miércoles, 27 de enero de 2021

Duque y Uribe, el mal gobierno frente al 2022

 

Duque y Uribe, el mal gobierno frente al 2022

Popayán, 27 de enero de 2021

El presidente Duque cree que gobierna y que lo hace bien. O parece creer que actuando como si todo estuviera bien, la mayoría de los colombianos van a pensar igual. Todos sus ademanes, mensajes, decisiones y acciones están pensadas para enviar esa imagen. Para él y sus colaboradores, los cientos de líderes asesinados o los 52 mil muertos por Covid-19 no existen o no se siente responsable de ellos. El vive en su programa de televisión, es su realidad virtual.    

Pero, su principal mentor no piensa igual. Por algo dijo… “¡Cuidado con el 22!”

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Hay que recordar que Duque se hizo elegir con la actitud-discurso de Fajardo, las intenciones-odios de Uribe y el temor-miedo a Petro (supuesto “castro-chavismo”). Ha tratado de mantener la imagen de moderación del primero; cumplir solapadamente los mandatos del segundo; y desgastar al tercero, su contendor. No ha logrado tales propósitos.

En realidad el gobierno de Duque es un desastre, no solo por el manejo que ha hecho de la pandemia sino por las acciones que ha realizado. Casi todo le ha salido mal. No ha logrado los efectos deseados. Su gobierno es reactivo, no tiene agenda propia, es un desorden completo. Sus salidas en falso y llamados a la unión, no entusiasman a nadie.  

El listado de fracasos es protuberante, veamos algunos:

a) Prometió tumbar a Maduro; lo intentó pero todo salió mal. En el camino cayó el Grupo de Lima; Trump se limitó a amagues y “fuegos artificiales”; la OEA manipulada por Almagro se ha debilitado y los “neo-cons” de La Florida, que eran sus patrocinadores, hoy están fuera de la Casa Blanca. Se quedó solo mientras Maduro empieza a ser reconocido en Europa.

b) Se propuso destruir la Justicia Transicional para garantizar la impunidad de Uribe y demás cómplices. Todos los ataques han sido infructuosos, esa jurisdicción de justicia hoy está fortalecida a nivel nacional e internacional, y el referendo que pretende unificar las cortes no tiene posibilidad alguna en un año pre-electoral como el 2021.  

c) En lo económico no da pie con bola. La economía naranja se quedó en planes; la pandemia vino a agudizar los problemas que heredó; los recaudos cayeron, la recesión es evidente, el desempleo se disparó y el Estado está en bancarrota. Ahora está “feriando” los bienes-activos del Estado (Ecopetrol, ISA) para sobreaguar las finanzas pero el barco está desfondado.

d) En el manejo de la pandemia las cosas no marchan mejor. Al inicio aprobó cuarentenas prematuras más por la presión de la alcaldesa de Bogotá que por convicción propia; no trazó un plan de emergencia para enfrentar la situación en forma integral; luego flexibilizó las restricciones para reactivar la economía y provocó la actual crisis hospitalaria; y para rematar, ha perdido lo poco que le quedaba de credibilidad con el asunto de la compra de vacunas.

e) En las relaciones internacionales los resultados son dramáticos. La torpeza es mayúscula. Se la jugó con Trump y ganó Biden; atentó contra la JEP y la comunidad internacional la apoya; sus amigos regionales no pueden con su propio país (Bolsonaro, Piñera, etc.), y está aislado. Con diplomáticos del talante de “Pachito” Santos, la Blum y Ordóñez, no podía esperarse otro resultado.   

f) En lo político logró el apoyo de Cambio Radical, los liberales con César Gaviria a la cabeza, y el grueso del Partido de la U, pero no ha podido aprobar iniciativas legislativas importantes. Lo que realmente les interesaba era monopolizar los órganos de control (procuraduría, contraloría, defensoría) y la Fiscalía General de la Nación, con el objetivo de resistir hasta el 2022 y retener la presidencia a punta de burocracia, corrupción y clientelismo.

Así, entonces, de la moderación de Duque solo quedó la pose; desnudó su carácter derechista haciéndole mandados mal hechos a Uribe; y no logró debilitar a Petro, a pesar qué el líder del progresismo también tiene sus propios problemas.

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Con ese balance general, que si fuera más detallado revelaría mayores falencias, graves delitos, terribles crímenes y torpezas a granel, se podría pensar que las fuerzas democráticas tienen servida la mesa para acceder al gobierno. Y en realidad, el panorama es prometedor.

Todos los sectores políticos que no están con el gobierno de Duque saben que la tarea es derrotar definitivamente la amenaza autoritaria de Uribe en 2022. El problema consiste en que existen diversas miradas respecto de cómo hacerlo y hasta donde avanzar.

Las fuerzas del llamado “centro” temen desencadenar un proceso que conduzca a afectar poderes que ellos no están dispuestos a enfrentar. Es lo que ocurre con las Empresas Públicas de Medellín EPM, en donde los contratistas del Grupo Empresarial Antioqueño GEA han quedado en evidencia frente al manejo del proyecto Hidroituango, y los llamados “tibios” han sido desenmascarados por los acontecimientos.

No obstante, de acuerdo a lo que se puede percibir, tanto en Colombia como en el mundo, se viene acumulando y potenciando un estallido social de amplias proporciones y de gran profundidad. Los efectos de la recesión económica que venía de atrás y que ha sido agudizada por la pandemia van a generar fuertes tensiones en la sociedad.

Pienso que ese estallido social será un factor que va a “reordenar” la política en Colombia. El tal “centro” va a explosionar y las verdaderas fuerzas democráticas van a ser puestas a prueba. Es posible que si la movilización social no tiene las condiciones para estallar en las calles, pueda ser canalizada hacia los escenarios electorales, y determinar los resultados de las elecciones de 2022.

Claro, hay que saberlo hacer, con paciencia y sabiduría, sin oportunismo y sin afanes protagónicos, con visión de mediano y largo plazo. Y promover la organización popular, única forma de darle continuidad a los procesos de transformación.    


jueves, 14 de enero de 2021

La insurrección triunfante: un análisis marxista


 La insurrección triunfante: un análisis marxista

Ya sea planificado o estocástico, fue un golpe de estado

Paul Mason

Londres, 12 de enero de 2021

Esta es la transcripción de mi primer podcast de 2021, el comienzo de una serie que voy a hacer este año en la preparación de mi nuevo libro "Cómo detener el fascismo", publicado por Allen Lane en mayo de 2021.

Los acontecimientos del 6 de enero en el Capitolio de los Estados Unidos todavía están siendo investigados, y hay mucha especulación sobre la relación entre la planificación, la espontaneidad, los diferentes grupos involucrados, la aplicación laxa o cómplice de la ley y las intenciones de la administración Trump.

Ha llevado a respuestas de la izquierda que van desde "fue un intento de golpe de estado, encarcelarlos a todos por sedición" hasta la afirmación de que, un poco como Baudriallard con la guerra de Irak, fue todo un espectáculo y nunca sucedió realmente. Y mucho de esto está siendo impulsado por las confusiones, sobre la naturaleza de la administración Trump, y lo que es el fascismo, y si la izquierda puede apoyar la represión del Estado, etc, etc.

Mientras nosotros los periodistas tratamos de llegar a los hechos, es importante darse cuenta de que el FBI, la NSA y probablemente numerosas agencias de inteligencia extranjeras, tendrán una imagen completa de las comunicaciones en el día. Ellos y las empresas tecnológicas están por delante de nosotros, y sin recurrir a la especulación, hay que leer la evidencia como una serie de llamadas de alarma como al menos potencialmente significando que la amenaza de un golpe de estado era real.

Así que en esta conferencia, quiero recapitular lo que sabemos sobre la estrategia de Trump para mantenerse en el poder. Medir eso contra un análisis de clase de Trump, y finalmente hablar de las teorías de izquierda del fascismo, y las teorías académicas, y por qué algunas de ellas no explican lo que está pasando, y pueden llevar a las tácticas equivocadas.

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Lo que sucedió el 6 de enero de 2021 tiene que situarse en su contexto. Trump sabía que existía el peligro de perder las elecciones. Sin embargo, su mayor carta de movilización resultó ser Black Lives Matter, y el subsiguiente verano y otoño de violencia cuando la policía y las milicias de derecha atacaron el movimiento BLM. Básicamente, un montón de blancos, y no sólo blancos sino hispanos conservadores, vieron el BLM y se dieron cuenta de que existía la posibilidad de que lo que WEB Du Bois llamaba "el salario de la blancura" quedara sin pagar.

En el otoño de 2020 Trump estigmatizó con éxito a todos los movimientos antirracistas activos, y de hecho a toda la oposición, como antifa violenta, que a su vez prometió repetidamente designar como terrorismo. Luego asoció sistemáticamente a Biden y Harris con el socialismo. BLM y antifa. Dándose cuenta de que no iba a ganar las elecciones, también dirigió al Servicio Postal de los EE.UU. en una operación de supresión de votantes a nivel nacional, para minimizar el voto por correo.

Mucho antes de las elecciones, la estrategia estaba clara. Tuvo que movilizar a racistas asustados, incluidos millones de no votantes; tuvo que deslegitimar los votos por correo; y tuvo que construir un movimiento de masas preparado para activarse en el momento en que perdiera la presidencia, para obligar al Tribunal Supremo, o a las legislaturas estatales, o a los electores infieles, o en última instancia a las fuerzas armadas, a intervenir para mantenerlo en el poder.

Lo que construyó el movimiento fue la fusión del movimiento MAGA, junto con las milicias y grupos fascistas preexistentes, con la mucho más amplia teoría de la conspiración de QAnon.

QAnon proporcionó el mito soreliano. Georges Sorel, el anarquista convertido en nacionalista reaccionario en la Francia anterior a 1914, argumentó que los movimientos de masas necesitan una mitología, no un razonamiento - la mitología no es sólo una historia, sino una historia en la que se vive. QAnon, que es co-creado por sus creyentes, funcionó perfectamente: dice que hay una cábala liberal de pedófilos con base en Hollywood y Washington que busca la vida eterna cosechando la sangre de los niños, y que Trump está secretamente en guerra con ellos y pronto lanzará una ofensiva que los pondrá en Guantánamo.

Por cierto, como todas las teorías de conspiración fascista, era una fantasía sobre lo que la gente quiere que ocurra. Goebbels solía decir: todo lo que los nazis sabemos sobre el poder, nos lo enseñaron los judíos. De la misma manera, se podría imputar a los conspiradores, "todo lo que sabemos acerca de cómo gobernar América nos lo enseñaron los chupasangres asesinos de niños de Hollywood" - es una fantasía sobre cómo quieren gobernar, no cómo son gobernados.

Desafortunadamente millones de personas se han visto atraídas a pensar de esta manera, y ahora tenemos legisladores y canales de medios de comunicación dedicados a difundir esta mierda.

El punto es que QAnon fue el radicalizador. Porque toma los prejuicios existentes - contra los negros, el antirracismo, la democracia o el fascismo abierto - y acorta los plazos de forma masiva. La mayoría de los fascistas modernos, como veremos, buscan una guerra civil étnica global a largo plazo. Su estrategia fue esperar y prepararse - por lo tanto "prepararse" como una subcultura política. La mayoría de las milicias dirán: somos pacíficos hasta que vengan por nuestros derechos de la Segunda Enmienda. Pero QAnon dice que no, que vendrá antes del 20 de enero de 2021. Por eso el FBI lo identificó como una amenaza terrorista.

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Así que llegamos a la noche de las elecciones y Trump pierde. Creo que descubriremos que lo que sucede a continuación siempre fue el plan. Declararon que estaban ganando hasta que llegaron los votos postales falsos o ilegales. Crearon una narración de la elección robada. Hubo una "oleada de protestas fuera de los centros de votación, así como amenazas contra los funcionarios electorales". La narración de StopTheSteal comenzó la noche y luego fue alimentada por la mayoría de las secciones del partido republicano, con sólo 27 miembros del Congreso reconociendo la victoria de Biden a principios de diciembre. En las protestas de Stop The Steal durante diciembre, los grupos armados tomaron, según el grupo de monitoreo de ACLED, un papel más amplio: 8% de todas las manifestaciones de la derecha tenían presencia de milicias armadas, en comparación con alrededor de 2-3% durante la mayor parte del año.

Para el 3 de diciembre "Las peleas callejeras han estallado en múltiples manifestaciones de los Proud Boys en todo el país desde las elecciones, incluyendo en Carolina del Norte, Nueva York, California y Washington, DC".

Pero mientras tanto hay una operación paralela para tomar el control ejecutivo del aparato estatal coercitivo. Trump despide al Secretario de Defensa, al Subsecretario y a muchos funcionarios que los aplaudieron al salir del edificio. Despide a su jefe de ciberseguridad. Directores superiores de seguridad nacional. Y en octubre ya había firmado una orden que le daba derecho a purgar hasta el 88% de la administración pública por motivos políticos.

Luego, el 12 de diciembre, Trump pierde el caso de Texas en la Corte Suprema. 127 miembros del Congreso firmaron la demanda de Texas - pero una vez que la pierde, su equipo legal se desmorona, se obtiene el comienzo del reconocimiento de la victoria de Biden por parte del GOP en el Capitolio

Pero el movimiento en sí mismo tiene su propia lógica. Una vez despojado de cualquier esperanza de ganar en los tribunales, sólo puede detener a Biden impidiendo o interrumpiendo la confirmación de la votación del Colegio Electoral el 6 de enero y eso se convierte en el foco.

Mientras tanto, el 18 de diciembre Trump celebra una reunión furiosa con la gente más loca a su alrededor - Guliani, Flynn, Sidney Powell. donde discuten dos cursos de acción; a) nombrar a Powell - que es un completo conspirador - como consejero especial para investigar la elección robada; b) declarar la ley marcial. Trump en realidad tuitea que los informes sobre la ley marcial eran noticias falsas, pero los informes de prensa lo ponen ahí. Significativamente, también fue el 18 de diciembre que Trump anunció el 6 de enero la manifestación "Detengan el robo", diciendo "Estén allí: será salvaje".

En respuesta, hubo dos intervenciones de militares de alto rango: el 18 de diciembre, cuando el Secretario del Ejército y el Jefe del Estado Mayor emitieron una declaración diciendo que los militares no tenían ningún papel en la resolución de las elecciones; y luego, el 3 de enero, los diez ex secretarios de defensa vivos emitieron una advertencia codificada contra la participación de las fuerzas armadas.

No sabemos si había un plan, o si lo que pasó el 6 de enero fue un "motín estocástico", incitado por poderes, usando intermediarios y retórica. Pero hay una lógica. Si puedes invadir el Capitolio, realmente interrumpir los procedimientos, tomar miembros claves del Congreso, puedes presionar a Mike Pence, el VP, para que se niegue a firmar los papeles de confirmación, o puedes robar los votos electorales reales (que estaban presentes), y así puedes desencadenar la intervención Federal para mantener el orden. No sería un golpe militar, pero reabriría la posibilidad de la ley marcial en la propia DC, durante la cual Trump podría mantener a la gente en las calles, desafiando los llamados a ceder el poder.

¿Está lo suficientemente loco para hacerlo? La gente a su alrededor lo está, porque como veremos tienen mucho que perder. La gente en las calles - eso es lo que activamente pidieron. Y la gente que hizo el negocio fueron, como ahora está claro, endurecidos, armados y organizados supremacistas blancos, antisemitas y fascistas.

Así que todo esto nos lleva a tener que revisar rápidamente nuestras respuestas a la pregunta: ¿qué representa Trump y cuál es su proyecto?

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Al principio fue bastante fácil, aunque al centro liberal le llevó mucho tiempo resolverlo. Trump llegó al poder representando algo que no hemos tenido en el mundo desarrollado durante toda la era neoliberal: una fracción de la burguesía.

En la era neoliberal, debido a que el beneficio se canalizaba a través del sistema financiero mundial, hubo lo que Marx llamó "comunismo capitalista" - la recompensa es proporcional al riesgo, hay igualdad de condiciones, la globalización es un ganar-ganar para los ricos.

Una vez que el neoliberalismo se derrumba, después de 2008, una fracción de la élite corporativa emerge que no quiere jugar en igualdad de condiciones. Quieren duplicar la privatización, desregulación, etc., pero quieren seguir el proyecto neoliberal a escala nacional, no global. Eso es en parte lo que Brexit era - romper las reglas basadas en el orden global multilateral - y es lo que el proyecto de Trump era; proteccionismo comercial, recortes de impuestos, así como la inflación de los precios para los ricos.

Si miras a la gente que lo apoyó inicialmente, es capital monopolístico privado - los jefes de casino, los financiadores de cobertura como Robert Mercer, y es el sector de las PYMES, es la industria de seguridad y vigilancia, y son los combustibles fósiles.

Crean un proyecto nacionalista neoliberal. Toman los restos de la derecha libertaria, o al menos de la mayoría de sus seguidores, y los convierten al autoritarismo, de la misma manera que Mencius Moldbug y Peter Thiel se convierten en autoritarios efectivamente monárquicos después de 2007/8. Y muchos capitalistas americanos de servicio se inscriben. Hay una ruptura significativa con la fórmula económica neoliberal: consiguen que la Reserva Federal monetice la deuda y siguen acumulando deuda. Así que este es un proyecto nacionalista autoritario de derecha alimentado por la deuda. Dejan de intentar mantener un orden global basado en reglas y vuelven a la política de la Gran Potencia.

Eso no es fascismo. Pero si buscas una base económica para lo que pase después tienes que recordar que un capitalismo autárquico, financiado por el estado - en la forma del Frente Harzburg en Alemania - es exactamente lo que produjo a Hitler. Hitler fue permitido en el poder porque habiendo tratado de hacer nacionalismo económico con un parlamento y una constitución, resultó más fácil hacerlo con una democracia destrozada y campos de concentración.

Lo que tenemos que preguntarnos es: ¿por qué y con qué objetivo la administración Trump pasó de su proyecto de neoliberalismo aislacionista, autoritario y alimentado por la deuda al intento de aferrarse al poder en un golpe de estado?

Primero, la criminalidad. Numerosas personas de la administración fueron condenadas y luego perdonadas: Stone, Flynn, Manafort, etc. Es seguro asumir que Trump intentará perdonarse a sí mismo y a su familia, porque es probable que se hayan producido delitos penales, ya sea con respecto a la seguridad nacional, o de puro soborno. La gran señal para el cambio en la naturaleza del régimen fue la convención de los republicanos, celebrada contra la ley en la Casa Blanca, en la que principalmente participó la familia trastornada de Trump.

La oferta a los aislacionistas, y a los mafiosos y a los fondos de cobertura fue: el segundo mandato será una dinastía familiar, la monarquía originalmente llamada por Moldbug hace una década y media.

Hay un punto en el que preguntar "¿cuál es su relación con el capital?" se vuelve menos importante que "¿cuál es su relación con el capitalismo?"

Una de las características de las nuevas formas autoritarias de poder de la derecha - Trump, Orban, Bolsonaro, Putin, Duterte - es que tiene que llegar a ser impensable que alguna vez dejen el cargo. Esto se debe a que el radicalismo de la sociedad, y las necesidades apremiantes de hacer frente al cambio climático y la bioseguridad de Covid, significan que sin autoritarios en el poder se tiene el fin de la industria de los combustibles fósiles en una generación, la propiedad y el control estatal del sistema energético, reducciones masivas en la industria aérea, prohibiciones de la deforestación, etc.

Así pues, la trayectoria de esta fracción de capital -al igual que en la Alemania de los años treinta- va desde "el sistema actual no funciona; así es como mantenemos lo que tenemos" hasta una versión radicalizada que tiene que impedir cualquier transferencia democrática de poder a políticos no oligárquicos, incluso a unos tan pro-capitalistas como Biden/Harris.

Creo que para algunas partes del GOP, no reconocer la elección fue una táctica para deslegitimar la administración de Biden y preparar un nuevo camino hacia el poder en 2024. Lo aceptaron metafóricamente. Desgraciadamente eso no es cierto para muchos en la base.

En la base - y aquí es donde realmente hay que abandonar todas las teorías marxistas aprendidas de memoria de los años 30 - la base es completamente autónoma del capital. La base es impulsada, como dijo Wilhelm Reich, por algo mucho más poderoso que la lealtad al capital: es impulsada por el miedo a la libertad. Su preocupación número uno es el BLM, y la posibilidad de la liberación negra. Ven a la policía, la delgada línea azul con licencia para asesinar a los negros, como la última línea de defensa. Y para ellos, la perspectiva de que incluso un gobierno liberal moderado asegure que el estado de derecho prevalezca, es el fin del mundo. Y su mayor preocupación es el fin de la economía de los combustibles fósiles, el fin del patriarcado y la opresión de las mujeres, el fin del racismo estructural, el privilegio de los blancos, los derechos de propiedad, etc.

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He estado leyendo y monitoreando el derecho de los EE.UU. para mi libro y lo que noté en el último trimestre de 2020 fue el aumento de las narrativas de la píldora negra. La píldora roja es cuando despiertas a la realidad alternativa creada por la ideología de la extrema derecha. La píldora negra es un código para cuando la extrema derecha sabe que va a perder, y entra en una situación desesperada, y contempla el suicidio - que al igual que con los nazis tiene la intención de destruir el mundo, no sólo a ti mismo. Incluso gente como James Lindsay, un propagandista no violento y antidespertador que comienza tratando de defender la verdad sólo del postmodernismo, dice ahora - casi hemos perdido, los liberales y los wokes casi han ganado.

La base es masiva; 10 millones de nuevos votantes votaron por Trump en 2020; el 45% de los votantes republicanos apoyaron el asalto al Capitolio. QAnon es una ilusión masiva con millones de seguidores. Fue creado en los medios sociales y por medios como Fox News, y a través de la propia Presidencia, que se convirtió en un importante proveedor de desinformación.

¿Esa base masiva merece ser llamada fascista? Desafortunadamente su núcleo es activa y conscientemente fascista, pero al igual que con Hitler y Mussolini, la gran parte de ella son individuos de la clase media baja y la clase obrera no organizada - que es grande en los EE.UU. - que tienen una ideología reaccionaria, y lo que es más importante, están atrapados en el mundo de la teoría de la conspiración.

Desde la Guerra Fría hemos tendido a separar las teorías de conspiración y el fascismo - así que tuvimos muchas conspiraciones de extraterrestres y OVNIs pero no muchos neonazis - pero en el clásico apogeo del fascismo, especialmente en Alemania, las teorías de conspiración fueron cruciales para el ascenso del nazismo. Los protocolos de los ancianos de Sion crearon lo que Hannah Arendt llama "el mundo de la mentira" en las mentes de las masas que apoyaban al fascismo.

Uno de los grandes problemas del marxismo clásico era que tendía a subestimar la importancia de este utópico y hermético ecosistema de mentiras. Asumió que podía ser destruido por la lucha o la realidad económica. Como dijo Reich, mientras los nazis corrían por la sangre y la tierra leíamos las estadísticas económicas a multitudes de desempleados, que sabían que el capitalismo estaba en crisis y querían una respuesta, no un análisis.

Qanon y el movimiento MAGA y la mezcla de ciencia racial y misoginia violenta y antisemitismo y antiglobalización y antidespertar es una lógica sellada e impenetrable que la gente ha creado, como escribí en Clear Bright Future, porque la ideología neoliberal se ha derrumbado y el yo neoliberal está en crisis.

Lo que no estoy diciendo es que este es un movimiento pequeño burgués que representa los intereses de clase autónomos de la burguesía - eso fue más o menos lo que los marxistas ortodoxos críticos consiguieron en los años 30. Estoy diciendo, como Reich y Fromm dijeron, este es un fenómeno arraigado en jerarquías más profundas que la clase, a saber, la familia y la supremacía racial, que preceden al capitalismo y toman una forma capitalista específica.

Tenemos que enfrentarlo: hay una base de masas plebeya para el fascismo americano, y Trump ha elegido dirigirla, aunque su propio proyecto político y modus operandi no fue inicialmente fascista, y aunque hay poco apoyo entre la élite corporativa dominante para ese proyecto.

Entendamos el proyecto fascista, si lees toda la mierda de la Nueva Derecha, quieren una guerra civil étnica global que revierta la historia a una serie de sociedades étnicamente puras, pre-capitalistas o pre-modernas. Y están preparados para esperar el momento adecuado. Lo que quieren por ahora es mantener a gente como Trump, Orban, Bolsanaro en el poder, y operar en el espacio provisto.

Tienen que ser, a medio plazo, desescalados, desactivados, disueltos... pero a corto plazo tienen que ser derrotados. Y pueden serlo. Pero si derrotamos este golpe, o una serie de golpes, hay una larga ruta constitucional hacia el poder para la extrema derecha americana que todavía tiene que ser detenida...

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Quiero pasar ahora a algunos de los desafíos que esto plantea a la izquierda, a nivel de estrategia y análisis.

La definición marxista clásica del fascismo, formulada por Dimitrov en 1935 para justificar el Frente Popular, es bastante inútil. El fascismo, dice, es "la dictadura abierta y terrorista de los elementos más reaccionarios, más chauvinistas y más imperialistas del capital financiero":

".... El fascismo no es un poder que esté por encima de la clase, ni un gobierno de la pequeña burguesía o del lumpen-proletariado sobre el capital financiero. El fascismo es el poder del propio capital financiero".

Fue una definición polémica construida para atacar toda percepción razonable. Porque el fascismo, tanto en Alemania, Italia, Austria, etc., operaba de manera autónoma de los grandes, incluso del capital financiero.

Esta comprensión, de que el fascismo no era sólo "un poco autónomo" de las fuerzas de clase, sino que potencialmente era totalmente autónomo, tuvo un precio muy alto en los movimientos laborales italianos y alemanes. Porque tiende a contrarrestar uno de los principios del marxismo, que todo está enraizado en el interés de clase.

Pero hay una explicación igualmente marxista o materialista de por qué partidos como el PND de Mussolini y el NSDAP de Hitler podrían dictar a la élite, crear nuevas élites, establecer diferentes agendas para las élites e incluso reprimir sus intereses económicos.

El fascismo es el miedo a la libertad; es un fenómeno ideológico y social de masas que casi siempre se desencadena cuando la gente ve la libertad a su alcance.

En el siglo XX los agentes de la libertad fueron la clase obrera organizada; en el siglo XXI, la posibilidad de la libertad surge no sólo de los movimientos de la clase obrera sino del movimiento plebeyo masivo y en red - Black Lives Matter, Me Too, Fridays for the Future... si lo piensas bien, estos movimientos están desafiando algo aún más arraigado en la sociedad de clases que la explotación de clases - a saber, la opresión de género y el racismo estructural.

Así que cuando escucho a la gente de la izquierda decir "los eventos del 6 de enero no pueden haber sido un golpe porque la burguesía americana no necesita el fascismo, porque la clase trabajadora no está al borde del poder", sólo digo que lean mejores libros y estudien la historia y la realidad.

El 6 de enero fue un intento de golpe de estado, en el sentido de que fue diseñado para desencadenar la ley marcial y la suspensión de la transición. Ahora mismo en Gab, los cantos etc, la gente está fantaseando con algo mucho más grande: los primeros actos de una Guerra Civil 2.0. Lo que queda es trazar la cadena de mando o influencia desde el círculo íntimo de Trump hasta los Chicos Orgullosos, las milicias y los congresistas de ultraderecha que parecen haber instigado la manifestación; y por qué se rompió la cadena de mando formal que debería haber desplegado la Guardia Nacional.

Una vez que se acepta que era grave, se puede ver por qué tantos de la derecha republicana se distanciaron de ella: porque el propio GOP no es fascista; está inflado por el fascismo pero sigue siendo una herramienta de gobierno para el capitalismo estadounidense en muchos estados. Si hay un barómetro de lo que la derecha actual del capital financiero quiere es lo que dice Fox y lo que hace el senador Tom Cotton de Arkansas. Ambos se han distanciado de Trump - y se puede ver el comienzo de un nuevo proyecto de derecha, en torno al autoritarismo constitucional.

En cuanto a la gente que dice: la violencia fue principalmente performativa - por lo que no puede haber sido un verdadero intento de golpe de estado. Eso no es el punto de lo que la violencia nazi y fascista. A menudo fue performativa. Por ejemplo - y hay muchos en Cómo detener el fascismo - Italo Balbo, el teniente de Mussolini en Ferrara, cuando sus camisas negras fueron prohibidas de llevar garrotes, asaltaron una pescadería, tomaron bacalao salado de un metro de largo y lo llevaron por toda la ciudad, atacando a izquierdistas y sindicalistas con pescado seco.

La violencia fascista es siempre performativa, simbólica y es una norma ética. La violencia no es el fin, para muchos es un fin en sí mismo, una forma de auto-expresión, por lo que muchos de ellos quisieron tomar auto-imágenes.

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Entonces, ¿qué hacemos? Hay una reticencia comprensible a fortalecer el poder del Estado, porque tiene demasiado poder, pero la democracia constitucional americana está cerca de romperse - porque la constitución no fue diseñada para una posición en la que una fracción de la burguesía quiere usar sus disposiciones para erosionar el estado de derecho.

Puedo entender la posición leninista: el estado es un brazo de la burguesía, queremos aplastarlo - pero en el siglo XX frente al fascismo, todos los partidos marxistas que realmente se encontraron en el extremo receptor encontraron a) la violencia antifascista no es suficiente - no puede igualar la violencia fascista en su carácter ofensivo, móvil, mercurial b) hay que llamar al estado a defender la democracia y el estado de derecho.

Los socialistas alemanes tenían incluso una milicia entrenada en el tiro al blanco por la policía, que controlaban en el estado de Prusia. Es cierto que los partidos comunistas de ultraizquierda tenían políticas de resistencia violenta, lo cual estaba justificado, pero nunca fue una estrategia para derrotar al fascismo.

En mi libro, Imaginen un caso fuerte de que el Tercer Periodo de la Comintern, clase contra clase, identificando al liberalismo como lo mismo que al fascismo fue algo decisivo en las victorias del fascismo. Pero a nuestro alrededor podemos ver que partes de la izquierda cometen el mismo error: equiparar a Hillary Clinton y Trump, negarse a llamar a la policía para cumplir con su deber, diciendo - "tal vez no deberíamos deslegitimar la sedición en caso de que nosotros también seamos tildados de sediciosos".

Bueno, te enfrentas a la clase capitalista. O bien adoptamos una estrategia de derrocamiento, y buena suerte con eso frente a 75 millones de votantes armados de Trump, o bien entendemos las divisiones en el seno de la clase dominante, utilizamos el espacio que la democracia permite a la izquierda y al movimiento obrero para movilizarse y defendemos lo que tenemos.

Arendt describió el fascismo como "la alianza temporal de la élite y la mafia". Eso es literalmente lo que pasó el 6 de enero: Josh Hawley golpeando el aire, Kimberley Guilfoyle haciendo piruetas, mientras que los ex-locos del servicio son fusilados en el Capitolio.

Las lecciones de Europa en los años 30 son: lo único que late y la alianza de la élite y la mafia es una alianza temporal del centro y la izquierda. Y que cuando eso ocurre, como en Francia y España entre 1934 y 1936, no sólo se ganan elecciones sino que se puede crear una cultura popular antifascista de masas.

No fue la alianza electoral formal entre los liberales socialistas y comunistas la que derrotó al fascismo francés, sino el movimiento de masas de base que se unió a pesar de los rígidos límites del partido - y en mi libro y en algunas futuras conferencias mostraré cómo lo hacemos hoy.

Mientras hablo, parece que las milicias, tal vez sin el propio Trump, escenificarán otra gran provocación violenta en los tres días previos a la inauguración. Lo único que quiero que la gente se aleje de esto es: aunque sea performativo es real; aunque no haya una sección importante de la élite que quiera el fascismo, no significa que el fascismo sea imposible.

Y que nosotros, la izquierda, necesitamos construir desde abajo un movimiento por la cultura y los valores democráticos, sin importar lo cínicos que seamos sobre su contenido bajo gente como Clinton, Obama y Biden.

Sucedió antes de la pandemia


SUCEDIÓ ANTES DE LA PANDEMIA

Popayán, 14 de enero de 2021

Con ocasión de la muerte del negro Wilson en las calles de Popayán, voy a relatar una anécdota ocurrida con otro negro querido, el poeta Elvio Cáceres, gran amigo, coterráneo de mi barrio Alfonso López. "Sucedió antes de la pandemia" (como me imagino que de ahora en adelante se va a decir durante mucho tiempo), y la comparto con ustedes.

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Sucede que por internet conocí a un profesor de literatura cubano que vino a la ciudad de Popayán a participar en un encuentro latinoamericano de literatura. El me escribió por el correo electrónico y me dijo que quería conversar un rato conmigo. Ya había terminado el seminario y quería salir un rato a conocer algo de este entorno citadino.

Caminamos por el centro histórico de la ciudad y lo invité al Café Colombia, antes de que se convirtiera en un casino, para que nos tomáramos un aguardiente caucano y calentar la sangre y la conversación. Él, un profesor cubano, antillano, caribeño y de espíritu abierto, aceptó de buena gana.

Estábamos en una animada charla cuando apareció el amigo Elvio Cáceres. Para quienes no lo conocen es un negro alto, de buen talante, alegre y cariñoso, vendedor ambulante y poeta de altos quilates, que recorre las calles de día y de noche vendiendo toda clase cachibaches para poder sobrevivir, frecuentando bares y cantinas, y de vez en cuando se clava entre pecho y espalda sus buenos aguardientes y rones.

Elvio ha publicado varios libros de poemas y, es para mí uno de los mejores poetas que conozco, aunque no soy experto en el tema. Debo reconocer que algunos intelectuales y profesores payaneses valoran su trabajo literario, lo apoyan y le han colaborado para sus publicaciones. En alguna ocasión que con algunos jóvenes organizamos un evento de lectura de poemas en el auditorio que existe donde estaba la antigua piscina de Pueblito Patojo, que contó con la presencia de William Ospina, invité a Elvio a que nos acompañara, y de verdad que se lució con su arte poético y brilló al lado del invitado principal. Nuestro poeta negro y callejero estaba feliz y por poco "se sale de la ropa".

Volviendo al momento con el profesor cubano, Elvio también se tomó algunos tragos y, en medio del entusiasmo espirituoso provocado por el licor, lo estimulé a que le declamara algunos de sus poemas a mi amigo venido de Cuba. Lo hizo de inmediato con mucho entusiasmo y con su virtuosismo conocido, dejándole una buena impresión al profesor de literatura, quien conmocionado porque un extraordinario poeta tuviera que ganarse la vida como vendedor ambulante, le dijo a Elvio lo siguiente:

- Hombre compañero, si vivieras en Cuba el gobierno te patrocinaría y podrías dedicar tu vida a producir más literatura y arte, y seguramente publicarías mucho más.

Y remató, después de una breve pausa, seguramente entusiasmado por los aguardientes y por el momento que estaba pasando, diciendo:

- Si tú quieres, ahora que regrese puedo hacer trámites ante el gobierno y mi universidad para ver la posibilidad de que viajaras y te instalaras en nuestro país. ¡Sé que es posible!

Al escuchar estas palabras a Elvio le brillaron los ojos de felicidad, alguna lágrima alcanzó a aparecer, mostró esa sonrisa amplia y sincera que siempre porta, se tomó su buen tiempo, y luego miró al profesor con cierta tristeza y algo de ironía. Finalmente le respondió así:

- ¡Ah! ¡Qué bueno fuera! Muchas gracias profesor por ese ofrecimiento, pero no puedo siquiera considerar su oferta. Si lo aceptara y me fuera para Cuba... ¿cómo podría seguir haciendo poesía?

El profesor quedó más maravillado con esa respuesta que con la misma poesía de Elvio. Cada vez que me escribe me pregunta por él. Recuerdo que alguna mercadería le compró a nuestro vendedor ambulante, pero sé que el solo ofrecimiento ha sido uno de los mejores premios que ha recibido en su vida mi querido amigo poeta negro y payanés.