DINERO (CAPITAL) ENSANGRENTADO
Popayán, 16 de enero
de 2020
“No se puede luchar por partes. El sistema
es uno sólo, como uno sólo es el poder que nos oprime y asesina”.
Raúl Zibechi
En Colombia se dicen muchas
verdades y mentiras sobre el narcotráfico y las economías “ilegales” o
criminales; sobre la violencia del Estado, la para-estatal, para-militar, “insurgente”,
delincuencial y “común”, y sobre el asesinato de líderes sociales y
guerrilleros desmovilizados.
Pero la realidad es que crece
exponencialmente el asesinato y la persecución de luchadores sociales. Es un
hecho inocultable y doloroso. Y por ello podemos decir que mientras…
… exista el narcotráfico y se
mantengan las economías ilegales (criminales), la violencia se hará más grave y
compleja y seguirán asesinando a los luchadores sociales;
… exista la política de
prohibición impuesta por el gobierno de los EE.UU., el incentivo del tráfico ilegal
hará que la producción de cocaína sea uno de los negocios más rentables del
planeta;
… los grandes centros financieros
sean los principales actores económicos que se lucran de lo producido por esas
economías criminales y, mientras los
pueblos no enfrenten seriamente ese problema, la violencia prosperará y el
pueblo sufrirá mucho más;
… las economías agrarias y en
general toda la economía colombiana dependa de la exportación de materias
primas (no procesadas), los cultivos de coca, el narcotráfico y la minería
ilegal seguirán creciendo y haciendo daño;
… las organizaciones sociales y
políticas (y las víctimas) piensen que los gobiernos pueden detener esa
violencia (así sean gobiernos progresistas o de izquierda), se le estará
ayudando al gran capital a engañar a los pueblos;
… se continúe creyendo que los
llamados “procesos de paz” son solución al problema de la violencia (como el
que se hizo con las FARC), ese “cáncer” seguirá avanzando;
… el problema estructural no se
aborde con profundidad, el lugar que ocupan los grupos armados que se
desmovilicen será ocupado por otros grupos, cada vez más descompuestos y
criminales.
Lo que debemos reafirmar es que el
Estado colombiano (y sus gobiernos), no tiene la autonomía, el poder o la voluntad
para resolver un problema que es global y estructural, que responde a la crisis
del sistema capitalista y a la decadencia de una civilización patriarcal basada
en el interés individual de enriquecimiento.
Solo los pueblos que hagan
conciencia plena de tamaño reto, pueden auto-organizarse, plantear propuestas
que enfrenten las causas estructurales, y forzar soluciones de fondo tanto con
su movilización masiva, la construcción de nuevas y propias economías y
culturas, y la presión socio-política de tipo global.
De resto (mientras…), seguiremos
colocando los muertos y los capitalistas continuarán llenando sus bolsillos con
dinero ensangrentado.
Nota: México y Colombia son los
mayores ejemplos en América Latina, pero lo mismo ocurre en África y Asia, y en
todo el mundo.
E-mail: ferdorado@gmail.com
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