“POLÍTICOS DE CARRERA” Y “POLÍTICOS DE CHEQUERA”
Popayán, 30 de julio
de 2019
En Colombia como en América Latina
y el mundo entero, los “políticos de carrera”, sean de izquierda, derecha o “centro”,
están fracasando en toda la línea. De luchar por “lo público” pasaron a solo batallar
por su imagen y poder personal. Algunos, en el fragor de los debates,
discursos, reuniones y tuits, todavía no
se han percatado de ese hecho.
Lo ocurrido en Puerto Rico es una
buena lección para los “políticos de carrera”. Tanto el renunciado gobernador Roselló
como sus rivales políticos se vieron obligados a hacerse a un lado frente al
pueblo borincano que, liderado
por cantantes y artistas, se movilizó por verdad y dignidad. Y se logró
un triunfo que va desencadenar grandes cambios en ese país.
Los políticos boricuas de
oposición tuvieron que ayudar con “bajo perfil”, obligados por la avalancha
popular que no iba a permitir que esa lucha fuera apropiada por un sector
político en particular. La exigencia era no “partidizar” esa lucha colectiva
para poder ganarla.
En Colombia, a pesar que tenemos
problemas mucho más graves, no hemos podido construir verdaderos movimientos
ciudadanos que movilicen a las mayorías. El afán de figurar, la supuesta “polarización”
y los apetitos personales de nuestros políticos (del color que sean), han “privatizado
la política” y obstaculizado la acción colectiva.
Ad portas de las elecciones locales y regionales en Colombia, son muchos los
ejemplos de esa “privatización” de las causas sociales y ciudadanas. El metro
subterráneo de Bogotá ya tiene “dueño político” como lo tiene la lucha contra la
corrupción, la lucha por la paz, la defensa del medio ambiente o la defensa de la
vida de los líderes sociales.
Al actuar de esa manera, los “políticos
de carrera” debilitan la lucha social y política. La causa de oponerse a un
metro elevado en la capital de la república, que es desde todo punto de vista
una causa justa, termina siendo debilitada por ese tipo de actitudes
personalistas que desgastan la verdadera lucha por lo público y ahuyentan de la
acción política a la gente.
Hay que aprender de lo ocurrido
en América Latina con los gobiernos progresistas, en Grecia con Siryza, y en España
con Podemos, que lideraron importantes y exitosos procesos electorales y de
gobierno. Ellos se montaron sobre olas de indignación y de movilización popular,
pero, para nuestra desgracia, en poco tiempo se “cerraron”, le pusieron nombre
propio a la causa social, y le hicieron –tal vez sin querer– un favor a los poderosos capitalistas
que, después, derrotaron a los “políticos de carrera”, y lo más grave, aplastaron
el espíritu de lucha de millones de personas que fueron su aliento y fuerza.
Claro, el debilitamiento de la
verdadera lucha social y política se convierte en una ventaja para los “políticos
de chequera”, que no necesitan de ideas ni programas, sino solo de acuerdos por
debajo de la mesa y una buena “inversión monetaria”, para hacerse con los
gobiernos, y seguir robando y estafando a la gente. ¿Podremos aprender?
Volver sobre las causas transformadoras parece ser la
senda para rescatar la acción política de la mediocridad en que ha caído por
efecto de tanta exposición mediática y de la falta de debate y construcción
colectiva de los movimientos y agrupaciones políticas.
Me parece muy bien que alguien lo diga. Mucho oportunismo en la llamada izquierda que da es verguenza. Cada dia somos menos porque el pueblo no cree, y no tiene porque hacerlo. Miesntras no haya un gran remezon al interior de las fuerzas de la llamada izquierda en la manera de elegir candidatos teniendo en cuenta verdaderamente al pueblo y no a todos esos pequeño burgueses oenegizados seguiremos dando vueltas a un circulo vicioso. Tambien se requiere que el pueblo movilizado exija un remezon en toda la estructura electorera del pais, porque la politica en Colombia esta hecha es para robar. Al pueblo, los sectores de izquierda tambien lo utilizan para sus mezquinos intereses, cuando no es que no tienen posicion respecto al regimen y terminan como iglesias llevando a sus feligreses a continuar dandole vida a este sistema que necesariamente debemos cambiar.
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