Sun Tzu, el arte
de la guerra y los “tanques de pensamiento” del imperio
GUERRA POLÍTICA Y ECONÓMICA EN VENEZUELA
Popayán, 8 de
diciembre de 2015
En las elecciones parlamentarias
de Venezuela, la oposición no sabe cómo ganó y el “chavismo” no tiene idea de
cómo perdió. Ambos no se la creen. Los unos ganaron más de lo que pensaban y
los otros perdieron más de lo calculado. Pronto los asesores de Primero
Justicia, pagados por la NED y la USAID, reclutados por los “tanques de
pensamiento” de Miami, Madrid y Bogotá (de Santos, no de Uribe) le explicarán a
Capriles, Borges y Ocariz, que fue lo que ocurrió. Maduro algo sospecha.
Los gringos utilizaron las
mejores herramientas y enseñanzas de Sun Tzu. “Someter a tu enemigo sin
combatir”. Esa es la meta del excelente guerrero. Es el colmo de la habilidad.
Seis
estrategias y enseñanzas de Sun Tzu
Primero, desde el marco
internacional armaron una estrategia propagandística de amplio espectro e
impacto. Utilizaron a Lilian Tintori para convertirla en una celebridad, una
víctima del oprobioso régimen “chavista” o “castro-comunista”. Era la punta de
lanza mediática usando la imagen de mártir de su esposo encarcelado. Claro, el
gobierno bolivariano dio ese tremendo “papayaso” y el imperio no lo iba a
desaprovechar. Ella y “sus hijitos” iban a ser la imagen de la injusticia y la
dictadura. “Sustituye las banderas y estandartes de tu enemigo” enseña el
estratega chino
Segunda estrategia. Hacerle creer
al gobierno “chavista” que iban a hacer una campaña nacional al estilo
tradicional. Con vallas, propaganda televisiva y demás, para convertir esa
jornada en un plebiscito destituyente. Por eso no firmaron el acuerdo para
aceptar los resultados. Amagaron con repetir la “vieja” estrategia de cantar el
fraude electoral si perdían. Con ello obligaron a Maduro a encabezar una
campaña nacional de tipo plebiscitario cuando ellos sabían que si el PSUV
hubiera hecho una campaña centrada en cada candidato de distrito o por lista,
ellos perderían. Un Maduro desgastado por la “guerra económica” era el peor
acompañante para los candidatos “chavistas”. Es decir, jugaron con la fuerza
del gobierno: “Atrae a tu enemigo al terreno que escojas”, dice Sun Tzu.
Tercera estrategia. Invisibilizarse.
Desaparecerse del escenario mediático nacional. Hacer ver –por contraste– el
poderío propagandístico de los candidatos del gobierno, que todo el mundo sabe
o se imagina que son financiados con dineros del Estado, mientras ellos fungían
como unos menesterosos candidatos que no tenían con qué pagar cuñas televisivas
ni vallas publicitarias. Cada cartel, valla o cuña, era una ofensa para el
pueblo cansado de hacer colas y de buscar productos de primera necesidad. Ellos
sabían que el “auto-bombo” mediático que usa canales públicos o monopolizados
siempre se vuelve contra el gobierno, la fuerza política o la empresa que lo
utiliza. Es otro precepto del Arte de la Guerra: “Hacer ver a tu enemigo
falsamente poderoso y atacarlo desde la sombra”.
Cuarta estrategia: Las
encuestadoras temprano empezaron a jugar su papel. Al principio para tratar de
generar triunfalismo. Cuando Maduro cerró las fronteras con Colombia todos los
medios y encuestadoras anunciaron la buena aceptación conseguida por el
gobierno, al mostrar mano fuerte y decisión. Pero poco a poco fueron apretando
con bajas cifras de aceptación de Maduro. Su objetivo era desesperarlo,
obligarlo a hacer lo que hizo: extralimitarse en amenazas usando la famosa
frase de “hay que ganar como sea” pero además empujarlo a utilizar las dádivas
(taxis, viviendas, etc.) para ganar electores. Esas actitudes enardecían mucho
más a la gente y la radicalizaban contra el gobierno. “Toda guerra se basa en
el engaño” dijo Sun Tzu.
Quinta estrategia: Darle
importancia a las regiones y a los partidos minoritarios de la Mesa de Unidad
Democrática MUD. Pelear cada distrito y municipio por municipio. Con el
aliciente de usar los problemas de inseguridad, desabastecimiento, corrupción
gubernamental y la inflación, además de todo lo ganado en la campaña mediática
de liberación de los presos políticos, los candidatos se concentraron en
utilizar varias herramientas tecnológicas usando las redes sociales, los
teléfonos móviles y una serie de programas para sistematizar la información y
garantizar un trabajo casa a casa, barrio a barrio, pueblo a pueblo. Silencioso
y metódico, bien planificado. El voz a voz era otro elemento muy práctico en un
ambiente donde la gente se sentía atemorizada por las presiones de algunos
funcionarios torpes y otros militantes fanáticos que amenazaban a la población
con quitarles sus trabajos o sacarlos de los programas sociales. Hacían
concentraciones donde era conveniente pero no fue la táctica más usada. Además,
el PSUV impuso desde Caracas muchos candidatos y ello generó mucho malestar y
desánimo entre las bases “chavistas”. “No mostrar la fuerza sin necesidad”
recomienda Sun Tzu.
Sexta estrategia. El discurso.
Desde el principio los principales dirigentes de la oposición tenían claro que
el objetivo era ganarse al conglomerado de la población denominada como
“ni-ni”, que de alguna manera simpatiza más con el “chavismo” pero que está
frustrada por la situación actual. Son personas que no quieren identificarse
con la oposición por sus posiciones golpistas y violentas impulsadas en las
llamadas “guarimbas”. Pero también rechazan a los “colectivos bolivarianos”.
Quieren paz y convivencia, están cansados de agravios y peleas. Por eso, en
esta ocasión no tuvo protagonismo el movimiento estudiantil opositor. Y ellos
saben que ese es el discurso que deben mantener para seguir desgastando a Nicolás
Maduro y a Diosdado Cabello, después de haber ganado las elecciones. Provocar y
provocar más bravuconadas y amenazas, fue su estrategia. Usar a expresidentes
de otros países, al secretario de la OEA, a todo el que pudiera generar
reacciones calenturientas y agresivas de los diversos funcionarios del
“chavismo”, especialmente el presidente Maduro. Decía Sun Tzu: “Si su
contrincante tiene temperamento colérico, procura irritarlo”.
Algunas
consideraciones a tener en cuenta
1.
En
Venezuela no sólo se desarrolla una “guerra económica”; en lo fundamental se
impulsa una guerra política en la que intervienen fuerzas imperiales desde 2002.
2.
Su
principal objetivo geo-económico es recuperar el control de la más grande y
estratégica reserva petrolera del mundo en disputa con Rusia y China.
3.
Su
objetivo geo-político complementario es profundizar el declive político de los
gobiernos progresistas, derrotar las alianzas regionales como Mercosur, Unasur,
el Alba, Alac y Petrocaribe, y recuperar su hegemonía continental.
4.
Las
agencias estadounidenses han puesto todas sus esperanzas en una estrategia “democrática”,
“pacífica” y “civilista”, aprendiendo de los errores de las “guarimbas” de 2013.
5.
Han
diseñado para la región una variante de su teoría del “Paternalismo liberal”[1] dado que en la región Sudamericana no tienen
formas de promover guerras interétnicas o entre países que les permitan hacer
intervenciones armadas “humanitarias”.
6.
Todas
las fuerzas del capital están confabuladas para derrotar al “chavismo”. Las
derechas de todos los colores se juntaron pero ahora bajo la nueva estrategia
de la “paz y la convivencia”.
7.
El
partido Primero Justicia de Capriles, Borges y Ocariz sale fortalecido de esa
campaña, y aunque no logran moderar totalmente a Henry Ramos Allup y al “alter
ego” de Leopoldo López, ya han conseguido hacer entrar en razón a María Corina
Machado.
8.
El
gobierno de Maduro-Cabello no logró desentrañar la estrategia de la oposición.
Sus principales asesores no avanzaron más allá de la teoría del “golpe
fascista”, el supuesto desconocimiento de los resultados que iba a hacer la
oposición y la utilización de la violencia generalizada. De allí que no vieran
otras opciones.
9.
La
llamada “guerra económica” no ha logrado ser derrotada. El problema es que ella
encaja muy bien con todas las políticas económicas del gobierno “chavista” y
con sus necesidades político-electorales inmediatas. El desabastecimiento, la
especulación, la escasez de productos de primera necesidad y el fenómeno del
“bachaqueo” sólo son consecuencia de esa “guerra”, como lo es la inflación, el
contrabando y demás problemas relacionados con el manejo cambiario. Realmente
la “nueva guerra económica del imperio” está en el campo del
auto-abastecimiento temporal de hidrocarburos, la destrucción total de los
acuerdos de la OPEP y la batalla monetaria mundial (revaluación del dólar), en
la cual Venezuela es un jugador menor.
10.
La
estrategia va a continuar en la misma línea. Respeto máximo de la
institucionalidad existente con la convicción de que pueden gobernar con la
Constitución Bolivariana y el desmonte gradual de la política “chavista” sin
correr o asustar a los “ni-ni” ya ganados y por el contrario, avanzar a ganar
más “chavistas frustrados”.
11.
Por
ello no han planteado la renuncia de Maduro como era lo esperado por los
teóricos del “golpe”, ante un triunfo tan rotundo. Van a ir paso a paso. La
amnistía para los presos políticos y acabar con los compromisos de Petrocaribe
son las propuestas más visibles para empezar a desgastar al gobierno, pero lo
van a hacer con “altura de estadistas”. Es la línea trazada desde el imperio
como la que ejecuta Santos a la perfección con las FARC en La Habana.
12.
Es
probable que la oposición trate de aprovechar el peso mayoritario adquirido en
la Asamblea Nacional para impulsar otras iniciativas que le generen problemas
al gobierno. Sin embargo, tal como lo prevemos, lo harán con mucho tacto y
cautela. La estrategia –tal como lo muestran sus declaraciones– está dirigida a
consolidar su fuerza electoral y no lanzarse a aventuras. Tratar de controlar
el Tribunal Supremo de Justicia y otros órganos de los otros poderes, entre
ellos el electoral, está entre sus propósitos. Si la crisis económica se hace
insostenible, no dudarán en impulsar la destitución del presidente Nicolás
Maduro siempre y cuando vayan sobre seguro.
Los
dilemas del gobierno “chavista”
Desgraciadamente el gobierno
pareciera no reaccionar. Las declaraciones inmediatas a la derrota electoral
del 6D, tanto del presidente Maduro, y Diosdado Cabello muestran que ellos
confían todavía en recuperar, a partir del “núcleo duro” del “chavismo”, las
fuerzas populares para evitar o ganar el referendo revocatorio que ya la
oposición tiene en mente y que tendrán casi un año para preparar e impulsar. La
Canciller Delcy Rodríguez confía en que “Hay un bloque consolidado en
conciencia" (http://bit.ly/1lMxf93).
Es indudable que el gobierno
tiene un margen de maniobra pero deberá enviar señales inequívocas de que va a
colocar por encima de su proyecto histórico, o sea, el Socialismo del Siglo XXI
–que está fuertemente averiado–, los intereses del conjunto de la población. La
forma como lo haga, la disciplina que muestre la militancia del PSUV y demás
colectivos “chavistas”, los objetivos que se trace y la capacidad
comunicacional, lo decidirán todo.
Retroceder en orden, reorganizar
las fuerzas, reflexionar con mucha honradez y fluidez, aceptar profundamente la
derrota parcial, y actuar con diligencia en el campo de la economía y la
seguridad, es lo que uno –desde la distancia– observa que podría hacer.
Paralelamente iniciar un proceso
sostenido de transferir poder a las comunidades organizadas para mostrar que
está decidido a apoyarse en el pueblo para arrinconar y vencer en forma
contundente la corrupción y el burocratismo incrustado en el gobierno, que a
veces hace más daño que la acción de la misma oposición. Es un lastre que jala
hacia atrás.
No la tiene fácil el presidente
Maduro pero el sólo intentarlo ya es una actitud ética y revolucionaria que los
luchadores del pueblo venezolano, latinoamericano y mundial están esperando y
demandando.
Desde Colombia enviamos las
mejores energías porque ello se concrete dada, la importancia que tiene el
proyecto bolivariano en la lucha contra el imperio y por la integración
regional latinoamericana. El presidente Chávez, desde donde esté, hará fuerza
para que acierte.
Conclusión
Todo apunta a que la derecha
latinoamericana –incluida la mayoría de la oposición venezolana– se ha deslindado
de la línea golpista (Uribe-Leopoldo López), y van a jugar con la táctica “pacifista”
y “civilista” diseñada por los “tanques de pensamiento” estadounidenses.
Intentarán reemplazar a los
gobiernos “progresistas” con “golpes suaves” de carácter electoral y gobernar
con las institucionalidades existentes para desmontar los logros sociales de
una forma moderada y paulatina.
La guerra económica va por
debajo. Es la mano invisible de la estrategia imperial. Hoy el precio del petróleo
está por debajo de US$40 y el dólar cada vez más caro.
[1] El término “paternalismo liberal”
o “paternalismo soft” fue acuñado por el economista conductual Richard Thaler y
el abogado Cass Sunstein. Hoy es parte del ideario del presidente Barack Obama
y sirvió de base teórica para diseñar las supuestas “intervenciones
humanitarias” en Libia y Siria. Su principal impulsora en el gabinete
presidencial es la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power
(Nota del Autor).
No hay comentarios:
Publicar un comentario