La auto-convocatoria ciudadana: factor
clave en la protesta del 21 de noviembre
Popayán, 17 de noviembre
de 2019
A pesar de los intentos del gobierno y del
Centro Democrático (partido de Uribe) por evitar una participación masiva de
los colombian@s en las marchas y protestas programadas para el próximo 21 de
noviembre (llamado por las centrales obreras “Paro Nacional”), parece que la
jornada de movilización ciudadana y popular va a superar las convocatorias
anteriores.
Es innegable que las castas dominantes y
los sectores políticos más reaccionarios y ultra-conservadores de Colombia
están asustados. Saben que se juntan circunstancias que pueden hacer explotar
la inconformidad latente dentro del pueblo colombiano, que hasta ahora no se
había manifestado plenamente debido al impacto e instrumentalización del
conflicto armado.
Esa circunstancia especial corresponde a la
coincidencia en el tiempo de la debilidad de un gobierno que no quiere ni puede
escuchar a la gente y de la explosión de protestas que están en pleno
desarrollo en el mundo y en la región (Haití, Honduras, Ecuador, Chile y
Bolivia) que se ha desencadenado contra gobiernos autistas que tercamente se
enconchan y aíslan de las mayorías sociales.
El gobierno y el uribismo se han jugado con
todo para meter miedo y deslegitimar la protesta del 21N. Al igual que los
gobiernos de Moreno y Piñera, quieren hacer creer que es obra de Cuba y de Venezuela,
cuando hace unos meses trataban de hacernos creer que “Maduro
tenía los días contados”.
Además, igual que sus colegas del Grupo de
Lima tratan de sobredimensionar los actos violentos (muertos, heridos,
detenidos) y de vandalismo (saqueos, incendios y otros) que han sido causados
en esos países (y en muchas ocasiones en Colombia) por efecto de la agresiva represión
a manos de las fuerzas armadas oficiales (“¡estamos en guerra!”
dijo Piñera) y por provocaciones de infiltrados.
Además, el gobierno de Duque ha tratado de
deslegitimar la convocatoria hecha por las Centrales Obreras y otras
organizaciones sociales, porque estas han levantado una serie de
reivindicaciones contra reformas laborales a pensiones, salarios y otros temas
relacionados, que aún no son proyectos formales ni han sido presentados ante el
Congreso (por el temor a la reacción popular) pero si son parte de la agenda
legislativa que está en preparación por orden y presión del FMI
y de la OCDE.
Lo que se alcanza a sentir en el ambiente
general, es que más allá de los intentos del gobierno por deslegitimar el Paro
Nacional y evitar que la ciudadanía se movilice, la participación va a ser
masiva, alegre y pacífica, a pesar que desde las mismas organizaciones
convocantes –incluyendo algunos partidos y dirigentes políticos– a veces se les
hace el juego a quienes se oponen a la protesta social al querer apropiarse de
ella de manera estrecha, sectorial y sectaria.
Se puede apreciar con entusiasmo que las
gentes se están auto-convocando
encabezadas por los jóvenes y las mujeres, más
allá de intereses sectoriales y/o partidistas. Diversas figuras públicas
(artistas, la “reina” de belleza, deportistas, intelectuales, etc.) se han
manifestado a favor de “salir a marchar”, con la sola finalidad de reivindicar
el derecho a la protesta y que los gobernantes escuchen y cambien sus políticas
en favor de las mayorías. Esas ciudadanías auto-convocadas no están interesadas
en las representaciones y/o negociaciones puntuales. Solo quieren hacerse ver y
escuchar.
Las redes sociales son la herramienta
principal de las auto-convocatorias. Son llamados anónimos o personales muy
creativos, plurales y diversos como expresión de la multitud y de las
ciudadanías libres. De no suceder nada grave a última hora (atentados
terroristas, provocaciones de la ultra-derecha o errores de los convocantes),
se demostrará la existencia de las inmensas reservas democráticas y el
potencial de la movilización popular en Colombia que está conectada con lo que ocurre en el
mundo.
La acción del 21N sólo es la continuidad en
Colombia de la oleada global de manifestaciones de inconformidad, rebeldía y
rebelión que tendrá que fortalecerse para mover los cimientos de una sociedad
cansada de la desigualdad y la injusticia. ¡Todos y todas a marchar!
Reservas democraticas y el inicio de una ola de acciones colectivas. Asi es
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