EL MOVIMIENTO 24-E Y EL PARO NACIONAL INDEFINIDO
16 de febrero de 2016
El gran acierto de los y las jóvenes que propusieron los 5
puntos de la lucha del 24 de enero del presente año es que es un intento de
superar las luchas “sectoriales” que han sido la constante de las luchas
sociales en Colombia.
Los puntos planteados[1]
son de carácter e interés general. Son reivindicaciones que recogen la
inconformidad generalizada. Esa es su fuerza pero también su debilidad. Mientras
el grueso de los dirigentes sociales no entienda su carácter y pertinencia, no
se avanzará.
Ello se debe a que el movimiento social organizado (sindicatos,
centrales obreras y otras organizaciones campesinas y agrarias) no comprenden inicialmente
este tipo de propuesta. Esas organizaciones se han acostumbrado a organizar luchas
con otro tipo de lógicas.
La dinámica de las organizaciones sociales tradicionales es
organizar un pliego de peticiones o exigencias recogiendo “puntos sectoriales”
que afectan a diversos gremios. Por ejemplo, el pasado paro nacional agrario de
agosto de 2013 recogió, por un lado, las reivindicaciones de los productores de
café, papa, cebolla, leche, etc., que eran coordinados por las “dignidades
agropecuarias”, y por el otro, los puntos de los campesinos, colonos y
jornaleros agrícolas de zonas de colonización y otras áreas marginadas,
liderados por la MIA.
Igualmente, en otras coyunturas se han construido pliegos de
exigencias recogiendo algunas reivindicaciones que son generales, como el de
reducir el precio de la gasolina y el diésel, pero los transportadores le han
dado un manejo sectorial.
Esa estrategia tiene la ventaja de que se logra integrar una
fuerza representativa de diversos sectores sociales, económicos, productivos y/o laborales, pero a la
vez, tiene como gran inconveniente que el gobierno casi siempre logra
desmovilizar a algunos sectores en forma parcial, generando división y
desánimo, para finalmente derrotar políticamente las luchas.
Esta situación se debe en lo fundamental a que pesan más los
intereses económicos sectoriales por encima de los intereses generales del
movimiento popular. Además, no se construye una estrategia conjunta y unitaria,
cada quien actúa como rueda suelta.
Por ello, en ésta ocasión, con la iniciativa propuesta por
los y las jóvenes del movimiento 24-E, se puede cambiar esa dinámica sectorial y
tratar de hacer algo diferente.
Los 5 puntos planteados deben ser vistos con una nueva
visión. Son puntos para generar un movimiento de protesta más potente. Son
reivindicaciones para tratar de movilizar a nuevos sectores sociales no
organizados como los trabajadores del comercio, la informática, el entretenimiento,
los “profesionales precariados”, los trabajadores informales, sectores de clase
media cansados de la corrupción político-administrativa, etc.
Es por ello que hay que pensar en nuevas formas de lucha que
vayan calentando el ambiente. Es más importante que cientos de miles de
personas expresen su inconformidad con un gran cacerolazo o con otras formas de
lucha simbólica a que, se realicen las marchas de siempre, con reducidos
sectores de los trabajadores organizados.
Para hacerlo se requiere mucha voluntad política. Ponernos
de acuerdo. Realizar en todas las ciudades una verdadera campaña de propaganda
e información. Las centrales obreras si lo quisieran, pueden hacerlo en
coordinación con la juventud que quiere luchar. Tienen los recursos y la
infraestructura para hacerlo. Pero tienen que romper con la concepción
predominante.
Hay que pensar en grande. Trazarse un plan de acción.
Programar pequeñas acciones para hacer conocer el pliego único, llamando la atención
de toda la sociedad, convocando a todo el mundo a movilizarse de múltiples
formas, en preparación de un gran Paro Nacional Indefinido.
El paro de un día programado para el 17 de marzo es un paso
adelante pero no es suficiente. Puede ser utilizado por lo más burocrático del
movimiento sindical para salir del paso y a la hora de té, no hacer nada. Se
requiere aprobar un plan de acción conjunto pensando en una acción permanente.
Hoy la lucha contra la corrupción puede ser más movilizador
que cualquier otro pero ligándolo con los demás puntos. Se acaban de robar
4.000 millones de dólares en el negociado de la Refinería de Reficar y para
llenar ese hueco van a tener que aplicar nuevos impuestos.
Además la crisis económica y fiscal se va a agudizar. Si
sabemos trabajar unidos y con creatividad, es mucho lo que se puede hacer. Sin
afanes ni desesperos pero con seriedad y compromiso.
El pliego propuesto por los y las jóvenes del 24-E tiene la
gran ventaja de ser sencillo y simple. Debe ser visto como un pliego para la
coyuntura, propagandístico, movilizador y dinamizador. Debe verse como un paso
en la organización popular. No es todo pero si se construye una fuerza contundente
y se logran pequeños y crecientes triunfos, el “movimiento” irá creciendo.
De eso se trata…!!!
E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado
[1]
Los 5 puntos son: 1. Aumento digno del salario mínimo; 2. No más impuestos contra
el pueblo; 3. Reducción del precio de la gasolina; 4. No a la venta de Isagen;
5. No más corrupción.
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