Concentración con jóvenes en Bogotá y encuentro con el pueblo Misak |
El Pacto Histórico y las “otras
democracias”
Popayán, 7 de octubre de 2021
En Colombia estamos ad portas de elegir
el primer gobierno “de ruptura” desde que surgió este país a la vida como una
supuesta república independiente en 1819. Las fuerzas sociales y políticas, y los
dirigentes comprometidos con el denominado “Pacto Histórico” (PH) -encabezados
por Gustavo Petro- tienen la oportunidad de empezar a cambiar realmente esa
historia.
Ese proceso se está concretando en
una múltiple y variada confluencia de fuerzas políticas y sociales. Esa es
la particularidad y el acontecimiento que se destaca en la actualidad. En
ese espacio se están encontrando sectores políticos de izquierda, progresistas
y liberales independientes con diversas expresiones del movimiento social que participaron
en el reciente “estallido social”.
Se debe resaltar que la mayoría
de candidat@s que participarán
en la consulta popular del Pacto Histórico en marzo de 2022, son dirigentes
formados en el movimiento social y en la lucha política que confrontó durante
los últimos 40 años la política de neoliberal que impuso la oligarquía con ocasión
de la Constitución de 1991. Han luchado contra la privatización de las empresas
estatales y de los servicios públicos, el despojo de tierras a los campesinos,
los megaproyectos depredadores de la naturaleza, el paramilitarismo criminal, y
por paz y democracia.
En los primeros ejercicios
públicos que se realizan para posicionar ese esfuerzo de “juntanza” (como dice
Francia Márquez), entre los que se destacan las concentraciones masivas de
Cali, Barranquilla, Popayán, Pasto y Bogotá, se nota el esfuerzo por mantener
el espíritu del estallido social, en donde los jóvenes han sido los principales
protagonistas. Igualmente, se hace un importante trabajo pedagógico por divulgar
las principales propuestas del Pacto Histórico.
Así mismo, se vienen realizando
una serie de encuentros (unos más visibles y amplios, otros menos publicitados
y sectoriales) con importantes sectores de la sociedad como los pueblos
indígenas (nasas, wayuu, misak), sindicalistas, comunidades negras, empresarios
de diferente tipo y otros, lo que implica un esfuerzo importante que más
adelante dará sus frutos.
Es indudable que ese encuentro
entre “lo social” y “lo político” genera una serie de tensiones entre los
participantes en el Pacto Histórico. Lo interesante del asunto es que dentro de
esas mismas concentraciones y encuentros se empiezan a construir “otras formas
de democracia” que serán decisivas para tratar de “gobernar” este conflictivo e
ingobernable país, en la medida en que se logre llegar a la Presidencia y se
consiga una importante representación en el Congreso.
Con ocasión de que se empiezan a
hacer visibles esas “otras democracias” en el proceso de construcción del Pacto
Histórico (directa, ilustrada, representativa-designada, deliberativa, plebiscitaria,
consultiva, etc.) que son formas de democracia desdibujadas y casi anuladas por
la “democracia-liberal” (que es de carácter “eleccionario”, en donde el pueblo
delega su poder y entrega una serie de privilegios a los elegidos), planteo las
siguientes ideas (en forma sintética) para intentar alimentar el debate dentro
de ese proceso y encuentro político-social.
Otras democracias y sus orígenes
históricos
Antes de avanzar es importante
presentar una breve idea de lo que son cada una de estas “otras democracias” y
su vigencia actual.
La “directa” no es solo la
asamblea popular (“ágora”) sino la misma movilización social (el paro, la
huelga, la minga, la protesta, el plantón o mitin, el bloqueo, etc.). La “ilustrada”
va desde el consejo de sabi@s
o ancian@s hasta
los centros de pensamiento, núcleos de expertos y demás formas de producción
colectiva de conocimiento (¿partido?). La “deliberativa”, “plebiscitaria” y “consultiva”
son formas de participación comunitaria con diversa connotación según su
aplicación.
Es importante recordar cómo la
revolución francesa (1789) fue una verdadera revuelta popular y proletaria pero
dirigida por la burguesía. Esa clase dominante que reemplazaba a los señores
feudales reinventó la democracia griega y la “puso de cabeza” porque necesitaba
presentar el “poder monárquico” de los nuevos reyes capitalistas (y sus
representantes políticos) con cierto aire de igualdad, fraternidad y
solidaridad.
Inventaron la “democracia liberal”
que es fuertemente representativa y eleccionaria. Así, relegaron y anularon la
democracia directa y otras formas de democracia. Descartaron las formas de gobierno
que mantenían el espíritu de participación popular como era la “representatividad
designada”, en donde los funcionarios (“magistrados”, funcionarios, burócratas)
eran controlados por el pueblo, sus cargos eran revocables, no tenían privilegios,
y así, crearon una “falsa democracia” en donde el pueblo (ahora, ciudadanos
individuales) entrega su poder a los “elegidos” y “electos”.
La revolución rusa también fue un
alzamiento proletario y campesino (1917). Fue dirigido por la pequeña-burguesía
que fue cooptada por el poder autocrático-burocrático “heredado” del zarismo.
Ese sector de clase desde su ejercicio de poder acabó con lo poco de democracia
directa, ilustrada y representativa que estaba surgiendo en los “soviets”
(comités de obreros, campesinos y soldados). De esa manera impusieron “desde
arriba” la disciplina taylorista del trabajo fabril creyendo ingenuamente que
estaban construyendo el “socialismo”.
En realidad, mediante ese “sistema
socialista” impulsaron una especie de acumulación forzada de Capital, que
cuando agotó todas sus posibilidades, cuando se desintegró la URSS a partir de
1989, fue expropiado y apropiado (robado) por la nueva burguesía burocrática
gran-rusa que surgió en ese sistema llamado “socialismo real” o “capitalismo de
Estado”. En esa experiencia de “construcción de socialismo” todas las “democracias”
fueron desconocidas y anuladas.
Hoy en el mundo la democracia
representativa-eleccionaria ha quedado reducida a sostener una burocracia
parasitaria totalmente subordinada al gran capital financiero y especulativo.
En América Latina y recientemente en Grecia y España, los pueblos y los
trabajadores han intentado utilizar esa “falsa democracia” para realizar
transformaciones importantes en sus sociedades y países.
No obstante, lo han hecho sin
desarrollar esa esas “otras democracias”, e incluso, en medio de su inexperta gestión
del Estado “heredado” (capitalista, colonial, burocrático, etc.), lo que han logrado
es debilitar (cooptar, burocratizar) los procesos de organización y lucha
popular que sirvieron para encumbrar a algunos dirigentes en posiciones de gobierno (se debe recordar
siempre que el “gobierno” sólo es un “subsistema” dentro del aparato de poder
del Gran Capital).
Esperemos que la experiencia de
Pacto Histórico en Colombia continúe avanzando con los procesos de organización
popular que se manifestaron en el “estallido social” y con los esfuerzos por
desarrollar esas “otras democracias” (directa, ilustrada, deliberativa, etc.) que
están apareciendo en forma creativa en medio de la construcción de esa juntanza
político-social.
Seguramente la tensión entre quienes privilegian la “democracia representativa” y quienes aspiran a empoderar las “otras democracias”, va a seguir apareciendo al interior de las fuerzas participantes. Lo importante es que se avanza por un terreno nuevo, en donde se puede aprender mucho, siempre y cuando, el debate fraternal y la paciencia sirvan para unificar las fuerzas y aclarar el camino.
Así de claro debiéramos poder ver todo el aparato apreciado Fernando. Ojalá estas palabras lleguen donde son necesitadas, tanto en los espacios de poder, y que el pueblo lss comprenda, como en las dirigencias, para que no se confundan
ResponderEliminar///ESTÁ PUESTO EN DEBATE.
ResponderEliminarEste artículo es para compartirlo.
Todo bien clarito sobre todo para los que por primera vez se acercan a los procesos sociales en contexto emancipador y que de academia, estudio, investigación, hrupos de estudio, etc mas vien poquito o nada de historia política. Lo anterior conduce a que el modelo mental impuesto hegemonicamente durante 500 años y que algunos denominados nan eurocéntrico, les direcciona al pensar y hacer como lo dicta la institucionalidad dentro de la cual se inscribe la descrita de la Revolución Rusa, es decir la visión teocrática y totalitaria de un Partido y en el un Comité Central y en él el caudillo en quien se delega la totalidad del Poder politico de la sociedad. Aquella Democracia Directa única y antagónica a la Democracia Representativa, bien eleccionaria o autodeclarada sólo se dá en el contexto de la alternatividad emancipatoria y por ende no complementaria de aquella Democracia de la Representatividad.
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