AMLO y Slim salvan a la 4ta Transformación (Artículo http://cort.as/-P5ak) |
Popayán, 2 de septiembre
de 2019
El principal teórico del “Socialismo
del Siglo XXI”, Heinz Dieterich Steffan, ha lanzado a nombre de la alianza entre AMLO y SLIM en México, una
ofensiva ideológica y política contra los indígenas del sur de México (“neo-zapatistas”)
que resisten la ofensiva del gran capital y se defienden frente al despojo y al
arrasamiento de su territorio. También, ataca a sus aliados a quienes califica
de “mercaderes de derechos humanos” y de “ultraizquierda dogmática”.
El capitalismo global desde hace
varios años impulsa una ofensiva contra los pobladores del sureste de México. Ahora
lo hace con más estrategia y arrogancia, que se concreta en un cerco a todo
nivel: 1. Economía del narcotráfico; 2. Megaproyectos; 3. Programas
institucionales de la 4ª Transformación de AMLO. Es lo mismo que ocurre en
Suramérica. A nombre del progreso y la prosperidad arrasan con ecosistemas,
tierras y pueblos indígenas, sin ningún rubor.
El narcotráfico divide, descompone
y degrada a las comunidades, ya sea con dinero, chantaje o violencia estructural.
En México se apoya en las mafias mexicanas que tienen gran experiencia desde
cuando reemplazaron en ese negocio a las mafias colombianas. Los megaproyectos
energéticos y de infraestructura se colocan al servicio inmediato de los agro-negocios
y del turismo global pero, a mediano y largo plazo, la meta es controlar los inmensos
y ricos recursos de agua y biodiversidad que existen tanto en la Selva
Lacandona como en la Amazonía, Orinoquía, el Gran Pantanal y el Acuífero
Guaraní.
En el caso de México, ese cerco
envolvente contra los pueblos chiapanecos que han decidido construir en su
territorio “otra forma de vida”, se hace utilizando la economía capitalista
formal y no formal, legal e ilegal, “nacional” y “transnacional”, y como
cobertura se utiliza la política denominada como la 4ª transformación de México
(AMLO).
El “desarrollismo progresista” de
Dieterich, es la misma fórmula que lidera la burguesía globalista china que a nombre
de su pueblo y de Marx, aplica el “capitalismo asiático” (economía neoliberal +
autocracia “comunista”). Según el sociólogo de la UNAM, por el solo hecho de que
China compita con parcial éxito con los EE.UU. y Europa en el campo de la
reproducción del capital, debemos considerar a ese país y a su dirigencia (Xi
Jinping) como la vanguardia
de los pueblos oprimidos del mundo entero.
En esa dinámica, el “ideólogo”
del “socialismo del siglo XXI” concluye que los indígenas neozapatistas y todos
aquellos que los apoyan, son agentes de una versión nueva de la “revolución de
colores” contra AMLO. Así, coloca a Carlos Slim como el abanderado de la
prosperidad que sacará de la pobreza a los mexicanos. Lo que no puede explicar
es cómo ocurrirá tal cosa o por qué toda la riqueza de los multimillonarios,
sean de México, China, Rusia, EE.UU. o Europa, lo único que generan es pobreza, depredación,
despojo y guerras.
Dieterich cae en una distorsión
de valores. Es una especie de “delirio neoliberal” tipo Deng Xiaoping (1978), que
puede llevar a que la 4ª Transformación requiera su propia “Masacre de
Tiananmen” (1989) o su “Matanza de Tlatelolco” (1968), para barrer de la faz de
la tierra a quienes no quieren el “bienestar” que ofrecen los gobiernos “desarrollistas”.
Según este “teórico”, el PIB de México debe crecer al 4% para poder sacar a los
pobres de la miseria.
En gran medida es el mismo proceso
que ha ocurrido en la Amazonía y Orinoquía, hoy en cabeza de Jair Bolsonaro
pero, ayer, alimentado por los gobiernos “progresistas” que le dieron (y le dan)
“viento y aliento de izquierda” al fuego de los agro-negocios y megaproyectos,
tanto en Brasil como en Venezuela, Bolivia y Ecuador. Así, podemos decir: “Nadie
sabe para quién trabaja”.
Son las distorsiones que los
pueblos y trabajadores sufrieron con los “socialismos del siglo XX” o “socialismo
estatistas” o “socialismos desde arriba”, que en aras de lograr los objetivos
de los “planes quinquenales”, la “industrialización acelerada”, la “emulación
de Occidente”, se sacrificaron durante décadas para dejarle a las nuevas
generaciones un “paraíso terrenal” o el “comunismo”, y terminaron construyendo
un sistema burocrático y parasitario que cuando se derrumbó se convirtió en el “reino
de los nuevos multimillonarios”.
Es necesario que los pueblos
indígenas chiapanecos y aliados mexicanos e internacionales, impulsen una
estrategia que involucre al resto del pueblo mexicano; que para “romper el
cerco” se desarrolle una verdadera “batalla de ideas” en los más amplios espacios
de México y el mundo. Es indispensable que no se dejen arrinconar en su
territorio sino que hagan valer su papel de cuidadores y protectores de la
naturaleza.
Lo que está en juego no es solo la
“selva” y sus recursos. Lo que está en desarrollo es un verdadero exterminio
étnico y social, que utiliza un “cerco ideológico y real” que avanza a pasos
agigantados. Está muy bien lo
que han hecho recientemente los pueblos “zapatistas” y aliados locales, que
amplían consistentemente su control territorial con fuerzas organizadas, pero
ante tamaña ofensiva, no es suficiente. El “cerco” es sistémico y mortal.
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