IVAN MEJÍA ÁLVAREZ Y CESAR AUGUSTO LONDOÑO NO PODRÁN MANTENER EL PULSO
Barranquilla, 2 de
febrero de 2016
El “Pulso del Fútbol”, programa estrella de Caracol Radio en
el área de los deportes que se trasmite a la 1 de la tarde de lunes a viernes,
tiene sus días contados. El formato del espacio radial con Hernán Peláez
Restrepo es muy difícil de lograr, replicar y mantener. ¡Lástima!... dirán los
oyentes asiduos de ese horario.
Era un programa deportivo realmente entretenido. El arte, la
magia y la atracción de ese espacio periodístico consistía en que combinaba investigación,
información, humor, debate e interlocución –no explícita–, entre el dúo de
experimentados y entendidos comentaristas y sus consuetudinarios radio-espectadores.
Y es que César Augusto Londoño no puede reemplazar a Peláez. El
anterior codirector del programa era un artista conteniendo a Iván. Era como un
Beckembauer enfrentando a un Maradona. Lo aguantaba, frenaba con suavidad, no
rivalizaba con él, mantenía una especie de presión y tensión que era el
verdadero pulso entre dos gladiadores. En esa tarea era un maestro insubstituible
el ausente y notable comentarista histórico de Caracol, Hernán Peláez Restrepo.
La audiencia era atraída y hechizada por varios aspectos que
están representados en dos personalidades absolutamente diferentes y
contrarias. El uno es explosivo y sanguíneo; el otro es tranquilo y flemático.
El primero se destaca por sus comentarios incisivos que rayan en la agresión
verbal y éxtasis compulsivo. El segundo basaba su actuación en su memoria
prodigiosa, su sentido práctico, permanente alegría y sentido del humor que se
traducía en comentarios precisos e inteligentes.
Esa conducción del programa entre “mamagallista”, paciente
y muchas veces cínica, era un gran atractivo porque parecía que en algún
momento Mejía iba a estallar contra su colega y amigo. Los momentos de
exaltación histérica de Iván criticando jugadores engreídos, técnicos narcisos
o empresarios corruptos, eran esperados por todos pero, a la vez, se estaba
atento a ver cómo Hernán lograba capotear esos instantes. Eran situaciones de
gracia infinita.
César Augusto no puede hacerlo porque entra en competencia y
rivalidad con Iván. El programa termina asemejándose a la “polémica en los
deportes” en donde Jaime Ortiz Alvear se gozaba a Edgar Perea, pero ese era
otro formato. Pero además, Londoño no tiene la autoridad, tacto y paciencia de
Peláez para contener esa avalancha de energía y disertación que representa
Mejía. Pero en fin, no hay nada eterno en el mundo y todo tiene su final.
El “Pulso del Fútbol” se quedó sin el principal pulso que
era entre Hernán e Iván. ¡Lástima!
E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado
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