Intentando comprender la
historia reciente...
LA NUEVA CRUZADA DE URIBE
Popayán, 20 de julio
de 2017
(De cómo el "uribismo" se va convirtiendo en un
"neo-proto-fascismo").
Cuando Uribe apareció siempre
identificó como su enemiga a lo que él llamó la "oligarquía bogotana"
(los Samper, Santos, López, etc.) y la acusó de ser connivente, cómplice y
"floja" frente a la insurgencia armada.
Después, cuando Uribe derrotó a
toda la clase política tradicional (2002), esa oligarquía se plegó a sus
gobiernos (con contadas excepciones de algunos pocos "galanistas") y
se aliaron con él para intentar derrotar a las guerrillas marxistas.
En ese proceso Uribe
"olvida" muchas de sus propuestas contra la corrupción y la
politiquería. Sale a relucir el narco-paramilitar que había ocultado desde la
Gobernación de Antioquia y se muestra como la cabeza política de la mafia.
En 2009 los gringos no avalan su
segunda reelección y le dan la orden a la oligarquía colombiana de hacer a un
lado a Uribe e iniciar un proceso de paz con las guerrillas porque no están
dispuestos a financiar más la lucha contra-insurgente y, además, ya han
despejado amplios territorios rurales para sus inversiones.
Así, Santos surge como el
reemplazo de Uribe, lo "traiciona", y éste, para sobrevivir
políticamente y oponerse al "proceso de paz", se va rodeando de
sectores conservadores, clericales, antiguos y nuevos terratenientes, y toda
clase de lumpen y gente descompuesta (gente renegada, avivatos, etc.).
Hoy, cuando la lucha contra la
guerrilla y contra el "castro-chavismo" no convoca con la suficiente fuerza que requiere, Uribe lanza su última estrategia que consiste en volver a plantear la
lucha contra la "oligarquía bogotana" pero ahora lo hace desde las
toldas de las sectas cristianas de "Tradición, familia y propiedad".
La pelea mediática que lanzó
contra el periodista Daniel Samper Ospina tiene ese contenido ideológico. Es su
apuesta para estimular y explotar las fibras más reaccionarias y conservadoras
(religiosas y moralistas) que están presentes en nuestro pueblo, usando el
miedo y la descalificación de los "diferentes".
Hasta ahora ha logrado el
objetivo. Todo el establecimiento, los periodistas y algunos despistados han
caído en su trampa. Intentará identificar a todos los que no están con él como
los enemigos de la "patria", aliados del "castro-chavismo",
y usará la calumnia, la sospecha y la mentira para fortalecer un
neo-proto-fascismo que es su última carta para sobrevivir políticamente.
Los libre-pensadores, liberales,
comunistas, progresistas, ateos, homosexuales, los "diferentes", ya
son objeto de su ataque, en donde los "cristianos" de todas las
iglesias serán su punta de apoyo y tratará de dividir al país en torno a los
temas que ya utilizó para ganar en el plebiscito del 2 de octubre pasado
(aborto, matrimonio homosexual, legalización de la marihuana y drogas,
educación religiosa, etc., etc.).
La "alianza
anti-corrupción" no puede desviar su camino. Al lado de su principal
bandera hay que posicionar temas como la recuperación del aparato productivo,
la generación de empleo digno, la defensa del medio ambiente, salud y
educación, y para ello se necesita unidad y claridad.
Frente a la estrategia
"uribista" se requiere mucha creatividad y cierta frescura
irreverente. Hay que ridiculizar inteligentemente a Uribe, sacarlo de su
terreno moralista, descontrolarlo con humor y alegría, no caer en sus trampas
mediáticas.
Todo en él es pose, apariencia,
provocación, astucia y malicia. Y tiene asesores, dinero y experiencia para
hacerlo. ¡Pilas!
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