“EL MÁS ALLÁ”
(relato - no poema)
Popayán, 28 de
febrero de 2020
Cuando era joven
Conocí a un personaje
Que a punta de misterio
Y pose de mago o brujo
Engañaba a todo el mundo
Él aparentaba tener un vínculo con el “más allá”
Pero realmente no sabía nada y solo quería ser importante
Por ello no mencionaba nada con nombre propio
Pero daba señales sutiles que alimentaban esa creencia
Entre quienes creían en ese “más allá”
El personaje aquel era inmutable e indescifrable...
Cuando alguien impaciente le insistía con preguntas
Sobre cómo llegar a la meta y cumplir su sueño
Él lo miraba con un gesto de lástima y no decía nada
Solo sonreía en forma enigmática
Poco a poco el personaje se fue quedando solo
Pero a lo largo del tiempo mantuvo su actitud impenetrable
Se había acostumbrado a ella, observando y gozando con
picardía
La inseguridad y la incertidumbre de los demás
Sin tomarse en serio la existencia o no, de un “más allá”
No obstante al final de sus días, cuando ya veía el final
del camino
Quiso anunciar a grandes voces que él no sabía nada
Porque no quería irse quedando en deuda
Con aquellos que había engañado en forma tan miserable
Y que por esa causa habían terminado desconfiando de él
Pero en realidad...
Le martirizaba que él tampoco sabía si existía o no “más
allá”
Y al acercarse a la muerte como todos los demás
Empezó a sentir miedo, temor al “más allá”, horror a lo
desconocido
Y quería morir tranquilo sin ese remordimiento en su alma
No obstante, no pudo hacerlo...
Se dio cuenta que entre más afirmara que no hay “más allá”
Los demás se aferrarían obsesivamente a esa idea
Porque ahora que estaba convencido de su ignorancia
Entendió que eran ellos los que lo habían construido a él
Y así, al hacer ese descubrimiento
El hombre misterioso pudo sonreír abiertamente...
Reía a carcajadas como nunca, sin enigmas ni poses
Mientras todos lo observaban con gran preocupación
Ellos veían en esa alegría, una amenaza latente del “más
allá”
Pensaron que se iba a ir sin revelarles el secreto
Y entonces, no aguantaron la incertidumbre
No aceptaron la supuesta felicidad de quien los engañaba
Veían en esa aparente alegría la confirmación de que “él si
sabía”
Y lo envidiaron y odiaron de una forma oscura y aterradora
Y, por eso... ¡lo mataron!
Así, el “más allá” había llegado antes... para todos.
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