LO QUE NO PODÍA SER ENTRE ANTONIA E HIPÓLITO
(Antanas y el Polo)
Antonia Verder le dijo a su amigo Hipólito Demos que no pretendía nada formal. Quería su apoyo moral para enfrentar un gran reto que tenía por delante. Nada más. Eran amigos, tenían puntos de encuentro pero sus metas eran distantes. Polito venía de una etapa bastante inestable. Necesitaba reafirmarse. A pesar que ella no quería ningún compromiso formal, él le escribió una carta. Ella accedió a hablar para no parecer soberbia. Al fin y al cabo no le interesaba pelearse con él. Cómo era de preverse “Polito” trató de forzar la situación hasta que a Antonia se le saltó la piedra, que en este caso fue toda una “peñuela”. Allí acabó la conversación. Él para quedar bien con su círculo cercano presentó la situación como si presiones externas le hubieran impedido a Antonia firmar un acuerdo. En realidad, desde un principio todo estaba claro. El error de ella fue conversar sin entender que Hipólito pasaba por un mal momento. Lo que le interesaba a Polito era tener una justificación para no ayudarla. Estaba celoso de su éxito. A la vez, quería hacerse la víctima, presentarse como el novio rechazado por una mujer engreída y mala, a fin de ganar solidaridad entre sus más cercanos. Algunos le han creído, otros le llevan la idea por lealtad. La mayoría van a apoyar a Antonia porque se lo merece. Así por un tiempo el dolorido e inmaduro mozo lo considere una traición.
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