El plebiscito y la ANC no
resolverían nada…
EN VENEZUELA, UNA SEMANA CRUCIAL: DIÁLOGO O GUERRA ABIERTA
Popayán, 10 de julio de
2017
“Con el tiempo todo se descubre; las
mentiras más ocultas, las razones más ciertas y las personas más falsas”
Proverbio popular
En momentos críticos como los que
vive Venezuela es cuando más atención hay que ponerle a los hechos, más que a
las palabras. Es en esos instantes, cuando la retórica intenta ocultar la
realidad que hay que esforzarse para “ver más allá”. Con todo, las palabras
deben ser leídas en código negativo; el SI en verdad es NO y viceversa.
Los hechos que están a la vista
Por el lado de la oposición:
- La
MUD no ha logrado desencadenar una protesta capaz de “tumbar” al gobierno.
- No
aprovecharon las mayorías en la Asamblea Nacional AN involucrándose en una
estrategia de confrontación abierta sin
haber acumulado la suficiente fuerza.
- Las
“guarimbas” y “trancazos” debilitan su credibilidad política y generan división.
- No
han fortalecido su unidad interna y no han consolidado verdaderas confianzas.
- Al
no contar con una fuerza mayoritaria, vacilan entre el diálogo y la rebelión abierta y decidida.
- Siguen
recibiendo sueldos en la AN, aceptan al TSJ cuando les conviene; entre otras muestras
de inconsecuencia. Ello les merma credibilidad.
- Al
negarse a participar en la Asamblea Nacional Constituyente ANC quieren tensar
la cuerda al límite.
- Por
ello, se la juegan al máximo con el plebiscito del 16 de julio.
Por el lado oficialista:
- El
gobierno se sostiene con base en el poder del Estado y el apoyo de las fuerzas
armadas. Su poder de coerción sobre los sectores más desvalidos y beneficiarios
de los programas sociales le permite sobrevivir.
- El
desabastecimiento, la inseguridad y la súper-inflación, debilitan su
gobernabilidad a medida que pasan los días. Juega contra el reloj.
- La
desmedida represión a las protestas a cargo del GNB y el papel violento de los “colectivos
bolivarianos”, merman su legitimidad en lo interno y externo.
- La
rebeldía de la Fiscal Luisa Ortega y otras disidencias, debilitan su frente
interno.
- Al
sentir la presión, duda entre la mano fuerte y tendida, la represión o el diálogo.
- Los
funcionarios “chavistas” no renuncian a sus privilegios mientras le piden sacrificio
y paciencia al pueblo.
- Frente
a ese creciente desgaste optó por convocar la ANC con la esperanza de ganar
tiempo y quitarse de encima la presión política de la MUD, y la coacción institucional
de la AN y de la Fiscalía.
- Por
ello, se juegan al máximo con la Constituyente del 30 de julio.
Los hechos que no se ven
La decisión intempestiva y
sorpresiva de otorgar arresto domiciliario a Leopoldo López, tomada y ejecutada
a altas horas de la noche, con un secretismo de máxima seguridad, con la
intervención de ex-presidentes extranjeros (Zapatero, Samper), aprobada por la
cúpula más alta del gobierno, muestra –a todas luces– que el gobierno sintió la
presión internacional por los hechos violentos ocurridos en la AN el pasado 5
de julio, protagonizados por los “colectivos” y alentados por el
vice-presidente El Aissami.
La forma como se implementó la
decisión y como se presentó ante el mundo, camuflada como decisión jurídica del
TSJ, promovida como fruto del diálogo con la oposición, deja ver las presiones que
sufre el gobierno. El momento es de máxima tensión, la mano del imperio se deja
notar, saltan a la vista las fricciones entre los sectores más agresivos del
gobierno (Cabello-Tarek) y los moderados (Maduro-Elcy-Jagua).
Además, el pulso entre el gobierno
y la MUD, cada cual sin el suficiente apoyo popular pero con la capacidad de sangrar
al país más allá de lo que se ha visto en los últimos 3 meses, obliga a que los
grandes capitalistas con intereses en Venezuela tengan que intervenir para
evitar una guerra civil de alcances y costos inusitados. Es posible que las
negociaciones incluyan a gobiernos de EE.UU., UE, España, Cuba, Rusia y hasta
Colombia, que ya siente los efectos sociales de la crisis. Lo que está en juego
no es cualquier cosa.
Permitir que los dos eventos
electorales se realicen en medio del crispamiento y violencia desatada, sería
una irresponsabilidad máxima. Si el gobierno no facilita la realización del
plebiscito, ya sea declarándolo ilegal e impidiéndolo a la fuerza, ello generaría
todas las condiciones para el fortalecimiento del boicot a la ANC y la violencia
llegaría a niveles insostenibles. Esa situación tiene que ser impedida.
Los escenarios posibles
Los escenarios posibles, frente a la obligación de disuadir la confrontación abierta y generalizada, son:
1. Oficializar
un diálogo formal, abierto y visible (o secreto y tácito) para dar garantías para
la realización de ambas elecciones, a fin de medir fuerzas y llegar a acuerdos
posteriores. Tiene ventajas y desventajas para ambos actores y, sería lo menos
probable, porque sería aplazar el enfrentamiento.
2. Suspender
ambos eventos e iniciar un diálogo con acompañamiento internacional sobre la
base de respetar el actual período presidencial de Maduro, restablecer la
legalidad a la AN, liberar a los denominados presos políticos, acordar un
calendario electoral (gobernadores y alcaldes), y suspender las protestas. De lograrse
ese ambiente, la gran damnificada podría ser la Fiscal.
Ojalá la racionalidad, la cordura,
la sindéresis y el buen juicio iluminen a ambas dirigencias para encontrar
caminos de diálogo y convivencia. Esta semana es definitiva.
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