sábado, 12 de junio de 2010

DE REBELDÍAS Y LEALTADES EN EL POLO

DE REBELDÍAS Y LEALTADES EN EL POLO

Popayán, junio 12 de 2010

Son muchas y grandes las enseñanzas obtenidas en la coyuntura electoral de 2010. Para algunos dirigentes del PDA no es momento todavía de evaluaciones. Falta lo mejor, dicen. En una semana ganaremos las elecciones: la abstención será superior al 50%. Son los mismos que afirman que “todo va bien”. Esquivan el debate, temen la controversia colectiva, siempre encuentran excusas y justificaciones para todo. Bueno, habrá que obligarlos a debatir.

Muchos amigos me han sugerido que sustente mi posición de “rebeldía” dentro del Polo en la pasada campaña electoral. He aceptado su consejo por cuanto considero que esta experiencia personal puede ayudar a profundizar el debate sobre el futuro del PDA.

Un acto consciente y deliberado de rebeldía

Me declaré en “rebeldía”, de acuerdo a mi visión, con justificadas razones. Tal decisión fue sustentada en una Carta Pública denominada “¿A qué ser leal?”[1] Resumo: la táctica de Polo, propuesta por Petro, aprobada en la consulta interna de septiembre/09, fue cambiada, fue subvertida. Y lo fue, de una manera burocrática, antidemocrática. Pero lo peor, cuando se pidió explicación, ni siquiera por decencia alguien salió a dar la cara.

Si hubiera tenido pretensiones burocráticas o intenciones “secretas”, hubiera actuado como lo hizo mucha gente. 1’300.000 personas que votaron por Carlos Gaviria hace cuatro (4) años, votaron en primera vuelta por Mockus. En mi caso, era un deber hacerlo de frente. Ese tipo de decisión implicaba mucho más que votar por un candidato de otro partido. Un hecho así, público y sustentado, me permitía explorar y conocer qué tipo de Partido es el que tenemos, qué clase de organización está en la cabeza de quienes hacemos parte de él, y a partir de ese conocimiento contribuir con propuestas para en verdad fortalecerlo. Parece contradictorio, pero es así.

Entiendo las reacciones de compañeros/as que hacen parte de los sub-partidos del PDA (MOIR, PC, y otra gran cantidad de grupos y de siglas). Se sorprenden que un individuo cuestione a todo un partido. Pero de igual manera, acaso unos pocos individuos - el candidato y los integrantes del Comité Ejecutivo -, ¿no violentaron la decisión de unas mayorías que se expresaron en la consulta? ¿Cuál es la diferencia? ¿Hay en el Polo militantes de primera y segunda categoría?

Alguien dijo que en las tormentas se conoce la clase de embarcación que se navega. En estos últimos años, el PDA ha enfrentado una fuerte borrasca. Creo que no ha fallado la madera (bases), ni siquiera el motor (inconformidad) o el mástil (ideario). Estoy convencido que nosotros, la tripulación, en la que me incluyo - así sea sólo como fogonero de caldera -, somos los que erramos. Por ello propongo evaluar, revisar, analizar: “¿Qué nos pasa?”

No había querido referirme al tema para no machacar sobre la herida. Sin embargo, considero que es mucho lo que podemos aprender.

Debo decir para empezar que otros compañeros/as, que representan importantes contingentes partidarios, estuvieron en rebeldía clandestina. Fue una “bajada de brazos” de casi cinco (5) meses, desde el 29 de septiembre, fecha en que perdieron la consulta, hasta finales de marzo/10.[2] Esa “rebeldía” apagada, muda, callada, se convirtió en una fuerte presión para que Gustavo Petro cambiara su posición. No fue una actitud declarada. El único que lo hizo fue Carlos Gaviria cuando afirmó que la “izquierda colombiana se había quedado sin candidato”[3]. He ahí la importancia del tema.

Es decir, mi acto de rebeldía le dice a dirigentes y militantes: “Si vamos a construir democracia participativa en Colombia, ¿no es obvio que empecemos a construir democracia en nuestro propio partido?”

Es claro que una decisión de ese tipo cuestiona directamente la naturaleza de nuestro partido. ¿Qué hacer con quienes se declaran en rebeldía? ¿Deberán ser expulsados, sancionados, o vilipendiados? ¿Quién puede tomar esas decisiones? ¿Es lógico hacerlo?

La composición del Polo

El actual PDA es la sumatoria de personas que militan en grupos y sub-partidos. También participamos personas “sueltas”. Individuos. Todos lo hacemos en forma voluntaria. Es evidente que hay múltiples formas de militancia. Existen “cuadros”, militantes, activistas, y simpatizantes. Otros solo son electores. Muchos compañeros llegan al Polo con decisiones tomadas en sus propios grupos, lo cual entorpece un ejercicio plenamente democrático. No lo hace imposible, pero si lo dificulta, lo enreda, hace lento su funcionamiento, a veces lo paraliza.

Pero el problema principal es más de fondo. Para algunos de los sub-partidos (MOIR, PC) el PDA es un frente electoral. Es una buena definición, que comparto. Sin embargo su comportamiento dentro del partido no se corresponde con esa caracterización. La verdad es que se hacen todos los esfuerzos por imponer dentro del Polo, no sólo sus concepciones políticas – lo cual es normal, es su derecho –, sino también, las formas de comportamiento organizativo que traen desde su propio espacio.

Claro, para los compañeros/as que participan de dichos grupos y sub-partidos, lo normal es que “su comité central” tenga la última palabra. Tal funcionamiento responde a una concepción particular de la lucha, pero no es aplicable para un “frente electoral”. Acá nos toca construir otro tipo de comportamiento en donde, para empezar, todos los militantes estemos en calidad de iguales, se generen espacios amplios de debate y decisión, y el partido sea un germen de democracia participativa.

Si ese aspecto no se resuelve el Polo no va a poder avanzar y canalizar ese espíritu democrático que está pidiendo pista en el pueblo colombiano, y que los “verdes” empezaron a canalizar precariamente en esta coyuntura. No es un problema de los medios, de que nos hacen la guerra, y demás lamentos. Es algo real y concreto que de no solucionarse va a llevar al Partido a una verdadera crisis.

Otras preguntas

Por otro lado, hay que abordar un debate que no se ha dado en el PDA. ¿La participación en las elecciones es sólo un ejercicio táctico para hacer conocer nuestra política utilizando los espacios democráticos que el “Estado burgués” todavía mantiene, como es la clásica formulación de Lenin? O, ¿en las condiciones actuales del mundo y de Latinoamérica, después de tantas experiencias vividas por los pueblos del mundo, la participación en escenarios de gobierno (nacional, regional, local) puede hacer parte de una estrategia de acumulación de fuerzas, “dualidad de poderes”, puntos de apoyo para construir Hegemonía Social Popular? Es decir, ¿tenemos claro el escenario de las elecciones?

¿Estamos de verdad interesados en profundizar colectivamente en esa discusión? ¿Queremos aprender de las experiencias que los pueblos latinoamericanos están obteniendo en sus respectivos ejercicios de lucha? ¿No es acaso interesante la posición de los compañeros del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra MST del Brasil, quienes son muy críticos de muchas de las políticas del presidente Lula, pero en determinadas coyunturas electorales lo han apoyado en las urnas frente a la posibilidad de que otras expresiones políticas de corte “derechista” desplacen del gobierno al Partido de los Trabajadores PT? O, ¿acaso no es importante lo que ocurre en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, El Salvador, Surinam, etc.?

¿En qué escenarios vamos a construir verdadera política partidaria? ¿Seguiremos construyendo un partido en donde los peores vicios clientelistas y politiqueros empiezan a manifestarse a nivel nacional y regional? ¿Seguirá siendo el Polo un partido “eminentemente parlamentarista”? O… ¿todo va bien?

Adenda 1: Una de las mayores incoherencias de nuestra dirigencia se presentó después del 30 de mayo/10. La presidenta del Partido, Clara López e importantes dirigentes del Polo habían planteado reiteradamente que Santos y Mockus eran lo mismo. Entonces, ¿por qué se actúa como si se nos hubiera hecho “una propuesta indecente” cuando Santos los llama a participar de su Unidad Nacional? Luego días antes no le habían propuesto una alianza a Mockus y los “verdes”? ¿Acaso no eran lo mismo? Que alguien explique. (Qué no se vaya a interpretar que estoy proponiendo alianzas con Santos, creo que no había espacios para “alianzas” con nadie, pero sí para apoyos unilaterales y autónomos).

Adenda 2: Estoy seguro que más de la mitad de quienes votaron por Petro, se van a declarar en rebeldía frente a la orientación de la “abstención activa” y van a salir a votar por Mockus el 20 de junio. ¡Póngale la firma!

[1] ¿A qué ser leal?: http://www.proclama.tutierra.net/index.php?option=com_content&view=article&id=2209:ia-que-ser-leal-&catid=93:columnistas&Itemid=37

[2] Incluso algunos militantes del Polo ayudaron con la campaña presidencial de Petro sólo después de que Mockus torpemente atacó injustamente al PDA.

[3] Entrevista de Carlos Gaviria con el periódico argentino Página 12. http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-142278-2010-03-19.html


1 comentario:

  1. Verdaderamente difícil y en veces un dilema la descisión expuesta en A QUE SER LEAL?, ser congruente con lo que se piensa y separarlo de quienes lo piensan, pues la construcción de ideas parte de la visión diferente de cada una de las partes es un ejercicio que resalta la influencia de nuestros valores!
    Concuerdo en lo fundamental con usted, contigo, amigo, hermano, latinoamericano.
    J.G.....El Mexicano... aaaaaaaaaaaaaadiooooosssssilver!!

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