martes, 30 de agosto de 2022

La oligarquía colombiana quiere maniatar a Gustavo Petro en el campo internacional

 

Los presidentes de la Comunidad Andina de Naciones (Castillo, Arce, Petro y Lasso)

La oligarquía colombiana quiere maniatar a Gustavo Petro en el campo internacional

Popayán, 30 de agosto de 2022

La oposición derechista en Colombia intenta generar un escándalo político internacional. La razón es que supuestamente el gobierno colombiano avala la política represiva y autoritaria del presidente de Nicaragua. Quieren impedir la acción multilateral que Gustavo Petro ha empezado a realizar.

Los hechos

Los hechos relacionados son los siguientes:

- El gobierno colombiano liderado por Gustavo Petro no asistió a una reunión de la OEA donde se condenó la violación de DD.HH. que comete el gobierno de Nicaragua. Dicha decisión se tomó a alto nivel gubernamental y el Canciller Álvaro Leyva emitió el siguiente comunicado explicativo.

- Es cierto que el gobierno nicaragüense viola los derechos humanos en ese país. Importantes dirigentes “sandinistas” han denunciado esa situación. Incluso Humberto Ortega (ex-comandante del Ejército) se deslindó de su hermano presidente y de su autoritarismo dictatorial. 

- La OEA ha sido instrumento de intervención de los EE.UU. en América Latina desde su fundación (1948).

- La OEA no condena por igual la violación de los DD.HH. en los diferentes países, y concentra su acción de denuncia en países y gobiernos que no se alinean con la política imperial de Washington.

- El gobierno de Petro recibe el legado de una política internacional entreguista y arrodillada, desarrollada por los gobiernos oligárquicos durante casi toda su existencia.

- La Nación colombiana heredó un problema territorial y limítrofe con Nicaragua que surgió desde la época del Virreinato de la Nueva Granada y del poder colonial español (que después fue manipulado por la intervención militar de los EE.UU. en 1928).

- El gobierno de Petro está interesado en restablecer las relaciones con Nicaragua, reconocer el fallo sobre límites marinos de la Corte de La Haya y fortalecer los derechos territoriales y políticos de los pueblos raizales de Las Antillas (incluyendo a los pueblos raizales de San Andrés y Providencia).

Los problemas en desarrollo

Los problemas detectados en relación con la política internacional del gobierno de Petro son:

a)    Las derechas colombianas, latinoamericanas y estadounidenses están tratando de utilizar ese problema para construirle un “entrampamiento” al gobierno de Petro. Tratan de aislar y neutralizar su acción, y obligarlo a que se alinee con alguno de los bloques imperiales y “semi-imperiales” existentes (USA, OTAN, Rusia, China, etc.);

b)   Tal pretensión está dirigida a impedir que el presidente colombiano pueda construir un gran frente internacional -especialmente latino e iberoamericano- que le permita desarrollar su política en un marco global;

c)    Gustavo Petro quiere desarrollar una política internacional “propia” (autónoma e independiente) tanto a nivel regional en los Andes; el Caribe y las Antillas; Sudamérica; Centroamérica; y Latinoamérica, y a nivel continental y global (América, Europa, África, Asia y Oceanía);

d)   Petro sabe que todos los problemas que sufre Colombia y nuestro pueblo colombiano tienen relación íntima con las políticas globales e intereses del Gran Capital, de la Oligarquía Financiera y de las potencias capitalistas e imperiales;

e)    Esos problemas tienen que ver con la dependencia económica y la debilidad política de Colombia (y demás países “periféricos”) que, a su vez, es la causa fundamental de la pobreza, desigualdad, violencia, impacto de las economías ilegales y criminales, cambio climático, crisis de alimentos, inflación y demás problemas que sufre nuestro país y pueblo.

Nueva política internacional

Es evidente que el gobierno del Pacto Histórico -liderado por Gustavo Petro y Francia Márquez- impulsa un nuevo tipo de comportamiento en temas internacionales que empieza a diseñarse con base en las siguientes políticas y acciones:

- Priorizar las relaciones bilaterales con gobiernos y naciones con los que tenemos una larga historia de intereses estratégicos (EE.UU., Venezuela, Cuba, España, Ecuador, Brasil) o con los que tenemos algún tipo de conflicto (Nicaragua).

- Ir (re) construyendo con paciencia y estrategia los espacios o bloques regionales que existen como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), la CELAC, UNASUR y otros, o los que sea necesario crear a fin de neutralizar el papel o la influencia de la OEA en la región.

- Construir teóricamente y hacer explícita una política de “No alineamiento internacional” con ninguno de los bloques geopolíticos que dirigen y hegemonizan las potencias imperiales y “semi-imperiales” (USA, UE, OTAN, Rusia, China, etc.).     

- Hacer pedagogía a todo nivel al interior de Colombia sobre la realidad global e internacional, haciendo ver los graves errores cometidos por los anteriores gobiernos, sin ningún temor y sin esconder nada.

Todo lo anterior significa superar definitivamente el “parroquialismo cortesano” con que la oligarquía colombiana ha manejado la política y las relaciones internacionales de nuestro país.

Conclusión

Las fuerzas políticas de izquierda y progresistas que hacen parte el Pacto Histórico deben diferenciar lo que es una Política de Estado y lo que es una política de partido o movimiento político. Tiene que haber una coherencia, pero no es lo mismo.

Cuando un dirigente se hace elegir Presidente de una Nación, debe entender que ahora representa los intereses de todos sus habitantes y no sólo los de su partido o movimiento.

Hoy Gustavo Petro ha empezado a actuar como un Estadista, de cara a un país, a un continente y al mundo. Así lo expresó en su discurso de posesión y lo acaba de ratificar en Lima en el Consejo de la CAN.

Al fin y al cabo, “descarbonizar la economía productiva” para enfrentar el cambio climático y superar la crisis ambiental no es tarea de un solo país o responsabilidad de un solo pueblo. Es una labor y obligación de toda la humanidad. 

El pueblo se moviliza y “presiona” a Petro

 

Petro con las organizaciones populares 

El pueblo se moviliza y “presiona” a Petro

Popayán, 29 de agosto de 2022

Durante estas tres (3) primeras semanas del gobierno de Gustavo Petro se ha presentado una oleada de movilizaciones y protestas locales.

Los indígenas en Cauca (Nasas y Misak) se movilizaron por tierras y para hacer cumplir acuerdos con el gobierno anterior. En el Valle y en Risaralda indígenas Emberá bloquearon la carretera a Buenaventura y Quibdó, respectivamente. Comunidades vecinas de Choachí, Ubaté, El Guavio, Santa María y otros municipios de Cundinamarca y Boyacá lo hacen por el abandono de las carreteras terciarias. En Antioquia también protestan mineros artesanales y otros sectores. Igualmente, las comunidades vecinas del Canal del Dique en Atlántico y Bolívar presionan para incidir en las condiciones del contrato multimillonario que se va a adjudicar.

Pareciera que algunos gobiernos locales y regionales no reaccionan para resolver dichos problemas acumulados en el tiempo y utilizan tal fenómeno para presionar al gobierno nacional.

Es clave la reacción del gobierno. Petro ha llamado a fortalecer la organización popular; y la ministra de Agricultura convoca a respetar la Constitución y a utilizar la legalidad, y no “invadir tierras”.

En otros países vecinos algunos gobiernos progresistas y de izquierda han cometido graves errores en esa materia. No han sabido combinar la lucha “por arriba” y la fuerza “desde abajo”.

- El presidente Evo en Bolivia reprimió al pueblo por defender el TIPNIS[1] y por la protesta contra la subida del precio de la gasolina (“gasolinazo”). 

- En Ecuador el presidente Correa se enfrentó con los pueblos indígenas y apresó injustamente a líderes por oponerse al extractivismo depredador (minería y exploración petrolera).

- Dilma Rousseff en Brasil reprimió las protestas juveniles y la oposición a la forma como se manejaron diversos temas relacionados con la realización de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol.

Muchos más gobiernos progresistas y de izquierda no han sabido manejar este problema.

Es claro que las “derechas” pueden utilizar la movilización popular para desestabilizar a un gobierno que inicia su administración dado que las necesidades apremian y la gente tiene expectativas muy altas y, a veces, desproporcionadas.

Frente a esa situación es donde un gobierno de cambio debe demostrar su naturaleza democrática y su mirada de mediano y largo plazo.

Ir despacio, sin afanes y sin aventuras” no significa desmovilizar al pueblo.

Al contrario, hay que fortalecer la organización y la movilización popular, y orientarla para que se concentre en los aspectos que sirven a un verdadero cambio: transformación del aparato productivo, paz integral o “total” y democracia a todo nivel.

Los gobiernos del cambio no deben reprimir al pueblo. No obstante, todos debemos comprender que todavía no se ha accedido al “Poder” y que las fuerzas populares solo han llegado a través de Petro y Francia a ocupar “una parte” del gobierno. Se requiere acumular mucha más fuerza organizada, consciente y transformadora.

En el caso del Norte del Cauca la presión que desarrollan los Nasas sobre las tierras dedicadas al cultivo de la caña de azúcar está obligando a las comunidades negras -que fueron quienes “domesticaron” ese territorio- a identificar sus intereses frente a la pretensión indígena y al poder de los ingenios azucareros.

Muchos temas y conceptos se conjugan en ese conflicto. Propiedad y función de la tierra, producción y medio ambiente, interculturalidad y ancestralidad, reconstrucción histórica y memoria colectiva, etc. El programa político del Pacto Histórico cuenta con las herramientas para contribuir a juntar voluntades y a unificar diversos sectores sociales para avanzar por nuevos caminos.

Diálogo y más democracia es la fórmula.    


[1] TIPNIS: Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure. 

miércoles, 24 de agosto de 2022

Dos semanas de gobierno en búsqueda de un futuro mejor

Gustavo Petro con Bruce MacMaster en congreso de la ANDI

Dos semanas de gobierno en búsqueda de un futuro mejor

Popayán, 24 de agosto de 2022

15 días completa Gustavo Petro al frente del gobierno. Durante estas 2 semanas acabó de conformar su equipo, posesionó a ministros y funcionarios de alto nivel, y dio cátedra a todo nivel. En cada acto ratificó su voluntad de cambio. Se reunió con empresarios, banqueros, alcaldes y gobernadores, comunidades indígenas, y realizó 4 consejos de seguridad en sendas zonas estratégicas (Chocó, Llanos Orientales, Magdalena Medio y Providencia).

En cada encuentro planteó las líneas estratégicas de su gestión: política de industrialización de nuevo tipo para generar riqueza y enfrentar el cambio climático; democratización del crédito para fortalecer a amplios sectores productivos; implementación de la “seguridad humana” para construir la paz; nuevos enfoques de ordenamiento territorial para enfrentar la corrupción, el narcotráfico y la minería ilegal, y el relacionamiento del gobierno con la gente.

Petro no desentona respecto de lo que planteó en campaña electoral. La conformación de su gabinete también corresponde con la coalición de fuerzas políticas que construyó tanto con el Pacto Histórico (progresismos, izquierdas y organizaciones sociales) como con el “frente amplio” (verdes e independientes) y con el “gobierno incluyente” del Acuerdo Nacional por la vida y la paz, que a su vez se corresponde con la composición partidista del Congreso.

Así mismo, inició el proceso de restablecimiento de las relaciones a todo nivel con el gobierno de Venezuela y dio los primeros pasos para retomar el proceso de negociación con el ELN a fin de avanzar hacia la “paz total”. Paralelamente, depuró –con cierta tranquilidad y sin aspavientos- la cúpula del Ejército y la Policía, lo que significó el retiro de más de 30 generales de ambas fuerzas armadas, hecho que tocó la fibra reaccionaria del “uribismo”.

Lo más destacable de los nombramientos, posesiones, encuentros, decisiones y anuncios, ha sido el sentido práctico y la capacidad de persuasión mostrada por Petro para sintonizarse con la sociedad. Podríamos decir que ha logrado tranquilizar a quienes estaban preocupados y nerviosos (empresarios, banqueros, etc.). El presidente de Asobancaria terminó diciendo en un encuentro que “vamos a trabajar juntos”, lo que refleja ese ambiente de consenso inicial.

Luego de que durante la posesión de su gabinete se lanzaran un poco precipitadamente proyectos de reforma por parte de algun@s ministr@s (salud, educación, laboral, electoral, minas y energía, etc.) y de que se presentara ante el Congreso la reforma tributaria, el gobierno de Petro ha decidido centrar sus esfuerzos en sacar adelante el tema fiscal para asegurar los recursos financieros que requiere para responder a los compromisos adquiridos en política social y tratar de equilibrar el presupuesto. Las otras reformas quedan aplazadas.

El balance de este inicial ejercicio es bastante positivo. El tono, el ritmo, la forma y el contenido de estos primeros pasos muestra que Petro tiene visión estratégica, que está preparado para asumir la tarea y que es capaz de adecuarse a las circunstancias. A diferencia de otros gobernantes de América Latina, no se amarra a definiciones previas y ha planteado que hace parte de quienes “están en una búsqueda”. Y, así mismo, llama al pueblo y a las comunidades a organizarse con autonomía frente al gobierno para hacer su parte.

El único incidente que muestra la realidad de la “alianza inter-clasista” y de la “coalición multipartidista”, y que deja ver el papel de las diversas fracciones de la “burguesía emergente” y de su sector “burocrático”, fue lo ocurrido en la elección del Contralor. A pesar que finalmente la dirección parlamentaria del Pacto Histórico logró mantener la “unidad” con liberales, conservadores, la “U” y hasta obtener el respaldo de Cambio Radical y del Centro Democrático, se alcanzaron a ver las precarias y débiles costuras de ese tipo de alianzas.

¿Cuál es el eje estratégico que obliga a que la oligarquía financiera, los grandes terratenientes agro-industriales (cañeros, bananeros, palmeros, etc.), los industriales existentes (alimentos, cemento, confecciones, etc.), las diversas fracciones de la “burguesía emergente” e incluso sectores del gobierno estadounidense se mantengan al lado de un gobierno (Petro y Francia) que representa a sectores populares (trabajadores, campesinos, profesionales precariados, pequeños y medianos productores, informales, desempleados, indígenas, afros, etc.)?

¿Qué tipo de propuestas y actitudes son las que influyen para que esos sectores de las clases dominantes no se pongan al lado de los “terratenientes despojadores” y de la fracción burocrática más corrupta y reaccionaria de la “burguesía emergente”, que ya prepara movilizaciones contra el gobierno progresista en alianza con sectores golpistas del ejército?

Es indudable que las elecciones mostraron las tendencias predominantes en la sociedad colombiana y que sólo los sectores más retrógrados se niegan a reconocer. La gente votó contra la corrupción político-administrativa, quiere consolidar la paz pasando la página de violencia y, apoya –sin que todavía lo asimile bien- un proceso de cambio del aparato productivo (industrialización) que incluya el desarrollo de nuevas fuentes de energías limpias.

Es por ello que Petro tiene la iniciativa. Así se apoye en una “alianza interclasista” y en una “coalición multipartidista” que por esencia es precaria e inestable, mientras el gobierno progresista muestre con actos visibles y comprobables que está sintonizado con esas causas y alimente a diario esa “esperanza de cambio”, no solo podrá mantener a raya a sus enemigos irreconciliables sino que podrá –con resultados tangibles en lo económico y social- sostener y consolidar acuerdos con sus aliados durante el mayor tiempo posible.

Sabemos que la oligarquía financiera es la que más chilla. “Quiere coger los mangos más bajitos”, o sea, no quiere asumir sacrificios. Sabe que una política seria y consistente de industrialización basada en el cambio de la matriz energética puede afectar su alianza con el capital transnacional pero, no puede oponerse de frente porque aparecería como una clase mezquina y antinacional. Por su lado, los grandes terratenientes agroindustriales saben que el fortalecimiento del mercado interno puede traerles grandes beneficios y solo temen que la propuesta de reforma agraria desencadene procesos que afecten sus intereses territoriales en regiones como el Norte del Cauca o que una drástica reforma laboral encarezca el costo de la mano de obra, aunque eso lo pueden resolver con mayor mecanización.

Las diversas fracciones de la “burguesía emergente” son las que están más cómodas –por ahora- dentro de esa “alianza interclasista”. Su fracción burocrática aspira a reemplazar a los contratistas “uribistas” que habían monopolizado los negocios estatales. La fracción proveniente de los pequeños productores agrarios presiona por la democratización del crédito y aspira a industrializar sus procesos productivos. La fracción que tiene origen en economías ilegales está interesada en legalizar sus activos y convertirse en gran burguesía. Y otros sectores provenientes del comercio y la “burocracia de la paz”, aspiran a colocar al Estado a su servicio y competir con los demás sectores capitalistas en mejores condiciones.

Mientras tanto, los sectores populares no pueden reducir su acción a tramitar las reformas en el Congreso de la República. Tampoco pueden centrarse en aspectos puntuales de sus respectivos sectores que los pueden dividir y darle la oportunidad a las clases dominantes para desgastar al gobierno (caso del enfrentamiento entre indígenas y comunidades negras en el Norte del Cauca). Deben asumir con integralidad los temas centrales que ha planteado Petro, que apoyó el grueso del pueblo y adaptarlos a sus realidades locales y regionales:

-     Organizarse “desde abajo” para combatir la corrupción a todo nivel, incluido los gobiernos locales y regionales, y el interior de sus organizaciones sociales;

-      Luchar a brazo partido por consolidar la paz, presionando a guerrillas como el ELN a desmovilizarse e integrarse al cambio que está en desarrollo, contribuir con el desmantelamiento de los grupos delincuenciales, asociarse para sustituir los cultivos de uso ilícito y para acabar con la minería ilegal en beneficio de los mineros artesanales; y

-   Organizarse para impulsar procesos de industrialización y proyectos de generación de energías limpias en todos los niveles de la producción y en los diversos territorios del país.

En síntesis, debemos impulsar la organización para la producción, construir más democracia y participación “desde abajo”, y desarrollar un espíritu práctico y anti-burocrático. Son las claves para que el pueblo aproveche esta increíble oportunidad de avanzar en paz hacia un futuro mejor. Tenemos cómo hacerlo “por arriba” y “desde abajo”, sin afanes ni aventuras. 

 

miércoles, 10 de agosto de 2022

Petro y Francia: formas moderadas y coherencia transformadora

 

Joven colombiano con un letrero en la posesión de Gustavo Petro

Petro y Francia: formas moderadas y coherencia transformadora

Popayán, 10 de agosto de 2022

“Solo habrá un futuro si equilibramos nuestras vidas y la economía de todo el mundo con la naturaleza”.

Gustavo Petro, presidente de Colombia

Se me ha pedido comentar el discurso de Gustavo Petro en su posesión del 7 de agosto en la plaza de Bolívar frente a más de 100 mil personas, los invitados nacionales e internacionales, los integrantes del nuevo Congreso y millones de personas que lo observaron por televisión. Pienso que es necesario analizar el conjunto del evento, el contenido de sus palabras, la simbología del suceso, para avizorar el rumbo de su gobierno y de nuestra sociedad.

Observo bastante concordancia entre el contenido del discurso con el simbolismo expresado en la Plaza de Bolívar. Fue una pieza de oratoria emotiva, moderada y tranquila; de reivindicación de la lucha popular; de llamado a la unidad y a la paz; coherente con su pasado y con la historia de este país; solidaria y justa con los sectores más humildes y excluidos; latinoamericanista y ambientalista; y de gran visión estratégica hacia el futuro.

Cada uno de esos aspectos se plasmó en el evento mismo. La presencia de miles de personas que llegaron de diferentes regiones trasmitía fuerza y fiesta popular, diversidad social y étnica, rebeldía femenina y juvenil, y expresión de que el triunfo electoral y la misma posesión presidencial de Petro y Francia, son una continuidad del “estallido social” con toda su carga de movilización y protesta, de creatividad y arte, y de inconformidad y esperanza.

Y por otro lado, el escenario mismo (plaza y capitolio), la ceremonia formal (desfiles, bandas e himnos), el protocolo reglamentario (discursos, juramentos, presentación de dignidades acompañantes e invitadas), el incidente de la espada de Bolívar y demás formas propias de un evento de ese carácter, muestran la existencia y continuidad de un Estado colonial y de una “república cortesana”. Y frente a esa vieja y caduca estructura estatal irrumpe “desde abajo” una democracia que se alimenta de rebeldía e irreverencia popular.   

La ausencia de los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela fue compensada con la no presencia de Biden. En ese equilibrio estratégico estaban fuera de lugar el rey Felipe VI de España y el presidente Lasso de Ecuador que fueron abucheados por la multitud. No obstante, Petro sabe que el momento geopolítico es diferente al de hace varios años y que para unir a la nación y a Latinoamérica se requiere del “no alineamiento” y de mucha prudencia.

Podemos decir que la actitud y el discurso de Petro son fruto del aprendizaje que han hecho las izquierdas y progresismos latinoamericanos. Han aprendido con creces que una cosa es el entusiasmo revolucionario, los sueños insurreccionales y las buenas intenciones, y otra, muy diferente, enfrentar el poder apabullante del gran capital que no solo se manifiesta en la acción de los Estados imperiales sino también en la fuerza rutinaria del poder financiero.

Petro hace un llamado urgente a construir la unidad de América Latina. Es el eje de su visión estratégica. A partir de ese bloque regional se propone incidir a nivel global para enfrentar la crisis ambiental y la llamada “guerra contra las drogas”. Son tareas absolutamente relacionadas que afectan de manera directa la vida de los colombianos y de la humanidad en general. Y así, deja ver que todas sus acciones están calculadas para impulsar ese propósito.

Podemos afirmar que la organización del evento, las formas diversas allí motivadas y expresadas, el carácter de los invitados, el tono y el contenido de su decálogo para el país, y los diversos nombramientos de ministros y altos cargos, se corresponden con esa estrategia. Tratará de avanzar con tacto y con mucho cálculo para sumar y no restar. Sabe que la tarea de industrializar y, a la vez, cambiar el modelo económico y energético de Colombia, solo será realidad en el marco de ese bloque regional que es garantía de efectiva soberanía.

No es casual entonces el nombramiento de César Ferrari en la dirección de Planeación Nacional. Su visión está plasmada en este excelente artículo que envía señales contundentes sobre las pretensiones que se ha planteado Petro y que expresó en la entrevista con Gabriel Boric al otro día de la posesión: la necesidad de la integración a todo nivel de América Latina, de contar con una moneda y un mercado común, y de impulsar una tributación progresiva para financiar la innovación tecnológica e industrial de nuestros países.

Petro una vez posesionado ha enviado mensajes contundentes a sus colaboradores y al pueblo colombiano. Llama a los nuevos funcionarios ser responsables, austeros, conectados con la realidad, a no dejarse “deslumbrar del poder”, a producir resultados concretos, a ir despacio y con buena letra. Francia Márquez, con su gira previa a la posesión se encontró con Lula, Evo, Cristina y otras personalidades de Sudamérica y seguramente trasmitió esa visión.

Las “nuevas izquierdas” y los “nuevos progresismos” de Colombia y América Latina puede que tengan formas y maneras moderadas pero después de duros aprendizajes saben que nuestras sociedades con sus procesos productivos atrasados, sus economías dependientes, sus rezagos coloniales y de repúblicas cortesanas, necesitan de esfuerzos sostenidos y consistentes para lograr transformaciones estructurales.

Y por ello, se distancian de los discursos retóricos y de los afanes poco estratégicos (“antimperialistas”, “anticapitalistas”) que nos han dividido y nos han llevado a escenarios de enfrentamiento desigual y a derrotas inevitables. Y todo indica que nuestro pueblo -después de haber soportado una guerra instrumentalizada por el imperio estadounidense por más de 60 años- tiene la suficiente paciencia y capacidad de lucha para empujar “desde abajo” en la misma dirección. Con tolerancia y prudencia pero con voluntad y disciplina indestructible. 

jueves, 4 de agosto de 2022

La alianza interclasista, los espacios y niveles de acción, y el nuevo gobierno

 

Iván Velazquez, ministro de Defensa designado y Gustavo Petro, presidente electo

La alianza interclasista, los espacios y niveles de acción, y el nuevo gobierno

Popayán, 4 de agosto de 2022

La alianza interclasista

Hemos planteado que se ha generado una alianza interclasista. Fue surgiendo como resultado de la lucha de las últimas 4 décadas contra el neoliberalismo, por la paz y democracia, y en defensa de la vida humana y de la naturaleza. Se concretó en la lucha contra el uribismo y lo que él representa, o sea, los intereses de los terratenientes despojadores de tierras y las élites corruptas y criminales.

También, afirmamos que a la cabeza de esa alianza interclasista se han colocado sectores de la “burguesía emergente y burocrática”. A su lado -consciente o inconscientemente- aparecen sectores de los trabajadores, campesinos, pequeños y medianos productores, informales y desempleados, pueblos y etnias, y “juegan” -a su manera- sectores de la oligarquía financiera que aspiran mantener sus privilegios.

En ese sentido, el gobierno que encabeza Petro y Francia es solo el inicio (la apertura, los primeros pasos) de un nuevo período en el que el uribismo debe ser definitivamente derrotado, se deben restituir las tierras despojadas y debe salir a la luz toda la verdad (como está ocurriendo) sobre la corrupción y los crímenes.

Sin embargo, la complejidad consiste en que otros sectores de la oligarquía estuvieron comprometidos con esa corrupción y con esos crímenes (tal vez no de forma “directa”), y entonces, van a forcejear al máximo para “pasar de agache” e impedir que se haga justicia.

Además, tratarán de convertir la contradicción con el uribismo en el problema principal, a fin de impedir que el nuevo gobierno avance en otros temas que son fundamentales para el conjunto de la población como lo relacionado con el modelo económico y energético, la reforma agraria, la justicia social y la ampliación de la democracia, entre otros.

Es decir, dentro de esa alianza interclasista y dentro de cada uno de los “espacios” que la lucha ha generado, se inició la lucha que va a determinar el carácter del nuevo período que se está abriendo. En esta nueva etapa se definirá si la “burguesía emergente” termina aliada con la oligarquía financiera “para que todo siga igual” o si los sectores populares obligan a esa burguesía emergente a avanzar por nuevos caminos democráticos y sociales (o se desenmascara).

Ese es el reto que está en frente. No se resolverá de un momento a otro y no será fácil, pero ya empezó. Y claro, surgirán quienes confunden reconciliación con “conciliación de clases”.   

Los “espacios” de acción

El proceso de lucha del pueblo colombiano ha generado un serie de “espacios” de acción política para enfrentar el nuevo período que se abre en este país. Quien pretenda interactuar en esos espacios debe ser consciente de sus diferencias y complejidades. Esos espacios son:

El Pacto Histórico: Es la sumatoria de partidos, movimientos políticos y personalidades políticas progresistas y de izquierda, por un lado, y por el otro, de organizaciones sociales. 

El “frente amplio”: Es el Pacto Histórico inicial + los sectores políticos y personas que se sumaron en la última parte de la campaña electoral (“verdes”, liberales independientes, etc.).

La “coalición de gobierno súper-amplia”: Es el “frente amplio” + los partidos políticos que se declararon de gobierno (liberales, conservadores, la U, etc.).

El “gobierno incluyente”: Está compuesto por las personas designadas en altos cargos, algunos de los cuales unos tienen carácter técnico-político y otros son cuotas políticas.

Los “niveles” de acción política

Aún antes de la posesión formal de Petro y Francia, se avizoran los “niveles” de acción política que desarrollarán los componentes de esa alianza interclasista y de cada uno de esos “espacios”.

En realidad, sólo existen dos (2) grandes niveles: a) La acción directa y b) la acción institucional.

a) La acción directa: Son los eventos (encuentros, congresos, movilizaciones, etc.) que realizan las diversas clases y sectores sociales para mostrar su fuerza, su nivel de unidad y sus pretensiones.

Ejemplos: Los pueblos indígenas ya realizaron en días pasados su propio “congreso” en Silvia (Cauca), aunque no tuvo un carácter totalmente autónomo y deliberativo. Tuvo al final un “tinte político-institucional” que le quitó filo y claridad.

Los grandes capitalistas (ANDI) realizarán el 7º Congreso Empresarial Colombiano en Cartagena entre el 10 al 12 de agosto de 2022. Y los “caficultores” realizarán el suyo a finales de año, y lo mismo harán otros sectores sociales y gremiales.

b) La acción institucional: Son todas las actividades que se hacen a través del Estado y gobierno (ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y poder público).

Este “nivel” se va a traducir básicamente en cinco (5) tipos de acciones:

- El trabajo legislativo (leyes, actos legislativos, etc.)

- Los actos administrativos (decretos, resoluciones, decisiones, etc.)

- El contacto directo con la gente para fortalecer la fuerza (diálogos regionales, pedagogía política en medios, redes, etc.)

- La acción interinstitucional entre el gobierno central (“nacional”) y los gobiernos de los entes territoriales (distritos, municipios, gobernaciones).

- La acción política internacional (encuentros, alianzas, tratados, etc.) 

Observaciones iniciales

Si no existe una mínima Identidad de Clase y no se construye una estrategia clara frente al escenario complejo de la existencia de esa alianza interclasista y si no se sabe actuar en los diferentes “espacios” y “niveles”, la agudización de las diferencias y contradicciones que existen entre personas, grupos, partidos, clases y sectores sociales, vigorizará a los que ya son fuertes (oligarquía financiera y burguesía emergente) y debilitará a los sectores populares.

Si no se construyen unos mínimos principios éticos y de comportamiento coherente entre las fuerzas y personas interesadas en el “CAMBIO”, muy fácil y rápidamente se desgastará tanto el Pacto Histórico como sus fuerzas internas. Y así, el frente amplio y la coalición súper-amplia, terminarán siendo un obstáculo para el logro de los objetivos propuestos por el nuevo gobierno.

Ya tenemos dos (2) ejemplos de lo que puede suceder si no existe esa claridad: el proyecto de rebajar sueldos y quitar privilegios a los congresistas que ya está “semi-empantanado”, y la forma como se está actuando frente a la elección de nuevo Contralor General, que está “semi-empañada”, son muestras de lo que puede ocurrir si no se afina la estrategia y la acción.

Y también, contamos con un ejemplo de cómo actuar: los avances en el tema de la “paz total”, la lucha por la restitución de tierras y reparación de las víctimas, y demás temas relacionados con el saneamiento de las Fuerzas Armadas, muestran una ruta y una forma de acción para aprovechar -con sentido práctico- los espacios y terrenos que está abriendo el triunfo de las fuerzas progresistas.