Gusta Petro y Bruce Mac Master, presidente de la ANDI |
La
oligarquía financiera muestra sus dientes a Petro
Popayán,
27 de octubre de 2022
En menos de 3 meses del
gobierno que encabeza Gustavo Petro que –como hemos afirmado– es una forma de
“continuum” de procesos sociales, políticos y culturales ocurridos durante
varias décadas en Colombia, podemos aprender a marchas forzadas lo que los
pueblos y trabajadores de otros países vecinos (Venezuela, Ecuador, Bolivia,
Brasil) han vivido (y posiblemente aprendido) con el ejercicio de gobiernos de
izquierda y/o “progresistas” a lo largo de los últimos 20 años.
Luego de que surgiera una
especie de “alianza interclasista” como “cierre parcial y temporal” de la
hegemonía uribista, en donde algunos sectores de la oligarquía financiera y de
las burguesías emergentes, encabezadas por su fracción más burocrática y voraz,
se sumaran a la “amplia coalición de gobierno” para gestionar sus intereses y
detener desde adentro los cambios propuestos por el Pacto Histórico, todo
apunta a que las contradicciones afloran frente a la coyuntura actual.
Solo un análisis de clase
nos puede orientar frente al conjunto de movidas que se han podido observar en
este corto interregno, en donde los grandes grupos económicos y los poderosos
conglomerados transnacionales de los que ellos hacen parte, actúan por medio de
las cabezas de los gremios para frenar las políticas de cambio y las reformas
puntuales que impulsa el nuevo gobierno, y arman toda clase de alianzas y
complots para generar y profundizar incertidumbres.
Es decir, el sector más
parasitario de la oligarquía financiera aprieta a Petro para defender su
economía especulativa y debilitar al gobierno. Esas presiones se expresan con las
cúpulas de la ANDI (Mac Master), Fenalco (Cabal), Asofondos (Montenegro) y la
ACP (Lloreda), se “tramitan” políticamente a través de los partidos que hacen
parte del gobierno (y de la oposición), y se “concretan” con agresivas campañas
de desinformación por los medios de comunicación.
Los grandes banqueros,
comerciantes y la gran burocracia al servicio de las transnacionales petroleras
y extractivistas, aprietan el paso contra la reforma tributaria y la política
de transición energética del actual gobierno. Paralelamente, aprovechan el
entorno internacional (guerra por el gas en Ucrania-Rusia, estanflación global,
etc.) y los problemas internos (inflación, devaluación del peso, oleada
invernal, y hasta la problemática de la “primera línea”) para afectar al
gobierno.
En respuesta, Petro
convoca al movimiento social organizado (indígenas, campesinos, etc.) sin que
ese llamado llegue –por ahora– al movimiento social “no organizado” y al
movimiento social “que todavía no está con el gobierno”. Esos movimientos
sociales lo conforman los “profesionales, tecnólogos y técnicos precariados”
que se movilizaron con fuerza en noviembre de 2019 en las grandes ciudades y
por los “pequeños y medianos productores” –principalmente agrarios– que son muy importantes en el terreno de lo
económico y productivo.
La oligarquía financiera
y la burguesía burocrática (encabezada por exministros de Hacienda neoliberales
como César Gaviria, Mauricio Cárdenas, Juan Carlos Echeverry, José Manuel
Restrepo) dicen “defender la estabilidad económica” ante algunos anuncios del
gobierno, pero sus verdaderos intereses y patrocinadores son los bancos
globales (J.P. Morgan, Citigroup, etc.) y los grandes grupos financieros
“nacionales” (Sarmiento Angulo, GEA, Gilinski, Ardila Lulle, etc.).
Poco a poco van tensando
la cuerda y preparan el “golpe suave”, como lo han hecho en países vecinos con
la dirección y ayuda del gobierno estadounidense. Es por ello que, una de las
tareas más importantes del movimiento social organizado consiste en ayudar a
que el gobierno se encuentre y dialogue con los otros sectores sociales y
productivos (“no organizados” o que “no están con el gobierno”), para fortalecer
y ampliar la fuerza social del gobierno. Y pueden hacerlo gestionando sus
propios intereses, pero con una visión más política y amplia, como plantea Petro.
Es evidente que el
“pulso” dentro y fuera de la “alianza interclasista” y dentro de la “amplia
coalición de gobierno” ha entrado rápidamente en una nueva etapa de tensión. Y
no podía ser de otra manera. Era lo previsto y anunciado. Pero parece que
algunos dirigentes de izquierda y progresistas, tanto sociales como políticos,
no esperaban que esa reacción fuera tan pronta y agresiva, y ello explica
algunas “renuncias protocolarias” como las del senador Gustavo Bolívar.
Es evidente que falta
estrategia y pedagogía. La “descarbonización de la economía” no es solo “parar”
los nuevos contratos de exploración y explotación de combustibles fósiles sino construir una nueva actitud ante la vida y frente al supuesto “desarrollo” (crecimiento).
Pareciera que queremos figurar como adalides de la lucha contra el cambio
climático, pero sin tener claro el proceso hacia el futuro. Y de ese “acelere”
se aprovecha la oligarquía financiera para generar “pánico económico” y,
simultáneamente, hace retroceder al gobierno en diferentes temas de relevancia
estratégica.
Y así, con anuncios rimbombantes
y a destiempo, parece que “ladramos, pero no mordemos”.
Excelente análisis. Oportuno y claro al momento de explicar el hilo de Ariadna que une a la parasitaria oligarquía financiera con los políticos escarbando desde adentro para socavar cualquier intentó de cambio.
ResponderEliminarEl análisis sigue en el terreno de lo general, se trata de una descripción evidente, bien valdría la pena profundizarlo, sobre todo en la capacidad del gobierno para afrontar las actuales circunstancias, en medio de una fuerte oposición y las ambiciones y contradicciones internas dentro del Pacto Histórico, a pesar de lo que ello representa. Pero.
ResponderEliminarNadie dice que va a ser fácil, pero tampoco es imposible de lograr. Singapur y Corea lo han logrado y hoy día son ejemplo para muchas otras naciones que luchan contra la anticorrupción instaurada por la extrema derecha. Ha nacido en estos tiempos un despertar de conciencia, de crecer juntos, beneficiandose todos por igual sin aplastar a los más inocentes y desprotegidos. En justicia todo beneficio mineral que se extrae de nuestra tierra debe redundar en beneficio para TODOS y no para unos pocos. Los esfuerzos industriales,agrícolas,tecnológicos deben enriquecer a todos y no a unos pocos adinerados. Estos pocos mal llamados “ricos” se acostumbraron a llenar sistemáticamente sus bolsillos de lo que era de todo un pueblo y no les dolió , ni les duele hoy día toda aquella miseria que han causado en millones de colombianos. Siglos atrás familias enteras que tomaron por la fuerza tierras, saberes, cultura ,lengua, avance cosmológico de los nativos dueños de estas tierras que les han arrebatado con engaños y a la fuerza como sus viviendas, el derecho a salud, educación,justicia social. ,el derecho a la protesta y a la vida misma. Esta es la corrupción andante, con la que se han apoderado de las riquezas del pueblo y de manera sistemática han robado y siguen robando para llenar sus caletas o incursionar en el narcotrafico y lavado de dólares con sus dineros producto del abuso a campesinos, indígenas y gente humilde. Llevándose sus dineros a paraísos fiscales o creando bancos en Suiza. Nunca les parece suficientes y continúan en el robo y corrupción. Pero va ha llegar el tiempo, en que por la inconciencia de aquellos ricos oligarcas, los pueblos se unan y levanten en contra del abuso y no les permitan nunca más ser parte de los gobiernos. O si es el caso de que viniera una hambruna mundial los ricos se arrepentirían de no haber devuelto esas tierras a tiempo, para que fueran cultivadas y productivas para todos y evitar una catástrofe alimentaria. Claro,que nuestra esperanza y la mejor solución seria que viviéramos en cordialidad,
ResponderEliminaramor y perdón y que hubiese justicia social para todos ,así se resolverían muchos problemas en aras de un bienestar común para vivir SABROSO!!!