El gobierno de
Petro y Francia frente a América Latina
Popayán, 26 de
mayo de 2022
Estamos en la recta final de la
primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. Todo indica que el próximo domingo 29 de mayo se confirmará la tendencia hacia el cambio político
que se viene percibiendo desde hace varios años y que con el estallido social tuvo
un importante complemento e impulso en 2021.
De acuerdo a todos los pronósticos
y a diversas encuestas publicadas a fines de la semana pasada, lo más avanzado
del pueblo representado por el Pacto Histórico y sus candidatos, Gustavo Petro
y Francia Márquez, obtendrán un triunfo electoral que es inédito en la historia
política de este país, en donde la rancia oligarquía nunca ha sido derrotada
electoralmente.
La expectativa es si el progresismo
obtiene más del 50% de los votos o se debe esperar al 19 de junio para la 2ª vuelta
que enfrentaría a quienes ocupen los 2 primeros puestos. Además, se ha apretado
la disputa por definir el rival de Petro ante el ascenso de Rodolfo Hernández,
un “outsider” que amenaza con desplazar a Federico Gutiérrez, candidato del
continuismo.
El interés por un posible triunfo
del progresismo en Colombia supera las fronteras de nuestro país. El hecho de
que desde hace más de un siglo la casta dominante colombiana sea incondicional
y esté al servicio de la política imperial de USA, hace que esa contingencia
genere gran tensión política en Latinoamérica y buena parte del mundo
occidental.
El ascenso, regreso o mantenimiento
de gobiernos de izquierda y progresistas en Perú, Chile, Honduras, México,
Bolivia y Argentina, sumado a la posibilidad de que Petro gane y que Lula sea
elegido en octubre, hace que las élites (pro) imperiales se pongan nerviosas
ante un potencial acuerdo con los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y
un eventual alineamiento con China y Rusia, en medio de una coyuntura de guerra
en Ucrania.
Es indudable que la elección de
Petro y Francia inyectará un aire fresco a América Latina, tanto a nivel de
gobiernos de izquierda y progresistas como de los movimientos sociales, y aun
cuando su posición no es de enfrentamiento con el gobierno de los EE.UU., va a
ayudar a generar un nuevo proceso de unión entre los pueblos y países, de cara
a problemas comunes que sufre la humanidad como la crisis ambiental y
alimentaria, la estanflación que vive buena parte del mundo y la agudización de
los conflictos geopolíticos ante el debilitamiento del imperio estadounidense.
Las fuerzas políticas que integran
el Pacto Histórico tienen grandes retos y enormes desafíos en el inmediato
futuro. Entre ellos, uno de los principales es impedir que los movimientos y
organizaciones sociales pierdan su autonomía por efecto de la cooptación de sus
dirigentes como ha ocurrido en países vecinos, en donde al ser parte del
“Estado heredado” se han desmovilizado y debilitado las fuerzas sociales y los
mismos procesos de cambio han sufrido retrocesos sustanciales.
El reto inmediato es gobernar y contribuir
con el fortalecimiento de las fuerzas del cambio. Si queremos impulsar la
industrialización del aparato productivo y el cambio de la matriz energética con
fuentes de energía limpias y renovables, la principal tarea será fortalecer y consolidar
las fuerzas económicas, sociales, políticas y culturales que tienen interés en
avanzar en esa dirección.
Las experiencia de los gobiernos
progresistas y de izquierda -un poco en negativo- nos muestran el camino.
Algunos de esos desafíos son: 1. Fortalecer y mantener la unidad interna; 2. Construir
y desarrollar direcciones colectivas; 3. Derrotar tendencias burocráticas
propias y de los aliados; 4. Impedir y/o neutralizar las prácticas corruptas; 5.
No caer en provocaciones; 6. Apoyarse en la gente; 7. Profundizar la democracia
a todos los niveles; 8. Convertir las políticas asistencialistas existentes (subsidios)
en instrumentos de cambio; 9. No confundir Gobierno con Estado y Poder.
Nota: Si Hernández supera a Gutiérrez -haya o no 2ª vuelta- debe leerse en positivo. Sería una enorme derrota para Uribe, Duque y todas las mafias electorales que están detrás de “Fico”. Calificar a Hernández de “uribista” sería un error así ese candidato tenga veleidades autoritarias y tendencias claramente “derechistas”. Otro reto hacia el futuro es impedir el surgimiento de los Bolsonaros o Bukeles en nuestro país. Todo está en nuestras manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario