Alianza Verde: Los mismos números, nuevas ecuaciones
Popayán, 12 de
octubre de 2013
Las recientes palabras de Sergio
Fajardo referentes a su historia con el Partido Verde, dirigidas a la vez para
descalificar la unión con los antiguos Progresistas, dejan mucho qué pensar. [1]
Es evidente que en el Congreso
del Partido Verde hubo una especie de revolución. No sólo rebelión contra los
fundadores (Mockus, Peñalosa, Garzón y Fajardo) sino revolución contra las
formas de hacer política tradicional – bien tirada a la derecha – que
representaba hasta entonces Alfonso Prada y cía.
Tal parece que Fajardo no ha
medido bien lo que ha venido ocurriendo en el país. No ha entendido la
evolución de las personas – especialmente jóvenes – que protagonizaron la “ola
verde”. Ha seguido mirando los mismos números y variables que jugaron en la
vida política del país hace 4 años. Sin embargo, como él lo sabe, la vida está
en permanente movimiento, los números parecen ser los mismos pero las variables
construyen una nueva ecuación.
Hace 4 años los jóvenes de la
“ola verde” tenían un pié en el “uribismo anti-FARC” y otro en el “no todo
vale”. Esa correlación de fuerza estaba bien representada en los “verdes” de
entonces. Peñalosa, como lo ha demostrado siempre ha sido “uribista”, al igual
que la finada Gilma Jiménez. Lucho Garzón aparentaba tirar un poco a la
izquierda pero su pasado en el Polo lo tiraba a la derecha. Sergio Fajardo
había descubierto el “ni-ni” y no pesaba.
Antanas Mockus era el que tenía
que compensar el “derechismo” que se apoderó de los “verdes” para poder jalonar
la “ola verde” no hacia la izquierda pero si hacia el auténtico “centro” que en
ese momento buscaban los jóvenes. Pero no lo hizo bien. En un acto dramático –
que era una especie de “cañazo” – se fue donde Uribe a ofrecerse como cuidador
de sus “tres huevitos” y acabó de quitarle la magia al asunto.
Santos fue más hábil y se mostró
desde la campaña electoral más independiente de Uribe que el mismo Mockus.
Después, ya en la presidencia recogió – más retóricamente que realmente – las
banderas verdes contra la corrupción y las propuestas petristas en favor de las
víctimas y desplazados. Con ese cuento se ha mantenido con precariedad. Después
lanzó su propuesta de Paz que es lo único concreto de su administración.
Al calor de estos hechos los
integrantes y simpatizantes de la “ola verde” quedaron a la deriva. La
derechización del Partido Verde se hizo realidad, Peñalosa lo ratificó en las
elecciones para Alcaldía de Bogotá, los intereses personales se hicieron evidentes
y terminaron en las entrañas de la “Unidad Nacional”.
Era natural que como reacción a
esa tendencia de derecha los cuadros medios del Partido Verde terminaran dando
un leve giro a la izquierda y se encontraran con los Progresistas. Esos dirigente
– que están en contacto con la gente en las regiones –, tienen que haber
sentido el impacto del movimiento estudiantil de octubre de 2011, las
movilizaciones en defensa del Páramo de Santurbán en Santander y otras luchas
ambientalistas, o los recientes paros cafeteros (febrero-marzo/20132) y el paro
nacional agrario de agosto-septiembre de 2013.
Ahora todo depende de las nuevas
directivas de la “Alianza Verde”. ¿Se mantendrán las mismas dinámicas
tradicionales que ha denunciado Sergio Fajardo frustrado y con muy mala leche,
o como ha llamado Claudia López, se hace un esfuerzo de mediano plazo para
construir una alternativa democrática que canalice las energías de amplios
sectores del pueblo colombiano y responda a sus sueños y esperanzas?
En una primera instancia se
observa que el encuentro entre “verdes” y “progresistas” todavía no se asimila
en las regiones. Consolidar ese encuentro no va a ser fácil en medio de una
campaña electoral. Toda clase de oportunismos se van a trepar en ese proyecto y
los sectores más consecuentes con el programa aprobado podrán ser desbordados
en sus esfuerzos.
Las señales que envía la simiente
del nuevo partido es que no va a alcanzar a convertirse en algún tipo de ola.
Eso puede ser positivo para que se tomen las cosas con calma y se actúe en
consecuencia.
Sin embargo, de lograr
construirse un Amplio Frente de Izquierda para competir por la Presidencia de
la República, más de una sorpresa puede aparecer. Las cartas políticas del
establecimiento están divididas y podría haber una posibilidad real de disputar
ese cargo.
Nota: El ofrecimiento que hicieron los antiguos “Progresistas” a
Ingrid Betancourt para que sea candidata al senado por Alianza Verde es
riesgoso. Ella perdió casi todo su capital político por las incoherencias
mostradas después del “rescate perfecto”. Puede restar en vez de sumar. Además,
hoy se expresa más “santista” que otra cosa.
[1] Ver: “No tenemos
principios ni sueños compartidos”: Fajardo. Semana: http://www.semana.com/nacion/articulo/partido-verde-la-gran-frustracion-de-sergio-fajardo/360182-3
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