La tormenta (I)
Por: William Ospina
(tomada de El
Espectador, 3.06.2018)
Si alguien quisiera dictar una
charla surrealista, podría empezar diciendo que llevamos mucho tiempo viviendo
de la sangre de los dinosaurios. Que la sangre de los dinosaurios terminará
haciendo que el mar hierva y que el cielo se apague.
Pero no, no es surrealismo: es la
sencilla realidad. En todas partes estamos carbonizando el mundo, no en el
sentido de estarlo quemando, pero sí en el sentido de estarlo llenando de
carbono. Hace meses, ante los ojos asombrados de los viajeros, se blanqueó la
barrera coralina de Australia, una de las maravillas del mundo. Y ese podría
ser un bello espectáculo, si somos capaces de pensar que la muerte es un bello
espectáculo. Para que toda una barrera de corales se muera y se afantasme,
basta que aumente un par de grados la temperatura del mar.
¿Por qué nos preocupa en Colombia
que se mueran los corales de Australia? Por la misma razón por la que puede
preocupar a los australianos que cada año se pierdan miles de kilómetros
cuadrados de la selva amazónica. Hasta ayer vivíamos, o creíamos vivir en
países, ahora todos vivimos en el mundo, y no en un mundo apacible, sino en un
mundo donde se sienten crecer las catástrofes.
Hay un hermoso poema de León de
Greiff, muy musical y un poco irónico, en donde él afirma que no ha visto el
mar: “No he visto el mar,/ Mis ojos, vigías horadantes, fantásticas
luciérnagas,/ Mis ojos avizores entre la noche, dueños/ De la estrellada comba,
de los astrales mundos,/ Mis ojos errabundos, ojos cogitabundos,/ Familiares
del hórrido vértigo del abismo,/ No han visto el mar mis ojos,/ No he visto el
mar”.
Digo que es irónico porque
evidentemente cuesta trabajo no ver el mar. No ver una hormiga es fácil, pero
es difícil no ver el océano. El poema podría significar apenas que el poeta, un
caballero antioqueño de 30 o de 40 años, no ha hecho el viaje a Turbo o a
Coveñas, y no ha podido conocer personalmente el mar. Pero creo que el poema no
habla sólo del poeta: habla de cada uno de nosotros, y por eso nos gusta a
todos. Más bien significa que nosotros, los colombianos, o que tal vez los
latinoamericanos, como también lo sugiere Ignacio Padilla, en su hermoso libro
“La isla de las tribus perdidas”, no hemos visto el mar.
Y ese no haberlo visto no parece
un problema óptico. Yo diría que significa que no lo hemos advertido, que no lo
hemos conocido, que no hemos entrado en contacto con él. Podría significar: no
somos griegos, no somos árabes, no somos ingleses, no somos estadounidenses. No
hemos sido Ulises, ni Simbad, ni el bucanero ciego de la Isla del tesoro, ni el
capitán loco que buscaba a la ballena blanca. Uno puede vivir por siglos junto
al mar y, en el sentido más profundo del término, no haberlo visto.
Creo que lo mismo puede decirse
del sol. El sol es un poco más difícil de ver: es tan deslumbrante, tan
cegador, que verlo es peligroso. Sabemos que no hay que mirarlo, que nos
conviene no verlo, que más nos conviene no haberlo visto. Pero también en la
expresión “no he visto el sol” podría estar encerrada una verdad más profunda.
Es posible que los seres humanos hayamos estado por miles de años en la tierra,
y sin embargo no hayamos visto el sol, que es nuestro padre, la fuente de
nuestra vida.
A partir de cierto momento los
seres humanos empezamos a consumir mucha más energía de la que éramos capaces
de procesar con nuestra alimentación. Hace dos siglos, a comienzos de la
revolución industrial, cada ser humano todavía consumía las 2.500 calorías que
fueron nuestro gasto diario desde el comienzo de la historia. Ahora no sólo
hemos pasado de 500 millones a 7.500 millones de personas, sino que cada uno ha
pasado de 2.500 al equivalente de 250.000 calorías.
Somos monstruos devoradores de
energía: viajamos por tierra a 80 kilómetros por hora, por aire a 850
kilómetros por hora, hemos iluminado la noche, hemos abandonado el silencio,
oímos radio, vemos televisión, tenemos encendido todo el día nuestro ordenador,
y en los últimos segundos del tiempo cósmico nuestra única preocupación es tener
cargado el teléfono celular.
Alguien hace poco escribió en Twitter:
“Estoy saliendo de mi casa sin el cargador, y con una carga en el celular del
75 %. Que sea lo que Dios quiera”. Anoche, en el ascensor de un centro
comercial, me di cuenta de que una muchacha consideraba necesario llamar a su
hermano o su novio para preguntarle: “Nacieron los tres dragones. ¿Ahí se acaba
todo?”. El gasto de energía es tan descomunal que no basta que todos los ríos
del mundo hagan girar las turbinas generadoras de electricidad, que todos los
yacimientos de carbón surtan sin fin la fuente de la energía térmica, sino que
hace dos siglos la revolución industrial y hace un siglo en señor Henry Ford
pusieron a la humanidad a consumir petróleo, combustibles fósiles que encienden
la noche y acompasan nuestra velocidad y alimentan las fábricas, de modo que
llevamos mucho tiempo, como decía, viviendo de la sangre de los dinosaurios, y
estamos liberando a la atmósfera de manera creciente todo el carbono que estaba
guardado en las profundidades de la tierra. La temperatura global está
aumentando aceleradamente, ha subido varios grados la temperatura del mar hasta
blanquear la barrera coralina de Australia, y en los términos más sencillos
estamos carbonizando el mundo, es decir, aumentando sin control el nivel de
carbono en la atmósfera.
Pero es bueno recordar que hace
poco más de dos siglos el poeta Friedrich Holderlin escribió en su poema
Patmos: “Allí donde crece el peligro crece también lo que nos salva”. Hace ya
varios años la humanidad se pregunta con angustia cómo vamos a sostener este
ritmo descomunal de gasto de energía, si todo el carbón y todo el petróleo que
consumimos están dejando en la atmósfera, en los océanos, en las pieles y en
los pulmones un rastro mortal. Ya no tenemos décadas para corregir ese
problema, ahora es evidente que a lo sumo tenemos años. Y es el momento en que
el ser humano, acosado por la necesidad y por el peligro, descubre, como decían
en la antigüedad, que hay un sol en el cielo, y puede decirse, en un sentido
muy profundo, “no he visto el sol”.
Ahora sabemos que el sol y el
viento son la gran solución a las demandas de energía de la humanidad, que la
energía solar y la energía eólica son las energías limpias e inagotables que
necesita, no sólo el futuro, sino desesperadamente el presente. Nos volvemos de
pronto a mirar esa fuente desmesurada de energía, y comprendemos que si lo
hacemos bien y a tiempo tendremos energía limpia y abundante para todas las
necesidades de la civilización en los próximos diez millones de años. ¿Por qué
no lo habíamos visto antes? Tal vez porque la historia no nos había formulado
el desafío.
Claro que no hay que cantar
victoria: porque ya hemos alterado seriamente el equilibrio del mundo y porque
de la teoría de la sustitución energética al cambio real del modelo todavía
queda mucho trecho y muchos intereses que vencer, y mientras tanto el mundo ya
está empezando a tratarnos como a una plaga dañina. Tenemos que dejar de pesar
nocivamente sobre el mundo, y eso requiere un largo proceso de recuperación del
equilibrio perdido.
(Fragmento de Solidaridad y
futuro, un ensayo del nuevo libro “El taller, el templo y el hogar”.)
Es el momento de darnos cuenta que la direccion del mundo no esta en manos de liberalrs, conservadores, socialistas, comunistas ni ningun partido o ideologia de estas, sino en manos del ser humano consiente de la realidad que es el mundo, un sitio para vivir y crecer sin egoismos ni ambiciones, una vida donde todos somos uno.
ResponderEliminarCierto, dejar de pensar que la naturaleza está a nuestro servicio y creernos el centro de todo.
EliminarAsi es estoy completamente seguro que toda persona debe tomar consciencia antes "de" no despues del acto,estamos autodestruyendonos y es cuestion de la manipulacion de la élite mundial,es hora de arrebatar y arrancar esa mala hierba para recuperar el eq\ilibrio de la vida,por eso cuando un ser se dice ser considerado con el projimo,con su medio,con las especies mas indefensas, esa humanidad nos da el llamado para hacer un alto,hacer un pare como en la fabrica para realizar mejoras mantenimiento y seguir la marcha este mundo le urge ese mantenimiento y eso se logra cuando la consciencia de las personas reacionen, que dinero no se come que este planeta es único,que no tiene repuesto de niguna marca, que no conseguimos uno igual en ninguna tienda,exito,cadenalco oh Wall-E asi de sencillo esto se da cuando reacionemos soltemos el sistema y usemos algo muy sagrado que poseemos nuestras manos
EliminarEsto ya ocurrió en anteriores civilizaciones y una vez más lo estamos repitiendo; el hombre no ha podido ni podrá dominar el ego que lo lleva a la autodestrucción; esa es y será la gran confusion de haber sido creados a imagen y semejanza del universo
EliminarCon la difredifer, que en esta ocasión, el efecto fue catalizado por el hombre...
EliminarEntonces, mirare la mar, miraré al sol. Para parar el mundo, para atisbar mi ego.
Me salva el abrazo con la Naturaleza, me salva la poesía. Gracias William, príncipe de La Palabra.
Tenemos que tratarnos sin egoísmo, recordando que hacemos parte del cosmos y que lo que hacemos a la naturaleza nos lo hacemos así mismos.
EliminarLanguidece la vida ocultando la miseria humana mas grande aun que la desbordada pobreza..
ResponderEliminarLa avaricia que maquillan con la palabra desarrollo.
Interesantes palabras que agradan y causan más impotencia en simples seres humanos que solo pretendemos paz y armonía con el universo.
EliminarEl ser humano consciente tiene que llegar a conclusiones definitivas, por ejemplo: la relación del hombre con la naturaleza tiene que ser respetuosa y no subordinar sus leyes a los intereses de la acumulación y el atesoramiento
ResponderEliminarExcelente artículo. La implementación de tan valiosas reflexiones están en la parte correspondiente de la Propuesta Ambiental de la Colombia Humana
ResponderEliminarExcelente articulo...
ResponderEliminarLa realidad nos atropella, tan simple que es. Ojalá salgamos menos mal librados de esta, que lo que parece.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLe temen a la realidad por eso mi franca idea no consolida con usted entonces si mi comentario afecta entonces su imagen es como de doble moral y haces parte del sistema eso ocurre sabias que america latina esta despertando que hoy somos millones no miles dedito arriba mister sr
EliminarMuy bun articulo... Deberiamos construir inmensos paneles solares que reemplacen la energia demandante y bueno, de una vez crear la sombra necesaria para detener un poco el choque directo de los rayos ultravioleta.
ResponderEliminarExcelente análisis de nuestra realidad. Nos deja pensativos...
ResponderEliminarEn nombre de la humanidad muchisimas gracias amigo William.Por qué no habiamos visto antes la posibilidad del sol y los vientos? Por la misma razon por la cual los que viven en la costa no ven el mar que tienen frente a sus ojos.
ResponderEliminarJoaco
Tal vez la importancia y el respeto hacia la naturaleza no han Sido tenidos en cuenta. Simplemente los dueños y amos del poder de los hidrocarburos quienes se han enriquecido incansablemente de ella, ignoran sus protestas,y, no han dimensionado las catastrofes que están por darse. El poder econoecoe que hay detrás del uso y del abuso hacen que otros elementos exteriores, menos cavernarios no sean tenidos en cuenta. Solo se remiten a saquear las entrañas de la madre tierra para terminar de usar las grandes inversiones en maquinaria y lo adquirido para esos procesos industriales. Ahora, los molinos del Quijote tendrán la solucios n, el respeto y otro sentido industrial y económico. Ojalá no sea muy tarde y la Pachamama detenga a tiempo su enojo en contra del más e implacable devastador de todos los tiempos: el hombre...
ResponderEliminarColombia se muere en la abundancia por la avaricia de los gobernates que ha tenido h la permisividad del pueblo
ResponderEliminarColombia se muere en la abundancia asesinada por las neuronas de los gobernantes y la permisividad del pueblo que aun buena parte del mismo se resiste al inminente cambio que necesita nuestra patria
ResponderEliminarexelente
EliminarQue bien escribe usted William Ospina, es una excelente reflexión hoy en que se celebra el día mundial del medio ambiente.
ResponderEliminarBuen escrito para reflexionar lo que será el futuro de las generaciones venideras. El territorio Colombiano es uno de los más resistente en el planeta Tierra, los Recursos Naturales Renovable y no renovable han sido víctimas por más de 600 años de los abusos del hombre.
ResponderEliminarBuen escrito para reflexionar lo que será el futuro de las generaciones venideras. El territorio Colombiano es uno de los más resistente en el planeta Tierra, los Recursos Naturales Renovable y no renovable han sido víctimas por más de 600 años de los abusos del hombre.
ResponderEliminarVale más él$ que la vida humana y la naturaleza
ResponderEliminarEl ser humano ha perdido el norte como unico responsables del equilibrio sistemico del planeta, se nos olvido que formamos parte de el y que en nuestra manos esta su conservacion o destruccion.
ResponderEliminarEl ser humano ha perdido el norte como unico responsables del equilibrio sistemico del planeta, se nos olvido que formamos parte de el y que en nuestra manos esta su conservacion o destruccion.
ResponderEliminarMuy buen artículo así como también los comentarios, pero propongo ir un poco mad allá y hacer ya, desde ahora, lo que cada uno puede hacer para mitigar este exagerada emisión de carbono, me refiero a " reducir": consumo de carne, uso de bolsas plásticas, uso de vehículos de combustión, entre muchas otras mas cosas. Pasemos pues de las palabras a las acciones y de estar hallando culpables para quedar tranquilos y seguir con nuestras vidas de excesos.
ResponderEliminarMientras nos matamos por un partido político, descuidamos nuestra vida y todo cuanto nos la proporciona.
ResponderEliminarLiterario, poético, serio, profundo y sencillo, como la compleja sencillez del Universo. Todo lo que existe refleja perfecto equilibrio, como el ciclo del agua descrito en el Libro de Eclesiastes. Debemos actuar en favor de los procesos naturales y abandonar nuestras equivocaciones. Gracias por tan conmovedora reflexión.
ResponderEliminarGracias la vida de cada uno por lo que están reconociendo la acción ambicioso desde los itereses capitalista esclavisando los pueblos indefensos, demostrando inocente ante la historia programado desde el Orígen en la conciencia , sucedes esto por la modificación de la sabiduría ancestral , irrespetando la norma de historia de la vida para la historia del universo ; pero lo más débil visto en la vida de los hermanos menores es no actuar desde la conciencia , sólo caminan siguiendo ante quién evita perder los interés capitalista , aún cuando sabemos que la tierra ofrece todo lo que el hombre necesita para vivir y no en consideración alternativa la economía desde la extracción minera hidrocarburo .
ResponderEliminarSolo cuando hallamos talado todos los árboles, contaminado todos los ríos. Extinguido todos los animales, solo entonces nos vamos a dar cuenta que no podemos tragar plata.
ResponderEliminarSolo cuando hallamos talado los árboles, contaminado todos los ríos y mares, extinguido todos los animales, solo entonces nos daremos cuenta que no podemos tragar plata.
ResponderEliminarEl humano que cree que la tierra es de élse equivoca pues el humano es de la tierra y ella lo reclamará cuando quiera,la tierra es un ser vivo.
ResponderEliminarAlgunos precandidatos a la presidencia entre ellos Ivan Duque tomaban en burla o como populismo la propuesta de Gustavo Petro en utilizar la energia solar,el agua y la energía eólica como fuentes importantes para la vida y no depender exclusivamente del carbón ni del petróleo por ser recursos fósiles que contaminan la atmósfera y destruyen el Medio Ambiente; científicos y entendidos en la materia defienden la propuesta de Petro por ser la tendencia universal y un proyecto viable y sostenible. Nos corresponde como ciudadanos concientizarnos que de seguir como hemos venido siendo no saldremos del estancamiento en el cual nos encontramos como un país tercermundista.
ResponderEliminarExcelente ensayo xc ojalá no se quedé así, y cada uno aporte ya sea con la naturaleza el agua,el aire y no solo escribir y hablar
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