El burdo montaje del “atentado iraní” muestra que…
EL MONSTRUO IMPERIAL SE ASUSTA CON EL “OTOÑO ESTADOUNIDENSE”
Popayán, 13 de octubre de 2011
Que una auténtica rebelión popular coja fuerza en el seno de la metrópoli capitalista es un hecho de dimensiones históricas. Su trascendencia es mayor porque ocurre en medio de la decadencia de los EE.UU., cuando hace crisis su modelo de vida ante los ojos del mundo.
A Obama se le han acumulado uno y mil problemas. Su situación interna es frágil y a nivel internacional el panorama no es el mejor. Es recurrente en la historia de los EE.UU. que – en períodos de crisis –, los gobiernos del Partido Demócrata se conviertan en herramientas de la derecha cavernaria.
El principal problema que tiene la oligarquía financiera mundial – representada por el presidente de los EE.UU. – es la posibilidad de que la “primavera árabe” que tanto dicen apoyar, se les convierta en un “otoño gringo”. Todo apunta a que una rebelión popular “prenda mecha” en el corazón del monstruo imperial.
Primero, minimizaron la protesta: “Es una turba de ‘hippies’ y vagabundos (scumbag)”, dijeron. Después, al ver que el movimiento crecía, trataron de asustarlos y correrlos con represión. Ahora, que su lucha obtiene apoyo y difusión masiva, se apresuran a utilizar la “carta terrorista”.
La reacción imperial-financiera
Como el grito de “Tomar Wall Street” y “Somos el 99%” retumba por todos los rincones de los EE.UU., el chantaje del “enemigo externo” vuelve a ser la herramienta para atemorizar al pueblo norteamericano. Era previsible.[1]
Se puede afirmar que el “complot iraní” para asesinar al embajador de Arabia Saudita es un burdo montaje del Departamento de Estado de los EE.UU., que será usado para atacar o neutralizar a sus contradictores (“enemigos”), adentro y afuera de su territorio.
Necesitan hacer creíble la “amenaza iraní” porque el “espanto islámico” ya no atemoriza a nadie. Asesinaron a Osama para revivir a Obama[2], pero la fórmula no funcionó.
Ahora juegan a cuatro bandas: Se muestran como víctimas; acorralan al gobierno sirio; ponen en la mira a los aliados de Ahmadineyad – incluyendo a Chávez y a Evo Morales –; y fortalecen su alianza con Arabia Saudita, ya sea para impedir la caída de los gobiernos de Yemen y Bahréin o para propiciar una “salida digna” de los autócratas.
Es importante entender que ese juego macabro – en lo fundamental – es para uso interno (doméstico). No pueden permitirse el más mínimo desorden en su propio patio. No se trata de menospreciar la fuerza político-militar que conserva el imperio, pero el aspecto principal de la actual situación es la coincidencia en el tiempo entre la pérdida de su hegemonía a nivel mundial y la profundidad de la crisis sistémica del capitalismo.
La jugada de mano “anti-terrorista” tiene por objetivo acusar a los protestantes neoyorkinos y de cientos de ciudades donde se realizan manifestaciones contra Wall Street de ser agentes del terrorismo internacional y enemigos de la “patria estadounidense”.
Ya veremos a la prensa capitalista calificando a los “indignados gringos” de ser apátridas y “anti-norteamericanos”. Las primeras voces republicanas van en esa dirección.
Lo que desnudan estos hechos es la tremenda debilidad política de la élite imperial.
Nuestra respuesta
No es entrando en su juego como podemos derrotarlos. El movimiento debe ratificarse en el pacifismo y el apartidismo. Las lecciones de España son provechosas, deben asimilarse.[3]
Se debe ratificar que luchamos por más, mayor y mejor democracia. Es una consigna para todos los pueblos, países y regiones de la tierra.
No estamos alineados con tal o cual bloque de poder. La mafia financiera es de carácter internacional y los falsos nacionalismos sólo sirven para engañar a los pueblos.
La unión de los pueblos y de los trabajadores es la única garantía de Paz y Bienestar para la humanidad. Al imperio no se lo derrota alentando la guerra con más guerra.
La prueba de fuego está en territorio estadounidense. Los demócratas de Obama aspiraban “cooptar” el movimiento pero ya se dieron cuenta que no lo van a poder hacer.
De la forma como se responda a los ataques virulentos que están por venir, dependerá el futuro de la lucha. Ésta protesta ya ha obtenido un éxito impresionante que era inconcebible hasta hace unos pocos días, pero es muy importante que se sostenga, expanda y fortalezca.
El llamado a protestar a nivel mundial el próximo 15 de octubre es una buena iniciativa pero se corre el riesgo del apresuramiento. Los motivos de las movilizaciones – aunque tienen una causa sistémica común – tienen particularidades nacionales que los alimentan.
Es preferible que el fuego coja fuerza quemando leña de cada bosque. El incendio global sólo prenderá cuando las fuerzas organizadas de cada país vayan decantando su experiencia y la coordinación que surja tenga combustible propio (local, regional, nacional) para arder con suficiente fuerza y permanencia. De resto, puede ser “llamarada de hojalata”.
Nota: La aprobación de los TLC con Corea, Panamá y Colombia es un “aletazo” más de un imperio que da palos de ciego. Mientras habla de “libre comercio” prepara la guerra comercial contra China.
[1] Ver: “El monstruo imperial afila sus garras”. http://alainet.org/active/49101
[2] Ver: “Asesinan a Osama para “revivir” y “rehacer” a Obama”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=127902
[3] Ver escritos de José López Sánchez en Rebelión.
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