ENTRE EL DESPERTAR Y
EL DORMIR
Popayán, 26 de diciembre de 2018
Dice Slavoj
Zizek, el filósofo esloveno, que los humanos necesitamos un “Amo” que nos
despierte, nos sacuda y nos haga reaccionar frente a realidades que hemos
aceptado como naturales. “Realidades ideológicas” que nos hacen creer que somos
libres cuando en verdad, estamos más controlados que nunca. Biung-Chul Han, un
filósofo coreano, lo explica de una forma similar en su planteamiento sobre la
existencia de una “psico-política”[1].
La idea es
correcta, pero se complica cuando convertimos a nuestros líderes en verdaderos
amos. Lo peor ocurre porque la casi totalidad de los dirigentes que acceden a
niveles de gobierno (con un mínimo de poder) se creen convertir en “salvadores
supremos” y, en vez de mantener la dinámica de despertarnos, se apoderan de
nuestros sueños y nos adormecen más.
El nuevo
Amo queda entonces preso del “poder” que cree tener, debilita el efectivo poder
popular que surgía desde las bases sociales y se aborta el proceso de
emancipación social. Así, de frente a la frustración, el movimiento iniciado
por ese “Amo” se desborda y se obtiene lo opuesto: un verdadero amo que
concentra el poder y usa la fuerza, ya no para obtener la emancipación sino
para eliminar de inmediato lo que supuestamente nos esclaviza.
En esta
contradicción se puede resumir lo ocurrido con las luchas de nuestros pueblos y
los trabajadores en el último siglo. Construimos un Amo despertador y
liberador, pero al delegarle toda nuestra fuerza contribuimos con su fracaso y
le preparamos el camino al Amo dictador. No importa el personaje en particular;
el mismo Amo inicial puede transformarse en su contrario o puede ser
reemplazado por “otro” que cumpla la función despótica.
Nos
corresponde inventar una forma de apoyarnos en ese amo despertador para
despertar de verdad, pero al ser conscientes que ese proceso es lento y
complejo, no podemos idealizar al Amo, debemos usarlo en su justa dimensión y
papel, hacerle ver que no está en sus manos hacer milagros y que sólo
avanzaremos combinando con mucho tacto y prudencia los esfuerzos que hagamos
“desde abajo” y “por arriba”.
No
obstante, los ejercicios hechos recientemente en América Latina y los que están
en camino (AMLO y Petro), tienen una particularidad que los hace diferentes a
los intentos de Rusia, China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba y Nicaragua. Se
consiguió acceder a niveles de gobierno (un “sub-sistema del Poder”[2]) usando los medios de
comunicación y las elecciones amplias para mantener ese espacio de poder. Es
algo muy importante a tener en cuenta.
Para los
amantes e idealizadores de la insurrección armada la razón de los fracasos o
retrocesos actuales de los llamados “gobiernos progresistas” consiste en que no
han utilizado el poder (la fuerza) con más decisión. Es decir, creen que el amo
despertador debe convertirse de facto (rápido e inmediato) en amo dictador.
Ellos siguen pensando fundamentalmente en los resultados inmediatos, creen que
el capitalismo se puede superar de un momento para otro y que el socialismo se
puede construir por decreto.
Olvidan que
lo principal es construir el camino (siempre caminando y despertando), y que en
el mismo camino, en su calidad y claridad, está incluida la meta. Lo contrario,
es más de lo mismo, simple ilusión.
[1] Zizek, Slavoj (2015). “Menos
que nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico”. Akal.
Byung-Chul
Han (2014). “Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder”. Herder
[2] Dieterich, Heinz. (2018). “El arte
de la transición”. Aporrea
Muy buen Artículo, Gracias por compartir.
ResponderEliminarColchones baratos