LA DEBILIDAD DE SANTOS Y LA TAREA CENTRAL
Popayán, 25 de agosto
de 2017
La agenda del gobierno para el
último año quedó en manos de Cambio Radical y sus aliados (politiqueros
corruptos y el Centro Democrático).
Tienen al presidente de la Cámara
de Representantes y –de ladito– el de Senado (un conservador que se arrima
siempre a la mermelada), que sabotean de hecho los tibios y vacilantes
proyectos del gobierno (reforma política, JEP, tierras, etc.).
Su principal ficha es el Fiscal
General, que intenta imponer su propia dinámica. El destape manipulado y a
cuenta gotas de la corrupción político-administrativa-judicial, le sirve para
posicionarse mediáticamente para debilitar y sabotear la implementación de los acuerdos con las FARC
(cuestionó la JEP, la entrega de armas y, ahora, el reporte de bienes que
entregan las FARC).
Pero en las Cortes también tienen
sus agentes, y tratan de quitarle la base jurídica a esos acuerdos de fin del
conflicto.
Quieren llevar a las FARC y a los
demócratas comprometidos con el proceso de paz a una sin salida y, entonces,
inducir desde diferentes ámbitos, la propuesta de una Asamblea Constituyente.
Es una trampa.
Todas las encuestas indican que
la UNIÓN de los demócratas alrededor de la lucha contra la corrupción y el
cumplimiento de los acuerdos de fin de conflicto, garantizan el triunfo
electoral en 2018.
Y si se hace bien esa unidad,
alrededor de un programa realista y viable, y una perspectiva de varios
períodos presidenciales, el triunfo puede lograrse en la primera vuelta. Hay
que ir a la fija.
Por ello, no hay que dejarse
distraer. Las fuerzas de la “alianza anti-corrupción” son las que pueden
dinamizar esa UNIDAD, hacer un “pacto político” frente a la estrategia de los
corruptos y de los guerreristas, y no desgastarse ni perder el rumbo.
Santos debe reconocer sus errores
y su debilidad. Debe jugársela proponiendo una Ley Habilitante que sirva de
cobertura para blindar provisionalmente los acuerdos y presionar en el Congreso
la definición de posiciones.
De esa manera, se aclara el
camino político y la Nación se puede concentrar en los problemas de fondo que
tenemos al frente: modelo y aparato productivo, defensa del medio ambiente,
reformas estructurales en educación y salud, rediseño del Estado y otras.
Lo que se ha demostrado es que es
imposible reformar el Estado y derrotar a los corruptos y guerreristas,
mientras ellos tengan el poder. Para poder hacerlo, hay que sacarlos primero
del gobierno y del Estado.
Y eso se puede empezar a hacer en
marzo y mayo de 2018. La tarea central es, entonces, construir esa unión de los
demócratas. No hay otra tarea más importante. Y es urgente.
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