URIBISTAS, NO
URIBISTAS Y ANTI-URIBISTAS, TRAS EL PODER LOCAL Y REGIONAL
Popayán, 24 de mayo de 2019
Los
intentos del gobierno de Duque –hasta ahora infructuosos– dirigidos a “hacer trizas
el proceso de paz” crearon un clima de tirantez y pugnacidad que ha obligado a
todos los partidos y sus líderes a tomar posiciones definidas frente a esa
pretensión desestabilizadora.
Ese proceso
creó tensiones, reacomodamientos y fisuras al interior de todas las cofradías
políticas. Aparecen nuevas alianzas como la de César Gaviria con los Char en la
Costa Caribe y otros reagrupamientos que todavía no se hacen públicos. Es un
fenómeno pocas veces visto en la política colombiana de cara a las elecciones
regionales y locales.
Si bien, las
elecciones para alcaldías y gobernaciones tienen su propia lógica y mecánica, que
es fruto de la historia local y regional, del trabajo de los actores sociales y
políticos, y de las rivalidades personales que se acumulan con el tiempo, en
esta ocasión se percibe con mayor nitidez la influencia de la política nacional
en las dinámicas municipales y departamentales.
Tres (3) clases
de agrupaciones políticas actúan como atractores
en ese sistema dinámico que es la lucha electoral. Y aunque se presentan variantes
en cada municipio y departamento, cada fuerza
de atracción se hace sentir sobre la política local y regional. No es una
regla rígida y fija, pero inevitablemente marcará tendencias visibles y medibles.
Esas
fuerzas son: el uribismo, el no-uribismo y el anti-uribismo. Alrededor del
uribismo se están alineando los conservadores, los grupos evangélicos y las fuerzas
políticas más corruptas de cada localidad o región. El atractor principal es el odio al “petrismo”, a la izquierda y las
prebendas que les ofrecen desde el gobierno de Duque. Chantajean con recursos económicos
y fuerza coercitiva.
En torno al
“no-uribismo” se concentran los liberales gaviristas, vargas-lleristas y
santistas clientelares. En aquellos departamentos y municipios donde tiene
fuerza el partido liberal, Cambio Radical o la U, podrán atraer a sectores de centro-izquierda
e izquierda en los casos donde los uribistas estén muy fuertes y arrolladores.
Claro, todo dependerá de la calidad y seriedad de los candidatos y de la forma
como se construyan los acuerdos.
Alrededor
del “anti-uribismo” se han venido unificando las fuerzas de Alianza Verde, Polo
Democrático, Colombia Humana, Mais, UP y otras expresiones sociales y políticas
democráticas y anti-clientelistas. En las zonas y regiones donde tienen candidatos
viables y competitivos, pueden atraer a liberales independientes, y a
dirigentes de Cambio Radical y de La U que se han mostrado en esta coyuntura en
favor de la continuidad del proceso de paz.
Claro, es
inevitable que muchos dirigentes y candidatos de partidos “no-uribistas” y “anti-uribistas”
se presten para hacer alianzas corruptas y oportunistas con fuerzas y candidatos
uribistas para obtener cargos burocráticos y/o contratos. Gentes sin escrúpulos
hay en todas partes.
No
obstante, el hecho de que Uribe haya expuesto abiertamente su talante autoritario
y espíritu vengativo, hará que las bases y dirigentes medios de los partidos y
movimientos políticos democráticos estén más prevenidos y vigilantes respecto del
comportamiento de sus dirigentes. Lo que se juega en estas elecciones va a
tener importantes consecuencias en el inmediato futuro.
Poco a poco
la gente despierta. Uribe mostró sus afilados dientes y mucha gente está alerta.
Si los dirigentes demócratas y progresistas se hacen los desentendidos, en
octubre podrán pagarlo caro y tendrán la ocasión de confirmar esa verdad. Los “tibios”
y oportunistas están en la mira.
E-mail: ferdorado@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario