El arribismo político se toma
la gobernanza regional…
De cómo Petro y Uribe debilitan
su fuerza política
Popayán, 24 de julio de
2019
Dos hechos marcaron el final de la
escogencia e inscripción de candidatos a elecciones locales y regionales en
Colombia. Ambos ocurrieron en torno a la disputa por la alcaldía de Bogotá. Por
un lado, se rompió la convergencia que apoyaba a Claudia López y, por el otro, se
vigorizó la alianza en torno a Miguel
Uribe; continuador de Peñalosa, actual alcalde.
Esas circunstancias muestran que las
fuerzas políticas que estaban detrás de los candidatos, Duque y Petro, o sea, el
Centro Democrático y la Colombia Humana, que disputaron la presidencia de la república
en 2018, no lograron fortalecerse durante este año y muestran enormes flaquezas
de cara a las elecciones presidenciales de 2022.
Ni Petro ni Uribe lograron
posicionar una candidatura fuerte para la alcaldía de la ciudad capital.
Mientras el primero se distanció de la candidata verde, el segundo apoyó al
candidato avalado por liberales y conservadores. Ambos muestran su debilidad de
diferente forma: el uno, resta a las fuerzas democráticas; el otro, suma a las
fuerzas antidemocráticas.
Son las paradojas de la política
colombiana. Ni el partido de gobierno, ni el principal dirigente de la oposición,
han logrado en el último año fortalecer su organización política. Al interior del
uribismo se notan las fisuras que genera la acción débil y vacilante del presidente
Duque, y la Colombia Humana no arranca como proyecto político colectivo.
Además, en municipios y
departamentos proliferan candidatos por firmas o unipersonales. Hacen parte de
la tendencia a conformar alianzas por conveniencia particular. Son fruto de la
banalización extrema de la política, del papel dominante del dinero en las campañas
electorales, de la precariedad de los partidos políticos y de la acción de mafias
e intereses económicos que manipulan a los gobiernos locales y regionales en
beneficio propio.
Todo lo anterior, en un ambiente de
polarización política que no toca ni le interesa a las mayorías. Los “agarrones”
en el Congreso no pasan de ser motivo de “tendencias virales” en las redes
sociales. Las propuestas posicionadas por Petro, como la defensa del medio
ambiente, la superación de la economía dependiente del petróleo y la minería,
la industrialización de nuestras materias primas, etc., parecieran no ser parte del debate político local o
regional. Hay una desconexión evidente que debilita la acción política.
Mientras tanto, el presidente Duque
utiliza, algunas de esas propuestas para mostrarse como un gobernante
visionario y moderno, pero no mueve un dedo para concretarlas. Por el
contrario, todas sus acciones van en contravía de lo que el país requiere;
crecen los focos de violencia y conflicto, se prepara la aspersión aérea con
glifosato de los cultivos de coca, el desempleo se dispara y la economía se
estanca. Y las mafias corruptas ni se inmutan.
Definitivamente, hay que fortalecer
otras formas de acción política, ser conscientes de las enormes limitaciones de
la acción institucional y hacer más pedagogía política sin pretender resultados
inmediatos. Tendrán que surgir nuevos liderazgos y nuevas prácticas políticas.
E-mail: ferdorado@gmail.com
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