viernes, 19 de abril de 2013

LA IMPORTANCIA DEL "CONGRESO POR LA PAZ"


LA IMPORTANCIA DEL “CONGRESO POR LA PAZ”

Popayán, 19 de abril de 2013

Se realiza en estos momentos el Congreso por la Paz en la ciudad de Bogotá (19 al 22 de abril/2013). Fue convocado por calificados movimientos y organizaciones sociales que han participado en los diferentes eventos nacionales y regionales dinamizados por el Congreso de los Pueblos. Cuenta también con la participación de otros procesos, movimientos y organizaciones político-populares que tienen presencia a lo largo y ancho del país.

La importancia de este evento – realizado después de la masiva Marcha del 9 de abril – más allá del número de delegados y participantes, está relacionada con la calidad de las conclusiones y los llamados que se hagan desde su seno. Es evidente que las fuerzas democráticas progresistas y revolucionarias de nuestro país requieren de sus aportes sustanciales para entender el momento y unificar posiciones políticas.

Posibles aportes sobre la Paz

De acuerdo a lo que han definido los eventos preparatorios del Congreso por la Paz realizados en las diferentes regiones y subregiones en que se desarrolló dicha labor, podemos adelantarnos a prever algunos aspectos que podrán ser contemplados y aprobados en tan trascendental evento. Veamos:

-       La Paz es un derecho humano fundamental que debe ser conquistado por los trabajadores y los pueblos. No es un problema secundario, es de gran trascendencia.

-       La Paz va más allá del silenciamiento de los fusiles. La salida negociada del conflicto armado es parte de ese proceso pero la conquista de la Paz implica transformaciones estructurales de nuestra sociedad y del Estado.

-       La lucha contra el modelo neoliberal y el sistema capitalista en auge en Colombia debe estar ligado y en concordancia con la lucha por la Paz.

-       Los intereses de los actores armados insurgentes en su proceso de reintegrarse a la lucha política civilista y pacífica no deben confundirse totalmente con los intereses de las amplias mayorías populares. La negociación que lleve al fin de conflicto armado sólo será un paso en la lucha por conquistar la Paz con justicia social.

-       Los resultados y transformaciones que se obtengan en la mesa de negociaciones de La Habana son insumos en la lucha por la Paz. Lo que se avance en ellas corresponderá a la correlación de fuerzas alcanzada en un momento dado pero no pueden confundirse con la totalidad de las aspiraciones transformadoras de nuestro pueblo.

-       La superación vía dialogada del conflicto armado y la integración de las fuerzas insurgentes a la lucha política civilista contribuirán sustancialmente en la creación de mejores condiciones para avanzar en la lucha por la transformación estructural del país, la derrota del modelo neoliberal y la construcción de salidas post-capitalistas. 

-       La lucha por la Paz es una tarea de gran magnitud que va más allá de cualquier campaña electoral. La conquista de la Paz no admite cálculos inmediatistas e intereses mezquinos de carácter electorero. 

El Congreso por la Paz y los retos del momento

La realización del Congreso por la Paz después de haberse realizado la masiva y multitudinaria Marcha por la Paz, la Democracia y la Defensa de lo Público es un hecho de fundamental importancia. Las conclusiones que apruebe podrán ser aportes de gran calado para el movimiento democrático progresista y revolucionario de la Nación colombiana.

El Congreso por la Paz debe recoger el espíritu y la fuerza de la Marcha. La marcha del 9 de abril mostró el camino de la inclusión de múltiples y diversas fuerzas sociales y políticas que confluyen alrededor de apoyar los diálogos de La Habana y de buscar la Paz para los colombianos. La marcha marcó un quiebre en la opinión pública a favor de la paz negociada.

El éxito del Congreso por la Paz depende de la claridad que aporten las conclusiones a la movilización social y la lucha por la Paz. Al interior de las fuerzas democráticas todavía existen vacíos, incomprensiones y vacilaciones frente a los diálogos y negociaciones del gobierno y la insurgencia en La Habana. No se entiende plenamente su relación con la tarea suprema de conquistar la Paz para los colombianos, y por ello su clarificación es la tarea política del momento.

Se trata de colocar en su lugar cada proceso relacionado con la búsqueda de la Paz. Valorar los avances de la mesa de negociaciones en su verdadera dimensión. Insistir en que el principal campo de acción está en el terreno de la movilización popular contra todas las políticas que desde el gobierno se siguen profundizando contra el pueblo. Seguramente los aportes del Congreso por la Paz irán en esa dirección.

Entender que la confluencia parcial y coyuntural que existe entre importantes fuerzas sociales y políticas de carácter popular con algunos sectores gubernamentales en torno a sacar adelante las negociaciones de La Habana (firma de la terminación del conflicto armado) no significa un respaldo a las políticas neoliberales que impulsa el gobierno. Es sólo una concurrencia parcial y circunstancial.

El Congreso por la Paz deberá tener plena conciencia de las fisuras que existen al interior de las fuerzas del establecimiento oligárquico en el terreno de la solución al conflicto armado. Comprender que el gobierno aspira a obtener la desmovilización de la insurgencia  con el mínimo de concesiones. A la vez entender que éste gobierno debe ser presionado desde la sociedad civil para que ese paso sea dado con el máximo de garantías para que las fuerzas insurgentes puedan hacer política por la vía pacífica y civilista.

A su vez, se trata de concebir las negociaciones de La Habana y la movilización popular por la Paz como procesos convergentes pero diferentes. La sociedad movilizada deberá tener la más amplia autonomía, independencia y auto-determinación y no puede estar condicionada por los intereses de los actores armados o por las partes en conflicto armado.

En últimas se trata de hacer aportes para unificar un gran escenario de luchas democráticas y populares entre las cuales la causa de la Paz y de la terminación consensuada del conflicto armado está entre las principales.

Estamos seguros que el Congreso por la Paz hará grandes contribuciones a la lucha del pueblo colombiano, por la Paz y la justicia social. 

viernes, 12 de abril de 2013

LA MARCHA POR LA PAZ: NI PLEBISCITO NI FRACASO, UN PASO ADELANTE


LA MARCHA POR LA PAZ: NI PLEBISCITO NI FRACASO, UN PASO ADELANTE

Popayán, 12 de abril de 2013

La Marcha por la Paz, la Democracia y la Defensa de lo Público realizada el pasado 9 de abril (2013) es un reflejo nítido de cómo se mueve la sociedad colombiana – las fuerzas sociales y políticas – frente al proceso de paz, y es un referente para prever lo que puede ocurrir hacia el futuro.

En cuanto a participación de manifestantes se debe destacar la movilización de Bogotá. La asistencia fue multitudinaria. Cientos de miles de personas desfilaron desde varios puntos de concentración en la ciudad. Sin embargo, a nivel nacional sólo en Pasto (Nariño), Puerto Asís y algunas otras capitales de departamento (Villavicencio, Bucaramanga, Pereira), la presencia de manifestantes fue importante.  

Se debe anotar que es la primera marcha en que se convoca a la ciudadanía en general a sumarse masivamente como apoyo al proceso de Paz que se lleva a cabo en La Habana (Cuba) para firmar el fin del conflicto. Como primer paso fue un pleno éxito.

No se puede afirmar que sea una marcha histórica. Se requiere mucho más. Deberá involucrar a varios millones de personas a lo largo y ancho del país. Se debe superar la movilización por la Paz de 1997 y la que convocó Uribe contra las FARC en 2008, para que se configure un verdadero plebiscito por la Paz. Sin embargo, esta manifestación es un gran avance en el esfuerzo de movilizar a la mayoría de colombianos en esa dirección.  

Evolución de las posiciones y actitudes

Además de la decisión mostrada desde un principio por los dirigentes de Marcha Patriótica y de la oportuna participación de Gustavo Petro en cabeza de la Alcaldía de Bogotá, lo sobresaliente de la jornada fue que el gobierno de Juan Manuel Santos – incluyendo los comisionados en la negociación de La Habana –, aunque un poco tarde, mostraron disposición de sumarse a la manifestación y convocar al pueblo colombiano a marchar.

En la práctica el presidente de la república no participó plenamente en la Marcha hacia la Plaza de Bolívar de Bogotá. Lo hizo simbólicamente en un desfile con funcionarios del Estado en honor a las víctimas que tuvo como punto de llegada el Centro de la Memoria Histórica en donde con Gustavo Petro sembraron un árbol en forma conjunta. Muestra Santos que todavía se deja presionar por quienes llaman a “no revolverse con terroristas o con quienes simpatizan con terroristas” y que le falta mayor decisión en la lucha por una paz negociada. Tantea el terreno pero poco a poco va soltando las amarras.

De todas maneras es un paso adelante por parte del gobierno. Éste empieza a decidirse a movilizar a la población civil frente al tema de la Paz. Ese paso es provocado por:

-       Los recios ataques contra el proceso de Paz que ha recibido de parte del uribismo y demás enemigos de las conversaciones de La Habana y la necesidad de buscar apoyo popular para el proceso mismo.

-       El convencimiento de que la firma de la terminación del conflicto armado con la guerrilla de las FARC (y más adelante con el ELN) no se va a lograr – como lo quisieran – en tiempos expeditos, rápidos y cortos.

-       La inminencia de una campaña electoral que ya está encima y que obliga a buscar a la población para refrendar los avances del proceso.

Que el gobierno haya pasado de una actitud vacilante y temerosa a una más decidida y resuelta es algo notable que va a facilitar los avances no sólo en la mesa de negociaciones, sino en el entorno social que esas conversaciones requieren para ir construyendo un clima apropiado para la conquista de la paz.

Se debe destacar también el respaldo a la política de paz que la plana mayor de los empresarios antioqueños organizados en Pro-Antioquia le otorgó al presidente Santos en Medellín en la misma fecha. Es un hecho significativo.

Marcha Patriótica logra un triunfo político importante al tomar la iniciativa y conseguir que otras fuerzas y gobiernos (nacional y distrital) se sumaran a la iniciativa. Como principal convocante Marcha Patriótica da un paso adelante al proponerse una acción de este tipo en unidad de acción con Progresistas de Petro y con el mismo gobierno nacional. Demuestra que no le teme a alianzas multipartidistas y que piensa en las amplias mayorías populares – las no organizadas – que deben ser convocadas con un espíritu amplio e incluyente.

Gustavo Petro jugó a unificar simbólicamente las dos marchas. Estuvo con Santos en el acto de las víctimas y se puso al frente de la marcha de la Plaza de Bolívar. Al lado de Piedad Córdoba lideró el llamado a unir a la mayoría de los colombianos en torno a la causa de la Paz sin mostrar temor o mezquindad frente al hecho de que un avance sustancial del proceso de Paz puede – objetivamente – disparar positivamente la campaña de reelección de Santos.

Mientras tanto el Polo Democrático Alternativo PDA se pronunció a favor del proceso de Paz pero no llamó a sus bases a participar de la marcha por el hecho de que el gobierno de Santos se había sumado a la convocatoria. Primó el temor de confundirse con quienes apoyan la reelección de Santos y renuncia – de hecho – a dar la lucha por la Paz en el terreno de la verdadera política que exige mayor capacidad de acción y de riesgo.

Balance estricto

Es necesario hacer un balance estricto para no hacer cuentas alegres y sobredimensionar voluntaristamente los hechos. Veamos:

-       A nivel nacional no se consigue movilizar al ciudadano del común. En Bogotá y Pasto el impacto es un poco mayor. Fue una prueba destacada pero no es suficiente para superar el escepticismo que todavía existe entre la población en general.

-       El gobierno de Juan Manuel Santos pasó raspando su primera movilización por la Paz. Centró su participación en el tema de las víctimas como contentillo para no asustar a las fuerzas militares. Sin embargo, da un paso adelante en la dirección correcta.

-       La actitud de la mayoría de alcaldes y gobernadores fue vacilante, calculadora y temerosa. El gobierno se movió muy tarde y no logró un impacto nacional generalizado.

-       Tres sectores se unieron en la marcha por la paz. Marcha Patriótica fue la convocante, Gustavo Petro y progresistas se sumaron con decisión, y al final, el gobierno nacional – presionado por los ataques uribistas – se decidió a convocar a la población a marchar.  

-       El Polo Democrático Alternativo una vez más se equivoca en materia grave. Se muestra temeroso, mezquino e inseguro. Privilegia la política coyuntural frente a una meta de gran y mayor calado como es la conquista de la Paz. Se aísla y termina confluyendo con el uribismo.  

Conclusión

Lo que interesa a los demócratas colombianos (progresistas y revolucionarios) es que Santos se comprometa a fondo con la causa de la Paz. Que sin ningún temor enfrente a los enemigos de la Paz en todos los terrenos. Que convoque masivamente a la población a sumarse a esa causa. Nos interesa llegarle a decenas de millones de colombianos, así lleguen a las marchas y demás eventos o escenarios de la mano del gobierno. No importa.

La causa de la Paz sólo se conseguirá con ese gran torrente de opinión pública y participación masiva de ciudadanos del común. Con las solas fuerzas "organizadas" ya sea de izquierda o de la democracia progresista, no alcanza. Además, sólo llegándole a esas amplias mayorías es que podemos avanzar como Nación y como fuerzas democráticas.

Petro – se puede decir – se sintoniza mejor que todos con los diferentes escenarios, el de la institucionalidad, incluyendo la militar (a la que hay que llegar) y con los sectores organizados. Al interior de la Marcha Patriótica falta algo de claridad sobre eso de “que apoyamos el proceso de conversaciones pero no apoyamos a Santos”. La realidad es que quien apoya el proceso de paz actual, apoya parcialmente a Santos (como lo hace con claridad Piedad Córdoba), pero otra cosa es que nos casemos o no con una posible candidatura de Santos.

Por todo lo anterior podemos afirmar que a la totalidad de la izquierda colombiana le hace falta una estrategia política unificada (incluyendo la electoral). Dicha estrategia le permitiría actuar con mayor coherencia y disposición en la lucha por ganar a la opinión pública y a las amplias mayorías populares. Esa estrategia le facilitaría enfrentar tanto a Santos como a otros sectores que están vacilantes o decididamente contra el proceso de paz.

Las fuerzas democráticas y de izquierda pueden colocar los cimientos de la justicia social en el proceso de Paz si desarrollan esa estrategia amplia e incluyente. De lo contrario todo se jugará y decidirá en el estrecho marco de la mesa de negociaciones de La Habana.  

P.D. Coincide la realización de la Marcha por la Paz con el fortalecimiento de la delegación de las FARC en la Mesa de conversaciones y negociaciones de La Habana con nuevos integrantes representativos de esa organización insurgente. Es una buena noticia.