Y MARX TENÍA RAZÓN
Popayán, 13 de
octubre de 2016
“Proletarios de todos los países… ¡Uníos!”
Karl Marx
El Brexit y el triunfo electoral
de Trump son producto de los efectos negativos de la globalización neoliberal
sobre los trabajadores tradicionales u "obreros" (proletariado
industrial del siglo XX) en dos potencias capitalistas en decadencia (Reino
Unido y EE.UU.).
Quienes votaron el Brexit y a
Trump son trabajadores mayores de 45 años, hoy desempleados o absolutamente
precarizados, que sueñan con regresar la rueda de la historia. Sus políticos
usaron demagógicamente el racismo y la xenofobia para engañarlos y moverlos. En
la práctica son pataleos de ahogado.
El Gran Capital Financiero no va
a apoyar "nacionalismos" de ninguna clase. Ni los de "gran
potencia" ni los de "países periféricos". El capital busca la
mano de obra barata como el pez busca al agua y, además, necesita crear
mercados más globales y desregulados, incluido el mercado de tierras ("el
proceso de paz de Colombia"), para enfrentar sus bajas tasas de ganancias
y acumular por despojo.
El capital no tiene patria, ni
respeta raza, género, etnia, religión, cultura o territorio. Hoy el capital
apoya falsos nacionalismos como el de China para incrementar sus ganancias y
mantener su hegemonía. Y no le importa la decadencia de sus antiguos imperios
anglosajones. El mundo cambió.
Al Gran Capital Financiero ya no
le interesa la "democracia liberal o burguesa". Ahora apoya lo que
llaman "capitalismo asiático" que es una combinación de gobiernos
autoritarios (así sean "comunistas" o monárquicos), el "libre
mercado" y la súper-explotación de trabajadores baratos.
En Europa y EE.UU. el Gran
Capital tratará de utilizar a los liberales, a la socialdemocracia y a la
"izquierda" para contrarrestar la "oleada nacionalista" que
impulsa ese proletariado del siglo XX, para defender el orden neoliberal. Así, pondrá
a luchar a hijos contra padres y abuelos. Ya ocurre en todo el mundo.
Dos generaciones de trabajadores,
los obreros industriales del siglo XX (fordistas) y los "profesionales
precariados" (nuevos proletarios del siglo XXI – post-fordistas), se
enfrentan defendiendo dos modelos de capitalismo que no son solución ni para
ellos ni para la humanidad.
La lucha por unir a los
trabajadores de todos los países, razas, etnias, géneros y culturas, para dar
un "salto civilizatorio" y construir una sociedad post-capitalista,
es la tarea del momento. Ni los nacionalismos estrechos ni la globalización
neoliberal son la salida. La unión de los trabajadores y desheredados de la
tierra vuelve a estar a la orden del día.
Además, en esa tarea está
incluida la lucha por la supervivencia de la humanidad.
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