lunes, 31 de julio de 2017

DERROTAR LA POLARIZACIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA

DERROTAR LA POLARIZACIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA

Popayán, julio 31 de 2017

La suerte está echada en Venezuela. La polarización impulsada por fuerzas –internas y externas– que no representan los intereses de la mayoría de la población, han llevado al país a una dinámica peligrosa de creciente guerra fratricida.

El gran capital global va por el mayor control del petróleo venezolano. Utiliza a dos cúpulas políticas desclasadas para crear el caos económico y la confrontación social y política, para apropiarse de las más grandes reservas de crudo que existen en el mundo.

Minorías fanáticas y extremistas que lideran las fuerzas del gobierno y de la oposición, han logrado imponer esa dinámica de polarización mientras el grueso de la sociedad no cuenta con procesos de organización y representación social y política que lo impidan.

Esas cúpulas minoritarias y “radicalizadas” han usado varias formas de refrendación del apoyo de la sociedad, principalmente mediáticas, para legitimarse. La “consulta” del 16J y el “nuevo simulacro” del 30J, han sido esos instrumentos pero no lo han logrado.

Ninguno de esos intentos de medición del respaldo popular contó con garantías de auditoría legal, creíble y transparente, ni tenía posibilidad de verificación por organismos independientes y autónomos. Las cifras presentadas no son comprobables.

Es importante recordar que cada una de esas fuerzas tuvo en el pasado el respaldo electoral mayoritario. El gobierno, encabezado por el presidente Chávez y Maduro, a lo largo de 16 años; la MUD, en las elecciones legislativas de diciembre de 2015. 

Sin embargo, ambos sectores han dilapidado esa confianza ciudadana. Los unos, por su ineptitud para gobernar; los otros, por su incapacidad para administrar el triunfo electoral y construir una alternativa de gobierno racional y seria. ¡No pudieron!

Hoy las fuerzas polarizadas representan la confrontación y la violencia. Ninguna es garantía de democracia y paz. Cada una, por aparte, está incapacitada para superar la situación porque no tienen autonomía. Fuerzas oscuras manipulan su acción.

Solo una coalición de fuerzas sociales y políticas "no polarizadas" puede impedir la dinámica de la guerra inducida. No hay tarea más importante que construir esa fuerza social y política. Y para hacerlo hay que despojarse de esquemas ideológicos.

La tarea es desenmascarar los intereses sombríos que se disfrazan de “ideología” para engañar a sus bases polarizadas. Unos, con su discurso “anti-imperialista” y “bolivariano”; otros, con sus banderas de “democracia” y “libertad”.

Mostrar los verdaderos intereses es la tarea del momento. Las dos cúpulas desclasadas van detrás del control de PDVSA para participar de las migajas que les deja el gran capital global, y el gran capital internacional alienta la confrontación y la guerra para debilitar a la Nación y apropiarse de sus riquezas en mejores condiciones para ellos.

En medio de esa tarea, la lucha contra la corrupción político-administrativa ya está en la mente de las mayorías ciudadanas; es uno de los problemas que indudablemente está detrás de la crisis económica, el desabastecimiento, la carestía y la inseguridad.

Todo está servido para que surja una fuerza política alternativa en Venezuela, un “tercer referente”, que intervenga con claridad e independencia para orientar a los ciudadanos y mostrarles una salida posible y viable, diferente y opuesta a la polarización que conduce a la guerra inducida y fratricida. ¡Hay que hacerlo!


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

sábado, 29 de julio de 2017

A LA ESPERA DE LO MEJOR Y TEMIENDO LO PEOR

A LA ESPERA DE LO MEJOR Y TEMIENDO LO PEOR

Popayán, 29 de julio de 2017

Mañana, 30 de julio, se realizarán las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela. El Consejo Nacional Electoral presentará las cifras de participación (sin auditoría) y el gobierno mostrará los resultados electorales como un triunfo de la revolución, la democracia y la paz. Ese era el objetivo cuando se propuso esa alternativa. Ocultar o minimizar el motivo de las iniciales protestas (desabastecimiento, carestía, inseguridad) y reemplazarlo por la confrontación política. Así, es una relativa victoria del gobierno.  

Es difícil anticipar el respaldo real a la ANC. El gobierno tiene asegurada la asistencia de la mayoría de funcionarios del Estado, empresas intervenidas, gente que depende de los subsidios del gobierno como de los alimentos que entregan los CLAP[1], y además, tendrá la presencia –siempre al frente– de los sectores de base popular que aunque observan el burocratismo y corrupción del gobierno, no encuentran otra salida. La oposición encabezada por la MUD no es alternativa, genera miedo y no entusiasma.

Mientras tanto, la cúpula de la oposición no reconoce su incapacidad. Embotada de delirios golpistas se ilusionó con los errores infantiles del gobierno, se esperanzó en la intervención de gobiernos extranjeros y no cayó en cuenta que con su anti-nacionalismo y espíritu de venganza, y siendo cómplice con los actos violentos de los jóvenes de la “resistencia” y de grupos paramilitares, asustó al grueso de la población, especialmente a los más humildes y pacíficos, que prefieren malo conocido que bueno por conocer. Esa es su conducta reiterada que solo se puede explicar por su naturaleza de clase y la dependencia de la financiación imperial que les impide actuar de otra manera.

No obstante, el gobierno ha salido muy debilitado de todo este proceso. Las fisuras se lograron ver. Alcanzó a crujir el escaparate armado con base en un discurso que ya poco convence, lealtades en torno a negociados y poderes burocráticos, y conciencia absoluta de que no pueden perder el poder. Las detenciones de diversos funcionarios y “magistrados paralelos”, las amenazas a la Fiscal, las acciones de los “colectivos chavistas”, la concentración de los principales cuadros del gobierno en la ANC, el lenguaje y las formas utilizadas, muestran a un gobierno enconchado y a la defensiva pero dispuesto a mantener su poder al precio que sea. Falta que pueda.

Del otro lado creen que el gobierno está al borde del nocaut pero no tienen las fuerzas para rematar. Su esperanza es un bloqueo económico del gobierno de los EE.UU. que es muy improbable que ocurra. Todo apunta a que se va a profundizar la guerra irregular importada desde Colombia que ya se inició en el Táchira, y que posiblemente se intente mantener en sectores de Caracas pero que es difícil sostener. Se presentarán nuevos sacudones violentos cuando liquiden la Asamblea Nacional y suplan a la Fiscal, pero en las próximas semanas y, hasta meses, es difícil que este drama tenga un desenlace.

La arremetida de los gobiernos de los EE.UU., UE, y la mayoría de la OEA, le servirán en lo inmediato al gobierno de Maduro para acusar de traidor a la patria a quien siga promoviendo la protesta y la violencia. Entonces, todo quedará semi-suspendido hasta cuando la situación económica se agrave y el grueso de las mayorías populares comprendan que se requiere un cambio total. En ese intervalo pueden ocurrir muchas cosas: realineamientos de fuerzas dentro del gobierno, mayor división al interior de la MUD, aparición de una tercera fuerza que aglutine antiguos chavistas y sectores moderados de la oposición, pero también, puede desencadenarse una debacle interna dentro del bloque de poder que necesariamente tendría como escenario la ANC y las barracas del Ejército.

Es posible que frente a la tarea de tener que desencadenar una represión generalizada, el “cuerpo chavista de base” no aguante el voltaje. Las deserciones, las desobediencias ocultas, la detención de numerosos miembros de las fuerzas armadas, dejan ver que lo que sembraron Bolívar y Chávez en sus ejércitos, todavía está por allí vivo en el subconsciente y en el sentir colectivo. Puede aparecer a medida que sectores del pueblo recobren la memoria. ¡Ojalá!

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[1] CLAP: Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) son comités de distribución de alimentos promovidos por el gobierno de Venezuela en los cuales las propias comunidades abastecen y distribuyen los alimentos prioritarios a través de una modalidad de entrega de productos casa por casa.

jueves, 27 de julio de 2017

IMPEDIR LA GUERRA FRATRICIDA EN VENEZUELA

Desenmascarar el injerencismo extranjero y evitar la guerra…

IMPEDIR LA GUERRA FRATRICIDA EN VENEZUELA

Popayán, 27 de julio de 2017 

Todo lo que ocurra en Venezuela tiene implicaciones directas en Colombia y América Latina. Mucho más cuando ex-presidentes colombianos alientan abiertamente el golpismo en Venezuela y gobiernos de la región en ejercicio se prestan para organizar complots injerencistas liderados por el gobierno de los EE.UU. Por ello hay que ayudar a desenmascarar la trama que se ha armado, los actores y los objetivos en la mira.

Los demócratas, progresistas y las izquierdas de América Latina no pueden permitir que sus gobiernos –en forma descarada e impune– se presten para que sectores extremistas con discursos ideológicos supuestamente antagónicos, conviertan a Venezuela y a la región en un campo bélico de la confrontación geopolítica global por el control de los recursos energéticos, y que también, le hagan el juego al imperio estadounidense para resolver las crisis de gobernabilidad que sufren los gobiernos que impulsan la restauración neoliberal (Brasil, Argentina, Colombia, México, Perú, etc.).

Los actores locales en Venezuela son dos castas sombrías de dirigentes que a nombre de proyectos políticos aparentemente contrarios (“bolivariano” y “democrático”), quieren mantener o recuperar el control y el monopolio de la empresa petrolera más grande del mundo (PDVSA), que es el eje económico estratégico para controlar el Estado rentista y burocrático de ese país. Son élites desclasadas que utilizan gentes ingenuas y un discurso “patriótico” y “republicano” para ocultar sus intereses económicos particulares.

A nivel regional y global, detrás de cada bando están los capitalistas de “occidente” y de “oriente”, unos más agresivos encabezados por USA y UE, y otros más “racionales” y “solidarios”, liderados por Rusia y China. Todos, luchan abierta y soterradamente por el control de las reservas de petróleo más grandes del planeta que están en Venezuela, pero también, por el acceso y control de los inmensos recursos estratégicos que posee la región (minerales, biodiversidad, agua, trabajadores, mercados, etc.).

Además, otros actores secundarios, unos ubicados en Miami y otros en La Habana, reeditan la confrontación de la guerra fría de hace 45 años que tuvo como escenario la isla caribeña (Cuba), que ya no es una colisión entre socialismo y capitalismo sino la lucha por sobrevivir cada uno en su entorno: los unos, al lado de Trump y su proto-fascismo “nacionalista”, y los otros, a la sombra de globalistas que solo están interesados en sus negocios sin satanizar a gobiernos “comunistas” ni autocráticos (línea Clinton).

Y, de lado y lado, se alinean los aparatos burocrático-políticos de las clases y sectores de clases que luchan por el control de los gobiernos de la región y el repartimiento de las migajas que les deja la gran burguesía financiera global. Todas las derechas latinoamericanas encabezadas por Uribe, Fox, Piñera y Vargas Llosa, financiados por los neocons estadounidenses y las derechas españolas, se ubican con la MUD. Y del otro lado, los representantes de las burguesías emergentes, que se apropiaron de las direcciones de los movimientos sociales de la región, agrupados en coaliciones socialdemócratas y “progresistas” con formas de ONGs, se colocan –muchos de ellos con ciertas vacilaciones– del lado del gobierno del presidente Maduro y el PSUV. Cada uno para mantener sus caudas electorales y participar del botín.

Si la dinámica que están imponiendo los sectores más extremistas de esos dos bandos se convierte en guerra civil e intervención armada imperial, todas estas fuerzas serán polarizadas y “radicalizadas” (alineadas a la fuerza y contra su voluntad) como ocurrió en Libia, Siria y demás países “intervenidos”, y no lograrán impedir la confrontación bélica fratricida; quedarán presas de sus lealtades “ideológicas” mientras el gran capital global seguirá jugando y ganando –a su manera– con los intereses y los recursos de los pueblos subordinados y dependientes. ¡Esa es la trampa!

Por ello, hay que desenmascarar los intereses reales (ocultos) y evitar a tiempo que los extremistas “suicidas” nos empujen a un escenario de guerra. Si los demócratas lo impedimos, conseguiremos condiciones de convivencia para que los pueblos y los trabajadores evalúen lo recientemente sucedido, se pueda retomar el rumbo de la construcción de la Patria Grande Latinoamericana y avanzar por caminos de auto-gobierno y nuevas formas de democracias (por inventar) que garanticen justicia social, autonomía económica e integración cultural, bases indispensables para lograr un mejor futuro para las amplias mayorías de la región.

¡Hay que impedir el escenario de guerra entre hermanos!


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lunes, 24 de julio de 2017

MÁS ALLÁ DEL 30 DE JULIO

MÁS ALLÁ DEL 30 DE JULIO

Popayán, 24 de julio de 2017

“Cuando parece que ya nada puede ir peor, empeora”.

Murphy

En Venezuela durante mucho tiempo (¿siempre?) será determinante la actitud de las fuerzas armadas. El grueso del ejército venezolano solo se moverá en defensa de la Constitución Bolivariana cuando Cabello-El Aissami y la cúpula de militares pierdan el poder de hecho. Esa situación se presentará cuando el gobierno obligue a los soldados a reprimir a su propia gente “chavista”, es decir, cuando la presión del mismo pueblo y de la sociedad en general, sea sentida por los soldados y mandos medios.

En ese proceso, faltan diversas fases o etapas. Una vez sea elegida e instalada la ANC, se iniciará una lucha por el poder entre las llaves Maduro-Tarek Saab y Cabello-El Aissami, con la mediación de Padrino. La represión selectiva contra núcleos de “terroristas” pagados o utilizados por la MUD y contra dirigentes de la oposición, va a generar un clima de “paz” o “calma chicha” (“terror no reconocido”), que será, a la vez, una fase de tolerancia que asumirá el conjunto de la población como “beneficio de duda” o “margen de esperanza” en las decisiones de la ANC y del gobierno.

La siguiente fase, será el desgaste de los Maduro y Padrino, quienes ante el agravamiento de la situación económica, inseguridad, desabastecimiento, etc., serán acusados por Cabello-El Aissami, de no ser lo suficientemente “fuertes” y “efectivos” para convertir las políticas y decisiones tomadas por la ANC, en acciones concretas.

Así, paulatinamente, el poder se transferirá de los Maduro-Padrino a los Cabello-El Aissami, que al estar en cabeza de la ANC, van a terminar controlando todo ante la debilidad e incapacidad del ejecutivo. Ello, hará que a medida que pase el tiempo se vaya descomponiendo y dividiendo la misma ANC (y el PSUV), y durante un tiempo el poder recaerá en esa cúpula, que se apoyará en gobernadores y alcaldes militares y en generales de alto rango que están comprometidos con grandes negocios.

Durante toda esta etapa, los sectores extremistas de la MUD, se habrán exiliado, estarán en la clandestinidad, o estarán presos, y poco a poco, se irán deslindando sectores moderados o aparecerán nuevos liderazgos dispuestos a llegar a acuerdos con los sectores moderados del gobierno. Los verdaderos demócratas deberán tener cuidado de mantenerse deslindados de esos sectores, sin perderles la pista pero diferenciados de ellos, o podrán quedar atrapados en una nueva trampa corrupta y politiquera.

Previendo estas fases o etapas, los verdaderos demócratas, chavistas, ex-chavistas o no-chavistas (pero no fanáticos anti-chavistas) deberán haber desarrollado un trabajo de unificación, de lucha contra el autoritarismo y el burocratismo corrupto, contra la guerra civil, de rechazo al intervencionismo extranjero, y deberán construir relaciones con mandos medios militares y ex-militares que poco a poco deberán conseguir influencia entre amplios círculos castrenses. Ese trabajo debe ser muy cuidadoso, serio, consistente, ya que será una etapa muy peligrosa en donde los liderazgos democráticos pueden ser asesinados o desaparecidos por las cúpulas autoritarias y fascistas.

Es posible que ese trabajo tenga que ser legal e ilegal, abierto y clandestino, dependiendo de las condiciones que se vayan presentando. Todo dependerá de la capacidad para construir una fuerza cívico-popular capaz de reemplazar a los Maduro-Padrino, si han sobrevivido a la presión, pero, principalmente, capaz de derrotar a los Cabello-El Aissami. Tendrán que actuar con mucha inteligencia y paciencia.

Cuando se cuente con esa fuerza nueva y ética, la movilización popular podrá desarrollarse y restablecer la democracia, pero pensada a un nuevo nivel, con verdadera organización de base y buscando a los jóvenes, con propuestas dirigidas a cimentar un nuevo modelo de desarrollo productivo, social y cultural y, la construcción de múltiples formas de democracia (directa, representativa, deliberativa, ilustrada, plebiscitaria, participativa, protagónica, virtual, etc.). Será una lucha inmediata, que ya está encima, por cuanto el régimen existente se va a descomponer en forma acelerada (y sorprendente).

Existen todas las condiciones para impulsar esa tarea revolucionaria y, por ello, hay que construir rápidamente una verdadera red de redes, con gente confiable, y que desde ya elabore una propuesta más avanzada que la de Chávez, no “tan socialista”, con carácter más democrático, pero promoviendo la participación activa y consciente de amplios sectores de la sociedad a todos los niveles, depurando el Estado hacia una economía colaborativa, eficiente y sostenible, social y ambientalmente.

Hay que preparar la “repetición de la revolución”. La debilidad de las derechas; su anti-nacionalismo, incapacidad política y torpeza histórica, crean las condiciones y el “vacío de poder” para dar ese nuevo salto de calidad. El pueblo venezolano y latinoamericano lo requieren.


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domingo, 23 de julio de 2017

IMPEDIR LA GUERRA CIVIL Y LUCHAR POR LA UNIDAD E INDEPENDENCIA DE LA NACIÓN

Entre plebiscitos y simulacros…

IMPEDIR LA GUERRA CIVIL Y LUCHAR POR LA UNIDAD E INDEPENDENCIA DE LA NACIÓN

Popayán, 23 de julio de 2017

A una semana del plebiscito y el simulacro, el empate técnico entre minorías fanatizadas se mantiene; las mayorías vacilan frente a la campaña de desinformación mediática. La MUD con los resultados de la consulta trata de legitimar –con simulacros– a un Estado subversivo y paralelo, y el gobierno intenta convertir las elecciones de la ANC en un plebiscito a favor de su Estado “comunal”. Así, la simulación antecede a la guerra en ciernes; la amenaza y la mentira son instrumentos para amarrar lealtades y, alentar o neutralizar la intervención extranjera que se avizora como el factor de “desempate”.

La MUD presentó su programa, nombró magistrados para su TSJ y mostró abiertamente la estrategia golpista dirigida a atemorizar a las fuerzas que apoyan al gobierno y a ganar para su propuesta a las mayorías indecisas, escépticas y confundidas. De esa forma, promueven un “paro cívico” que sería la preparación de una ofensiva mayor para impedir la elección de la ANC del 30 de julio, que incluye la expectativa de posibles sanciones económicas, financieras y diplomáticas del gobierno de los EE.UU.

Unos y otros se han colocado por fuera de la legalidad previamente existente. La lucha por el poder ya no se juega dentro de la Constitución Bolivariana de 1999. Los dirigentes de la MUD, así hablen de la defensa de la carta constitucional dejan ver que su objetivo es borrar totalmente el proyecto “bolivariano”. Y quienes debían defender el principal legado de Chávez, se lanzan como último recurso al suicidio “constituyente”. Así, la confrontación violenta de minorías polarizadas está a la orden del día.

Solo la Fiscal General y algunos sectores “críticos del chavismo” se plantean la defensa de la institucionalidad debilitada por la crisis política que vive Venezuela. El “poder” va quedando al desnudo: de un lado, un ejército que parece estar unificado en la “defensa de la revolución”, o sea del control del aparato estatal (PDVSA y otras instancias burocráticas), y del otro, las estructuras de la oposición que forcejean por acceder al control de ese mismo aparato, instrumentalizadas por el gran capital extranjero.

En esa confrontación de minorías, las mayorías buscan nuevos liderazgos que impidan la guerra abierta pero la polarización política invisibiliza dicho esfuerzo. Detener la confrontación fratricida es la tarea más urgente del momento, por cuanto es parte de la concreción real de la estrategia imperial que promueve la fracturación total de la nación y de la sociedad venezolana, para implementar la intervención militar “humanitaria” que cuente con un apoyo interno viable para derrocar al gobierno bolivariano.

Es visible que la estrategia de los sectores extremistas del gobierno le hacen el juego al plan intervencionista del imperio. La carta de la ANC es una apuesta suicida por cuanto significa violar su propia legalidad; es un acto desesperado de fuga hacia adelante. El gobierno se enconcha alrededor de sí mismo, se apoya en el mínimo de poder que tiene, el ejército y la burocracia, perdiendo la iniciativa política. Ya sobrepasa todo límite: amenaza a su propia base social, muestra el rostro autoritario y quema sus naves.

No obstante, la oposición es todavía más torpe. Ratifica a diario su espíritu antinacional, no oculta su alianza subordinada con el imperio estadounidense y con las derechas más reaccionarias del continente y del mundo. Y al hacerlo, bloquea cualquier posibilidad de ganar el apoyo de las mayorías que saben que si se pierde la independencia, no habrá posibilidad de que Venezuela pueda manejar por sí misma sus inmensas riquezas naturales y se entraría en un túnel oscuro sin ninguna esperanza hacia el futuro.

Es urgente y necesario que aparezca una tercera fuerza política y social que intervenga en forma coherente y asertiva. Ya existen algunos sectores que se autodenominan “no polarizados” pero todavía se nota mucho temor y vacilación. El momento exige más audacia que la demostrada hasta este instante. Impedir la guerra civil es la consigna del momento para lo cual se tiene que romper totalmente con ambos sectores extremistas y fanáticos tanto del gobierno como de la oposición. La Fiscal General, por ahora, es el referente más visible de esa posición pero hay que ir más allá.

Para actuar con consistencia y ganar la iniciativa política hay que lanzarse decididamente a la tarea de construir un frente o coalición política y social contra la violencia y la guerra, por la paz y la convivencia, por el diálogo civilizado y la superación consensuada de la crisis económica y política. Hay que garantizar la participación de dirigentes de organizaciones sociales y populares pero también hay que buscar el apoyo en otros sectores gremiales, académicos, religiosos, y en general, de toda la sociedad. Poco a poco se romperá el miedo y se sumarán amplios sectores.

Para hacerlo, se debe tener en cuenta, entre otros, los siguientes aspectos:

1. Plantear la defensa irrestricta de la Constitución Política vigente.

2. Velar y luchar por la unidad de las fuerzas armadas y de éstas con la sociedad.

3. Denunciar la actitud entreguista y anti-nacional de la oposición.

4. Desenmascarar el comportamiento antidemocrático y autoritario del gobierno.

5. Buscar la unidad de los venezolanos más allá de los partidos políticos.

Respaldar la política sectaria y aislacionista del gobierno por temor a quedar presos de la estrategia de la oposición, no es la mejor actitud para el momento de emergencia nacional que vive Venezuela. La ANC no resolverá ningún problema y sus torpes acciones (ya anunciadas) debilitarán la posición del presidente Maduro y del gobierno. Las amplias mayorías van quedando en condiciones de apoyar a quienes tomen la decisión de impedir la guerra y salvaguardar la unidad y la independencia nacional.

Hay que saltar todas las talanqueras mentales que impiden la acción decidida. ¡Es ahora o nunca!

Posdata: Colombia sería la segunda víctima de una guerra intervencionista del imperio en Venezuela. Y detrás de ella, toda América Latina. Hay que impedirlo. 


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jueves, 20 de julio de 2017

EL PROSUMIDOR: EL NUEVO SUJETO DE LA LUCHA POST-CAPITALISTA


EL PROSUMIDOR: EL NUEVO SUJETO DE LA LUCHA POST-CAPITALISTA

Popayán, julio 20 de 2017

El PROSUMIDOR, productor y consumidor a la vez.

Es el nuevo sujeto social que ya desarrolla una acción "revolucionaria" que contribuye con la construcción de una sociedad POST-CAPITALISTA.

Siempre ha existido el Prosumidor pero el capitalismo casi lo desaparece.

Hoy, con base en las necesidades energéticas y productivas, y con el enorme desarrollo de las tecnologías cibernéticas, computacionales y de la comunicación, el Prosumidor se convierte en un agente de la acción post-capitalista.

La gran mayoría de "Profesionales Precariados" actuales, tienden a convertirse en Prosumidores, y por las condiciones mismas de su trabajo, casi espontáneamente construyen formas de producción asociativa y colaborativa, también denominado "PRO-COMÚN" (Ver: J. Rifkin y P. Mason).

El Procomún Colaborativo para poder funcionar debe constituir formas de "Gobiernos de los Bienes Comunes" (E. Ostrom), que son formas organizativas que han existido desde tiempos inmemoriales y están en la base de las concepciones comunitarias.

Los más avanzados Prosumidores del mundo desarrollado se destacan por sus acciones de producción en el campo de las ENERGÍAS LIMPIAS, la producción de ALIMENTOS ORGÁNICOS y el SOFTWARE LIBRE.

La lucha por el control del Estado, dentro de la estrategia de los Prosumidores es necesaria, no para impedir la acción del mercado, ni para realizar una "planificación centralizada", ni para estimular el "asistencialismo paternalista", sino para establecer normas mínimas que impidan el PODER MONOPÓLICO DEL CAPITAL.

En el desarrollo de la estrategia de lucha post-capitalista los Prosumidores pueden conformar grandes, medianas y pequeñas empresas con participación mayoritaria de las asociaciones de los Prosumidores, y participación minoritaria de capitalistas y el Estado, para avanzar hacia nuevos niveles de desarrollo integral de la sociedad.


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LA NUEVA CRUZADA DE URIBE

Intentando comprender la historia reciente...

LA NUEVA CRUZADA DE URIBE

Popayán, 20 de julio de 2017

(De cómo el "uribismo" se va convirtiendo en un "neo-proto-fascismo").

Cuando Uribe apareció siempre identificó como su enemiga a lo que él llamó la "oligarquía bogotana" (los Samper, Santos, López, etc.) y la acusó de ser connivente, cómplice y "floja" frente a la insurgencia armada.

Después, cuando Uribe derrotó a toda la clase política tradicional (2002), esa oligarquía se plegó a sus gobiernos (con contadas excepciones de algunos pocos "galanistas") y se aliaron con él para intentar derrotar a las guerrillas marxistas.

En ese proceso Uribe "olvida" muchas de sus propuestas contra la corrupción y la politiquería. Sale a relucir el narco-paramilitar que había ocultado desde la Gobernación de Antioquia y se muestra como la cabeza política de la mafia.

En 2009 los gringos no avalan su segunda reelección y le dan la orden a la oligarquía colombiana de hacer a un lado a Uribe e iniciar un proceso de paz con las guerrillas porque no están dispuestos a financiar más la lucha contra-insurgente y, además, ya han despejado amplios territorios rurales para sus inversiones.

Así, Santos surge como el reemplazo de Uribe, lo "traiciona", y éste, para sobrevivir políticamente y oponerse al "proceso de paz", se va rodeando de sectores conservadores, clericales, antiguos y nuevos terratenientes, y toda clase de lumpen y gente descompuesta (gente renegada, avivatos, etc.).

Hoy, cuando la lucha contra la guerrilla y contra el "castro-chavismo" no convoca con la suficiente fuerza que requiere, Uribe lanza su última estrategia que consiste en volver a plantear la lucha contra la "oligarquía bogotana" pero ahora lo hace desde las toldas de las sectas cristianas de "Tradición, familia y propiedad".

La pelea mediática que lanzó contra el periodista Daniel Samper Ospina tiene ese contenido ideológico. Es su apuesta para estimular y explotar las fibras más reaccionarias y conservadoras (religiosas y moralistas) que están presentes en nuestro pueblo, usando el miedo y la descalificación de los "diferentes".

Hasta ahora ha logrado el objetivo. Todo el establecimiento, los periodistas y algunos despistados han caído en su trampa. Intentará identificar a todos los que no están con él como los enemigos de la "patria", aliados del "castro-chavismo", y usará la calumnia, la sospecha y la mentira para fortalecer un neo-proto-fascismo que es su última carta para sobrevivir políticamente.

Los libre-pensadores, liberales, comunistas, progresistas, ateos, homosexuales, los "diferentes", ya son objeto de su ataque, en donde los "cristianos" de todas las iglesias serán su punta de apoyo y tratará de dividir al país en torno a los temas que ya utilizó para ganar en el plebiscito del 2 de octubre pasado (aborto, matrimonio homosexual, legalización de la marihuana y drogas, educación religiosa, etc., etc.).

La "alianza anti-corrupción" no puede desviar su camino. Al lado de su principal bandera hay que posicionar temas como la recuperación del aparato productivo, la generación de empleo digno, la defensa del medio ambiente, salud y educación, y para ello se necesita unidad y claridad.

Frente a la estrategia "uribista" se requiere mucha creatividad y cierta frescura irreverente. Hay que ridiculizar inteligentemente a Uribe, sacarlo de su terreno moralista, descontrolarlo con humor y alegría, no caer en sus trampas mediáticas.

Todo en él es pose, apariencia, provocación, astucia y malicia. Y tiene asesores, dinero y experiencia para hacerlo. ¡Pilas!


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miércoles, 19 de julio de 2017

TRUMP SOSTIENE A MADURO

TRUMP SOSTIENE A MADURO

Popayán, 19 de julio de 2017 

Después del pasado domingo (16.07.2017) las fuerzas políticas en colisión en Venezuela tratan de sacar el máximo de ganancia al ejercicio de movilización social. La MUD intenta adueñarse de toda la inconformidad; el gobierno minimiza lo sucedido.   

Las cúpulas fanáticas de la MUD tensan la cuerda al máximo pero no tienen la fuerza para romperla. Cada cual por su cuenta maniobra para lograr su objetivo maximalista pero al jugar con torpeza y sin cálculo, vigorizan a la contraparte.

Los extremistas de la MUD creen que ya tienen la fuerza suficiente para acabar “de una vez por todas” con el “régimen chavista”, pero solo logran que dentro de las bases populares y militares se fortalezca el espíritu de auto-defensa y de dignidad patriótica.

Las amenazas de Trump, las intromisiones de gobiernos europeos y latinoamericanos como los de Colombia, Perú y México, y el triunfalismo desmedido de los sectores más fascistas de la oposición que encabeza la MUD, fortalecen temporalmente al gobierno.

Esa actitud de soberbia y sobradez hizo que Maduro rechazara el diálogo condicionado propuesto por la MUD y lo obligó a “restiarse” lanzando una campaña burocrática usando el “carnet del la patria” para garantizar la participación en las elecciones del 30 de julio; campaña que seguramente se verá reforzada por la amenaza gringa.

El chantaje imperial fortalece al gobierno. La ANC se convierte en la tabla de salvación del proyecto bolivariano y –temporalmente– será una causa nacional-popular. Sirve para impedir –por ahora– el arrasamiento total a manos de la derecha. El miedo unifica.

Ahora vienen los intentos de la MUD –apoyada en gobiernos injerencistas y sanciones diversas– para conseguir la suspensión de la ANC; realizarán paros y huelgas que llevarán el pulso político a extremos violentos que hará necesaria la acción del ejército.

Entre más forcejeen las fuerzas fascistas de la derecha usando la amenaza de la intervención imperial, con mayor razón se unificarán las fuerzas del gobierno, que aún con dificultades y tropiezos, conseguirán instalar la ANC porque no tienen otra salida.

Trump no se embarcará en una aventura militar como pretenden los fascistas del partido republicano y del sur de La Florida. Venezuela no es Libia ni Siria. Tampoco podrá imponer un bloqueo petrolero. La situación económica y política interna se lo impide.

Después del fracaso de las tentativas por impedir la realización de la ANC, la confrontación entre la MUD y el PSUV pasará a otros niveles. La ANC será el poder detrás de Maduro que se limitará a ejecutar las “leyes constitucionales” y a vociferar.

Los sectores moderados de toda Venezuela se verán obligados a unificarse. Quienes habían estado detrás de Maduro, que son una fuerza importante dentro del ejército y el PSUV, entenderán que el poder detrás la ANC conducirá a Venezuela al caos.

Igualmente, será el turno de los “sectores no polarizados” que deberán aprovechar todo ese interregno para fortalecer su unidad, levantar un programa para la fase de transición y construir liderazgos individuales y colectivos que los representen con consistencia hacia el futuro.

Para ese momento, los extremistas dentro de la MUD se habrán despedazado y los moderados de la oposición estarán listos para llegar a un acuerdo. Y se iniciará un proceso de transición con una Venezuela monitoreada pero “en paz” (como Colombia).

Será una especie de “acompañamiento internacional” para garantizar las inversiones capitalistas (petróleo y gran minería) y el pago de la deuda externa. Pero peor sería una guerra civil y una intervención armada extranjera que, por ahora es inviable, pero que si la unidad nacional de los venezolanos se deteriora, no se puede descartar más adelante.    

En fin, esperamos lo mejor y tememos lo peor, mientras el pueblo recupera la memoria.


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martes, 18 de julio de 2017

RECONOCER LOS PROBLEMAS Y RETOMAR LAS TAREAS DEMOCRÁTICAS

En la fotografía está Chávez con su Consejo de Ministros abriendo el debate públicamente, en cadena en TV y Radio, con valor y decisión, sin tapar nada, buscando en su pueblo las respuestas...
RECONOCER LOS PROBLEMAS Y RETOMAR LAS TAREAS DEMOCRÁTICAS

Popayán, 17 de julio de 2017

“Las revoluciones no se piensan, ellas se desatan y nos arrastran”

Desde la distancia y con sentimiento solidario escribo estas notas al calor de las luchas y esfuerzos que hacen los trabajadores y los pueblos de América Latina y, en especial, de Venezuela, por encontrar el rumbo libertario en este instante de nuestras vidas.

Observo, tanto en los diálogos que mantengo con personas de diversos estratos sociales y tendencias políticas como en el estudio y revisión de los escritos de los analistas e intelectuales venezolanos, una serie de ideas y planteamientos que sirven para entender el proceso de lucha de ese hermano pueblo, su enorme complejidad, las particularidades propias de ese país y las semejanzas con los demás países de América Latina.  

Veo también, idealizaciones y distorsiones de la realidad; algunas, surgidas de una combinación de fervor revolucionario, entusiasmo altruista y esperanza en el futuro; otras, del interés calculado para obtener réditos del engaño; y unas más, de esquemas ideológicos que impiden entender los fenómenos que ocurren en medio del movimiento y la lucha real de nuestras gentes.

Es evidente que Chávez interpretó a su pueblo en un momento preciso de su historia. Él fue fruto de ese pueblo y de su devenir, y solo se lo puede entender en ese contexto. Sin embargo, muchos de sus “seguidores” no logran asimilarlo en sus orígenes, en su carácter de clase (que no es sólo económico sino histórico-socio-político y cultural), y en la lucha que desarrolló en medio del hacer, aprender, errar y avanzar. Así, al no entender esas ideas y prácticas en su real dimensión, se idealizan y esquematizan.

Lo que logró impulsar Chávez desde que se lanzó abiertamente a la lucha política (1992), está marcado tanto por una realidad compleja del mundo, de América Latina, de su propio país y de su pueblo, como también del mundo de las ideas y prácticas libertarias que hasta ese momento existían, que alimentaron –bien o mal– su práctica revolucionaria. No podía ser de otra manera. Las revoluciones no se piensan, ellas se desatan y nos arrastran en su torbellino de acontecimientos y realidades.

Tratar de entender la evolución de ese proceso es muy importante para el futuro de nuestras luchas. Intentar dilucidar las causas de los errores y aciertos en relación con otras experiencias pasadas o en desarrollo actual, es una tarea indispensable para poder construir nuevas miradas, mejores enfoques y prácticas más certeras que superen lo vivido. Este corto artículo sólo es una pincelada para avizorar el panorama y visualizar algunas pistas.

El contexto de los años 90s del siglo XX

Son muchos los aspectos que habría que analizar para atrapar la trama de la vida y poder conectarnos con el presente. En la década de los 90s –después del “Caracazo”–, el mundo salía de la “guerra fría”. Se hizo oficial la derrota del socialismo “estatista”, burocrático o del siglo XX. Los pueblos del mundo entero, entre ellos los latinoamericanos, entablaron una lucha abierta contra el neoliberalismo. Cuba entró en su “período especial” y en 1994 apareció la rebelión neo-zapatista en Chiapas (México), mientras la globalización neoliberal se mostraba triunfante. “El fin de la historia” cantó Fukuyama.

El pensamiento transformador y la teoría revolucionaria estaban en crisis. Fidel Castro analizando la caída del bloque socialista de Europa Oriental planteó de inmediato que el triunfo de las luchas de liberación nacional en América Latina no era viable por la vía armada. Los trabajadores a nivel mundial estaban a la defensiva y los partidos comunistas y socialistas se aferraban a las conquistas de los Estados de Bienestar.

En medio de las luchas populares de resistencia apareció Hugo Chávez. Después del intento de tomar el poder mediante un golpe militar (1992) asume –con sus compañeros del Movimiento Quinta República MVR– el camino de la revolución bolivariana por “vías pacíficas pero armadas”, con base en la alianza cívico-militar entre el pueblo y sus fuerzas armadas patrióticas. Las causas y azares más que la teoría (o la falta de teoría), lo condujeron de una inicial “tercera vía” hacia el llamado “socialismo del siglo XXI”.

Después de ser elegido presidente en 1998, de la aprobación de la Constitución Bolivariana de 1999, del golpe empresarial y el “paro petrolero” de 2002-3 (derrotados por la resistencia popular), el país entra en una fase de estabilidad y aprovecha durante una década los altos precios del crudo, y los logros en inversión social sorprenden al mundo. Paralelamente, se impulsa la integración regional latinoamericana con base en la irrupción de gobiernos progresistas y nacionalistas en numerosos países de la región.     

No obstante esos avances, el 1º de diciembre de 2012, el presidente Chávez después de 13 años de gobierno, lanzó públicamente el llamado “Golpe de Timón”. Su contenido estaba centrado en cómo construir el poder comunal, cómo impulsar una economía alterna no dependiente del petróleo, y cómo combatir la corrupción y el burocratismo. Era un golpe directo a las fuerzas internas que frenaban el avance la revolución.

Para entender el momento actual debemos preguntarnos… ¿Por qué dichas propuestas no se pusieron en práctica cuando el presidente Chávez aún estaba vivo? Y… ¿por qué, una vez desparecido el principal líder de ese proceso, era imposible que ello ocurriera? Estas preguntas nos permiten afirmar que Chávez, un poco tarde y sin ser bien consciente de quién lo rodeaba, había caído en cuenta de los graves problemas que vivía el proceso revolucionario pero no tenía claro todo el panorama ni la estrategia.

Lo que en realidad nos interesa no es si Chávez y el pueblo venezolano hubieran podido avanzar en su idea si no hubiera muerto. Lo más seguro es que estaríamos en la misma situación. Lo importante, para sacar una lección hacia el futuro y poder abordar las tareas inmediatas con posibilidades de acertar, es comprender cómo se comportaron las diferentes clases y sectores de clase en los diversos momentos de este proceso.

Las diversas clases y sectores frente a la revolución bolivariana

El grueso de la burguesía parasitaria y entreguista se opuso desde el principio. Sólo un sector de la escasa burguesía industrial y comercial apoyó a Chávez en su fase inicial. Los trabajadores de base apoyaron instintivamente a los militares patriotas pero la mayoría de la burocracia sindical se opuso; parte de esa dirigencia reacciona después de la derrota del paro petrolero. El resto del pueblo, pobladores de barrios, trabajadores informales, campesinos e indígenas, se fueron sumando al proceso pero sin comprender muy bien su dinámica y alcances. Todo era tan nuevo, rápido y emocionante, que con sólo marchar y participar periódicamente en las numerosas elecciones, era suficiente.

Entonces, ¿de donde surgen los dirigentes que actualmente están a la cabeza del gobierno? La mayoría proviene de las fuerzas armadas. Eran militares de cierto rango, de un ejército que en Venezuela ha sido un factor determinante. No son burgueses pero se entienden y se ponen de acuerdo con la clase social que se ponga al frente del Estado. Y es así que, a partir de 2003 apareció una “burguesía emergente” surgida de las clases medias, de la burocracia estatal y de los mismos militares, que en medio de la lucha por el control del Estado se puso al frente del proceso. Y no podía ser de otra manera.

Las clases subordinadas no tenían la formación ni la experiencia para dirigir un proceso revolucionario que se había incubado en sus propias luchas. No existía la organización revolucionaria ni la teoría política que orientara un esfuerzo dirigido en esa dirección. El lugar lo ocuparon representantes de esa “burguesía emergente” que cooptó a los pocos líderes obreros como Maduro, utilizó por un tiempo a intelectuales revolucionarios y funcionarios de cierto nivel, y construyó su propia dirigencia “cortesana” reclutada de entre sectores medios de la sociedad que aliados con los más avezados militares están hoy a la cabeza del Estado. Y en países vecinos la situación es similar (sin militares).

La ilusión del “socialismo del siglo XXI”[1]

En medio de ese proceso, Chávez con la ayuda de la dirigencia revolucionaria del mundo entero, en especial, con la más cercana y experimentada (Cuba y otros países), construye sobre la marcha algunas ideas sobre la construcción de un “socialismo democrático y cristiano” basado en el protagonismo popular y la esencia indo-euro-afro-americana. Frente a la oficialización de la derrota de los trabajadores a nivel global (1989), el hecho de volver a plantear la utopía socialista fue un bálsamo para miles de revolucionarios que durante toda su vida había luchado por ese ideal. Y el auge de los gobiernos progresistas y nacionalistas en América Latina sirvió para posicionar esa idea sin que se hicieran mayores cuestionamientos. Sólo el pueblo venezolano emitió un rechazo a esa propuesta en el referendo de 2007 que Chávez y los revolucionarios “bolivarianos” no atendieron en medio de sus sueños libertarios y emancipadores.

No existe un balance serio y sereno de esta carrera frenética que recién ahora, con los retrocesos, declives, derrotas electorales, ofensivas imperiales, descubrimiento de sucesos de corrupción dentro de los gobiernos progresistas, debilitamiento de las organizaciones y luchas populares, empieza a ser reconocida en toda su dimensión y ha pasado factura a casi todos los proyectos revolucionarios de nuestra región. Sólo ahora, cuando las fisuras dejan ver los boquetes ocultos, se empieza a reconocer el nefasto papel del caudillismo, la falta de formación de cuadros, el liberalismo y cierta ligereza con que se manejaron los recursos públicos que se convirtió en caldo de cultivo para la aparición de la corrupción político-administrativa, la ilusión de construir un “socialismo” sin evaluar las bases materiales, las experiencias fallidas y las reales condiciones subjetivas, y en fin, ha empezado a surgir la realidad de una costra que Chávez vio en 2012 pero que no supo cómo extirpar y detener.

Los acumulados existentes pero embolatados

Sin embargo, no todas son malas noticias. Así como debajo de la alfombra se iban fraguando y creciendo esas malezas, la acción y el discurso del comandante Chávez y de sus camaradas más entregados, lograron construir ciertos niveles de organización y de nuevos dirigentes populares que siguen sosteniendo, desde los barrios, pueblos, veredas y lugares de trabajo, lo que la revolución bolivariana les legó. Paralelamente, existen centenares de intelectuales, funcionarios, trabajadores y personas del común que se fueron distanciando de los burócratas y “boliburgueses”, y que –aunque– dispersos y algo confusos, están a la expectativa, tratando de explicarse lo sucedido y luchando con sus propias creencias, tradiciones y esquemas para reaccionar y tratar de recuperar la memoria. Son los acumulados de las luchas revolucionarias de nuestros pueblos.  

Pero además, del otro lado está la vieja dirigencia de los partidos de la IV República, los adecos y copeyanos reciclados en los “partidos nuevos”, que representan en lo fundamental los intereses de la burguesía parasitaria pro-imperial, de la burguesía burocrática y de sectores descompuestos de las clases medias que han sobrevivido en medio de economías ilegales, ayudas internacionales y todo tipo de componendas politiqueras. Ellos no han podido construir una idea ni una verdadera organización ni una estrategia, y cuentan con la posibilidad de convocar a amplios sectores de las clases medias y de los trabajadores desilusionados del “chavismo” no tanto por sus cualidades y aciertos sino por los garrafales errores cometidos por el mismo Chávez y por la dirigencia bolivariana que al tratarlos de “escuálidos” en forma peyorativa y discriminatoria desde los propios inicios del proceso, levantó una barrera simbólica frente a esa población. Además,  la revolución bolivariana no ha podido construir –al igual que los demás proyectos progresistas de América Latina– propuestas viables para los cientos de miles de profesionales, emprendedores, técnicos y tecnólogos, que necesitan iniciativas de tipo económico para generar empleo productivo, de alto nivel tecnológico y vinculado al mercado globalizado del mundo entero.

La situación actual y las tareas democráticas

Sólo si se juntan las fuerzas sanas de la Nación, si se articulan los cuadros de la verdadera revolución bolivariana, si se liberan de algunas ideas esquemáticas que se enquistaron durante estos 18 años, si se rompen ciertas lealtades insulsas basadas en la costumbre y la idealización, si se sueltan y encuentran con otros sectores y personas demócratas que están en la imaginaria “otra orilla”, si se identifican a las dos cúpulas corruptas y polarizantes que están a la cabeza de la MUD y el PSUV, si se desenmascara la estrategia con la que intentan mantener la confrontación para eternizarse o acceder al poder, esos miles de dirigentes y activistas honestos y decentes podrán retomar el camino y liderar a su pueblo.

La meta no es revivir un supuesto socialismo que es imposible de construir en un solo país como lo ha demostrado la experiencia, sino recuperar la senda de la revolución democrática que sólo puede ser encabezada por quienes tengan clara la tarea central que todo revolucionario debe visualizar en este instante de la realidad global, regional y local: la unidad del pueblo que es base para la paz y la convivencia; la independencia de la Nación que es vital para mantener la esperanza en una vida mejor; y la autonomía del país que es condición fundamental para construir el bienestar colectivo.

Si rompemos con idealizaciones y esquemas lo lograremos… ¡solo hay que intentarlo!

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado




[1] El Socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por Heinz Dieterich Steffan, a partir de 1996, y muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese entonces desde el V Foro Social Mundial. (Nota del Autor). 

domingo, 16 de julio de 2017

¡BIEN POR MADURO!… LE GANA UNA A DIOSDADO

Aislar y derrotar a los sectores extremistas de ambos bandos

¡BIEN POR MADURO!… LE GANA UNA A DIOSDADO

Popayán, julio 16 de 2017

Que el presidente Maduro llamara a participar en paz en los “procesos electorales” que se realizaron este domingo 16 de julio (consulta y ensayo) y que no hubiera movilizado a las fuerzas armadas para impedir la realización de la “consulta interna de la oposición” que Cabello y El Aissami consideraban inconstitucional e ilegal, se constituye en un acto de responsabilidad política muy importante que deberá ser valorado por sus opositores.

Quienes apostaban porque este día en Venezuela se desencadenara una guerra abierta, se quedaron con los crespos hechos. Por ello, los sectores demócratas de la oposición (que tienen que existir), o por lo menos, los moderados, deben entender que solo un clima de paz les crea condiciones para consolidar sus fuerzas y constituirse en una seria alternativa de cambio, en el marco de la institucionalidad vigente. O, que surjan nuevos alineamientos en torno a la defensa de la convivencia pacífica y de la Constitución. 

En esa dinámica no deben atender las propuestas guerreristas de gente como el ex-presidente colombiano Andrés Pastrana que llama a “implementar los mandatos de la consulta”, o sea, le apuesta al “derrocamiento” de Maduro. Eso es una provocación y una afrenta al pueblo venezolano que se corresponde con las posiciones de los sectores extremistas tanto de la MUD como del gobierno, que anhelan una intervención militar extranjera, unos, para destruir todos los avances del proceso bolivariano y, otros, para amarrarse compulsivamente al poder burocrático porque no tienen otra salida.

Si los convocantes a la consulta popular contra la Constituyente logran sopesar con sentido democrático el esfuerzo realizado por la ciudadanía venezolana, y quieren aislar y derrotar a los sectores extremistas que anidan dentro de ambos sectores polarizados, y que desde sus posiciones anti-democráticas anhelan y alimentan una verdadera guerra fratricida, deben proponer un diálogo inmediato y directo al gobierno del presidente Maduro.

Con la fuerza de la participación ciudadana deben plantear un diálogo abierto, transparente y propositivo, dándole intervención a nuevos sectores de la sociedad que se expresaron en esa consulta, ya sea para suspender o aplazar la realización de las elecciones de la ANC, cambiar las condiciones de esa convocatoria o, acordar un procedimiento deliberativo, participativo, amplio e incluyente para debatir de cara a la sociedad venezolana si se hace necesario un cambio o reforma constitucional.

La responsabilidad recae ahora en la oposición y en los sectores “no polarizados” que llamaron a apoyar la consulta. Si sus dirigentes no actúan con espíritu democrático, si caen en triunfalismos vanos, si no valoran con sensatez el esfuerzo de la ciudadanía, si desconocen a la “otra Venezuela” que no participó y, que, ya sea por consciencia política, miedo a perder las conquistas sociales, o por presiones y chantajes del gobierno, también se va a expresar el próximo 30 de julio, entonces, van a perder una oportunidad única y demostrarán que no han aprendido de 18 años de errores consecutivos.

Aislar a los extremistas de ambos bandos es la tarea del momento. La mesa está servida.


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado  

miércoles, 12 de julio de 2017

HACIA UN ESTADO FALLIDO E INTERVENIDO “PACÍFICAMENTE”

HACIA UN ESTADO FALLIDO E INTERVENIDO “PACÍFICAMENTE”

Popayán, 12 de julio de 2017

Después de hacer un seguimiento de los hechos ocurridos a partir del 5 de julio, cuando se produce el mayor error táctico de los sectores radicalizados del PSUV, encabezados por Cabello y El Aissami, se puede prever con cierta aproximación, lo que va ser la lucha por ganar el apoyo –si no de las mayorías–, si de una porción significativa de la población más activa de ambos sectores enfrentados. El objetivo es acumular el máximo de fuerza posible para afrontar la fase de negociación que tendrá que abordarse en los próximos meses. Los eventos del 16 y 30 de julio serán las últimas batallas de esta fase.

Ese día de la Independencia (05.07.2017) el vice-presidente El Aissami con su intrépida acción autorizó la violencia contra la Asamblea Nacional. Esa acción estaba dirigida a provocar una reacción del mismo tipo de parte de los sectores extremistas de la MUD. Es evidente ahora, que dicha cúpula conocía las conversaciones entre el gobierno y los sectores más moderados de la oposición, con la mediación internacional, y dicha acción se planificó y realizó para –en su desespero– impedir el avance de esos diálogos.

Ya es reconocido por muchos analistas que la decisión de conceder “casa por cárcel” a Leopoldo López fue el resultado de varios factores. Entre ellos están: 1. La presión internacional que es económica, política y diplomática; 2. La posibilidad de un atentado en prisión contra la vida de López por parte de sectores radicalizados para romper los diálogos; 3. La necesidad del gobierno de poner contra la pared a la Fiscal y legitimar al TSJ; y 4. Construir mayores confianzas entre los protagonistas del diálogo.

Los hechos y las diversas reacciones públicas nos permiten identificar cinco (5) sectores que se han ido configurando sobre la marcha y que se van a medir en las próximas semanas y meses: a) El sector moderado del gobierno (Maduro, Padrino); b) El sector extremista del PSUV (Cabello, El Aissami); c) Los extremistas de la MUD (Guevara, Machado); d) Los moderados de la MUD (Capriles); e) Un sector heterogéneo de ex-chavistas que están en el PSUV y la MUD pero que por temor no han dado la cara, y otros críticos del “chavismo” que se han arriesgado a “frentiar” (Luisa Ortega, Ferrer, Evans, otros). En ambos bandos enfrentados hay oportunistas a la expectativa.

Por ahora los sectores extremistas de ambos bandos han impuesto la dinámica. Para los moderados del gobierno es imposible “bajarse” de la ANC; para los de la MUD, es inevitable mantener la presión de calle y realizar la consulta del 16 de julio. Lo más seguro es que se mantendrá el “empate técnico”. La oposición movilizará en la consulta importantes fuerzas en Caracas, Carabobo y otras ciudades, y en el Táchira y Zulia, pero al no contar con la auditoría legal del CNE o de una entidad internacional con amplia credibilidad, las cifras de participación se desconocerán o pondrán en duda. Igual sucederá con las elecciones de la ANC; al tener únicamente la supervisión del CNE, serán desconocidas por la oposición y, seguramente, por la OEA y diversos gobiernos.

Esos sucesos –si no ocurre algo grave que desencadene una radicalización más fuerte de amplios sectores de la población o de las fuerzas armadas que hasta ahora no han intervenido– van a fortalecer a los sectores moderados de ambos bloques y, también, al sector no polarizado que si se hace visible en ese interregno, puede empezar a intervenir en favor de la paz, la convivencia, la defensa de la Constitución y la estabilidad. El gobierno tendrá la carta de una “Constituyente en funciones” pero con el inconveniente de que se desgastará a medida que emita “leyes constitucionales” sobre la paz, abastecimiento, control de precios, inseguridad, etc., pero que al no causar ningún impacto real en la vida de la gente, obligará al gobierno a negociar en el mediano plazo.

Mientras tanto, las presiones internacionales van a jugar un papel más importante. El Estado venezolano se está acercando a una situación de default, que pondrá contra las cuerdas al gobierno ante la imposibilidad de pagar sus deudas. La situación económica y de inseguridad no va a mejorar y todo el entorno va a seguir jugando en contra del gobierno. El “empate técnico” y el fortalecimiento de los sectores moderados en ambos sectores enfrentados, más la presión del gran capital global y de la población, crearán las condiciones para que Venezuela se convierta en una especie de Estado fallido en situación de intervención  pacífica o monitoreo extranjero convenido.

Lo que se observa es que el gobierno, así amenace con “barrer” a sus opositores con decisiones apoyadas en la Constituyente, no lo podrá realizar. La ANC, convertida en la panacea, en la solución de todos los problemas, se convertirá en una pesada carga. Así, Venezuela con nueva o vieja Constitución, en manos del PSUV o de la MUD, o de nuevas coaliciones, aunque aparezca formalmente como una nación independiente, va a seguir entregando sus riquezas al gran capital global que se aprovechará de unas cúpulas dirigentes que en el mediano plazo vivirán entre la ilusión de la V república y la realidad de una IV reciclada.

Así, Venezuela se irá pareciendo cada vez más a su  hermana Colombia –“gemela  en espejo”[1]– que lleva varias décadas en esa situación: una nación que es tierra de nadie, intervenida por el imperio, en donde el gran capital explota mano de obra y extrae grandes riquezas bajo la apariencia de ser una democracia que solo existe en el papel.

Mientras el pueblo recupera la memoria…   

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado



[1] Hermanos gemelos en espejo: Alrededor del 25% de los gemelos idénticos se da el extraño fenómeno de los gemelos en espejo, bebés en los que encontramos las mismas características pero con carácter opuesto, de simetría inversa, como si se reflejaran en un espejo. (Nota del autor). 

¡INDEPORTES OTRA VEZ!

La política del Cauca al calor del destape de la corrupción…

¡INDEPORTES OTRA VEZ!

Popayán, julio 12 de 2017

El Fiscal General Néstor Humberto Martínez Neira, ha decidido destapar la corrupción político-administrativa en municipios y regiones. Popayán y Cauca han salido a relucir. Eso está bien a pesar de que con esa acción intenta tapar y desviar la atención de los graves escándalos de Odebrecht y Reficar, que comprometen a grandes “cacaos” de la economía y la política, entre ellos a sus patrocinadores Luis Carlos Sarmiento Ángulo, Germán Vargas Lleras, Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos.

En el caso del Cauca la fiscalía imputó cargos contra el alcalde de Popayán, César Cristian Gómez Castro, por “presuntamente haber creado una fundación fachada para realizar contratos de publicidad y eventos de la ciudad con sobre costos y adulteración de facturas que exceden los cientos de millones de pesos” (http://bit.ly/2tUoPoA). Es un caso relativamente menor pero deja ver con nitidez lo que ocurre en todos los niveles de la administración pública de la ciudad, región y país.

Igualmente, en la fecha (12.07.2017) en la cadena radial Caracol (http://bit.ly/2ujb175), es noticia el caso del Instituto de Deportes del Cauca INDEPORTES CAUCA, que compromete al ex-gobernador TEMÍSTOCLES ORTEGA NARVÁEZ y al actual mandatario departamental OSCAR RODRIGO CAMPO. Ese caso extrañamente había sido dilatado o “engavetado” a pesar de las pruebas que presentó la principal comprometida ANA BOLENA GARCÍA, ex-gerente de ese instituto.

Ahora se conoce que José Leonidas Bustos Martínez, ex-magistrado de la Sala Penal y ex-vicepresidente de la Corte Suprema, un súper poderoso de la justicia, compañero y defensor del ex-gobernador Ortega y del actual gobernador Campo, quien estuvo detrás del nombramiento de Gustavo Moreno, el ex-fiscal anticorrupción que cayó en desgracia recientemente, realizaba todo tipo de gestiones (lobby) para impedir que la investigación sobre el caso de Indeportes Cauca avanzara normalmente.

En medio de esos escándalos se “mueve” la política del Cauca. Con el caso del Alcalde de Popayán se ven afectados quienes apoyaron su candidatura que son los que mandan en la administración local. Entre ellos se destacan Rodrigo Cerón Valencia, John Jairo Cárdenas y Aurelio Iragorri H. Menos mal que Oscar Ospina, parlamentario de Alianza Verde, se deslindó a tiempo de ese gobierno municipal, ya sea porque no le dieron cuotas de poder o, tal vez, oliendo la olla podrida que se cocinaba en esas instancias.

Y por el lado del gobierno departamental los afectados políticamente son los liberales, Luis Fernando Velasco, Carlos Julio Bonilla, Crisanto Pizo, y los grupos alternativos que apoyaron tanto a Temístocles Ortega como a Oscar Campo, incluyendo al sector de Alianza Verde encabezado por Jaime Navarro Wolf. En ese sentido es necesario y urgente que Claudia López, quien encabeza el Referendo Anti-corrupción a nivel nacional, se pronuncie públicamente y se deslinde completamente de un gobierno que está untado hasta los tuétanos de corrupción a todos los niveles.

Es indudable que la campaña electoral de 2018 va a estar atravesada por la lucha contra la corrupción. Se requiere la unificación de las fuerzas sanas del departamento del Cauca para construir un “movimiento ciudadano” que derrote plenamente a todos los políticos corruptos que –hoy–, quieren utilizar los escándalos de corrupción político-administrativa para recuperar espacios de poder perdidos (caso del senador Velasco con la alcaldía de Popayán) y/o saldar rivalidades personales y de grupo, que en ningún momento responden al interés de las mayorías caucanas.

Hay que actuar con decisión y transparencia para evitar que los actuales destapes de corrupción en el Cauca se conviertan en simples peleas entre las “fieras carroñeras” por ver quién aprovecha la “podredumbre” que desde Bogotá lanza el Fiscal General para distraer al pueblo de los grandes escándalos nacionales. Hay que ligar y unir la lucha contra la corrupción a nivel local y regional con la tarea de sacar a todos los corruptos (uribistas, santistas y vargas-lleristas) de la presidencia de la República en 2018.

Que la “carroña” no nos distraiga del objetivo principal (nacional) pero que su horrible hedor no les sirva a los políticos corruptos de la región para pescar en río revuelto.

¡Ellos no nos representan!


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado