domingo, 31 de enero de 2016

LO QUE NADIE SE ATREVE A DECIR

LO QUE NADIE SE ATREVE A DECIR

31 de enero de 2016

“Hace algún tiempo la gente protestaba: “¡Qué mal funciona esta radio, la interferencia no deja oír la música!”. Un individuo decidió olvidarse de la música para escuchar el ruido. ¡No escuchaba la belleza de la música!... buscaba la profundidad de la interferencia. Ese lunático construyó un enorme radiotelescopio y localizó los agujeros negros. Sólo quienes escuchan las interferencias pueden hacer grande descubrimientos”.

Wilfred Bion

El sólo anuncio de la terminación del conflicto armado crea las condiciones a la juventud y al pueblo para expresarse y protestar. Era lo esperado y anhelado. El 24-E es un anuncio de esa situación. Se empieza a perder el miedo. Se mueven las energías citadinas. Surgen liderazgos jóvenes y viejos militantes se reactivan. Eso es muy bueno.

No significa un apoyo al llamado “proceso de paz”. Tampoco un respaldo al gobierno o las FARC. Menos a Uribe. La frustración por la situación económica, la corrupción política, la desigualdad, el deterioro del medio ambiente, etc., se convierte y transmuta en un rechazo instintivo a la pretensión del gobierno de ocultar los problemas con el “cuento” de la paz.

Uribe en forma oportunista estimula ese sentimiento primario –odio– tanto contra la guerrilla como contra Santos, pero no logra convertirlo en fuerza política. Pequeños grupos fanáticos agitan las consignas contra el “Pacto de La Habana”, sin mayor audiencia. Se vio el 24-E.

Cada vez los colombianos son más conscientes que la terminación del conflicto armado es necesaria pero no significa la conquista inmediata de la paz. Esa certeza convertirá a la sociedad en el principal protagonista y constructor de ella. La paz que no es más que enfrentar y resolver los conflictos sin recurrir a la violencia. La paz que es un presupuesto para lograr bienestar colectivo, identidad nacional, integración regional y un fuerte avance cultural.

Por ello, el grueso de la población acepta con resignación los acuerdos de La Habana y espera que el proceso termine positivamente con la entrega de las armas y la vinculación de los guerrilleros desmovilizados a la lucha política. Pero, en lo inmediato, el rechazo a la confrontación armada recaerá sobre los actores directos de la misma y también sobre quienes quieren utilizar la “ilusión de la paz” como instrumento para hacer politiquería.

Santos y su “combo”, a pesar de la aureola internacional que está montando, no podrá canalizar en lo interno los frutos de ese “esfuerzo pacificador”. La crisis económica, la situación fiscal del gobierno, las políticas antipopulares que a la sombra de la paz ha venido implementando, le pasaran factura política. Y claro, será el gran lunar de la “fiesta”.   

Se equivocan quienes creen que el pueblo le va a dar un gran respaldo a los guerrilleros desmovilizados convertidos en políticos. Quienes siempre idealizaron la lucha armada nunca pudieron percibir el hecho de que las gentes por las que las guerrillas decían luchar, empezaron a no creerles y después, a rechazarlos. Y todavía no lo ven.

Por esa razón, el llamado a la unidad que hace el comandante Joaquín Gómez de crear “un movimiento muy amplio, donde quepa todo aquel que desee cambios positivos (…) que la izquierda ponga en primer plano lo fundamental, que es la unidad” (http://goo.gl/JX2KTh), no va a ser posible. Sería lo ideal pero la degradación de la guerra también afectó a la izquierda desarmada.

La dirigencia más visible de los “verdes” no va a actuar al lado de los comandantes guerrilleros desmovilizados. En el Polo Democrático Alternativo las cosas son más complejas. Los que siguen a Clara López y a Iván Cepeda se muestran asequibles a la posibilidad de hacer parte de un nuevo proyecto político al lado de la insurgencia desarmada. Sin embargo, esa decisión llevaría o llevará a la división.

La cúpula del MOIR no lo va a consentir. Ellos (y quienes hoy hacen parte del PTC[1]) son también víctimas de las FARC. Durante el período que Francisco Mosquera denominó “el túnel” (1982-90), en diversas regiones de Colombia la guerrilla asesinó –a mansalva y con frialdad–, a muchos dirigentes de esa agrupación partidaria que se oponían a su política. Muchos fueron acusados de ser aliados de paramilitares para explicar su “ajusticiamiento”.

Pero va a ser la sociedad colombiana en general, la que está cansada de la política porque la identifica como politiquería, aquella a la que no le interesa las viejas rencillas entre los grupos de izquierda, la que va a forzar la aparición de un Nuevo Proyecto Político –totalmente deslindado de la insurgencia– que sea expresión del anhelo de paz en Colombia pero, a la vez, de lucha contra la desigualdad, la corrupción y el clientelismo.

Si la izquierda civilista que siempre rechazó la lucha armada no se unifica para impulsar –con modestia y hasta bajo perfil– ese nuevo proyecto político, recurriendo a personalidades venidas del mundo de la ciencia, la cultura, la educación, la empresa privada o asociativa, etc., que aproveche ese ambiente de cansancio con la política tradicional, no sólo quedará invisibilizada sino que también será identificada con los horrores de la guerra. 

Esa izquierda tendrá que pasar nuevamente por en medio de ese “otro túnel” que significará la alianza entre el establecimiento oficial con la insurgencia desmovilizada, que se concretará en inversiones concretas en zonas de colonización y en algunos proyectos durante el llamado “post-conflicto”. Ya numerosas ONGs hacen cola detrás de esos contratos.

Sólo quienes se organicen con claridad y seriedad, quienes se sintonicen con los “aires” de una juventud diversa, compleja y en formación, podrán ayudar a que aparezcan procesos cualificados y proyectos políticos de nuevo tipo que nos permitan avanzar. Si nos aferramos a viejos esquemas y no aprendemos, no sólo desaprovecharemos los “vientos democráticos” sino que contribuiremos a que la juventud cometa los mismos errores de ayer.

Nota: El primero de esos errores que hay que evitar es creer que la Ley transforma la vida. En Colombia siempre hizo carrera el “santanderismo”, que es una especie de “fetichismo legal” que le ha hecho enorme daño a la Nación. Ya un candidato presidencial en ciernes se ha apegado a la tesis de que hay que convocar una Asamblea Nacional Constituyente para refrendar los acuerdos. Hay que salirle al paso a esa propuesta “kafkiana”. 

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado



[1] PTC: Partido del Trabajo de Colombia, agrupación política que se deslindó del MOIR en 1998, hoy liderada por Marcelo Torres y Yezid García Abello, y que hace parte de la Alianza Verde.

sábado, 30 de enero de 2016

VIBRAR CON "NUEVAS MÚSICAS"


30 de enero de 2016

Estoy de acuerdo en que estamos entrando en una época de "quiebre", algo nuevo está naciendo en forma acelerada. Es buena música para nuestros oídos.

No obstante, me permito transcribir esta anécdota de Wilfred Bion, psicoanalista inglés: 

“Hace algún tiempo, mientras la mayoría de la gente protestaba: “¡Qué mal funciona esta radio, la interferencia no deja oír la música!”, un individuo perverso, estúpido e ignorante, decidió olvidarse de la música para escuchar el ruido. ¡No escuchaba la belleza de la música!, buscaba la profundidad de la interferencia. Enseguida éste lunático decidió construir un enorme radiotelescopio y localizó los agujeros negros. Quienes escuchan las interferencias son los elegidos para hacer grandes descubrimientos”.

Creo, que para sintonizarnos con este momento, debemos construir en medio del hacer práctico que cada cual creamos conveniente impulsar, un gran "tanque de pensamiento" (yo le llamo "corriente de pensamiento") que nos ayude a descubrir los "agujeros negros" de la sociedad. Así, podremos vibrar con nuevas "músicas" que la sociedad esta tocando y que para muchos sólo son interferencia.

E-mail:ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

martes, 26 de enero de 2016

SOBRE EL 24-E: EL PUEBLO Y LA JUVENTUD QUIEREN LUCHAR

Marcha en Cali el 24-E

SOBRE EL 24-E: EL PUEBLO Y LA JUVENTUD QUIEREN LUCHAR

Bogotá, 26 de enero de 2016

Independientemente del número de personas que salieron a protestar el pasado domingo 24-E, lo más importante a destacar es:

ü Por primera vez –en mucho tiempo– se plantearon puntos de interés general para la población (salario mínimo, impuestos, costo de gasolina, corrupción, venta de ISAGEN).

ü A pesar de la oposición que se hizo desde el gobierno y desde sectores de izquierda basada en rumores y dudas sobre la manipulación e infiltración uribista de la movilización, esta se realizó con relativo éxito.

ü En muchas ciudades faltó mucha información. Los jóvenes se confiaron demasiado del poder de las redes sociales y éstas no funcionan siempre.

ü Si la izquierda, las centrales sindicales y las organizaciones sociales hubieran apoyado con decisión, hubiera sido un éxito total, así hubiera sido un domingo, y las fuerzas sociales habrían quedado listas y entusiasmadas para organizar el verdadero Paro Nacional.

ü Haberle puesto a la protesta el nombre de "Paro Nacional" fue un error, ayudó a desinformar y dio motivos para desanimar. Allí los jóvenes mostraron inexperiencia y no se dejaron asesorar de gente fogueada.

ü Para próximas movilizaciones hay que saber combinar las consignas y aclarar que no estamos en contra de la terminación del conflicto armado pero que tampoco vamos a permitir la utilización de ese proceso para descargar la crisis fiscal y económica del gobierno (y de la burguesía) sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo.

ü De acuerdo a los informes en donde hubo más organización y coherencia fue en Cali, aunque en Bogotá la movilización fue importante.

ü Ningún sector y mucho menos políticos en ciernes de ser candidatos pueden apropiarse de este primer intento que hacen las nuevas generaciones que quieren luchar y a las que debemos apoyar.

ü Se demostró que el “uribismo” no es un peligro en el espacio de las movilizaciones sociales. No es su terreno y además tiene “rabo de paja”.


Felicitaciones para esos muchachos y muchachas. Hay que seguir para adelante pero evaluar con seriedad lo realizado.

lunes, 25 de enero de 2016

IMPEDIR LA INSTRUMENTALIZACIÓN DE LA PAZ

IMPEDIR LA INSTRUMENTALIZACIÓN DE LA PAZ

Bogotá, 25 de enero de 2016

Fue correcto apoyar a Juan Manuel Santos en las elecciones de 2014. Había que frenar a Uribe. El problema principal en Colombia es salir del conflicto armado en forma negociada. Sin embargo, para acertar se deben identificar los matices de los problemas.  Hacerlo permite señalar con precisión los indispensables énfasis. Allí está la esencia de la táctica.

Hace 18 meses era necesario convencer a la mayoría de los demócratas de votar por un presidente en ejercicio que no sólo es conocido por ser un representante de la oligarquía colombiana sino que es un político definidamente neoliberal. No era fácil, pero era la única alternativa frente a la posibilidad inminente de que fuera elegido el candidato de Uribe.

Por ello, el énfasis en ese momento y, en los meses siguientes, era mantener ese apoyo político para asegurar el desarrollo de los diálogos, derrotar al “capo de los capos” y superar el escepticismo e incredulidad de los colombianos. Siempre insistiendo en no generar falsas ilusiones en el supuesto “progresismo” y “reformismo” de Santos.

Decíamos que el imperio estadounidense y la casta dominante “nacional” le apuestan a la “paz” –ahora sí en serio–, no por sentimientos altruistas y humanitarios sino por necesidades estratégicas y económicas. Y además, ellos saben que lograron derrotar políticamente a la guerrilla pero que no la pueden acabar por la vía militar. Diversos factores geográficos, económicos, sociales y culturales facilitan la sobrevivencia de grupos armados ilegales.

Igualmente, es un hecho que las FARC cuentan con una base social en regiones donde construyeron relaciones estrechas con campesinos-colonos. En esas zonas ha surgido una burguesía emergente que ha acumulado riqueza surgida de la economía del narcotráfico y de la minería ilegal. La gran burguesía aspira legalizar, bancarizar e integrar ese capital al mercado nacional e internacional.

Esa decisión imperial de respaldar la salida negociada del conflicto armado colombiano se ratifica en abril de 2015 en Panamá. Obama oficializa en el encuentro con Raúl Castro una nueva política para América Latina, de cooperación con Brasil, distensión con Cuba, apoyo a la oposición “moderada” para derrotar al “chavismo” dentro de la institucionalidad venezolana y, en general, aplicar la política del “paternalismo liberal” o del “golpe suave” [1].

Es decir, el verdadero poder detrás del gran capital en Colombia tomó una posición. Es, a la vez, un respaldo y una orden. Uribe a partir de ese momento empieza a diseñar una estrategia, ya no para impedir la firma de los acuerdos, sino para garantizar el tratamiento especial de los militares, funcionarios y personas particulares involucradas en delitos y crímenes relacionados con la guerra, que es la única fórmula para asegurar su impunidad.

Por ello y, por las razones que tienen los dirigentes de las FARC, la terminación del conflicto armado en nuestro país es un hecho. No hay reversa en ese proceso. Y esa situación es muy alentadora para las fuerzas democráticas. Especialmente para las agrupaciones de izquierda que desde el terreno de la civilidad siempre rechazamos por inconveniente la vía armada como método para lograr la democratización del país y la construcción de una nación independiente y autónoma. Así lo demostró la vida.

Pero, desde el momento en que estamos seguros que los acuerdos son una realidad, hay que cambiar el énfasis. Así lo enseña la teoría. Ahora hay que impedir que el gobierno convierta “la paz” en un engaño para el pueblo. El gobierno intenta limitar las luchas populares a la implementación de los acuerdos e ilusionar con una automática democratización del país que se daría por el sólo efecto de cambiar unas cuantas normas.

En esencia es la misma receta que nos administraron en 1991. Bajo la cobertura de una “muy progresista” constitución política que otorga infinidad de derechos en el papel, la oligarquía colombiana logró –con el concurso de un sector de la izquierda–, implementar su primer paquete neoliberal. Ahora, a la sombra de este nuevo proceso ya iniciaron la aplicación de su segundo paquete, más agresivo, más profundo y letal. Claro… ¡en paz!

Es por esa razón que se debe recoger el cheque en blanco que se le entregó a Santos en mayo de 2014. Hay que sostener el apoyo a la terminación consensuada del conflicto armado pero hacer claridad que ese acuerdo no significa la conquista de una efectiva paz, y que los logros obtenidos por la guerrilla son de aplicación parcial para sus regiones de influencia.

Es indispensable realizar una labor pedagógica y propagandística para aclarar que en esos acuerdos los problemas centrales que sufre la Nación no fueron ni siquiera tratados. Y no podían serlo porque la guerrilla no tenía la correlación de fuerzas suficiente. Además, el presidente Santos ha sido bien claro y reitera a cada rato: “No está en discusión ni se negocia el modelo económico del país ni el carácter del Estado”.

La lucha social y política que han convocado sectores de jóvenes en diversas partes del país en contra de las agresivas políticas del gobierno en materia de salario mínimo, nuevos impuestos, costo de la gasolina, privatización de ISAGEN, arrasamiento de nuestra naturaleza a manos de la gran minería y los megaproyectos, situación del sector salud, corrupción, etc., nos marcan la dirección y las tareas del momento.

La consigna de las próximas movilizaciones debe ser bien clara y contundente para impedir que el uribismo juegue al oportunismo: ¡Si a la terminación negociada del conflicto armado pero rechazo total a las políticas “santistas” contra el pueblo!

La izquierda colombiana debe sacudirse y dejar de ser vagón de cola de la burguesía. El “coco uribista” es cosa del pasado. Hay que impedir que la oligarquía ahora instrumentalice la “paz” como logró hacerlo con el conflicto armado. ¡No más miedo!

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado  



[1]  Teoría de Cass Sunstein, esposo de Samantha Power, quien es una estadounidense de origen irlandés académica, escritora y diplomática que actualmente se desempeña como embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas. Sunstein es el teórico del “golpe suave”. 

sábado, 23 de enero de 2016

CONDICIONAR APOYO AL PLEBISCITO Y DEJAR DE SER VAGÓN DE COLA DEL SANTISMO


CONDICIONAR APOYO AL PLEBISCITO Y DEJAR DE SER VAGÓN DE COLA DEL SANTISMO 

Bogotá, 24 de enero de 2016

La terminación del conflicto armado le sirve al pueblo y a los demócratas colombianos para avanzar y despejar el camino. Sin embargo, Santos se está aprovechando del llamado "proceso de paz" para clavarnos un nuevo paquete neoliberal.
Para impedir eso, la izquierda unida debe presentarle una propuesta de acuerdo de la sociedad civil con el gobierno, condicionando su apoyo al plebiscito. Esa propuesta debe recoger los puntos planteados por los jóvenes para el "paro" o protesta ciudadana de hoy 24-E.

Esos puntos podrían ser:
1. Aumento digno y sustancial del salario mínimo.
2. Gravar con impuestos a las grandes empresas y ricachones, y renegociar contratos con las empresas transnacionales.
3. Renegociar la DEUDA PUBLICA (Externa e interna).
4. Bajar el precio de la gasolina.
5. Reformar radicalmente el sector salud quitándole ese "negocio" a los privados (EPS).
Eso como mínimo.

viernes, 22 de enero de 2016

CARTA PÚBLICA A LA DIRECCIÓN DE LA CUT

Bogotá, 22 de enero de 2016


Señores
CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES CUT
Bogotá


Cordial saludo.

He leído atentamente su pronunciamiento del 20.01.2016. Agradezco en nombre de los jóvenes organizadores del Paro Nacional que arranca este domingo 24 de enero de que califiquen esa actividad “como una expresión de la indignación creciente que hay en sectores de la ciudadanía, que no dejamos de señalar como positiva”. Por ello, espero que con base en esa definición, como ciudadanos individuales, apoyen decididamente esa iniciativa.

Considero que en este instante de la Nación, una convocatoria hecha desde la ciudadanía y sobre todo desde la juventud para movilizar a las grandes mayorías de trabajadores y personas indignadas con las políticas del gobierno que nos afectan negativamente como: salario mínimo, incremento de impuestos, costo del combustible, venta de ISAGEN y corrupción política y administrativa,  puede ser más acogida por el grueso de la población que –desafortunadamente– no se encuentra organizada y que, por tanto, no se siente representada por las organizaciones existentes.

Como Ustedes saben, sólo menos del 4% de los trabajadores se encuentran sindicalizados en Colombia y las demás organizaciones sociales son relativamente débiles, como resultado de la falta de garantías laborales, civiles y democráticas que existen en nuestro país, la inestabilidad en el empleo, la informalidad laboral y el impacto negativo del conflicto armado.

Por ello, sugiero con mucho respeto ante Ustedes, la necesidad de repensar las formas de organización y de acción social y política, para poder movilizar a las mayorías de nuestra nación y lograr construir una fuerza ciudadana y popular que sea determinante para lograr una vida en convivencia, una democracia plena y poder construir un nuevo país.    

Creo que hoy es más importante que cientos de miles de trabajadores y ciudadanos que nunca han protestado, realicen una movilización masiva un domingo, a que los mismos trabajadores sindicalizados de siempre, realicen las tradicionales marchas o paralicen un sector reducido de la producción o bloqueen carreteras sin el concurso de las mayorías del país.

Por lo anterior, les reitero la invitación que los jóvenes les hicieron a participar el 24 de enero en todas las plazas principales de Colombia. ¡Todavía tienen tiempo de repensar vuestra decisión!

Es la hora de hacernos escuchar pacíficamente de la sociedad y el Estado… ¡No lo duden!

Con sentimiento de consideración y aprecio, me suscribo de Ustedes,


FERNANDO DORADO
Activista social

Militante de “Somos Ciudadanos” y el PTC

lunes, 18 de enero de 2016

DIÁLOGO CIUDADANO PARA RECUPERAR LA DIGNIDAD

DIÁLOGO CIUDADANO PARA RECUPERAR LA DIGNIDAD

Popayán, 18 de enero de 2016

"El diálogo y la concertación son las armas de la supervivencia: o aprendemos o sucumbimos."

Estanislao Zuleta

En esta época el diálogo es revolucionario y absolutamente necesario. Sin embargo no puede ser cualquier dialogo ni cualquier concertación.

El diálogo que el gobierno impuso en La Habana es un diálogo de sordos. "No está en cuestionamiento el modelo económico ni la esencia del Estado" dice Santos.

Se aprovecha la casta dominante de la debilidad política y de la derrota estratégica de las FARC. Y más ridículo es Uribe, que ni siquiera aceptaba las pocas –poquísimas concesiones–, que el gobierno le ha otorgado a la guerrilla.

Ahora, que logró un tratamiento judicial especial para sus militares, ya cómo que las acepta y por eso, quiere utilizar las reivindicaciones sociales para re-encaucharse. No se lo debemos permitir y por ello, es que no hay que dejarle el espacio de la protesta a él solo para que siga engañando a la gente.

Lo importante es que no confundamos las cosas. Las condiciones del diálogo y la concertación de La Habana no son las que el gobierno le puede imponer al pueblo colombiano. Son cosas muy diferentes.

Acá, en el continente, vamos a construir una verdadera fuerza ciudadana y popular para establecer y desarrollar un verdadero Diálogo Nacional.

Las jornadas que se vienen a partir del 24 de enero de 2016 son otra cosa muy diferente. Hay que desligarlas totalmente de lo que sucede en La Habana para que la gente no se confunda.

Y la fuerza que tenemos la obligación de construir no es sólo para un Paro Nacional. Por allí empezaremos, pero debemos pensar desde ya que más adelante se trata de revisar y cambiar el modelo económico neoliberal (que es la verdadera causa del miserable salario, de los impuestos regresivos que le aplican al pueblo, de las privatizaciones, del arrasamiento de la naturaleza a manos de los mega-proyectos y de la gran minería, etc.) y acabar con el carácter anti-democrático de un estado discriminatorio, clasista, racista y corrupto.

Pero claro, hay que ir paso a paso. El diálogo y la concertación con argumentos es una herramienta muy importante en manos del pueblo.

Por allí es el camino, con paciencia, argumentos, con civilidad y respeto. Vamos pues a participar con entusiasmo el 24-E para hacernos respetar de un gobierno que se cree dueño de la Nación.

La Nación somos todos y tenemos que recuperarla para las mayorías. ¡No más indignidad!

E-mail: ferdorado@gmail.com /Twitter: @ferdorado


Maduro y la oposición: de la confrontación a la cooperación

MADURO Y LA OPOSICIÓN: DE LA CONFRONTACIÓN A LA COOPERACIÓN

Popayán, 17 de enero de 2016

El llamado al diálogo hecho por el presidente Maduro en su alocución frente a la Asamblea Nacional y la aceptación del mismo por parte de la oposición en cabeza de Henry Ramos Allup, muestra la dinámica de la lucha de clases que se libra en Venezuela. Tal suceso nos llama a realizar un análisis de las diferentes fuerzas políticas que forcejean por el poder del Estado y por controlar la enorme renta y riqueza petrolera de ese país.  

Que se planteara el diálogo era lo previsto y lo lógico, más allá de la retórica de ambos bandos. Lo interesante e importante es leer entre líneas, mirar más allá de las declaraciones públicas, avizorar los intereses en juego y las estrategias de los diversos actores sociales y políticos que son variados y múltiples, intrincados y complejos, visibles y ocultos, como lo es la vida y la intensa lucha política por el poder.

Que Maduro haya mostrado disposición a conversar y que haya esbozado un camino de acuerdo para resolver el problema de los “presos políticos” –así fuera casi entre dientes–, es un logro de un sector de la oposición, y estoy seguro, de varios sectores (o tal vez personas) que tienen valoraciones no tradicionales de la coyuntura tanto dentro del gobierno como del “chavismo”. Es muestra del intenso debate que existe al interior del bloque gubernamental.

Por ello, intentaremos identificar, con la mayor precisión, los intereses y comportamientos de las diversas clases y sectores de clase que se expresan en el movimiento social y político de la nación de Bolívar. En los medios de comunicación, en sus declaraciones y manifestaciones orales y escritas, se puede observar esa intensa y tensionante lucha que se expresa básicamente por medio de partidos, tendencias y personalidades políticas.

Podemos identificar a los jugadores de carácter social que luchan en Venezuela. Ellos son:

1.   La gran burguesía parasitaria pro-estadounidense que ya tiene los pies en Miami.

2.   La burguesía emergente entrelazada con la burguesía burocrática que está insertada en el gobierno y en la oposición.

3. La pequeña burguesía que se divide en una minoría arribista y en una mayoría en proceso de proletarización. Allí están incluidos pequeños y medianos productores y comerciantes, que en su mayor parte tienden a identificarse con la oposición pero dependen de la política económica que desarrolle el Estado.

4.   Los trabajadores y el pueblo en general. En este bloque se pueden diferenciar a los trabajadores del Estado, a los del petróleo y grandes factorías, a los trabajadores de los servicios, a los “profesionales precariados”, a los informales (y bachaqueros), a los campesinos y a las minorías indígenas. Son la base social del “chavismo” pero algunos sectores, sobre todo los profesionales, técnicos y tecnólogos, buscan en la oposición resolver sus problemas relacionados con el desarrollo productivo y el empleo calificado.  

En cuanto al análisis e identificación de las expresiones políticas de esas clases y sectores de clase se debe precisar que esa concreción en el terreno del partidismo político y electoral no es plano, ni lineal, ni mecánico. La consciencia está determinada por las necesidades materiales concretas, por la experiencia de lucha, por el acceso al conocimiento y a la información, por la herencia y tradición libertaria o de sometimiento, y por factores diversos que están relacionados con la localización geográfica, influencia migratoria, acceso a los beneficios otorgados por el Estado y aspectos similares.

Veamos entonces cómo se presentan los actores políticos en el país patriota:

-      La derecha golpista pro-estadounidense encabezada por Leopoldo López, María Corina Machado, en alianza con Álvaro Uribe Vélez en Colombia y otros centros ultra-reaccionarios de Miami, América Latina y España.

-     La derecha en plan de mesura liderada por Enrique Capriles Radonski y el partido Primero Justicia, que ha logrado –en parte–, moderar a Henry Ramos Allup, con el apoyo del bloque latino-español que dirige el tanque de pensamiento del presidente de Colombia Juan Manuel Santos, asesorado desde Washington, que llama al diálogo y a la conciliación. Un sector de la burguesía emergente venezolana juega allí su papel oportunista para desplazar a la burguesía parasitaria.

-   Los partidos o expresiones políticas de la verdadera socialdemocracia venezolana que siempre quiso jugar al “centro” pero que, ante la polarización política del país, se vio obligada a integrarse al bloque opositor. Sus más representativos exponentes son Ismael García y Henry Falcón.   

-   El “chavismo” burocrático incrustado en el PSUV y en el gobierno bolivariano, liderado por Diosdado Cabello y sectores importantes de la burguesía emergente, quienes utilizan políticamente a Nicolás Maduro, sin poder sacarlo del gobierno por haber sido “ungido” por el presidente Chávez. Maduro, en esa situación, pareciera ser parte de éste sector pero, en verdad, juega como una veleta y un comodín, tratando de mantener unido al “chavismo”.

-  El “chavismo puro”, seguidor de los planteamientos socialistas del presidente Chávez, hoy representado por Aristóbulo Istúriz, actual vicepresidente de la República, quienes creen todavía en la posibilidad de construir el socialismo en un solo país, usando el “Estado heredado”, y llaman a fortalecer el Estado Comunal, tal como lo hacía Chávez pero sin tener idea de cómo hacerlo.

-      El presidente Maduro y su núcleo de confianza que trata de mantenerse en la cúpula del gobierno, sobreaguando entre los diversos sectores “chavistas” pero sin tener claridad de cómo avanzar. Este núcleo sabe que el poder real siempre ha estado en manos de la burguesía y del imperio, pero también es consciente que el ejército es el sostén del bloque “chavista”, y que los intereses de los trabajadores y el pueblo siempre estuvieron atravesados y subordinados a los intereses de la burguesía emergente y burocrática, que desde el principio logró posicionarse a la sombra de Chávez, utilizando hábilmente la “alianza cívico-militar”, ganando de hecho influencia política y burocrática en todos los espacios gubernamentales, partidarios, sindicales y comunales.

-  La mayoría de las corrientes y personalidades críticas dentro del “chavismo” tienen todavía esperanzas en el papel y fuerza del entorno partidario de Maduro-Istúriz y no son conscientes del verdadero poder que ha adquirido la burguesía emergente dentro de la burocracia y del ejército. Por ello, no han sido capaces de deslindarse del “madurismo”.

-       Los minoritarios sectores socialistas, influidos por corrientes internacionales trotskistas, marxistas-leninistas y otras tendencias (autonomistas, anti-extractivistas, indigenistas, etc.), que tienen alguna influencia en sindicatos y otras organizaciones sociales pero que al jugar por fuera de los dos bloques hegemónicos (oficialistas y opositores), no logran influir en amplios sectores de la población ni pueden mediar entre las diversas tendencias de cada bloque político en contienda.  

De acuerdo a ese bosquejo descriptivo de las diversas clases y sectores de clase de Venezuela y de sus expresiones políticas podemos concluir lo siguiente:

a)   No existe un partido de los trabajadores que lidere al pueblo, no tanto por el “socialismo” (que es imposible de construir en un solo país y menos desde la gestión del Estado heredado) sino por conquistar la independencia y la soberanía nacional, por la construcción de soberanía económica en alianza con los demás países y naciones latinoamericanas y, por el desarrollo de una democracia cada vez más directa, verdaderamente representativa y protagónica, deliberativa y participativa, que propicie condiciones para la apropiación colectiva y paulatina del aparato productivo y de la riqueza social por parte de las mayorías sociales.

b) En el mediano plazo, las expresiones políticas de la burguesía emergente –presentes tanto en la oposición como en el bloque “chavista”– van a ponerse de acuerdo para controlar la renta petrolera y van a tratar de conciliar con el imperio para compartir ese poder económico sin generar grandes confrontaciones y conseguir que en forma paulatina se desmonten los avances sociales obtenidos durante el auge del proceso bolivariano.  

c)    Mientras tanto las tensiones entre la oposición y el oficialismo se van a mantener como una forma de neutralizar a los sectores más extremistas que existen en ambos bloques, o sea, a los golpistas “leopoldistas” y a los “chavistas socialistas”, que muy posiblemente lleven al sacrificio de Nicolás Maduro y al reciclaje de Diosdado Cabello.

Claro, los trabajadores y el pueblo serán los perdedores en el corto plazo. Sólo el surgimiento de una dirigencia proletaria ligada a las mayorías chavistas revolucionarias, podrá –en el mediano plazo–, retomar la lucha y el espíritu de la revolución bolivariana y reconducir las fuerzas revolucionarias del pueblo venezolano hacia caminos y metas verdaderamente democráticas y, a largo plazo, post-capitalistas.

Eso esperamos.


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

domingo, 17 de enero de 2016

EL TÉTRICO PODER FINANCIERO GLOBAL (Tesis en elaboración para el debate)

Tesis en elaboración para el debate…

EL TÉTRICO PODER FINANCIERO GLOBAL

Popayán, 17 de enero de 2016

1) El capitalismo es la principal causa de la destrucción incontrolada de la naturaleza terrestre, del desequilibrio ambiental y del cambio climático que genera grandes tragedias y cataclismos en el mundo.

2) La crisis del capitalismo es tan profunda que ha vuelto sus pasos hacia la acumulación por desposesión y despojo. Usa la destrucción violenta, dirigida y programada de infraestructura y riqueza para reconstruir lo destruido y “crecer” en forma artificial. La causa principal es la bajísima tasa de ganancia que el capital obtiene en el proceso productivo normal. La tendencia al coste marginal cero es la causa de esa dinámica destructiva (Ver: Jeremy Rifkin “La sociedad de coste marginal cero – El internet de las cosas, el pro-común colaborativo y el eclipse del capitalismo").

3) Empero, el capitalismo –en medio de su crisis– no sólo sobrevive sino que se renueva, y a pesar de acumular grandes contradicciones en su seno, no caerá por sí mismo.

4) El gran capital global ya no juega a mantener la hegemonía estadounidense como su principal soporte. Desde hace varias décadas se deslocalizó, descentralizó y desconcentró en todo el planeta. Hoy está presente en todo el orbe y controla la economía de todos los países.

5) Un sector conservador y nacionalista de la burguesía estadounidense trata de mantener su hegemonía imperial apoyándose en el poder militar. Compite así con otras potencias mundiales por el control de territorios y recursos naturales. Sin embargo, desde el punto de vista de la economía no es un factor determinante. Esa acción es asimilada y utilizada por la burguesía financiera internacional para distraer y engañar a los pueblos y a los trabajadores aplicando la “teoría de juegos” en la geopolítica.

6) El gran imperio capitalista mundial utiliza contradicciones nacionales, étnicas, culturales y generacionales para distraer a los pueblos y a los trabajadores creando falsos enemigos y azuzando conflictos artificiales. Al Qaeda y el Estado Islámico son ejemplo de ello.

7) Los Estados nacionales y las falsas democracias realmente existentes son sólo gerencias “nacionales” del gran capital, controladas, programadas y manipuladas por la “gerencia global” de la burguesía financiera que tiene múltiples sedes en Frankfurt, Nueva York, Londres, Shanghái, Moscú, Bombay, Singapur, Hong Kong, Tokio y decenas de subsedes interconectadas con el FMI, el Banco Mundial, la OMC y la asociación de grandes instituciones financieras de todo el mundo que fungen como el “Gobierno Global”.

8) Los esfuerzos e intentos nacionales o sectoriales por destruir, socavar o siquiera enfrentar el poderío global del gran capital, usando los “Estados heredados” han mostrado ser un fiasco. La ilusión de construir un "socialismo" implementando políticas "estatistas" en países y naciones por separado, han vuelto a fracasar en forma estrepitosa. Hoy se requiere revisar esa estrategia.

9) Hoy emerge en el mundo un sujeto social que va a ser mayoritario en todo el mundo en el corto-mediano plazo. Son los “profesionales precariados”, trabajadores del conocimiento, la información, la cultura, el entretenimiento y gran cantidad de áreas de la producción y los servicios. Es el “nuevo proletariado” o “cognitariado”, con grandes niveles de desempleo, precariedad laboral, importante formación intelectual, con visión globalizada del mundo y que ya ha mostrado su disposición y capacidad a la lucha social y política (revoluciones árabes, indignados de España y Grecia, Occupy Wall Street, juventud brasileña y turca, y cientos de expresiones de protesta en todo el mundo con manifestaciones ambientalistas, animalistas, de luchas de género, etc.).


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

sábado, 16 de enero de 2016

REVOLCÓN GENERACIONAL

REVOLCÓN GENERACIONAL

Popayán, 16 de enero de 2016

"Por todas partes se han despertado hoy en las distintas disciplinas tendencias a poner la investigación sobre nuevos fundamentos."

Martín Heidegger

"La ciencia actual nos ha conducido por un callejón sin salida y la actitud científica ha de ser reconstruida, la ciencia ha de rehacerse de nuevo."

Erwin Schrödinger

"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo."

Ludwig Wittgenstein

Si en las ciencias físicas se ha generado una gran revolución a partir del desarrollo de los sistemas complejos y las ciencias de la complejidad, tal situación también se debe vivir en las ciencias sociales y en la política.

Se requiere un gran revolcón. Nuevos sujetos sociales hacen su aparición en el escenario de las luchas sociales y políticas mientras los paradigmas tradicionales no logran explicar las derrotas políticas y electorales de "procesos de cambio" que están en franca decadencia.

En Colombia la protesta programada para el 24-E, hace parte de esos nuevos fenómenos. Leerla con viejos enfoques nos lleva a sospechar, vacilar o rechazar.

Y no ocurre sólo en Colombia. Es un fenómeno mundial.

Ocurrió en el mundo árabe: la izquierda tradicional se quedó al lado de los autócratas - Mubarack y Gadaffi -.

Sucedió en España: la izquierda unida y los viejos sindicatos no supieron qué hacer frente a los indignados.

Acontece en Brasil: la izquierda en el gobierno no se puso al lado de la juventud que se movilizó por rebaja en las tarifas del transporte y contra el mundial de fútbol.

¿Hoy en Colombia también ocurrirá?: la disculpa es que supuestamente el "uribismo" está detrás de la protesta.

La tarea actual no es sólo ayudar a que los nuevos actores sociales y políticos desarrollen con éxito la protesta social sino contribuir a explicar las causas de su aparición y contribuir con su avance y consolidación. 

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viernes, 15 de enero de 2016

LLENAR DE CONTENIDO LA PROTESTA SOCIAL

Ante las vacilaciones de la “izquierda santista” y las pretensiones oportunistas del uribismo…

LLENAR DE CONTENIDO LA PROTESTA SOCIAL[1]

Popayán, 15 de enero de 2016

Una vez la sociedad colombiana se ha sentido libre de la violencia política –aún sin que se firmen los acuerdos en La Habana–, se percibe en el ambiente el espíritu de la protesta. Era lo previsto y anhelado.

Varios temas están en el centro de la inconformidad ciudadana y popular. El exiguo y arbitrario aumento del salario mínimo impuesto por el gobierno y los empresarios. El anuncio de nuevos impuestos como el aumento del IVA (Impuesto al Valor Agregado) y su imposición para productos de la canasta familiar. La intención de aplicar gravámenes a los ingresos de los trabajadores que devenguen por encima de 1,5 millones de pesos mensuales.

Además, la venta arbitraria e ilegal de la principal empresa pública de generación de energía eléctrica –ISAGEN–, a un fondo de inversión canadiense (realmente dominado por inversionistas estadounidenses), ha tocado las fibras sociales de amplios sectores de la Nación, que encabezados por partidos políticos de oposición denunciaron la inconveniencia de esa privatización sin que el gobierno atendiera sus reclamos.

Pero existen muchos otros motivos de la visible inconformidad y disposición a la protesta.  Entre ellos, el impacto de la inflación galopante, el alto costo de la gasolina, la corrupción e ineficiencia en la prestación de los servicios de salud, el arrasamiento de los recursos naturales a manos de los megaproyectos y de la minería, los altos sueldos y prebendas de los congresistas, y sobre todo, las gabelas y ventajas de todo tipo para los banqueros y para los grandes emporios económicos que se enriquecen de una forma exagerada y visible, mientras el grueso de la población no siente el progreso y bienestar que anuncia a diario la administración de Santos.

El gobierno había logrado ocultar estos problemas debido a que en años anteriores obtuvo significativos ingresos provenientes de la exportación de materias primas como el petróleo y lograba canalizar algunos recursos de la minería legal e ilegal y de la economía del narcotráfico. Además, el tema de la paz y la terminación negociada del conflicto armado era utilizado como argumento para llamar a la paciencia y a la comprensión de la población para la acción gubernamental.

Sin embargo, hoy se respira otro aire. El tema económico ha empezado a desplazar al de la terminación del conflicto armado. Diversos colectivos de jóvenes desde diferentes ciudades han lanzado la consigna de realizar un “paro cívico nacional” que se iniciaría con una gran movilización y protesta nacional el día domingo 24 de enero de 2016.

Dicha convocatoria no está encabezada por organizaciones sindicales o sociales reconocidas sino por personas sueltas que organizan pequeños núcleos para promover, principalmente por las redes sociales, el llamado a la protesta.

Las centrales obreras y las organizaciones de izquierda han mostrado aprehensión y vacilación. Todavía no se han decidido a participar oficialmente. El principal argumento de esas dudas está relacionado con el tema del “proceso de paz”. Se plantea que el objetivo de la protesta es debilitar al gobierno de Juan Manuel Santos, que prepara un plebiscito para refrendar los acuerdos con las FARC.

De acuerdo a quienes así piensan, detrás de la convocatoria al “paro nacional” estaría el expresidente Uribe, quien “pescaría en río revuelto” para fortalecer su posición en contra de los acuerdos de La Habana. En ese sentido, quienes participen de la protesta del 24 de enero serían “idiotas útiles” y ayudarían –sin proponérselo–, al debilitamiento del “gobierno de la paz” y al fortalecimiento de la “derecha guerrerista”.

En el fondo se revive la discusión de la pasada campaña electoral. La mayoría de la izquierda llamó a votar por Santos para presionar y garantizar la terminación del conflicto. Esa era –para ese momento– la posición correcta. Pero, lo que ahora se demuestra, es que una buena parte de la dirigencia de izquierda se ilusionó más allá de lo razonable con Santos.

Aunque afirmaran que éste era un político neoliberal reconocido, las actuales vacilaciones o incluso la negativa de apoyar la protesta, muestra que llamaron a votar por Santos en medio de una enorme confusión. Se empieza a notar que esa dirigencia izquierdista creía que Santos tenía una cierta y verdadera voluntad “reformista” y “progresista”, y que iba a desarrollar un proceso de democratización del país.

Hoy esa “izquierda santista” está descubriendo, con sorpresa, que la voluntad “reformista” de Santos no pasa del papel. O sea, de los acuerdos de La Habana.  Que al donaire de la paz, que al son de la ilusión progresista, el gobierno implementa – con la grosería despótica de una tecnocracia arrogante–, la segunda fase de neoliberalismo, más agresiva y entreguista que la implementada a partir de 1991, con la misma promesa y quimera de la “apertura democrática”.

Eso explica sus temores frente a la protesta. Se pega compulsivamente de la ilusión “progresista” y “reformista”, mientras le deja el campo abierto y despejado al “uribismo”, que oportunistamente pretende canalizar la inconformidad en contra del proceso de paz. Sin embargo, la realidad muestra que el “uribismo” no puede ir más allá en esa lucha ya que el contenido mismo de la protesta lo desenmascara frente a su pasado inmediato de entrega de la nación al capital extranjero y de arrasamiento general de los bienes públicos y de los derechos sociales.

Lo que estamos presenciando no es coyuntural. Los indignados colombianos están poniendo a prueba –como lo hicieron en los países árabes y en España–, a la sociedad en su conjunto y dentro de ella, a la izquierda tradicional. Es el inicio no sólo de una nueva fase de luchas sociales, principalmente citadinas, sino el surgimiento de una “nueva izquierda”, más moderna pero más radical, menos fundamentalista pero más conectada a las necesidades de la vida.

El año 2016 pareciera ser el año de la partición de aguas en Colombia. La juventud y los “profesionales precariados” se liberan de esquemas obsoletos e inician un nuevo camino. Hay que apoyarles con decisión y entusiasmo.    

Nota: el argumento de la manipulación imperial que se usó para explicar –falsamente– el fenómeno de la “primavera árabe” no se podrá aplicar en Colombia. Hoy el imperio juega al lado de Santos para instrumentalizar la paz como lograron instrumentalizar la guerra. Mal haría en socavar su propio proyecto.
E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado





[1] Las reivindicaciones más mencionadas por los colectivos de jóvenes que convocan a la protesta del 24 de enero son: 1. Por un digno aumento del salario mínimo; 2. No a la venta de ISAGEN; 3. No al aumento del IVA; 4. No al IVA para la canasta familiar; 5. No más impuestos para los ingresos de trabajo; 6. Reducción del precio de la gasolina; 7. Recorte del tamaño del congreso y reducción de los sueldos de los parlamentarios; 8. No al aumento de las tarifas de los servicios públicos.   

lunes, 11 de enero de 2016

LA CARTA DEL PUEBLO

Esta es la Carta del Pueblo que me hicieron llegar desde los colectivos que están impulsando la protesta para el 24 de enero.
Es una iniciativa importante e interesante. Hay que apoyarla!!
Documento completo

Carta del Pueblo
Por la renegociación del salario mínimo en Colombia para el año 2016, contra la venta de ISAGEN, el aumento del IVA y contra la corrupción

Ciudades de Colombia, 8 de enero de 2016

Señor
Juan Manuel Santos Calderón
Presidente Republica de Colombia.

Señor
Luis Fernando Velasco Chávez
Presidente del Congreso

Nosotros, hombres y mujeres, ciudadanos colombianos, que con nuestro trabajo contribuimos a la riqueza del país nos dirigimos a Ustedes y por su intermedio a todo el país para manifestar lo siguiente y considerando:

1.  Que el incremento del salario mínimo para 2016, impuesto por el gobierno y los empresarios a todos los colombianos, no sólo es insuficiente sino injusto.

2.  Que el salario mínimo es un referente importante para 4 millones de colombianos y es uno de los más bajos en América Latina.

3.  Que más de 8 millones de trabajadores y trabajadoras informales reciben menos del salario mínimo, viven en la pobreza, no pueden aportar a la seguridad social en salud y pensión y, por lo tanto, están condenados a la indigencia cuando no puedan trabajar en su vejez o por enfermedad.

4.  Que frente a la crisis fiscal del gobierno fruto de sus erradas políticas económicas se proyecta aprobar una reforma tributaria lesiva para la mayoría de los colombianos, incrementando el valor del IVA y gravando las rentas de trabajo de los trabajadores y población de clase media.

5.  Que además el gobierno ha tomado la decisión de vender a empresas transnacionales las acciones que posee en ISAGEN, entrega al capital privado un bien estratégico de la Nación, viola la soberanía nacional y le otorga a particulares un gran poder para controlar las tarifas del sector eléctrico.

6.  Que la mayoría de los parlamentarios y altos funcionarios del Estado han abusado de su investidura para que les aumenten desproporcionadamente sus dietas parlamentarias, sueldos y pensiones, mientras que desde sus burbujas de bienestar ven pasar la pobreza y la miseria de la mayoría del pueblo que los ha elegido.

7.  Que a pesar de la caída de los precios internacionales del petróleo seguimos pagando en Colombia un alto precio de la gasolina que no se corresponde con los costos de producción. Ese precio es uno de los más caros de la región.

8.  Que en todas las regiones y ciudades del país los gobernantes recientemente elegidos preparan proyectos para revisar las normas de estratificación y aumentar las tarifas de servicios públicos y el impuesto al predial.

9.  Que la situación económica en general de los colombianos se ha visto impactada por la caída de las exportaciones, la inflación desbordada, el impacto de la sequía, el deterioro del medio ambiente, el mantenimiento del desempleo estructural y otros factores que atentan contra nuestro bienestar y desarrollo normal.

Por estas razones nos vemos obligados a rechazar todas esas medidas y políticas económicas y fiscales que ahondan la inequidad, la pobreza y la violencia social en el país.

En consecuencia, elevamos ante Uds. las siguientes exigencias recogidas en lo que hemos denominado “La Carta del Pueblo”, como expresión ciudadana de un espacio aglutinador de voluntades, para actuar de consenso y por encima de cualquier tipo de diferencias de clase, étnica, política, cultural o religiosa.

EXIGENCIAS:

1) Antes del 1° de mayo del 2016, el gobierno nacional convocará de nuevo al Consejo de políticas laborales y salariales con el propósito de revisar y renegociar el salario mínimo del presente año, esta vez con la participación de los voceros de los trabajadores y los que se acuerden desde la Carta del Pueblo.

2) El gobierno nacional no incrementará el IVA ni gravará con ningún tipo de impuestos los productos de primera necesidad.

3) El gobierno nacional, gobernadores y alcaldes congelarán las tarifas de los servicios públicos, el transporte y establecerán una tarifa diferencial para estudiantes y mayores de 65 años.

4) El gobierno Nacional, gobernadores y alcaldes garantizaran un mínimo de agua para los hogares más pobres y protegerán los páramos y reservas destinadas a la producción de agua. Así mismo, adoptarán las medidas necesarias para acabar con la minería legal o ilegal que afecten los recursos hídricos del país.

5) En materia tributaria el gobierno nacional incrementará los impuestos, acabará con las exenciones tributarias y renegociará los contratos con las grandes empresas nacionales y transnacionales del sector minero, petrolero y otras áreas estratégicas, y gravará a los propietarios rentistas de grandes extensiones de tierra laborable.

6) El gobierno nacional detendrá definitivamente la venta de ISAGEN.

7) El gobierno nacional elaborará una fórmula alternativa para rebajar en forma sustancial el precio de la gasolina en todo el país.

8) El gobierno nacional anulará el incremento en las dietas, primas y pensiones de los congresistas para los años 2015 y 2016 e iniciará un estudio de común acuerdo con la población para reducir las dietas parlamentarias a fin de ahorrar recursos en materia burocrática.

Somos conscientes que el Estado requiere recursos importantes para financiar los programas sociales, pero dichos recursos se pueden obtener gravando con impuestos a quienes han obtenido grandes ganancias y construido inmensos emporios económicos aprovechándose de los recursos y el trabajo de la mayoría de los colombianos.

Esperamos señores gobernantes estén a la altura de nuestras exigencias y de las responsabilidades que les otorgan sus investiduras.

Atentamente,

EL PUEBLO COLOMBIANO

“¡¡ Ésta patria no se vende !!”