DERROTAR A LA CORRUPTELA
VARGAS-LLERISTA
Bogotá, 24 de enero
de 2016
Colombia ingresa en una coyuntura
especial. Se inició la fase final de superación del conflicto armado con las
FARC, se destrabó el diálogo con el ELN y arrancó la carrera presidencial en un
ambiente de amplias expectativas. En las últimas semanas se lanzaron varias
candidaturas presidenciales (Jorge E. Robledo, Claudia López, Piedad Córdoba). El
vicepresidente Vargas Lleras también alista el retiro del gobierno. Todos, de
cara a las elecciones de 2018. Igualmente, las FARC anunciaron que no tendrán
candidato propio pero que en el mes de mayo presentarán formalmente su
movimiento político.
Además, la falsa polarización
entre Santos y Uribe se diluye en forma paulatina. El desprestigio del gobierno
y un relativo desgaste del CD de Uribe, son los aspectos determinantes de esa
situación. La tensión entre ellos se mantiene, pero es un intento de ambos políticos
para no perder protagonismo.
El hecho político más destacado
es el anuncio de que existe la disponibilidad de organizar una convergencia
política entre Sergio Fajardo, Robledo y Claudia López para escoger una
candidatura independiente. Esa posibilidad, por sí misma, es la ratificación de
que la polarización entre el “santismo” y el “uribismo” es cosa del pasado. Faltaría
completar la fórmula con la presencia de Gustavo Petro pero el tema de si se
deben convocar las fuerzas cercanas a las FARC se convierte en un obstáculo.
Por ahora.
El escenario político ha cambiado
dramáticamente en pocos días. El tema de la corrupción ha aparecido con toda su
fuerza. Los escándalos como el de Odebrecht golpean al gobierno y a Uribe por
igual. Los hermanan ante la opinión pública. Diversas iniciativas desde el
campo democrático (referendo para bajar sueldos a congresistas y consulta popular
anti-corrupción) han obligado al presidente a proponer leyes para atacar el
problema (http://bit.ly/2jUJkeT). Nadie le
cree. Su entorno es corrupto y corruptible.
La clave de las decisiones a
futuro está en identificar la estrategia de las clases dominantes. Santos juega
doble. Amaga hacia la izquierda para dividir a las fuerzas democráticas pero le
da todo el respaldo burocrático y presupuestal a la derecha. En realidad, Vargas
Lleras es su fórmula “despolarizadora”. Este candidato cuenta con el apoyo de
los más importantes potentados económicos y el grueso de los grandes
contratistas del Estado (uribistas y santistas). Es la carta política para
superar la polarización por la vía reaccionaria y burocrática. Vargas Lleras
aspira a recoger las banderas anti-farianas de Uribe y, a la vez, se compromete
a cumplir los acuerdos “con firmeza y sin ninguna concesión al terrorismo”.
Es por esa situación que las
fuerzas democráticas –si en verdad quieren disputar la dirección del Estado en
2018– deben consolidar la convergencia democrática (social y ciudadana),
deslindándose en forma absoluta de Santos, Uribe y las FARC. Pero claro, deben
hacerlo con absoluta claridad, identificando con toda precisión por qué lo
hacen, explicando sus razones con criterios elaborados, con actitud pedagógica,
sin odios ni resentimientos.
En realidad, la tensión entre Santos-Uribe es cosa
del pasado, es artificial y artificiosa. La
verdadera polarización hacia 2018 debe ser entre las fuerzas sanas y éticas de
la Nación y la corruptela santista-uribista que hoy encabeza Germán Vargas
Lleras.
Algunas fuerzas políticas –obsesionadas
y atadas al pasado– no ayudan con el propósito planteado. Tiran hacia atrás.
Deslindarnos de ellas no es obra de un rechazo sectario, solo es una necesidad
práctica. Nada más.
Nota: En próximo artículo abordaré con visión histórica y
con el mayor detalle la respuesta a una de las preguntas del momento: ¿Por qué
las fuerzas democráticas deben en esta coyuntura deslindarse del movimiento
político que organicen las FARC? Es un tema delicado y difícil que requiere de
la más absoluta rigurosidad y altura. Espero lograrlo.
Muy buena descripción del escenario electoral por venir. Vargas Lleras es el candidato de esa parte del Establecimiento que a regañadientes recibe el fin del conflicto y desde donde se reproduce el ethos mafioso y la corrupción. Duro será derrotarlo. Hay que votar contra Vargas Lleras (Uribe, Santos y demás). Saludos
ResponderEliminarGermán Ayala