LA REPÚBLICA QUE NUNCA FUE
Popayán, 12 de julio
de 2016
La precaria "república"
surgida de la Constitución de 1991 está casi muerta. Sufrió 43 operaciones
(reformas) que fueron sólo remiendos y la mantienen con respiración artificial.
Nada funciona. No hubo "democracia participativa" en 25 años. La
corrupción lo ha contaminado todo. No existen verdaderos partidos políticos,
son negocios particulares y agencias comerciales de avales. Hasta la protesta
social está permeada por intereses oscuros y “corporativos”. No existió
verdadera descentralización. Los derechos fundamentales, la plurinacionalidad
(étnica y regional) y la multiculturalidad se quedaron en el papel. Todo fue
privatizado y el capitalismo salvaje impuso su ley. Los órganos de control no
controlan nada. La justicia –que debía ser el freno a la corrupción– se
corrompió. Ni siquiera la Corte Constitucional está ajena a ese fenómeno: ahora
legisla, hace política, sustituye a otros poderes, y protege a los corruptos. La
figura y el cargo de Fiscal que debía ser “independiente”, hoy es uno de los cargos
políticos más apetecidos y objeto de presiones económicas y políticas de todo
tipo. La tutela sobrevive más como apropiación del pueblo que como parte de la
Constitución pero sirvió también para convertir la lucha popular en un simple trámite
jurídico individual que poco a poco va perdiendo su eficacia. En fin, la CP91
es un cadáver descompuesto del cual sólo queda su pedestal neoliberal que era
lo único que necesitaba la casta dominante.
Y ahora esa "república"
muerta (que nunca realmente nació sino que fue un aborto) quiere ser
"revivida" con el aliento de una "paz" que no es paz, que
es apariencia de paz. Y para ello quieren convocar una Asamblea Constituyente
que no será realmente constituyente, será un "fantasma" de la de 1991,
encargada de poner a andar la "república" al estilo de los
"zombis vivientes" de las películas de terror actuales. Es la ilusión
que se repite desde la época del "General" Santander que creía que la
ley cambiaba la realidad. Y hoy se mantiene esa ilusión. Se aprueban cientos de
leyes para que todo siga igual. “Hecha la ley, hecha la trampa” dice el avivato
y “La ley es para los de ruana”, continúa gritando el pueblo sin que sea escuchado
por nadie. Por eso, precisamente por
eso, Colombia nunca ha sido ni siquiera una Primera República. Nunca hemos
dejado de ser colonia. Sin identidad y sin destino.
La única vía es actuar “de hecho”.
Organizar un movimiento ciudadano que unifique a las fuerzas sanas de la nación
–que son las mayorías–, y convertirlo en herramienta para dar el primer paso,
que es, sacar del gobierno a los deshonestos. Desenmascarar y derrotar a los
corruptos que son verdaderos carroñeros, viven de la podredumbre y de la descomposición.
No se necesitan –por ahora– nuevas leyes, solo decisión, convicción y voluntad.
La terminación negociada del conflicto armado, que ya es un hecho, abre todas
las compuertas y nos ofrece todas las oportunidades para salir del “túnel” en
que hemos vivido durante los últimos 68 años (desde el asesinato de Gaitán). ¡Es
ahora o nunca!
No hay comentarios:
Publicar un comentario