¿POR QUÉ EL GOBIERNO PERMITE QUE LOS CRIMINALES URIBISTAS HUYAN AL
EXTERIOR?
Popayán, 23 de enero de
2015
El movimiento campesino del Cauca acaba de demostrar que el
dilema entre saber diferenciar a Santos de Uribe y a la vez, identificar sus
coincidencias, se puede resolver. Acaba de movilizarse masivamente contra los
decretos "autonómicos" que Santos le aprobó demagógica y
oportunistamente al movimiento indígena pero no se alió con las fuerzas
uribistas que quieren utilizar ese problema para alentar el conflicto entre
indígenas y campesinos. ¡Es un paso práctico de enorme importancia y en la
dirección correcta!
&&&&&&&&&&&&&
La tarea central en este instante frente al
"uribismo" es entender el porqué ha logrado influir en amplios
sectores de nuestro pueblo. Era lo que intentaba hacer William Ospina pero – de
pronto – no supo plantearlo con toda precisión en su artículo "De dos
males" (http://bit.ly/1px15NY).
Santos tiene una buena dosis de "uribismo". Toda la
oligarquía y la casta política tradicional de Colombia se le plegó a Uribe en
años pasados. Eso no podemos olvidarlo. Lo utilizaron conscientemente y fueron
cómplices de sus crímenes.
Cuando llamamos a "votar por Santos contra Uribe" lo
hicimos no para "lavarle la cara a Santos" sino para empujarlo en la
tarea de firmar la terminación del conflicto y despejar el camino para
facilitar el protagonismo de la sociedad y el pueblo organizado. ¡Nada más!
Como dice un compañero socialista: ¡Ninguna ilusión en la Paz de Santos!
Ahora – que Uribe y sus cómplices – están de huida, hay que
desenmascarar el entroncamiento, el entrelazamiento, la imbricación, entre el
establecimiento oligárquico y el "uribismo paramilitar". ¿Por qué
dejan que los criminales y cómplices de Uribe se vayan al exterior? Porque al
gobierno de Santos no les conviene apresarlos y que prendan el ventilador.
¡Saldrían salpicados! Por eso es que no encauzan seriamente al mismo Uribe...
¡le temen!
Uribe ha conseguido mantener su influencia entre un buen
sector del pueblo porque se muestra como "anti-oligárquico", sabe
camuflarse como "fuerza de oposición", explota las emociones y
sentimientos vengativos que ha acumulado nuestro pueblo, y la única forma de
desenmascararlos (tanto a Uribe como a Santos) es presionando a Santos para que
liquide el "uribismo" que está dentro del Estado y dentro de la
Unidad Nacional.
En el Cauca la alianza "santista" que encabeza el
Gobernador Temístocles y Aurelio Iragorri (viejo y nuevo) está plagada de
"uribistas camuflados", gente que de frente y por debajo de cuerda estuvo
con los paramilitares, los contrataron y trajeron al Cauca, les entregaron el
sector de la Salud, pelecharon y se robaron los recursos del Estado con ellos.
Los García Valencia, González y Chaux Mosqueras, todos ellos y muchos más se le
vendieron a los narcotraficantes y realizaron crímenes contra el pueblo
(masacres, estafa de Probolsa y demás). Ahora quieren posar de abanderados de
la "Paz". ¡Nada más falso y engañoso!
Por eso, la clave de la política actual sigue siendo saber
diferenciar a Uribe de Santos pero a la vez identificar sus profundas
identidades. El primero necesita de la guerra para sobrevivir políticamente, el
segundo quiere una Paz a la medida de las transnacionales capitalistas. Uribe
posa de anti-oligárquico, no lo es y nunca lo ha sido. Santos posa de
"pacifista", no lo es y nunca tampoco lo ha sido.
El pueblo engañado por el uribismo debe ser atraído a la causa
democrática y de las transformaciones que requiere nuestro país, con base en
propuestas relacionadas con su situación económica y social, pero debemos
hacerlo desde una absoluta independencia y autonomía con respecto a las fuerzas
insurgentes y a sus cercanos amigos. (Por
ello la necesidad de un Nuevo Proyecto Político).
&&&&&&&&&&&&
Hay que pensar y re-pensar la complejidad de nuestra Colombia.
Somos una sociedad sumamente compleja, por algo somos la tierra del
"realismo mágico". Producimos unos fenómenos únicos: un Partido Comunista
que se opuso al principal caudillo popular del siglo XX, Jorge Eliécer Gaitán;
un Rojas Pinilla, el único dictador populista latinoamericano de origen
conservador; la única guerrilla comunista que sobrevive en el siglo XXI; y el
único presidente paramilitar y mafioso del Sudamérica, Álvaro Uribe Vélez, que
emula en crímenes a Pinochet y a Fujimori pero que ha logrado sobrevivir
políticamente. Sigue siendo una amenaza para el pueblo y para construir
democracia en Colombia, porque logró comprometer en sus acciones al grueso de
la oligarquía colombiana y al mismo imperio estadounidense, y a la vez, se
presenta como un enemigo de la rancia oligarquía bogotana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario