmiento Angulo (3,8%) y otros accionistas minoritarios. La EEB creó, en alianza con el grupo español ENDESA, las empresas Engesa (generación) y Codensa (distribución/comercialización), en las cuales participa con un 51,5%. La EEB tiene negocios e inversiones en Perú y Guatemala, es adjudicataria del negocio Ecogás, la mayor transportadora de gas del país y tiene una Holding financiera y energética con inversiones en el sector eléctrico y gas natural con una fuerte influencia en el mercado nacional y latinoamericano. Recientemente (abril/2011) – en el gobierno del Polo – se vendió el 5% de acciones sin mayor información para el principal socio que son los 7 millones de bogotanos.

d) Nos apoyemos en la gente y construyamos democracia deliberativa y participativa. Hay que ir más allá de los espacios institucionales. Lo que acaba de hacer Petro – usando los medios de comunicación – es el mejor ejemplo de cómo se debe actuar. Eso es crear poder, opinión pública, fuerza política. Es la principal tarea.

Conclusión

Este caso es un ejemplo del poder omnipotente de los grandes consorcios capitalistas transnacionales en Colombia. Es una muestra que no van a permitir que lo social y lo público encuentren un camino de coincidencia o convergencia. Lo “público” – así formalmente esté en manos del Estado – está hoy bajo la lógica y al servicio del capital, y va a ser una dura tarea recuperarlo para el interés general, así se llegue a ejercicios de gobierno. Sólo el movimiento social y la fuerza de un “contra-poder-desde-abajo” será garantía para conseguirlo.

Pero otra conclusión es evidente. El papel y la vida de Gustavo Petro deben ser preservados y cuidados. Su existencia vital va a correr mucho más peligro a partir de éste incidente. Todos debemos rodearlo.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¡NOSOTROS SOMOS EL 99%! ¡TÚ ERES LA REVOLUCIÓN!!

Heinz Dieterich 11.12.2011

Nosotros somos el 99%! Tú eres la Revolución!

1. El código “genético” de la transición

La historia está pariendo a marchas forzadas la nueva sociedad global postcapitalista. En sus dolores de parto ---el colapso del Socialismo del Siglo XX, el despertar árabe, la magistral emergencia de China y las luchas democrático-anticorporativas de América Latina, Europa y Estados Unidos--- nos revela el programa de evolución futura de la humanidad. La capacidad de los sujetos sociales de: a) descifrar esos códigos de transición (evolución) postcapitalista y, b) convertirlos en programas de lucha táctica y estratégica, decidirá quiénes serán los vencedores y quiénes los vencidos, en esta crisis mundial de la civilización burguesa.

2. La bandera de lucha

La bandera de lucha de Occupy Wall Street ---Nosotros somos el 99%! Tú eres la Revolución! - We are the 99%! You are the Revolution!--- capta de una manera maravillosamente sintética y dialéctica el aspecto de praxis política de ese “genoma” de la transición postcapitalista. Acierta, en términos proféticos bíblicos, con suma precisión el papel humano encriptado en ese “Libro de Revelaciones”, que es la crisis civilizatoria burguesa actual e identifica, expresado en el lenguaje técnico de las ciencias sociales, el principal código semiológico (meme) de la liberación humana.

3. Las tres tareas de la bandera

La misión que plantea la bandera de lucha del movimiento global requiere convertir una mayoría absoluta de la población nacional en una fuerza de transformación antisistémica. Tal conversión requiere tres elementos catalizadores: 1. Líderes y cuadros de diferente nivel; 2. Una serie de valores objetivos de la lucha (un programa); 3. Una serie de valores subjetivos de la lucha (una ética, un ethos). Los restrictores de esos tres elementos requieren un debate más extenso, pero su esencia no abarca ningún misterio.

4. Líderes y transición

Un siglo y medio antes de la aparición formal de las ciencias de la complejidad Karl Marx definió con gran certeza (carta a L. Kugelman, 1871) a los líderes como una parte del azar, que opera dentro de las condiciones objetivas de la lucha. En el lenguaje científico de hoy, los definiría como productos de la constitución probabilística (determinista-aleatorio) del universo, cuya aparición y sobrevivencia influye de manera importante en los grandes procesos de transición sociales.

5. El programa de transición

El programa de transición a la sociedad postcapitalista, basada en la economía de equivalencia sustentable, orientada en los valores de trabajo (time inputs) y regida por la democracia participativa en las cuatro relaciones sociales básicas del ser humano (económica, política, cultural, militar), fue presentado en su primera versión estadística-empírica científica para la República Federal de Alemania, el 28 de octubre en la Casa de la Unión Europea en Berlin. Explicaré ese programa, que ya está disponible mundialmente en el formato electrónico Kindle, en la entrega del lunes, 19. de diciembre, en los portales progresistas de la red.

6. Los valores subjetivos de la transición

El gran revolucionario Karl Liebknecht, asesinado junto con Rosa Luxemburg el 15 de enero de 1919, en Berlin, ha formulado de manera ejemplar los valores individuales que deben guiar la praxis de las fuerzas éticas del cambio social.

Por supuesto, solo el entusiasmo (pasión) Freilich, nur Begeisterung

Puede lograr grandes obras. Kann grosse Werke vollbringen.

Convicción y confianza son necesarias. Ueberzeugung und Vertrauen ist noetig.

Claridad sobre el camino y la meta. Klarheit ueber Weg und Ziel.

Entusiasmo, convicción y confianza existen en grandes partes del movimiento mundial de cambio y, no pocas páginas de heroísmo se han escrito con la sangre de los mártires en los últimos años. Donde sí “cojea” el Movimiento Mundial de Cambio (MMC), es en la última determinación de Liebknecht: la claridad sobre el camino y la meta. Una profunda acotación de un oficial de la policía prusiana sobre el revolucionario Karl Marx ilustra este problema.

7. Soñar y pensar

Los indignados europeos formularon en su lucha una muy hermosa consigna, reminiscente del espíritu del 68: Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir. El oficial prusiano que seguía el caso de Karl Marx, apuntó en su momento con profunda inteligencia dialéctica: “Marx es peligroso, porque es un soñador que piensa y un pensador que sueña.” La ciencia crítica en simbiosis con la creatividad práctica de individuos y masas. Esa es la praxis social que debe catalizar el proceso de liberación de la humanidad que la gran partera del futuro nos está ofreciendo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

EL ESPÍRITU DE LA REVOLUCIÓN

EL ESPÍRITU DE LA REVOLUCIÓN

Popayán, diciembre 5 de 2011

El fantasma de la revolución ha reaparecido. El espíritu de la subversión social está otra vez rondando la tierra. El alma popular de 1789, 1830, 1845, 1871, 1917 y 1968 se ha manifestado. El 15-O es el primer levantamiento planetario. Por primera vez la humanidad habló un solo lenguaje: el idioma de la rebeldía. La utopía ha encarnado… ¡otra vez!

¿Cómo es posible? Las más íntimas fibras humanas se han movido ante la gravedad de la trampa existencial que vivimos. La crisis generalizada de nuestra forma de vida ha movido a millones de personas de todos los continentes. Aún no son mayoría pero los acompaña la fuerza mística de la convicción. Es lo que alienta la actual oleada de protestas. Todos y cada uno de quienes se han movilizado saben que interpretan los sentimientos de las mayorías que todavía no se atreven a enfrentar el miedo. Por ello tienen prisa pero no afán.

A diferencia de los protestantes del siglo XX, los actuales sublevados no se sienten representando a otros. Son conscientes que tienen que convencer al 99% de la población mundial. No quieren reemplazar a nadie. Esa es la clave de las revoluciones árabes – la tunecina y egipcia – y del movimiento de los “indignados” españoles y de los “ocupas-WS” de los EE.UU. Es por esa razón que no recurren a la violencia. Sus marchas y concentraciones son simbólicas, masivas y multitudinarias, pero civilistas. Su fuerza es por esencia política. Van desbarrancando los poderes a la manera de un deslave que socava los cimientos de edificios y construcciones. Son auténticos tsunamis sociales.

Han iniciado un proceso que – por el ambiente de fragilidad que vive la sociedad humana –, se constituye en un suceso histórico. Se venía acumulando desde hace mucho tiempo pero sólo hasta ahora encontró el momento, la oportunidad y el sujeto social para irrumpir. El momento – la crisis sistémica del capitalismo –, la oportunidad – la decadencia del imperio estadounidense –, y el sujeto histórico – el “proletariado del siglo XXI”. [1]

La era de acuario – con nuevos paradigmas trascendentales – está en plena marcha. No es un milagro, no es fruto de fuerzas esotéricas ni producto de profecías. Es el resultado de la acumulación de factores sociales, económicos, políticos, culturales y ecológicos que promueven el cambio. Los componentes fueron proveídos, era lógico y natural que aflorara.

Es un movimiento espiritual. Paradójicamente afloró con carácter laico en una región como el Norte de África y el Medio Oriente, en donde la religión se había convertido en una herramienta política. Las élites cristiano-judeo occidentales incitaban el fanatismo religioso entre los pueblos musulmanes para tensionar a la humanidad y dominar con base en el miedo. El ser humano reaccionó y dijo: “¡Basta! ¡No jueguen con nuestros valores!”. Así, los fanatismos religiosos han perdido fuerza. Están fuera de base. Es un hecho notable.

También, aparecen reivindicando la dignidad de los pueblos. Acuden todavía a viejos términos o símbolos como “Egipto” o “Túnez” – a falta de un nuevo lenguaje –, pero hacen a un lado los delirios nacionalistas. El concepto de “nación” fue manipulado en esos países por las nuevas oligarquías y las cúpulas corruptas de los ejércitos. Así engañaron y oprimieron a sus pueblos mientras negociaban a sus espaldas con los imperios capitalistas. Es por eso que el “anti-semitismo” o los sentimientos anti-israelíes no hacen parte hoy de los idearios democráticos de los pueblos árabes. Así, el “fundamentalismo nacionalista” y el “anti-imperialismo estrecho” quedaron “descentrados”. Están fuera de foco.[2]

Estos movimientos tienen objetivos universales. Han identificado al poder plutocrático de las mafias financieras internacionales (trans-nacionalizadas, sin patria) como su principal blanco. Saben que su poder lo ha penetrado todo y lo destruye todo. Plantean que la democracia representativa fue secuestrada y puesta al servicio del capital especulativo. Por ello gritan: “¡No nos representan!” Y lo más importante, están empezando a cuestionar todo el modelo de desarrollo sustentado en el consumismo depredador que es una verdadera trampa existencial y una amenaza para la supervivencia humana.

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El estudio y análisis de las clases y sectores sociales que conforman la actual sociedad es una tarea obligatoria para entender el escenario global. Debemos recordar que desde 1924 (derrota de los internacionalistas en la cúpula del bolchevismo ruso) los trabajadores fuimos empujados a la charca “nacionalista”. Se abandonó la lucha por la transformación social. La construcción de una sociedad post-capitalista fue postergada. Los análisis geo-políticos monopolizaron nuestra mente embolatando y anulando la perspectiva anti-sistémica. Hoy ese tipo de enfoques ha hecho crisis.[3] Necesitamos retomar y fundamentar teóricamente el espíritu de la verdadera revolución. La vida lo reclama.



[1] El “proletariado del siglo XXI” es el trabajador profesional, técnico o tecnólogo – “precariado” –, cuya fuerza de trabajo es la inteligencia y su objeto de producción, el conocimiento. Es resultado de la actual fase del capitalismo “post-fordista”. Su naturaleza social y sus condiciones laborales no lo atan al modelo del “Estado de Bienestar”. Muchos de ellos están desempleados o trabajan en condiciones de precariedad e informalidad aberrantes. Son el factor más dinámico de las movilizaciones y protestas del mundo árabe, Europa y EE.UU. En América Latina se han empezado a manifestar a través del estudiantado universitario.

[2] En América Latina enfrentamos la coyuntura de superar los viejos nacionalismos. El imperio estadounidense está a la defensiva y en retroceso. La lucha anti-imperialista debe reorientarse. La “Patria Grande” – como proceso de integración regional – sólo tiene validez siempre y cuando sea liderada por los trabajadores. Las burguesías brasilera, argentina, y ahora la chilena y colombiana, quieren hegemonizarla. Paradójicamente, la “izquierda” sigue atada a “mitos nacionalistas”. De allí que también esté “descolocada”.

[3] Los gobiernos nacionalistas de Sudamérica y una parte de la izquierda tradicional han optado por la defensa de los dictadores árabes perdiendo la oportunidad de influir en las rebeliones y revoluciones en curso.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

COLOMBIA: OTRA MIRADA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

COLOMBIA: OTRA MIRADA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

Popayán, 23 de noviembre de 2011

El gran mérito del actual movimiento estudiantil universitario en Colombia es que ha planteado el debate sobre el modelo de desarrollo que avanza en el país. Es el mismo tema que está en la médula de los conflictos que han estallado en el mundo. Se entronca de esa manera con los procesos de movilización social planetaria.

Y no podía ser de otra manera. La mayoría de los actuales estudiantes serán mañana “proletarios con título o con micro-empresa”. Serán trabajadores “calificados” y explotados por el gran capital. Sólo aquellos que hacen parte del círculo exclusivo de la burguesía trans-nacionalizada o que por condiciones particulares obtienen grados de excelencia (apoyo y sacrificio de sus padres, cualidades excepcionales para el estudio u otras), podrán acceder a niveles de dirección de empresas en Colombia o en el exterior o trabajarán en áreas de investigación científica y tecnológica. Uno entre mil.

El resto de profesionales, tecnólogos y técnicos se convertirán – como ya lo son – en trabajadores asalariados (“precariados”) o en desempleados. La minoría encontrará empleo en entidades del Estado o en empresas establecidas (empleo formal real) pero la gran mayoría serán “empleados por cuenta propia” (empleo informalizado). Es importante resaltar que en el sistema productivo internacional los cientos de millones de PYMES existentes, que en más del 95% son micro-empresas con menos de tres (3) empleos y que tienen una vida “competitiva” inferior a dos años, cumplen un papel absolutamente subordinado a los intereses de los grandes consorcios transnacionales. Es trabajo asalariado camuflado.

Esa es la causa principal que ha llevado a millones de jóvenes profesionales del mundo entero a iniciar y encabezar un movimiento planetario contra el poder plutocrático financiero mundial y contra la institucionalidad política – “nacional” y transnacional, (gobiernos y supra-gobiernos, ONU, OTAN, FMI, BM, OMC, etc.) – que están al servicio del capital súper-centralizado del círculo de multi-millonarios trans-nacionalizados. Son los mismos jóvenes que lideran e inspiran las revoluciones árabes, el movimiento de los “indignados” en España y los “ocupas” en EE.UU. No ven futuro o lo ven negro.

Todos los puntos y aspectos que han planteado los dirigentes estudiantiles relacionados con la calidad de la educación y con la Autonomía Universitaria apuntan a responder a la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de profesional requieren las empresas que actualmente dominan la economía colombiana y las compañías trans-nacionales que ya tienen planes a 50 años para invertir en Colombia?

La respuesta es una sola: El gran capital requiere un trabajador calificado para aplicar paquetes tecnológicos diseñados en las metrópolis híper-desarrolladas. Y lo que es más grave, el sistema económico colombiano (y mundial) no está en capacidad de absorber esa mano de obra. Serán cada vez más “precariados”[1], en todo el sentido de la palabra: precarios niveles de formación, ingresos bajos, inestabilidad laboral, competencia infernal, obligados a emigrar, subvalorados y discriminados. Sin futuro.

Los estudiantes colombianos han tenido el valor de adelantarse a mirar y a cuestionar las condiciones de vida que el sistema capitalista les ofrece en el mundo laboral y productivo. Por ello ya empiezan a ser cuestionados por el gobierno sobre su “arrogancia y triunfalismo”. ¿Cómo se les ocurre cuestionar temas más allá de lo académico y estrictamente educativo? ¿Quién les dio permiso para hacerlo? ¿Quién los está manipulando? Con intención mordaz los periodistas les dicen: “¡No se dejen utilizar!”[2]

El verdadero triunfo: Transferir la fuerza acumulada a la sociedad

Si los estudiantes mantienen y fortalecen la línea de debatir con toda la sociedad sobre el futuro de la educación superior en Colombia van a hacer una contribución inmensa al desarrollo de un movimiento socio-político de amplio espectro. Se podrá pasar de las luchas contra los efectos de las políticas neoliberales al cuestionamiento de la estructura misma del sistema capitalista.

No dejarse llevar al terreno de las negociaciones inmediatistas es la clave del momento. No permitir que la asociación de rectores universitarios se ponga al servicio de la estrategia del gobierno. Quieren reducir la “concertación” a temas de presupuesto, regulación estrecha del mundo académico, “autonomía universitaria interna” y aspectos “concretos” de la norma.

Es evidente que el movimiento estudiantil no puede echarse sobre sus hombros la transformación estructural del país. Tendrá que llegar a acuerdos con la sociedad y con el gobierno. Deberán diseñar una estrategia que lleve a que los problemas estructurales se debatan ampliamente en diversos escenarios de la sociedad. Será la forma como los estudiantes le transfieren parte de su fuerza acumulada al conjunto del pueblo colombiano. El arte es saber triunfar sin pretender obtener todo de un momento para otro. El “todo” no lo pueden ganar solos.

La tarea entonces – como creo que lo tienen bien claro los dirigentes estudiantiles – es concertar una agenda nacional, con foros y eventos en todo el país, con participación de todos los sectores sociales y políticos, sin afanes y sin limitaciones. Ya se oye hablar de “Constituyentes Educativas”, lo cual puede ser una buena iniciativa.

La concepción de “Contra-poder-desde-abajo” y los limitantes del movimiento

La concepción de “contra-poder-desde-abajo” es fundamental para acumular fuerza y transferirla a la sociedad. Si mantenemos en los movimientos sociales el enfoque de “lucha reivindicativa”, lo acumulado en las luchas se diluye en las “mesas de negociación”.

La reciente lucha de La Minga de Resistencia Social y Comunitaria en 2008 ofrece lecciones de máxima importancia. Veamos:

En octubre de 2008 el movimiento indígena caucano apoyado por otras organizaciones sociales y en el marco del Paro laboral del proletariado cañero (“corteros” de caña), consiguió derrotar a Uribe. Fue el único triunfo en las calles y carreteras del movimiento social colombiano durante esos dos períodos (8 años). Diferente a la derrota política de 2003 cuando Uribe quiso aprobar su referendo neoliberal que después aplicó por decreto.

En Cali los indígenas le dieron la espalda a Uribe, lo desairaron y humillaron, obligándolo a ir hasta el resguardo de La María (Piendamó), territorio ancestral indígena. En ese lugar la dirigencia indígena mantuvo en alto sus propuestas estructurales y no se dejó llevar a la mesa de negociación como hábilmente quería el gobierno. Fue una derrota plena de la política uribista y un gran avance del movimiento social.

¿Qué ocurrió inmediatamente? Los sectores más conservadores del movimiento indígena, las cúpulas burocráticas de sus organizaciones “reivindicativas”, forzaron al conjunto del movimiento a proseguir la movilización hacia Bogotá con el objetivo de “obligar a negociar al gobierno”. Un triunfo de amplio contenido político se puso al servicio de acuerdos puntuales sobre tierras que después de tres años el gobierno no ha cumplido plenamente. Así, se diluyó la fuerza, se le entregó la iniciativa al gobierno, quién montó el espectáculo de la “concertación” mientras en el territorio caucano impulsaba la conformación de organizaciones paralelas controladas y al servicio del gobierno y de las castas dominantes en la región (OPIC).

La esencia del problema está en la concepción de “fuerza”. La fuerza “propia” del movimiento está en el grado de organización, cohesión y unidad de los sectores sociales comprometidos. Sin embargo, la fuerza política acumulada – aspecto fundamental para obtener triunfos y avances – está materializada en el grado de aceptación y apoyo de la sociedad, que neutraliza y/o debilita la fuerza del Estado o de los sectores sociales o políticos a quienes se esté enfrentando. La credibilidad es un aspecto primordial. Por ello, cuando se cometen errores, ya sea que nos dejemos provocar, no actuemos con oportunidad y seguridad, mostremos incoherencia, o que aparezcan intereses ocultos o “subterráneos” ajenos al movimiento, el gobierno o contradictor aprovecha para generar desconfianza en la opinión pública. Así, la fuerza acumulada desaparece o se debilita como por encanto. Quedamos reducidos a lo “propio”. Allí, perdemos.

Análisis de los primeros sucesos del actual movimiento estudiantil

En esta primera fase del movimiento los hechos a resaltar son: 1. Lo acertado del contenido de la propuesta. Se ha ubicado la problemática en el terreno estructural, político. 2. La unidad cualificada de las organizaciones estudiantiles y la participación de universidades públicas y privadas. 3. Los métodos de lucha y decisión pacíficos, lúdicos, creativos, participativos, lo que les ha generado el apoyo y respeto de la ciudadanía. 4. El manejo de medios ha sido adecuado.

La consigna “por educación pública superior gratuita, de alta calidad y sin ánimo de lucro” ha calado en la opinión pública. Igualmente fue correcto condicionar el levantamiento del paro al retiro del Congreso del proyecto de reforma a la Ley 30/92 y obtener el compromiso de elaborar una propuesta de reforma de la educación pública superior con participación de la sociedad. El gobierno aceptó ante la contundencia de la movilización y el amplio apoyo mostrado.

Desde mi propio punto de vista no se ha sabido aprovechar la debilidad del gobierno que, como se observa ahora, necesitaba salir a Europa a mostrarse como el gran estadista, pacificador y defensor de los DD.HH. ante el mundo, y no le convenía dejar al país en medio de un conflicto que coincide con las movilizaciones estudiantiles de Chile y de los “indignados”.

La actitud tradicional del movimiento social en Colombia ha sido la de querer acorralar y derrotar plenamente al gobierno en aspectos puntuales. La mesa de negociación termina siendo el escenario en donde los gobiernos hacen concesiones y aplacan las movilizaciones y conflictos. Después, no cumple lo pactado. De allí la desconfianza de que hablan los dirigentes estudiantiles.

La situación es diferente ahora. La lucha está planteada en el terreno de ganarse a la sociedad, neutralizar las fuerzas vacilantes y/o contrarias y obligar al gobierno a someterse a una dinámica de “democracia participativa”, deliberante, incluyente, en donde las diversas fuerzas de la sociedad puedan participar. El movimiento tiene al gobierno a la defensiva.

Por ello la “fuerza” no puede equipararse al “paro” o a las “movilizaciones”. Es evidente que entre más participación tenga el paro y las marchas, más legitimidad “propia” tiene el movimiento. Pero no es suficiente. La fuerza política no puede basarse en el paro. El paro y las marchas sólo son un medio de llamar la atención. Es la justeza de la propuesta la que garantiza la acumulación de la fuerza y su transformación en un movimiento de gran cobertura y proyección.

Ante la decisión de Santos de retirar el proyecto y la orden a la Ministra de dialogar con los estudiantes, éstos con oportunidad, autonomía, presteza y firmeza debían haber levantado el paro. De inmediato, “decretar” e imponer a los rectores de las universidades sus condiciones para el restablecimiento inmediato de las labores académicas. El mensaje es: “Somos los más interesados en estudiar”. No permitir que el gobierno manipule “la preocupación por la pérdida del semestre”. Todo en la dinámica de fortalecimiento del movimiento y la preparación social e integral de la propuesta. Es un verdadero ejercicio de poder, desde abajo.

Se argumenta que el gobierno podía incumplir. Es posible. Si no retiraba el proyecto muy seguramente los parlamentarios – que presionaron oportunistamente a Santos –, lo habrían retirado, y habría sido una doble derrota del gobierno. Y si no cumplían, quien quedaba mal era el Estado. Los estudiantes habrían multiplicado su fuerza. También se afirma que los rectores se habrían negado a abrir las universidades, como está ocurriendo. Claro, porque el paro no se ha levantado en algunas ciudades. Pero si los estudiantes salen a los medios a plantear que tienen organizadas brigadas para asear y adecuar los claustros universitarios para iniciar clases, los rectores no habrían tenido el más mínimo argumento para negarse.

La actitud de desconfianza en el cumplimiento del gobierno es la típica actitud del movimiento “reivindicativo”, que actúa a la defensiva y no confía en sus propias fuerzas. Lo que se propone como concepción de lucha parte del presupuesto de que somos un poder (contra-poder-desde-abajo), con capacidad de reordenar espacios, de hacer ejercicios de autonomía, de competir en la cotidianidad (no sólo en momentos de “anormalidad”) con los niveles de decisión institucionales. Claro, midiendo la fuerza, sin aventurerismo y sin sobrepasar los objetivos trazados.

La responsabilidad del movimiento y la organización amplia estudiantil ahora está en el plano de organizar las actividades académicas – estudiar con juicio –, y paralelamente proponer e insertar la discusión y la elaboración de la propuesta en la sociedad.

Se deberán organizar foros, eventos, debates públicos, consultas ciudadanas y toda clase de actividades antes de sentarse oficialmente a concertar una propuesta concreta. Dichas actividades deben ser organizadas oficialmente – en condiciones de igualdad – con el Ministerio de Educación, las rectorías y consejos académicos, las secretarías de educación departamentales y municipales, y las organizaciones de estudiantes, profesores y de la sociedad, a fin de garantizar los recursos, difusión, convocatoria y realización exitosa.

En esa dinámica un “contra-poder-desde-abajo” irá surgiendo y alimentándose de la sapiencia popular y social. Las “Constituyentes Educativas” o como se las quiera llamar, podrán ser construidas. El movimiento estudiantil estaría entregándole no sólo un triunfo a su pueblo sino transfiriéndole su fuerza, que bastante la necesita.

Quedaría el insumo para que los “precariados” colombianos se llenen de indignación y de valor para encabezar un movimiento de nuevo tipo en nuestro país. ¡Por Democracia Real YA!



[2] Palabras del periodista Felipe Zuleta Lleras de El Espectador en entrevista con los dirigentes estudiantiles en el Canal Caracol y Caracol Radio (20.11.11).

viernes, 18 de noviembre de 2011

COLOMBIA: EN EL UMBRAL DE LO POSIBLE

Aprendiendo de las reciente elecciones

COLOMBIA: EN EL UMBRAL DE LO POSIBLE

Popayán, noviembre 17 de 2011

A veces el pueblo nos envía mensajes y no lo escuchamos

Las elecciones del 30 de octubre de 2011 mostraron las principales tendencias políticas que se van a consolidar hacia el futuro en Colombia. Las fuerzas democráticas, a pesar de la dispersión y errores cometidos en las elecciones presidenciales de 2010, obtuvieron importantes resultados electorales en diversas ciudades y regiones. Siguen allí y avanzan.

Colombia no podía sustraerse de lo que ocurre en América Latina, especialmente en Sudamérica. Las expresiones democráticas y nacionalistas – de acuerdo a la correlación de fuerzas de las diversas clases –, han ido minando el poder de las oligarquías y la hegemonía imperial. Es un proceso inevitable y seguramente irreversible.

Sobre la base de amplios movimientos sociales y una histórica tradición anti-imperialista, las fuerzas democrático-nacionalistas se han apoyado en líderes carismáticos o en partidos y coaliciones políticas para acceder por vías electorales al control del aparato estatal. Se intenta reversar las políticas neoliberales implementadas por gobiernos oligárquicos durante más de dos (2) décadas, y en algunos casos, avanzar hacia proyectos socialistas.

En Colombia, Perú y Chile, debido a las particulares características violentas que adquirió la lucha política y social a finales del siglo pasado (dictadura de Pinochet, auge de fuerzas subversivas armadas como Sendero Luminoso, FARC, ELN, etc.), los procesos de cambio se habían estancado o su avance era muy lento. Hoy esa situación empieza a ser superada.

Lo que marcan los resultados

Los resultados electorales muestran a Sergio Fajardo y Gustavo Petro como las figuras ganadoras. Quedan proyectados hacia el 2018. Ambos reaccionaron con rapidez y oportunidad para no hundirse con los errores de sus partidos manteniendo los postulados esenciales. Fajardo – con prudencia, sentido orgánico y sin salirse del partido “verde” –, se desligó del neoliberalismo peñalosista y mockusiano, buscando el vínculo con lo social. El pueblo antioqueño lo apreció y lo premió. Los 900 mil votos que obtuvo así lo demuestran.

Petro hizo lo mismo de una forma arriesgada y traumática. Se separó del Polo y se colocó al frente de la denuncia contra la corrupción que Samuel Moreno dejó empotrar en la alcaldía de Bogotá. No tenía otra salida para preservar la credibilidad ganada. Ya tenía en su haber lo construido con el Polo en lo social. Además, los “verdes” le cedieron la bandera de la ética al aceptar el apoyo de Uribe. Traicionaron el “no todo vale”, saltaron de las “no alianzas” a una alianza oportunista y el pueblo los castigó.

En el caso del Polo – aunque su programa plantea con precisión las tareas democráticas – la dirigencia actual se niega a leer el momento. Sin táctica no hay estrategia ni acción política. Además, el grupismo ha impedido construir confianzas internas que son básicas para la acción colectiva. “Hay Polo para rato” es la frase central del balance del senador Jorge Enrique Robledo. Niega el retroceso. En fin, sin espíritu crítico no se va a ninguna parte.

De no ocurrir algo excepcional, Santos asegurará su reelección en el 2014. Uribe desde la derecha y el Polo desde la izquierda – inexorable y dramáticamente –, contribuirán para que el “neoliberalismo con fachada humanitaria” se mantenga por otros tantos años en éste rincón de Sudamérica. Ojalá así no fuera.

Los retos de Petro y Fajardo

Petro y Fajardo tienen retos similares pero opuestos. Ante la nación Petro tiene el perfil social pero pesa todavía el “trauma guerrerista”. Fajardo deberá avanzar hacia lo social con mayor consistencia. Tendrá dificultades en su partido en donde la concepción neoliberal (Peñalosa-Gilma Jiménez) predomina a pesar de los esfuerzos de la senadora Ángela Robledo. “Lucho” Garzón será quien incline la balanza.

Fajardo es consistente en lo administrativo, no tanto en lo político. Petro tiene experiencia, es sagaz y cuenta con visión estratégica. El problema del conflicto armado seguirá siendo su principal dificultad. Si se inicia un proceso de paz con Santos, así se logre avanzar, las fuerzas reaccionarias tratarán de explotar las dudas sobre la capacidad de Petro en la Presidencia para “no entregar el país a los facinerosos”. Es su Talón de Aquiles.

En sus respectivas gestiones gubernamentales Fajardo pareciera tener ventajas. No necesita mostrar grandes obras, se va a centrar en temas sociales como educación y desempleo, tiene el apoyo de los empresarios y sabe unir voluntades para trabajar en temas concretos. Ya lo demostró en la alcaldía de Medellín pero deberá hacer mayor énfasis en lo social y en una verdadera participación social y comunitaria.

Petro no la tiene fácil. Si no cumple el 100% de sus promesas, cualquier porcentaje que le haga falta se lo cobrarán por el triple. Tiene muchos enemigos respirándole en la nuca. Los acumulados negativos que hereda en la administración distrital no se reducen a la corrupción. El colapso del sistema de transporte, la situación de las empresas distritales, la inseguridad que es reflejo del desempleo y la descomposición social – entre otros problemas –, lo enfrentan a una tarea titánica.

El balance lo harán los ciudadanos. Si Fajardo deja sucesor en Antioquia y Petro en Bogotá, será un empate que deberán resolver para llegar unidos a las elecciones de 2018. Si se presentan divididos, el establecimiento oligárquico mantendrá su hegemonía en el gobierno.

El reto para las fuerzas sociales y los proyectos anti-sistémicos

Los movimientos sociales de los trabajadores y las clases excluidas del poder oligárquico en América Latina – en medio de vaivenes, radicalismos, vacilaciones y conflictos –, están comprendiendo que reversar los efectos de las políticas neoliberales y construir una sociedad post-capitalista no es una tarea que se pueda hacer de la noche a la mañana.

Es así como se empieza a entender que para consolidar los procesos de cambio se debe actuar con consistencia tanto al interior del aparato de Estado – ejerciendo gobiernos democráticos y nacionalistas –, como desde los espacios de la organización y la movilización social. Sin embargo, todavía no se asume con convicción la tarea de construir órganos de contra-poder “desde abajo”, pero la necesidad obliga a hacerlo.

En ese escenario se presentan diversos – y necesarios –, conflictos entre las bases de los movimientos sociales y quienes ejercen funciones en el Estado. Es lo que el vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera denomina las “tensiones creativas”[1]. Y tiene que ser así. Es preciso entender que las fuerzas democráticas heredan un Estado de carácter Colonial, excluyente y arbitrario. Es una herramienta del poder oligárquico, burocrático, ineficiente, que se sostiene sobre prácticas clientelistas y una precaria democracia representativa.

Ese Estado no es transformable. Así se aprueben nuevas Constituciones, se lo adorne con contenidos “pluri-nacionales” o se declare “multiétnico” y “pluricultural” – como ocurrió en Colombia –, mantendrá su naturaleza excluyente. Además, no se puede ni debe destruir mientras no se cuente con otro tipo de Estado, que tampoco va a aparecer de un día para otro. Las prácticas burocráticas y clientelistas que también prosperan en las organizaciones sociales son la demostración de que es un problema de cultura y hegemonía social de amplio espectro. Usar el viejo aparato, “socavarlo” y construir pacientemente lo nuevo, pareciera ser la tarea que se tiene entre manos.

Ante la quiebra de la democracia representativa se está retomando la democracia directa y participativa. Está en el centro del debate de los “indignados”. Fue planteada desde la Comuna de Paris (1871) y los “soviets” en Rusia (1917), pero las limitaciones estructurales de los pueblos y la dinámica de la lucha de clases distorsionó el concepto y su práctica degeneró hacia totalitarismos de partido y de individuos.

La democracia directa y participativa no excluye la representatividad. Sólo que la limita, la supedita a la voluntad y decisión mayoritarias. Los funcionarios deben ser elegidos, revocables y removibles, con mandatos precisos, salarios iguales al promedio de un trabajador y su labor deberá estar acompañada de la acción colectiva de la población que deberá irse apropiando de funciones administrativas y de control social.

En Colombia los movimientos sociales empiezan a reconstruir sus lazos comunitarios, sus dinámicas propias y a renovar sus formas de organización y métodos de lucha. Así lo demuestran las luchas de los obreros petroleros y de la palma y, el movimiento estudiantil. La lucha a su interior se dará entre las prácticas reivindicatorias inmediatistas y las que impulsen propuestas de grueso contenido político.

En Colombia el movimiento social deberá aclarar el tema electoral e institucional. Ante los errores de la izquierda tradicional, algunos sectores se desilusionan. Pasan a contraponer la movilización social a la acción electoral o desde el Estado. El abstencionismo hace carrera entre algunos dirigentes. En otros casos, los partidos políticos quieren instrumentalizar la lucha social, lo que genera – con razón – amplio rechazo en las bases sociales.

Sin embargo, el conjunto de la población actúa con inteligencia en ambos terrenos y va marcando la pauta. Es lo que enseñan las elecciones recientes. Hay que aprender de los hechos.



[1] Álvaro García Linera. “Las tensiones creativas de la revolución”. http://www.rebelion.org/docs/134332.pdf