jueves, 7 de septiembre de 2023

El gobierno de Petro entre lo fundamental, lo peligroso y lo cambiante

 

El gobierno de Petro entre lo fundamental, lo peligroso y lo cambiante

Popayán, 7 de septiembre de 2023

Algunos analistas descalifican la acción política que encabeza Gustavo Petro en Colombia desde una “visión crítica”. Plantean unas supuestas “contradicciones del progresismo”, no a partir de las condiciones concretas que vive la humanidad y la sociedad colombiana, sino de lo que “idealmente” debería ser un “gobierno del cambio”, que para ellos tendría que ser de “izquierda”.

Por ello, en vez de aportar con ideas o iniciativas a las luchas sociales y políticas que actualmente están en desarrollo en este país y el mundo, terminan –tal vez sin querer– contribuyendo con las campañas mediáticas que la oligarquía impulsa a todo nivel para desgastar al gobierno y a Petro, y sobre todo, para generar incertidumbre, desconfianza y desánimo entre las comunidades y sus dirigentes que –en medio de errores y aprendizajes– intentan avanzar por nuevos caminos de cambio y transformación.

Esa mirada esquemática, centrada en la valoración del denominado “progresismo” como si fuera –en verdad– una corriente ideológica y política homogénea y diferente a las que tradicionalmente han existido (conservadoras, liberales, socialistas, comunistas y anarquistas), los lleva a desconocer la vida real y concreta que viven los sectores populares colombianos en el momento actual.

Así, se cuestiona a Petro de correrse al “centro” y abandonar su condición de izquierda; de adjudicarle al Estado un papel determinante en la acción política; de renunciar a la aspiración de trascender o superar el capitalismo; de “pactar por arriba” a cualquier costo; de incumplir lo prometido y traicionar las expectativas de cambio; de instrumentalizar, cooptar y subordinar a los movimientos y organizaciones sociales; de improvisar en el tema de la paz; de vacilar en lo relativo a la transición energética; y de no ser consecuente con la política de integración latinoamericana. ¡Nada más y nada menos!

Dichos analistas pasan fácilmente de posiciones críticas a descalificaciones y ataques infundados. Tales actitudes sólo se pueden explicar como resultado del fenómeno de la transferencia en donde una persona descarga su frustración y busca la culpa en el otro (Petro). En mi caso, trataré de mostrar algunos hechos que desvirtúan esas miradas totalizantes y apresuradas que tienen que ver con no entender que la época de los “sueños insurreccionales” y los “asaltos a los palacios de invierno” son cosa del pasado. Veamos:

Supuesta corrida al centro. Petro impulsa una especie de revolución agraria pacífica apoyándose en lo más avanzado de la población rural (campesinos mestizos, afros, indígenas, cocaleros, proletarios del campo, etc.), y en el punto 1 de los acuerdos de paz firmados entre el Estado y las guerrillas de las Farc-Ep. Esa iniciativa está en pleno desarrollo, enfrenta todo tipo de obstáculos y dificultades, pero apunta a resolver el principal problema que históricamente ha impedido que Colombia avance por senderos democráticos y de justicia social. De igual manera, no ha renunciado al conjunto de sus propuestas de cambio y avanza en medio de la tormenta y las dificultades propias de la vida.

El papel determinante del Estado. En sus intervenciones públicas y acciones gubernamentales, Petro plantea que desde la institucionalidad existente (Congreso, Fiscalía, Procuraduría, etc.) se intenta sabotear y detener el “proceso de cambio” y recuerda a diario que el verdadero poder lo sigue ejerciendo la oligarquía financiera. Así, enfrenta al Grupo Aval, Argos y demás conglomerados capitalistas, tanto por ser corruptos como por su parasitarismo económico y su cultura mafiosa. En esa dinámica, define la acción institucional como un instrumento necesario para enfrentar ese poder fáctico, pero insiste que la continuidad del proceso transformador depende de la sociedad y de los movimientos sociales.

Renuncia a superar el capitalismo. Petro ha propuesto una estrategia concreta para enfrentar el inminente “colapso ambiental”. Por ello, trata de convencer a los pueblos del mundo (y a sus gobernantes) de cambiar las prioridades económicas (crecimiento, consumismo, etc.) haciendo énfasis en abordar la tarea de “descarbonizar la economía” y avanzar por nuevos caminos en la tarea de evitar la extinción de la vida humana en la tierra. Y aunque para Colombia ha propuesto –tácticamente– “desarrollar el capitalismo” (industrialización de nuevo tipo y cambio de la matriz energética), sabe que esa lucha, si se realiza y profundiza, tendrá importantes consecuencias en la naturaleza de las relaciones sociales.    

“Pactos por arriba” a cualquier costo. Es evidente que Petro ha realizado pactos y alianzas, que no surgen de ahora, sino que hacen parte de lo que denomino “alianza interclasista”, que va mucho más allá de las coaliciones partidistas y que refleja las relaciones de poder existentes en este país. Todo ello hace parte de la lucha política y sin esos acuerdos ni siquiera hubiera sido elegido. Es cierto que esas prácticas entrañan numerosos riesgos y peligros de tipo ético, que son aprovechados por la oligarquía para justificar sus intentos de golpes (blandos y duros), pero todo indica que como ocurrió con Lula y otros gobernantes latinoamericanos, la verdad saldrá a flote y los procesos sociales y políticos que se desencadenen con ese ejercicio dentro de las instituciones existentes, tendrán continuidad y desarrollo a todo nivel.

Incumplimiento de lo prometido. Es cierto que las expectativas son grandes y que las realizaciones han sido, hasta ahora, relativamente limitadas. Sin embargo, a pesar de los errores y deficiencias, lo vivido durante este primer año no sólo significa un aprendizaje importante para los dirigentes del Pacto Histórico y de los movimientos sociales, sino que el conjunto de la sociedad colombiana ha empezado a experimentar un ambiente político muy diferente al existente bajo el dominio de gobiernos oligárquicos. Claro, incluyendo la pugnacidad y las tensiones propias del “primer gobierno de izquierda”.

Instrumentalización del movimiento social. A diferencia de algunos gobiernos de países vecinos que autodenominaron a sus gobiernos como expresión de los movimientos y organizaciones sociales, Petro le da gran importancia a lo que se denominaba en Colombia como “el pueblo liberal”. Sabe que las “fuerzas de izquierda” son muy limitadas, que cargan con la herencia del conflicto armado y de unas concepciones que no se corresponden con la realidad, pero reconoce la potencialidad del movimiento social, ha visibilizado e integrado a su gobierno a algunos de sus dirigentes como funcionarios de alto nivel, pero siempre está llamando a que se unifiquen y superen sus visiones sectoriales y estrechas.

Improvisación en el tema de la paz. Sobre este aspecto escribí hace meses un artículo crítico, pero no descalificador. Hoy, la mejor respuesta la podemos encontrar en una entrevista a Gonzalo Sánchez realizada por El Espectador en donde afirma: “Las negociaciones inconclusas y al menudeo, no son otra cosa que la condición de reproducción inexorable de la violencia. Es lo que hace necesaria la Paz Total. Pero las dificultades para juntar lo negociable y lo no negociable, lo criminal y lo político, lo narco y lo social, no son argumento contra la Paz Total. Ese es justamente el reto principal: partir de la complejidad. Hasta hoy hemos partido de lo simple y nos ha ido mal. Partamos ahora de lo complejo, que es lo real”.

Vacilaciones en la política de transición energética. Es indudable que en este tema han existido errores y pronunciamientos precipitados, fruto de la inexperiencia y desconocimiento concreto de las realidades energéticas del país y su relación con la estructura económica existente. No obstante, el gobierno rectifica y ajusta su política en esta materia sin renunciar a sus objetivos programáticos como se puede comprobar en los pronunciamientos del nuevo ministro y en la intervención de Petro en Belém (Brasil).

Inconsecuencia con la política de integración latinoamericana. No existe ninguna evidencia que demuestre esa afirmación. Claro, para algunos sectores la condición sine qua non para impulsar esa integración es distanciarse y enfrentarse con el gobierno de los EE.UU. En este tema Petro ha demostrado que ha aprendido de las experiencias anteriores intentadas por Fidel y Chávez y que, de acuerdo a los objetivos y prioridades establecidas frente al colapso ambiental, la política de “no alineamiento” es indispensable para construir espacios de integración de los pueblos y naciones a todo nivel.

Finalmente, es necesario decir que nada tienen que ver las 17 contradicciones planteadas por David Harvey con las “contradicciones del progresismo” expresadas por los críticos de Petro, más allá de confundir lo fundamental con lo peligroso y lo cambiante. Lo fundamental siempre será poner los pies en la tierra y desechar tantos esquemas idealistas que hace rato fueron desechados por la vida.   

martes, 15 de agosto de 2023

Los juegos de poder en Colombia: Petro enfrenta al Grupo Aval

 

Luis Carlos Sarmiento Angulo (Grupo Aval) y Gustavo Petro

Los juegos de poder en Colombia: Petro enfrenta al Grupo Aval

Popayán, 15 de agosto de 2023

Más rápido de lo que se pensaba se van mostrando y enfrentando las fuerzas, y se acercan momentos definitorios en Colombia.

La oligarquía financiera no cede ante las reformas sociales (salud, pensiones, laboral) porque tocan su caja menor (Empresas Promotoras de Salud y Administradoras de Fondos de Pensiones).

La estrategia de desgaste del gobierno progresista usando a las castas políticas, al Fiscal, a la Procuradora y a los medios de comunicación, ha dado resultados parciales pero Petro tiene otras cartas que jugar y está dispuesto a usarlas.

Luego de que reventó el escándalo de Odebrecht, que afectó a Oscar Iván Zuluaga (Uribe) y, ahora, con lo de la Ruta del Sol II, que involucra directamente a Luis Carlos Sarmiento Angulo (Grupo Aval-Corficolombiana) y a sus mandaderos (Santos, NHMN, etc.), las cosas van a otro precio.

Y ante la inminencia de la terminación del período del Fiscal y la necesidad de nombrar su reemplazo, Petro está decidido a templar la cuerda y lo empezó a hacer.

Por ahora, los "gringos" (EE.UU. y Biden) no parecen dispuestos a involucrarse de frente. Petro ha mostrado una buena disciplina fiscal y económica, y, además, el entorno internacional está revolcado.

Los enemigos del gobierno progresista seguirán atacando con lo de la financiación de la campaña (supuesta infiltración de aportes de “narcos”), buscándole el quiebre a Petro, y con el Consejo de Estado tratan de debilitar las fuerzas del Pacto Histórico en el Congreso (caso de Roy Barreras, ahora Moisés Pachón, y vienen más), pero ello no será suficiente.

Mientras tanto Petro nombra como gestor de paz a Salvatore Mancuso (excomandante paramilitar), y tendrá la espada de Damocles encima de la oligarquía financiera y demás corruptos con la posibilidad de que se nombre una Fiscal imparcial pero firme y justa.

Vamos entrando en terrenos fangosos e inestables. El “Acuerdo Nacional” planteado por Petro –que siempre será algo temporal y provisional, si es que se da– podrá construirse si la oligarquía financiera cede frente a las reformas planteadas.

El escenario principal, el “juego de tronos”, ya no está en el Congreso. Hay que tener mucho cuidado frente a un momento tan especial, que se veía venir desde la posesión de Petro, pero que se fue acelerando con ocasión del “affaire Nicolás”, que le abrió las agallas a la oligarquía corrupta y creyó que Petro estaba derrotado.

Las políticas concretas han sido formuladas por Petro en eventos con las comunidades. En la Guajira, Sierra Nevada, Neiva y Popayán sobre industrialización de nuevo tipo, transición energética, economía popular y sustitución de las economías ilícitas. Ahora, se trata de construir e impulsar “desde abajo” los proyectos para avanzar en esa dirección con espíritu práctico.

Unas de cal y otras de arena. El progresismo, las izquierdas y el pueblo más consciente debe cerrar filas alrededor de Petro y no dejarse confundir. ¡Nada de nervios!

Petro no está solo. Ellos son los que están en problemas, tienen el poder económico y mediático, pero no saben cómo “tumbar” a Petro. Ya lo vivieron en la Alcaldía de Bogotá y saben que, si se equivocan, si intentan sacarlo a la fuerza o usando formas ilegales, la gente va a reaccionar.

Por ello, desde nuestro lado... “¡Nada de nervios!”.

miércoles, 26 de julio de 2023

Petro: “El capitalismo se enfrenta al límite que le impone la vida”


 Petro: “El capitalismo se enfrenta al límite que le impone la vida”

Popayán, 26 de julio de 2023

Dos hechos de carácter internacional confirman que Gustavo Petro tiene una visión bastante acertada de la realidad geopolítica global. El primero, es el fallo de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, que, aunque se presente como un triunfo de Colombia frente a las pretensiones de Nicaragua de ampliar su plataforma continental más allá de 200 millas, tiene otras implicaciones respecto de los intereses de los pueblos raizales de las Antillas caribeñas, y es resultado de una posición diferente a la “colonial” que impulsaba en el pasado la oligarquía colombiana, aunque Petro la utilizará para fortalecer su posición interna.  

El otro hecho está relacionado con la III Cumbre UE-CELAC que se realizó en Bruselas, en donde la posición de Petro se destacó en todo sentido. Se lograron algunos avances sobre el cambio climático, se debatió sobre la reforma del sistema financiero internacional, la protección del desarrollo inclusivo (Cepal), y se expresó “una profunda preocupación por la guerra en Ucrania”. La declaración final apoya “todos los esfuerzos diplomáticos por una paz sostenible” sin alinearse con “Occidente” como querían los gobernantes europeos.

El presidente colombiano en poco tiempo se va convirtiendo en un líder mundial. Poco a poco ha entendido que la integración regional (latinoamericana y caribeña) es difícil de lograr a corto plazo. Por ello, aunque no abandona la tarea en la vecindad, se ha lanzado a hacer conocer sus ideas e iniciativas a nivel internacional, comprendiendo que en el “Sur Global” están los pueblos y naciones que requieren soluciones urgentes para enfrentar la crisis sistémica (económica, ambiental, alimentaria, migratoria, energética, moral, etc.).   

Es consciente que en la mayoría de eventos y encuentros en donde se reúnen mandatarios y personalidades de muchas regiones y países, no se pasa de la retórica formal y de declaraciones de buena voluntad que nunca se concretan en decisiones y acciones concretas. Pero, igualmente, sabe que participando en ellos conoce y accede a muchas personas, movimientos y organizaciones, que pueden ir coincidiendo con sus ideas en la medida en que la crisis se profundiza a todo nivel.

Y, además, ese ejercicio le ha servido para elaborar con mayor detalle tanto el diagnóstico de la situación actual como para construir propuestas e iniciativas concretas. Es interesante explorar ese proceso en que avanza el pensamiento y la acción de Petro para lograr romper muchos paradigmas existentes en las izquierdas y progresismos que impiden avanzar por caminos diferentes a los transitados. Petro, recordando a Walter Benjamin, dice: “La historia no se repite”.   

El capitalismo se enfrenta con el límite de la vida

Petro viene planteando algo que es interesante e importante. El capitalismo se enfrenta al límite que le impone la vida. En lo de “vida” incluye en forma dialéctica a la naturaleza y al trabajo, a diferencia de muchos “ambientalistas” y/o “ecologistas” que arguyen que la contradicción fundamental es hoy entre el Capital y la Naturaleza, olvidando que el ser humano, para bien o para mal, es un factor determinante en la vida de este planeta.

Dicho límite, que siempre había sido concebido por los “marxistas” en relación a la “agudización de las contradicciones intrínsecas del capitalismo”, en la actualidad tiene como realización concreta lo que se ha denominado como “cambio climático” (que se debería llamar “colapso ambiental”), que amenaza con destruir las condiciones sobre las cuales evolucionó la vida en la tierra, incluyendo el surgimiento de la especie humana y de las civilizaciones conocidas. 

De acuerdo a Petro, quien reivindica a la ciencia como componente indispensable de un “nuevo progresismo”, no es que la extinción se vaya a dar de un momento a otro. De lo que se trata es que hemos entrado en una fase “casi” irreversible, en donde la capacidad de reacción de la humanidad es mínima porque está absolutamente alineada por la economía del consumo y dividida por potencias imperiales que utilizan el falso nacionalismo para engañar a sus pueblos. Y, además, esas potencias promueven bloques geopolíticos (occidente/oriente, “demócratas”/“autócratas”, etc.) e identidades sectoriales (clases, culturas, etnias, géneros, religiones, etc.) para lograr sus propósitos.

El problema consiste, como lo estamos comprobando en los últimos 15 años a partir de la crisis económica de 2007-2008, en que, a medida que el cambio climático afecte con más fuerza a la humanidad (como lo comprobamos a diario), las crisis económicas se harán más agudas y destructivas, las guerras se volverán más intensas y agresivas, las economías criminales tendrán más poder desestabilizador, las pandemias de diverso tipo (incluidas las enfermedades mentales) impactarán más nuestras vidas, y, por tanto, se hará más difícil que reaccionemos como un “todo”.

Así, el reto que tenemos es inmediato y concreto. No es simplemente el “cambio climático” como piensan quienes intentan reducir el tema a lo “ambiental”. Lo que ocurre es que el capitalismo como modo de producción está degradando y destruyendo las condiciones materiales, sociales y culturales que le dieron vida. Y se hace necesario actuar ahora porque mañana será tarde.

¿Cómo enfrentar el problema?

Hasta ahora los intentos por superar el capitalismo partían del supuesto de que se podía construir el socialismo en algunos países o regiones y que, dichos ejercicios podrían, con el apoyo de los Estados gestionados por representantes de los trabajadores y de los pueblos oprimidos, construir la nueva sociedad asentada en nuevas relaciones de producción diferentes a las de la explotación capitalista o a las de la dominación imperial o colonial.

Dichas experiencias, algunas basadas en el “derrocamiento de las clases dominantes” por medio de una insurrección popular; u otras, intentadas por medio de la elección de dirigentes populares como cabeza de los gobiernos (“vía pacífica”) para transformar los aparatos de los Estados “heredados” y a la sociedad en su conjunto, no solo han mostrado grandes limitaciones, fracasos y frustraciones, sino que, a la larga, han demostrado que, como dice Petro, no es posible superar el mercado por decreto. Esos “socialismos” no pasaron de ser simples “capitalismos de Estado” (Lenin dixit).

Es decir, el camino de construir socialismos a partir de “revoluciones políticas” y del supuesto “control del Estado” por parte de los trabajadores y de los pueblos oprimidos y/o subordinados, no nos ha conducido a los objetivos propuestos. Pareciera que olvidamos lo planteado por Marx en cuanto a que “la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines” sino que “había que romper la máquina burocrático-militar del Estado existente”. El problema a resolver es ¿Cómo hacerlo?

En la actualidad, cuando el capitalismo (y su modelo neoliberal) no logró resolver ninguno de los problemas que ha cargado la humanidad desde sus orígenes (opresión, desigualdad, injusticia, escasez, guerras, ignorancia, manipulación, etc.), y, por el contrario, con la teoría del “progreso y el crecimiento ilimitado” ha agudizado y llevado a sus límites extremos todos esos problemas y empujado a la humanidad a destruir el sustento material de su vida y a verse enfrentada al peligro de la extinción de la especie, se hace necesario repensar no solo el objetivo sino el camino escogido.

Petro en su doble papel en que lo ha colocado la vida, como presidente de un país de la periferia capitalista (cabeza formal de un Estado existente) y como activista revolucionario del mundo (“progresista”), nos convoca a enfrentar con nuevas miradas la actual realidad del capitalismo y de la humanidad. Intenta desde este conflictivo rincón de América Latina impulsar algunos cambios de carácter democrático apoyándose en lo más avanzado que ha surgido en Colombia, pero es consciente que el escenario es global sin negar la complejidad de lo “local”, “nacional”, “regional” y “mundial”.

Para ayudarlo se requiere, por un lado, derrotar los “sueños insurreccionales” que son resultado de visiones facilistas y cortoplacistas; y por el otro, “volver a soñar con los pies puestos en la tierra” que significa ser revolucionarios no solo en “lo político” sino en todas las áreas de la vida.  

jueves, 13 de julio de 2023

El “Gobierno con el pueblo” y las elecciones territoriales

 

Petro en el encuentro con comunidades en San Juan del Cesar, al sur de La Guajira 

El “Gobierno con el pueblo” y las elecciones territoriales

Popayán, 13 de julio de 2023

En la pasada semana el presidente Petro realizó un ejercicio de gobierno desde los territorios, llevando consigo a La Guajira a un buen número de ministros y funcionarios de alto nivel que tienen que ver con la realidad de esa rica pero empobrecida región de Colombia. Se realizaron múltiples encuentros con la población y dirigentes locales y regionales.   

Allí se oficializó la emergencia económica, social y ecológica mediante el decreto 1085 de 2023 que tendrá vigencia por 30 días, se plantearon proyectos y acciones gubernamentales y anunciaron inversiones públicas para enfrentar problemas urgentes (agua potable, nutrición, consultas previas, educación) y se trazaron algunas tareas estratégicas de mediano plazo.

Igualmente, en ese contexto político se firmaron los decretos reglamentarios del Ministerio de Igualdad y Equidad que permiten formalizar, regular y poner en marcha el Ministerio de Igualdad y Equidad creado mediante la Ley 2281 de 2023, y se posesionó formalmente a la vicepresidenta Francia Márquez como la primera ministra de esa cartera.

En ese proceso se destrabaron las consultas previas con las comunidades wayuu para el proyecto Colectora que integra la producción de energías renovables de la región al Sistema Interconectado Nacional y el presidente Petro propuso el modelo de asociatividad con las comunidades para los proyectos de energías limpias (parques eólicos y solares).

Las acciones de “gobierno con el pueblo” y su relación con las elecciones locales y regionales

Son pasos muy importantes, concretos y viables, que hacen parte del programa de gobierno en cuanto a desarrollar un proceso de industrialización de nuevo tipo y cambiar la matriz energética para sustituir los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Así, se traza sobre la marcha una política que se constituye en un ejemplo para otras regiones en donde los sectores populares deben definir los proyectos que se corresponden con dichos objetivos.

El único aspecto que falta precisar e impulsar con determinación es el proceso de organización de las comunidades para que sean partícipes activas y ejecutoras de los proyectos e impidan que las élites políticas de la región se roben los recursos o desvíen los objetivos de las obras. Ese tema ha sido el talón de Aquiles en las experiencias de países vecinos en donde los gobiernos progresistas y de izquierda no han logrado impulsar un modelo productivo que supere lo existente.

Como lo plantea Atilio Borón en un extraordinario artículo, es en medio de ese proceso de empoderamiento de las comunidades que se debe impulsar la transformación político-cultural de nuestras gentes, que debe partir de una efectiva movilización popular (de “los de abajo”, las mujeres, los excluidos de siempre) que enfrente las costumbres y prácticas clientelares y politiqueras que son las que predominan en la región y en el país.

En ese sentido, se debe abrir un amplio e intenso debate dentro de las filas del Pacto Histórico y de las organizaciones sociales que apoyan al gobierno, para diseñar una verdadera actitud transformadora para enfrentar las elecciones locales y regionales en el contexto de que existe un “gobierno de cambio” y así, empezar a superar las prácticas electorales tradicionales.

Por lo que hemos visto (y parece que es lo que ocurre en todo el país), lo que predomina en este período preelectoral es la lucha entre los diversos componentes del Pacto Histórico por imponer sus candidatos (as). Está en pleno desarrollo (abierta o soterradamente) una confrontación sectaria entre los “históricos” (progresistas y de izquierda) y los políticos provenientes de los partidos tradicionales que se han sumado al proyecto que encabeza Petro.  

Mientras tanto la población se pregunta qué hay de nuevo en dichas prácticas electoreras y politiqueras. En vez de unificarse en torno a un “programa de cambio” para enfrentar los problemas que sufren las comunidades por efecto de las políticas neoliberales que privatizaron los servicios públicos y convirtieron las ciudades en “nuevos mercados” de la movilidad y proyectos inmobiliarios, los dirigentes se “despedazan” públicamente por intereses personales y burocráticos, enviando un mensaje bastante negativo al “electorado”.

Y por lo visto, al predominar esa dinámica grupista y personalista, los dirigentes “históricos” del progresismo, de las izquierdas y de las organizaciones sociales en los diferentes municipios y departamentos, crean las condiciones para que se presenten dos fenómenos entrelazados y complementarios: la división interna y el triunfo de políticos tradicionales, ya sea que se camuflen dentro del Pacto Histórico o se vayan por aparte.

El ejercicio de gobierno realizado la semana anterior en el departamento de La Guajira, en lo que tiene que ver con las decisiones y propósitos, debe ser asimilado por los dirigentes progresistas, de izquierda y de las organizaciones sociales de las diferentes regiones. Allí se encuentra una orientación práctica para construir –dentro del marco de la política aprobada en el Plan Nacional de Desarrollo– los programas de gobierno de alcaldes y gobernadores.

Ese esfuerzo de “gobernar con el pueblo” obliga a los dirigentes populares y las comunidades a enfrentar con una nueva mirada y actitud los problemas de la población y de las comunidades de cada localidad y región, que debe ser “impuesta” a los nuevos gobernantes locales y regionales.

Algunas propuestas para el Cauca

Dentro de la dinámica de aterrizar los ejes centrales del programa de gobierno de Petro y de convertirlos en proyectos viables y con base comunitaria, presento algunas propuestas que corresponden a la realidad de este departamento:

Industrialización de nuevo tipo de los principales productos agrícolas que ya producen miles de familias campesinas e indígenas caucanas:

1. Apropiación colectiva, comunitaria y asociativa de la cadena productiva del café (orgánico y común) para quitarle la ganancia a las grandes transnacionales tostadoras (Starbucks, Nestlé, etc.) mediante una estrategia internacional para vender directamente nuestro café (y sus mezclas) en el mercado global;

2. Industrialización de la caña panelera mediante una alianza asociativa con la Industria Licorera del Cauca para producir nuestro propio alcohol etílico (actualmente importado del Ecuador);

3. Industrialización y procesamiento de la importante producción de frutas, cacao, cannabis sativa y coca, para comercializar y exportar directamente nuestros productos procesados;

4. Canalizar los recursos económicos obtenidos de esos proyectos hacia la producción de alimentos para el mercado interno y externo, para construir seguridad y soberanía alimentaria.

Es importante precisar que los recursos económicos que se pueden obtener de esos proyectos productivos son muy superiores a cualquier transferencia que haga el Estado desde Bogotá y, además, generan empleo productivo para amplios sectores de la sociedad que es la única garantía (y condición) para construir paz, bienestar y justicia social.

Cambio de la matriz energética con base en los recursos hídricos y eólicos que existen en la región:

1.    Participación colectiva y comunitaria en las centrales eléctricas existentes en la región, incluyendo La Salvajina, para reorientar la forma como actualmente se manejan nuestros recursos hídricos;

2.    Explorar la posibilidad de construir “parques eólicos” a lo largo de los cañones de los numerosos ríos que bajan de la cordillera central (Ovejas, Piendamó, Cofre, Palacé, Cauca, etc.) hacia el peniplano de Popayán o Valle de Pubenza.

3.    Impulsar proyectos de energía solar individuales y colectivos a todo nivel, urbano y rural.

Nota: Aspiramos a que en las próximas semanas se consoliden los procesos de paz en curso con el ELN y el Estado Mayor Central (Farc) y ello tenga consecuencias en la percepción de inseguridad y violencia que los medios de comunicación han logrado imponer en la opinión pública. Es una problemática que afectará con mucha fuerza las elecciones locales y regionales de octubre de 2023, que, a su vez, serán una prueba de fuego para el futuro del gobierno progresista. 

jueves, 6 de julio de 2023

¿Qué hay detrás de la campaña “Aguanta Ucrania”?

 

¿Qué hay detrás de la campaña “Aguanta Ucrania”?

Popayán, 5 de julio de 2023

Carolina Sanín en su columna del pasado domingo plantea una reflexión interesante sobre la campaña “Aguanta Ucrania” que lidera el ex-comisionado de paz, Sergio Jaramillo. Ella, con gracia y sutileza se pregunta: “¿Quién los financia? ¿Qué objetivos persiguen?”

Dicha iniciativa (“plataforma ciudadana”) se hizo visible con ocasión de que Jaramillo, el escritor Héctor Abad Faciolince, la periodista Catalina Gómez Ángel y la escritora ucraniana Victoria Amelina (quien murió), fueron víctimas con otras personas de un ataque con un misil ruso en un restaurante en Kramatorsk (Ucrania) en plena zona de guerra.

Esa iniciativa de supuesta solidaridad con el pueblo ucraniano se lanzó el pasado febrero en Cartagena durante el Hay Festival y ha conseguido el respaldo de varios escritores e intelectuales que rechazan la invasión rusa a Ucrania.

No obstante, detrás de la campaña existe un complejo entramado de empresas y publicistas colombianos y latinoamericanos que hacen parte de una élite empresarial ligada a los intereses de “occidente” (USA, Reino Unido, UE). Todo indica que no es una iniciativa casual y ciudadana, y que no tiene motivaciones democráticas ni pacifistas.  

Con ocasión de ese trágico suceso y de la campaña publicitaria que se realizó a nivel mundial, el gobierno colombiano y su cancillería se vieron obligados a enviar una nota diplomática a la embajada de Rusia en Bogotá de rechazo a ese atentado. Así, Petro se vio forzado a romper –en parte– su posición de “no alineamiento” frente a dicho conflicto armado.

Como lo refiere Sanín en su disertación, Sergio Jaramillo argumenta en sus diferentes intervenciones que impulsa esa “iniciativa” porque defiende la soberanía de Ucrania como lo han hecho los pueblos latinoamericanos a lo largo de su historia.

Lo que no dice Jaramillo es que la oligarquía colombiana –de la que él hace parte con el grupo de publicistas que encabezan la “iniciativa”– siempre fue una aliada incondicional (y entreguista) tanto del imperio británico como del estadounidense. Y por ello, nunca han dicho nada frente a las invasiones y agresiones realizadas por los imperios de occidente contra pueblos y naciones de Asia, África o América Latina. ¡Nunca es nunca!

Lo que ha ido mostrando la guerra en Ucrania

Hoy, después de más de un año de iniciada la guerra entre la USA-OTAN y Rusia, en donde Ucrania es un instrumento y el pueblo ucraniano una víctima de intereses imperiales y fuerzas geopolíticas, está quedando claro que dicho conflicto fue inducido y preparado desde décadas atrás, y que su desarrollo y escalamiento bélico va mucho más allá de la invasión rusa.

Son múltiples los acontecimientos que permiten afirmar que lo que inicialmente se veía como una agresión de una potencia (Rusia) contra una nación soberana (Ucrania), en la actualidad se puede definir con total nitidez como una “guerra inter-imperialista”, en donde los intereses de los pueblos o de la humanidad no aparecen por ningún lado.

Al contrario, se puede afirmar con total convicción que es una guerra surgida como resultado de la decadencia de esas dos (2) potencias y, de la existencia de una crisis de carácter civilizatorio que amenaza a la humanidad desde todos los flancos (económico, social, cultural, ambiental, moral).

Esos acontecimientos, procesos, intereses y actuales resultados se pueden resumir así:

-  En 1989 implosionó la Unión Soviética y los EE.UU. se erigieron como la única superpotencia hegemónica en el mundo. Los neoliberales declararon “el fin de la historia” (Fukuyama).

-     Gorbachov intentó llegar a un acuerdo con Europa, pero los EE.UU. desde los años 90s del siglo XX ya se habían trazado la meta de desmantelar lo que quedaba del imperio ruso.

-    Sucede que las élites “gran-chovinistas” rusas (nacional-imperiales) siempre estuvieron agazapadas dentro de la URSS y los “gringos” lo sabían. Vieron y aprovecharon la oportunidad.  

-      Ucrania, por su pasado histórico y conflictivo, integrada forzosamente a la Unión Soviética en 1922, era el instrumento perfecto para lograr ese objetivo estratégico.

-    Mientras Rusia utilizaba hasta 2014 a élites corruptas (pro-rusas) para mantener su dominio sobre Ucrania, USA usaba a sectores pro-occidentales (igualmente corruptos) para subvertir ese poder.

-     Cuando Rusia pierde el control de gran parte de Ucrania (efecto del “Euromaidan” en 2014) se anexa a Crimea y se inicia una guerra no declarada por el control de Donetsk y Lugansk (parte de Ucrania oriental).

-   Esa guerra sorda e irregular va escalando a pesar de la firma del Protocolo de Minsk (septiembre 2014). Luego de la elección de Zelenski (2019) se fortalece la campaña de promover la integración y adhesión de Ucrania a la UE y a la OTAN. Polonia y Lituania juegan su papel.

-     En febrero de 2022, Putin lanza la “operación militar especial” o guerra de invasión a Ucrania como resultado de lo que los rusos llaman “la provocación de la OTAN”.

Luego de haberse declarado la guerra abierta entre Rusia y Ucrania, han sucedido otra serie de hechos que han ido clarificando los intereses y motivos de las élites capitalistas globales (de todos los bandos), que se fueron acumulando durante los últimos 30 años. Los principales son:

-  Rusia intentó una guerra relámpago y fracasó de inmediato. Putin no calculó el tamaño de la resistencia ucraniana. Su tentativa unificó a amplios sectores ucranianos y europeos.

-   Poco después, los EE.UU. se colocan a la cabeza de la guerra y de la Unión Europea. Se aprueban sanciones económicas contra Rusia y se decide armar a Ucrania para la “defensa”.

-    En septiembre de 2022 se registraron varias explosiones submarinas que dañaron los gasoductos del Nord Stream 1 y 2. Dicho sabotaje se hizo para impedir el abastecimiento de combustibles rusos a Alemania y acrecentar la dependencia energética de Europa respecto de los EE.UU.

-    Durante todo este período los EE.UU. han intentado aislar a Rusia en lo político y económico. No obstante, no lo han logrado. Nuevas alianzas han surgido y el multipolarismo se ha fortalecido. La decadencia global de los EE.UU. es un hecho evidente y verificable.

-    Poco a poco se ha ido develando que la estrategia estadounidense apuntaba realmente a enfrentar a China. Las provocaciones en Taiwán así lo muestran. La guerra con Rusia parece ser sólo un primer paso y una forma de subordinar y asegurar a sus aliados europeos y fortalecer la OTAN.

-   Los movimientos y reacomodos políticos entre globalistas y nacionalistas en cada potencia y país (USA, UE, Rusia, China, India, Irán, Arabia Saudí, Israel, etc.) revelan cómo la guerra les sirve a las élites para atemorizar y controlar a sus propios pueblos. 

-  Los últimos acontecimientos en Europa (fortalecimiento de las derechas neo y proto-fascistas, militarización de los Estados, protestas en Francia y otros países de los “no-incluidos”, etc.) y en Rusia (intento de rebelión del Grupo Wagner) muestran que la guerra es un síntoma más de la crisis societal y civilizatoria que vivimos y que se utiliza por los grandes poderes capitalistas como instrumento de miedo y control.

Conclusión

No es casual que desde Colombia se lance para América Latina la campaña “Aguanta Ucrania”. Colombia, a pesar de su precariedad histórica, es muy importante como punta de lanza de la OTAN y del imperio estadounidense. Algunos estudios sitúan este país como la tercera economía de América Latina, después de Brasil y México. Las grandes corporaciones capitalistas le ven grandes potencialidades de inversión en agroindustria, energía y turismo.

Desde la época colonial, Bogotá, Lima y México fueron centros políticos importantes para los imperios europeos (eran cabeza de las Audiencias Reales de las “nuevas” Granada, Castilla y España). Después de la “independencia”, Colombia y Perú fueron sometidos por el imperio británico, y luego, en el siglo XX, los EE.UU. consolidaron su dominio imperial.     

Colombia siempre ha sido el Israel y el Caín de América. Nunca surgió una burguesía nacional que se identificara con su territorio y con su pueblo. La élite parasitaria colombiana está acostumbrada a ser un borrego del imperio. Esa oligarquía –además de criminal– le vende su alma al mejor postor.

Por ello, se presta para ese tipo de jugadas que son planeadas en Londres y Washington. No están cómodos con el gobierno progresista que encabeza Gustavo Petro que impulsa el “no alineamiento” con ninguna potencia imperial y que afirme “¿Para qué la guerra? Si lo que necesitamos es salvar a la especie humana”. No les gusta que denuncie esa guerra como “un crimen contra toda la humanidad”. Para ellos es una guerra para “defender la democracia”.

Y es un crimen, porque esa guerra ha acrecentado el hambre en el mundo por cuanto ha bloqueado el comercio global de cereales y fertilizantes producidos en Rusia y Ucrania. Además, desvía la atención mundial y los recursos económicos que deberían estar concentrados en la lucha contra el cambio climático y la descarbonización de la producción. Y lo más grave, porque de seguir por el camino de agudización del conflicto que impulsa el gobierno estadounidense, en cualquier momento la hecatombe nuclear será una realidad de muerte y de exterminio humano.

Por todo lo anterior, no hay que hacerle el juego a quienes quieren hacernos creer que en Ucrania se está defendiendo la democracia liberal frente a la autocracia rusa (“oriental”). Eso es un chiste. O que “Aguanta Ucrania” es una campaña “pacifista”. Y por ello, Carolina Sanín se merece un aplauso dado que, aunque es alguien de la misma clase social de Jaramillo, con esa especie de opinión “quinista” nos devela con mucha valentía el “cinismo” de esa indigna oligarquía. 

jueves, 29 de junio de 2023

Petro enfrenta el bloqueo institucional apoyándose en la gente

 

Petro enfrenta el bloqueo institucional apoyándose en la gente

Popayán, 29 de junio de 2023

Cómo era de esperarse, Gustavo Petro inicia un nuevo proceso de gobernanza. Frente al bloqueo institucional decide –con cierta premura y oportunidad– reencauzar su acción de gobierno para encontrarse con las comunidades en los territorios y construir lo que un amigo llama Democracia Participativa Relacional o Democracia Directa en acción y en movimiento.

La primera experiencia ya se había intentado con los “Diálogos Regionales Vinculantes” pero dicho ejercicio fue muy general, esencialmente deliberativo, muy poco vinculante, bastante formal, y en donde las comunidades no participaban en forma directa. Además, las conclusiones de esa “consulta” fueron elaboradas por expertos para el “diseño” del PND.

Lo interesante de la experiencia que arrancó esta semana en el Departamento de La Guajira es que se intenta ir más allá. Llegarle a la gente, escuchar sus iniciativas, tomar decisiones con ellas y resolver problemas urgentes. Se siente que el espíritu es diferente y que el reto es pasar de las promesas y propuestas a las realizaciones concretas. Eso es importante y clave.

Claro, el reto es enorme. Las dificultades son de todo tipo. Existe mucha dispersión y división entre las comunidades (indígenas, campesinas y urbanas). Es fruto de un proceso histórico que se formó en el proceso de resistencia a la invasión europea, la “criolla republicana”, la migración árabe y la intervención de poderes económicos transnacionales en el siglo XX.

Existen allí 19 resguardos indígenas (Kogui, Wiwa, Arhuaco, Kankuamo, Wayúu y Yukpa), así como 36 consejos comunitarios de comunidades negras en la Sierra Nevada, Serranía del Perijá, planicie aluvial y macizos guajiros. También, hay población campesina y ciudades como Riohacha y Maicao, además de núcleos urbanos más pequeños en los 15 municipios.

El acumulado de problemas es colosal pero la potencialidad de la región es formidable. La Exxon, Drummond y otras transnacionales han explotado el carbón durante 40 años sin que ello se haya traducido en efectivo desarrollo y bienestar para la población. Al contrario, la degradación del medio ambiente ha traído graves perjuicios para las comunidades.

Las comunidades han sufrido diversos procesos de contaminación producto de la explotación carbonífera, y han sido testigos de los procesos de apropiación de las aguas para el uso minero y otras economías extractivas. El impacto negativo en sus costumbres y cultura también es evidente, aunque las comunidades se recrean y reorganizan en medio de la resistencia.

Los eventos realizados y liderados por Petro responden a la coyuntura de gobierno (bloqueo institucional) y política (elecciones locales y regionales); apuntan a resolver problemas urgentes (salud, agua potable, nutrición, etc.); y trazan líneas gruesas para los proyectos estratégicos (cambio climático, transición energética, turismo ecológico y cultural, otros). Además, construir una nueva forma de relacionamiento entre el Estado y las comunidades.

Son actos de gobierno diversos. Entrega de recursos económicos, tierras e instrumentos para la educación y conectividad digital; devolución de las máscaras koguis recuperadas en Alemania para empoderar la identidad ancestral; consultas privadas y públicas con las comunidades indígenas para decidir sobre los proyectos de agua potable y transición energética (eólica y solar), y la reglamentación del nuevo ministerio de la mujer y la igualdad.

Petro sabe que ese ejercicio es solo un inicio y que todas esas acciones tienen un mensaje motivador. Que es la misma población y las comunidades las que tienen que imponerse la tarea de depurar a los “operadores políticos” y derrotar la corrupción, organizarse a diferente nivel y articularse en torno a los proyectos estratégicos con visión integral y transformadora.  

También es consciente que no será con los mismos sectores políticos que han llevado a la actual situación de crisis humanitaria y emergencia administrativa con quienes puede cambiar la vida de ese departamento y sus gentes. Ha llamado a que las comunidades se organicen para participar en forma asociativa en los grandes proyectos que están en la agenda de la transición energética que tienen un impacto para todo el país.

El gobierno ha anunciado que estos ejercicios de “gobierno desde los territorios” continuará en Arauca y proseguirán en otras regiones. Desde ya la población de todos los departamentos deberán prepararse para convertir esos eventos en la construcción de “asambleas populares” para avanzar hacia nuevas modalidades de participación y acción popular transformadora.

Si ello se hace con una mirada integral y transversal, con sentido práctico y poco “legalista”, que combine derechos y acceso a servicios con ejecución práctica de proyectos diseñados y controlados “desde abajo”, se trazará una línea política para los mismos gobiernos locales y territoriales, y el bloqueo institucional será derrotado en el terreno donde las comunidades pueden desarrollar toda su creatividad y capacidad de gestión “de hecho”.

Así lo vienen proponiendo los dirigentes más claros y avanzados del Pacto Histórico que saben que se requiere acumular mucha más fuerza social y política para romper el bloqueo existente en el poder legislativo (Congreso) y judicial (Cortes, fiscalía, procuraduría). Y con esa nueva actitud y práctica política, se despejará el panorama hacia las elecciones locales y regionales. 

jueves, 22 de junio de 2023

El fracaso de la alianza con la burguesía burocrática

 

El fracaso de la alianza con la burguesía burocrática

Popayán, 22 de junio de 2023

Los últimos acontecimientos (hechos reales, concretos y tozudos) que ratifican el debilitamiento parcial del gobierno de Petro son relativamente fáciles de explicar. Es el fracaso de la aplicación práctica de una política que, en general, está bien pensada y formulada, pero que no cuenta con una visión estratégica para impulsarla en correspondencia con lo planteado.

Los hechos son evidentes. El trámite legislativo de las reformas sociales (salud, laboral, pensional) ha sido obstaculizado en el Congreso y el resultado de tanto trabajo es una verdadera derrota para el gobierno y la bancada del Pacto Histórico. Los avances logrados con la aprobación de la reforma tributaria y el Plan Nacional de Desarrollo han sido –en parte– dilapidados, fruto de una visión equivocada.

Otros sucesos están a la vista. Entre ellos, los graves errores de funcionarios de alto nivel que han sido explotados con eficiencia y efectividad por los enemigos y los medios de comunicación. Crisis ministeriales que dejan mal sabor de boca porque muestran improvisación administrativa, afanes innecesarios y métodos errados y caprichosos, lo que genera incertidumbre entre las propias fuerzas.

Para algunos, tales fracasos y derrotas parciales son resultado de las alianzas con políticos corruptos (Barreras, Benedetti, etc.). Otros, resaltan el papel de Petro y su personalidad hermética y poco comunicativa con sus ministros. Unos más, responsabilizan a los aliados y a los contradictores políticos, entre ellos, el gran poder económico y los medios de comunicación.

Los hechos son los hechos y deben ser asimilados. Todos los factores juegan, pero la tarea principal es identificar, por un lado, el movimiento de la vida, o sea, la lucha y los intereses de clases y sectores de clase, y por el otro, la correspondencia (o no) entre nuestras ideas y acciones para incidir en esa lucha social y política. Se trata de entender la trama y la complejidad de la vida.

La política formulada por el gobierno progresista

En Berlín (FES), el presidente Petro ratificó su idea central: En los países periféricos –como Colombia– es posible y necesario impulsar la industrialización del aparato productivo combinada con una transición urgente y decidida hacia fuentes de energía no fósil (“descarbonización”). A nivel global, por el contrario, el capitalismo está en proceso de autodestrucción y anomía; degrada a la sociedad y a la naturaleza.

Para impulsar ese proceso, hay que romper con los paradigmas tradicionales. Las izquierdas (o “progresismos”) deben proponer un plan a corto plazo (10 años) para evitar la hecatombe ambiental y la extinción de la vida humana en la tierra. “Hay que volver a soñar” y superar la idea de que “por decreto se puede acabar el mercado”, y, por tanto, unificar y liderar a la humanidad en torno a una acción de salvamento.

Además, insistió en la idea que la transición energética es mucho más que el simple cambio tecnológico. No basta que los grandes conglomerados que monopolizan las energías fósiles (carbón, petróleo y gas) inviertan en energías limpias y renovables, sino que dicho cambio debe incluir importantes transformaciones frente a las necesidades de las comunidades y de la vida en general. Es el modelo de vida el que tiene que cambiar (decrecimiento diferenciado y sostenible).

Es claro que, para impulsar esa política en nuestro país, los progresistas (o “izquierdas”) tendrían que encontrarse con los sectores o sujetos sociales que, por su propia naturaleza, por su historia y sus prácticas productivas y culturales, estén interesados en impulsar dichos cambios. Y, en Colombia, afortunadamente tenemos por doquier a dichos sectores sociales y productivos.

Solo hay que revisar el último informe sobre el avance de nuestras exportaciones “no tradicionales”. Existen numerosos pequeños y medianos productores rurales y urbanos, empresarios de diferentes niveles, que le aportan a la economía colombiana un importante valor agregado en varios sectores y ramas de la producción diferentes a las economías depredadoras. Dichos sectores deben ser ganados para esa política y es posible hacerlo porque la economía extractivista y rentista no tiene futuro. Además, están en desarrollo y avance importantes experiencias comunitarias en agroecología, manejo y defensa del agua, y otras similares.  

Las alianzas del gobierno progresista y el primer gabinete de coalición

Decíamos en anteriores artículos que la dinámica para lograr la “paz santista” en Colombia (o sea, derrotar a Uribe) nos condujo a la conformación “de hecho” de una “alianza interclasista”. El triunfo electoral de Petro fue en gran medida resultado de ese proceso. Pero no fue un triunfo contundente. La ventaja fue mínima y el Pacto Histórico llegó en minoría al Congreso.

En consecuencia, se conformó una “amplia coalición de gobierno” en donde estaban representados amplios sectores populares, las burguesías emergentes (agraria-rural y citadina, de origen legal e ilegal, y otras), la burguesía burocrática y algunos sectores de la oligarquía financiera. Decíamos que dichos sectores se sumaron para impulsar algunos cambios y, a la vez, defender sus intereses.

Fue lo que ocurrió y había que enfrentarlo. El primer gabinete de Petro representaba esa diversidad. José Antonio Ocampo (hacienda) y Cecilia López (agricultura), representaban una clase “casi inexistente”, la antigua y débil burguesía industrial, heredera de López Pumarejo, Lleras Restrepo y Echavarría Olózaga. Eran ministros de la escuela “cepalina” y fueron nombrados autónomamente por Petro.   

La burguesía burocrática obtuvo varios cupos en el Congreso, en algunos ministerios y en la diplomacia. Alejandro Gaviria (educación), así estuviera cerca de César Gaviria, jefe del partido liberal, representaba a la oligarquía financiera, y de acuerdo a lo conocido, no fue nombrado como resultado de un acuerdo con algún partido político. Fue una deferencia de Petro con quién lo apoyó en la última fase de su campaña.

Los sectores populares tenían su cuota con algunos ministerios, en instituciones nacionales (tierras, víctimas, etc.), en el Congreso y en la diplomacia. Los trabajadores y sindicatos, especialmente, los del Estado (maestros, trabajadores de la salud, etc.) tenían en Gloria Inés Ramírez (trabajo), Carolina Corcho (salud) y Patricia Ariza (cultura), una representación clave de cara a las “reformas sociales”.

Esa composición burocrática, más allá de ciertas presiones y tensiones, era necesaria e indispensable para contar con mayorías parlamentarias y arrancar la gestión gubernamental con cierta estabilidad. Sirvió para aprobar la reforma tributaria, lograr el Pacto con los ganaderos (Fedegan) y avanzar con el Plan Nacional de Desarrollo. “Logramos generar confianza en el país”, decía Ocampo por entonces.

Las reformas sociales y la alianza con la burguesía burocrática

A pesar de que teórica y correctamente el presidente Petro y varios dirigentes del Pacto Histórico plantean que el proceso de cambio en Colombia contempla una fase de transición que puede durar varios períodos de gobierno, en la práctica no se ha diseñado una estrategia coherente con esa idea. Por el afán de presentarle al pueblo resultados inmediatos, el gobierno progresista se traicionó y aceleró.

Petro se dejó presionar y llevar a la idea tradicional de que durante el primer año se debían realizar las principales transformaciones para aprovechar la existencia y “fuerza” de la “coalición de gobierno”. Se entró en afanes y aceleres innecesarios para sacar adelante las “reformas sociales”; se priorizó como “único” el escenario legislativo y prevaleció la alianza con la burguesía burocrática y su “familia” más cercana, la burocracia sindical (que representa escasamente al 4% de los trabajadores).

Se desechó o aplazó el acercamiento con la burguesía emergente de carácter productivo, los pequeños y medianos productores (rurales y urbanos), y los profesionales precariados, muchos de ellos emprendedores y asalariados, que también se expresaron en el “estallido social” (2019-2021) pero que, definitivamente, tienen otros intereses y lecturas que los alejan de las visiones tradicionales de la izquierda. Algunos puntos de la reforma laboral los afectan negativamente, y, sobre todo, se distancian de los enfoques asistencialistas de los “subsidios para población vulnerable” (tema por desarrollar en otro escrito).   

Una errada lectura de la evolución y naturaleza de las clases sociales en Colombia (y en el mundo) llevó a fortalecer la alianza con sectores burocráticos, parasitarios e improductivos, que no son ni siquiera “progresistas” y menos revolucionarios. Son sectores débiles y volátiles, proclives a la corrupción, que juegan al mejor postor, y son fácilmente manipulables por la oligarquía financiera, como lo ha comprobado con creces la praxis social y política de los últimos meses (caso Benedetti).

Así, fruto de querer derrotar a la oligarquía financiera en temas tan sensibles como afectar sus intereses en el manejo de los enormes fondos de la salud (EPS) y fondos de pensiones (AFP), usando como principal instrumento una precaria coalición de gobierno basada en la alianza con la burguesía burocrática, el gobierno de Petro se ha auto-saboteado y puesto diversas zancadillas, que indudablemente lo han debilitado frente a sus propias bases sociales y frente a sus contradictores y enemigos.

No se puede desconocer que el gobierno y Petro ha realizado ingentes esfuerzos durante estos diez (10) meses por cumplir con sus propuestas de cambio y de beneficio para los sectores populares. No obstante, la línea estratégica escogida, la alianza con la burguesía burocrática que es insaciable y que se ha incrustado hábilmente en las regiones dentro de las fuerzas del Pacto Histórico y de las organizaciones sociales, es el principal problema que se observa y que debe ser atacado y solucionado con urgencia.

El futuro inmediato y el peligro del “golpe duro”

Si Petro y toda la dirigencia del Pacto Histórico logran entender que el Congreso no tiene por qué ser el principal escenario de lucha, van a poder explorar y explotar otros escenarios regionales, sociales y productivos (y una efectiva lucha contra la corrupción), que son nuestros verdaderos escenarios de lucha, de fortalecimiento de la fuerza social y política, y de una alianza de clases efectivamente progresista y transformadora.

Si se apoyan de verdad en la gente como ha planteado Petro en el discurso del 7 de junio (“asambleas populares”), se puede retomar la iniciativa y pasar a una “ofensiva sistemática y pausada”, “seria y consistente”. Si ese viraje se hace entre julio y agosto (así sean sólo señales en esa dirección), ello puede movilizar a las organizaciones sociales e incidir positivamente en las elecciones locales y regionales. Lo cual, sería muy importante hacia el inmediato futuro.

Para hacerlo, es importante sintonizarse con amplios sectores populares. Muchos de ellos no entienden cómo un “gobierno del cambio” se esfuerza tanto por cumplir la regla fiscal incrementando el precio de la gasolina para llenar el hueco fiscal creado por el anterior gobierno en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, mientras no ataca de frente la corrupción administrativa que se roba –según cálculos– más de 50 billones de pesos anuales.

Así, teniendo en cuenta la realidad existente en las llamadas “instituciones del Estado”, las “asambleas populares” no pueden ser “agencias del Pacto Histórico y/o del gobierno”, o una “guardia pretoriana” de Petro, sino que deben ser construidas con autonomía, amplias e independientes, no politiqueras, cualificadas y diversas en torno a sectores priorizados y fundamentales, “con dientes” y efectivo “poder vinculante”.

No deben ser grandes asambleas para “botar corriente” y proponer “nuevas leyes”. Tienen que ser espacios donde se debatan temas concretos que tengan posibilidades de convertirse en “política pública de hecho”, o sea, que se traduzcan en proyectos e inversiones públicas apoyándose en la gente. Y si se requieren declaratorias de “emergencia económica y social” para hacerlas realidad, Petro debe actuar con decisión y contundencia. Lograría un apoyo mayoritario y recuperaría la iniciativa política.

Todo esto es posible si hay un cambio en la visión de los dirigentes sociales y populares. Deben entender que su papel no es estar a la cola del gobierno y el parlamento sino al frente de la sociedad.

De no corregir el rumbo, de mantenerse la idea de que con la fuerza acumulada hasta ahora (que está en franco deterioro) o de que la alianza con la burguesía burocrática se garantiza el logro de las transformaciones propuestas, en poco tiempo (meses) se pueden crear las condiciones para que los sectores más extremos de los grandes terratenientes y de la oligarquía financiera, pasen de la estrategia del “bloqueo” y “golpe blando” a la del “golpe duro”.

El diseño lo tienen claro y lo han experimentado. Si logran unir la inconformidad popular frente a temas como el aumento del precio de la gasolina (ya los taxistas y moto-taxistas están programando “paros” y protestas) con otros temas coyunturales, y consiguen movilizar –como lo han empezado a hacer– mayores fuerzas sociales contra el gobierno, van a tratar de provocar disturbios y generar muertos para achacárselos al gobierno y, generar desestabilización y caos.

Los intentos del Fiscal por vincular a Petro con hechos dolorosos como la muerte violenta (suicidio) del coronel Ojeda, que fue utilizado –fanática y obsesivamente– como consigna en las marchas de la oposición del pasado 20 de junio, muestran lo que esos sectores extremos son capaces de hacer para defender sus intereses. De hecho, la “revolución de color” está en marcha y hay que estar alerta. 

miércoles, 14 de junio de 2023

Perdidos en la selva

Los niños indígenas amazónicos, Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin Neriman

Perdidos en la selva

Popayán, 15 de junio de 2023

Cuatro niños indígenas de la etnia murui sobrevivieron a un accidente de avioneta en medio de la selva amazónica. Estuvieron “perdidos” durante 40 días hasta que fueron localizados por guardias indígenas que ayudaban a las fuerzas del ejército colombiano a “rescatarlos”. Lesly, la niña de 13 años se convirtió para todo el país en una heroína al ser capaz de mantener con vida a sus hermanitos menores, después de haber visto morir a su madre y tener que enfrentar una situación difícil que no está clara para quienes no hacen parte de su familia.

Fue un hecho que llenó de alegría al pueblo colombiano. Pareciera que de una u otra manera todos los colombianos nos identificamos con ellos. Nuestra gente necesita de vez en cuando una noticia positiva como ésta que, sin proponérselo, le quitó brillo y visibilidad al acuerdo logrado por el gobierno de Petro y el ELN de iniciar un “cese de fuegos”, que fue anunciado con bombos y platillos desde La Habana.

También invisibilizó la noticia de la muerte violenta del coronel de la Policía Óscar Darío Dávila Torres, quien estaba siendo indagado por el caso de las interceptaciones telefónicas ilegales a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia, exjefa de Gabinete de Gustavo Petro, hecho que viene a ser un nuevo capítulo siniestro de la novela en que se convirtió todo ese escándalo que también protagoniza el exembajador en Venezuela, Armando Benedetti.  

Tres hechos sorprendentes. ¿La vida y la muerte en un juego macabro? Para quienes no conocemos la selva y la vida humana que allí existe, lo ocurrido con los niños indígenas nos parece un milagro. Para quienes les hacen seguimiento a los procesos de “paz” con el ELN, también les parece una maravilla que hayan firmado la tregua. Y para todo el país, la muerte violenta del coronel –que el gobierno calificó como suicidio– es un hecho inverosímil similar a la muerte del señor Jorge E. Pizano cuando el Fiscal General era Néstor Humberto Martínez Neira.

Sin embargo, aunque son hechos que parecen inconexos, los podemos conectar con nuestra imaginación. Lo ocurrido con los niños es el triunfo de la vida sobre la muerte. El cese de fuegos firmado por los “elenos” le abre la vía a la vida y le cierra la puerta a la muerte Y, en el caso del coronel de la policía, la muerte se impone sobre la vida. Pero lo que realmente los conecta es la sorpresa, lo inesperado, el misterio, y como en Colombia y el mundo lo que se ha impuesto es la incertidumbre y el miedo, la gente queda pendiente del siguiente capítulo.

Ya los medios están detrás de los familiares de los niños indígenas para inmiscuirse en sus conflictos íntimos para acabar con la magia y la espiritualidad que habían mostrado los pueblos indígenas como parte de su cultura y su vida. Ya las casandras y enemigos de la “paz total” están a la expectativa de cuándo algún frente guerrillero del ELN viola el "cese de fuegos". Y ya la prensa y la Fiscalía especulan sobre las causas de la muerte violenta del coronel para tratar de comprometer al gobierno y al presidente Petro con ese hecho doloroso y triste.

Así, en medio de hechos milagrosos, sorprendentes e inesperados, los colombianos (y el mundo en general) terminamos perdidos en la “selva de las noticias”, enredados en la maraña de mentiras e intrigas, anegados hasta el alma por las “fake news”, enceguecidos por la manipulación de los medios del gran capital, conducidos hacia la oscuridad y el precipicio.

Quieren matar la vida e imponer la muerte. Saben que el miedo y la incertidumbre son el mejor antídoto contra la libertad, la autonomía y la felicidad emancipadora. ¡No podemos permitírselo! Los niños indígenas nos ayudaron a los colombianos a descubrir la biodiversidad de nuestras selvas, la fortaleza de nuestra gente, la riqueza de nuestros ancestros, las ganas de vivir y pervivir, y las enormes potencialidades que tenemos cuando nos conectamos con nuestra humanidad-animalidad creativa y resiliente. Cómo dice Petro, Colombia es una potencia mundial de la vida.