Francia Márquez del movimiento Soy porque Somos |
Colombia: ¡El pueblo no se rinde,
carajo!
Popayán, 16 de marzo
de 2022
Los resultados electorales del
pasado 13 de marzo/22 reflejan las dinámicas sociales, políticas y culturales que
evolucionan en Colombia. Las fuerzas del cambio lograron importantes avances
mientras las fuerzas del statu quo parecen resistir la ofensiva progresista
y popular. Para hacerlo, recurren con descaro a las herramientas “institucionales”
que han construido durante el largo período de dominación oligárquica que
estimula la corrupción y la trampa, como son la compra de votos, el clientelismo
estructural, los miedos inducidos, la violencia sistémica, las mafias
extorsionistas y el fraude
electoral, que en esta ocasión parece haber sido en grande.
Daniel Coronell en su
reporte periodístico resume lo ocurrido con bastante exactitud: “Los triunfadores
fueron el Pacto Histórico y las maquinarias políticas tradicionales”. Unos, con
el triunfo de Petro y Francia en las consultas presidenciales, y las otras, que
consiguieron mantener sus mayorías en el Congreso aunque con algunos reacomodamientos
y fisuras. Igualmente, la compilación de las cifras que realiza Fernando
Antonio Cuervo en el periódico Desde Abajo muestra los votos obtenidos por
los diferentes candidatos, partidos, coaliciones y movimientos.
En este escrito nos centramos en
lo ocurrido con el Pacto Histórico. Lo relacionado con las derechas y el “centro”
ocurrió (más o menos) lo que previmos en artículo
anterior: Afirmamos que el Centro Esperanza sufriría un duro golpe y que la
coalición de derechas obtendría resultados aceptables.
El Pacto Histórico y el
estallido social
Tabla 1. Votación por la consulta
presidencial del Pacto Histórico por departamento (región)
Departamento |
Votantes |
% del total de votos |
Departamento |
Votantes |
% del total de votos |
|
Amazonas |
5.519 |
10,65% |
Guaviare |
7.682 |
11,87% |
|
Antioquia |
405.740 |
8,00% |
Huila |
120.615 |
13,70% |
|
Arauca |
16.222 |
7,63% |
Guajira |
87.874 |
13,64% |
|
Atlántico |
328.869 |
16,35% |
Magdalena |
143.138 |
13,99% |
|
Bogotá |
1.205.594 |
20,20% |
Meta |
103.698 |
13,28% |
|
Bolívar |
257.611 |
15,24% |
Nariño |
313.171 |
26,54% |
|
Boyacá |
115.342 |
11,58% |
Norte de Santander |
85.247 |
6,57% |
|
Caldas |
75.210 |
9,28% |
Putumayo |
56.476 |
23,36% |
|
Caquetá |
33.350 |
10,76% |
Quindío |
52.712 |
10,80% |
|
Casanare |
33.857 |
11,14% |
Risaralda |
103.257 |
12,38% |
|
Cauca |
269.493 |
26,44% |
San Andrés |
4.240 |
8,25% |
|
Cesar |
143.387 |
16,51% |
Santander |
224.321 |
12,65% |
|
Chocó |
70.781 |
21,25% |
Sucre |
146.514 |
20,04% |
|
Consulados |
47.207 |
5,19% |
Tolima |
126.447 |
11,32% |
|
Córdoba |
216.293 |
16,38% |
Valle |
690.068 |
18,80% |
|
Cundinamarca |
307.624 |
14,86% |
Vaupés |
2.493 |
10,66% |
|
Guainía |
2.733 |
8,56% |
Vichada |
3.493 |
6,56% |
|
Subtotal |
3.534.832 |
|
|
Total |
5.806.278 |
|
Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil (se toman los resultados de todos los votantes incluyendo tarjetas no marcadas y votos nulos, porque muestra que era la intención votar por el PH)
Se puede observar que el
suroccidente colombiano (Nariño, Cauca, Chocó, Putumayo y Valle) al igual que
Bogotá, obtienen porcentajes altos, por encima del 20% del total de votantes habilitados.
En un segundo nivel están los departamentos de la Costa Caribe que superan casi
todos los 13 puntos porcentuales, a excepción de Sucre (la tierra de Petro) que
logró el 20%. En un tercer lugar están los departamentos del centro del país
(Cundinamarca, Tolima, Boyacá, Santander y otros) con porcentajes superiores al
10%. Por último están regiones como Antioquia, Norte de Santander y los
departamentos de la periferia, en donde el uribismo es todavía fuerte, por
efecto, principalmente, de la acción torpe y criminal de las Farc durante el
conflicto armado.
El análisis de las cifras por
región y sector social permite observar un fenómeno que está a la vista. Las
regiones donde el Pacto Histórico obtuvo resultados importantes son las mismas
en donde el estallido social (2019-2021) fue más masivo y organizado. La
participación de los jóvenes y de las mujeres fue la nota destacada pero parece
que en el actual proceso electoral esa participación juvenil y femenina está a
medio camino. Ese es el reto, entusiasmarlos (as) y derrotar la abstención.
La votación por Francia Márquez
y lo que representa para el Pacto Histórico
La candidata por el movimiento “Soy
porque Somos”, Francia Márquez, con una mínima experiencia electoral, obtuvo
una extraordinaria votación de 783.160 votos. Ella es una dirigente social,
afro, ambientalista y víctima del conflicto armado, que se ha destacado en la
campaña por representar a los que llama “los nadies”. Ese resultado
es el tercero (3°) entre todos los precandidatos que participaron en las
consultas interpartidistas, superando incluso a Sergio Fajardo (723.084),
ganador de la consulta del Centro Esperanza, quien ha participado en múltiples
campañas, además de haber sido Alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia.
Ese resultado va a obligar a
Gustavo Petro a designarla como su candidata a la Vicepresidencia, aunque el
candidato progresista argumenta que dicho cargo es una carta de negociación
para ampliar la coalición del Pacto Histórico de cara a ganar en primera vuelta.
Si no lo hace en la actual coyuntura, sería como pegarse un tiro en un pie. Ella
ha planteado con mucha gallardía y dignidad que “no llegó a dicho proceso por
un cargo”, pero, no obstante, luego del resultado obtenido el 13 de
marzo/22, las expectativas entre las comunidades negras de este país, las mujeres
y los jóvenes, es muy alta. Todos y todas van a presionar para que ella sea la
designada, no tanto por la “distinción” sino por el papel que ella puede jugar
en estos dos (2) meses de campaña electoral y hacia el futuro.
Francia ha demostrado que no
tiene techo. Venía creciendo día a día y puede seguir en esa dinámica. Es emocionante
imaginarla con su investidura de candidata a la vicepresidencia recorriendo el
país, la Costa Pacífica y Caribe, moviendo a la gente en los barrios populares
más pobres de las grandes ciudades, haciendo pedagogía política con base en su
propia vida, sus experiencias y palabra, y haciendo un ejercicio político de
nuevo tipo. Esta hermosa y valiente mujer puede hacer una campaña electoral que
va más allá de los votos, porque más que cambiar gobierno lo que necesitamos
cambiar es la sociedad. Esa
fue la consigna de los jóvenes de la movilización de noviembre de 2019, y es
lo que ella ha venido planteando. Francia es la persona y la dirigente que
puede encarnar y conectar el entusiasmo, la alegría y la beligerancia del
estallido social con las dinámicas electorales, y darles un sentido más trascendental.
Sería un ejemplo de lo que hasta
ahora no se ha intentado en Colombia y en América Latina. Se trata de colocar
los procesos electorales “institucionales” al servicio de la lucha directa,
de la organización y de la movilización social, de la construcción de autonomías
populares, “desde abajo”, y a la vez, lograr la participación de millones
de personas en las elecciones, derrotando el abstencionismo electoral. Además, los
dirigentes del Pacto Histórico deben tener en cuenta que en las elecciones de
primera vuelta los acuerdos entre partidos políticos no son determinantes. En esta
fase de la carrera presidencial el voto de opinión es esencial para conquistar a
las mayorías.
Y de llegar a ese cargo, estoy
seguro que su desempeño sería muy diferente a la de todas las vicepresidentas
del mundo entero. Su principal labor sería continuar educando a nuestra gente;
haciendo pedagogía política más allá de lo que es la política tradicional. Con
su ejemplo, su valentía, su producción intelectual que se apoya en sus ancestros
y en su cosmovisión ecológica del cuidado, y con su sencillez y poder de
convencimiento que ya ha demostrado, nos ayudará enormemente a transitar por
nuevos caminos. ¡Sería maravilloso!
La consigna de “El pueblo no se rinde, carajo”, que Francia y las comunidades afro han posicionado en marchas y protestas, ha empezado a resonar con mayor fuerza al interior del Pacto Histórico y de la sociedad. Y así, podremos lograr que -como ella lo dice al final de sus intervenciones- “la dignidad se haga costumbre”.
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