La Paz florece en el jardín comunitario de “El Varón”
Popayán, 27 de
diciembre de 2019
Mis pequeñas nietas Juanita y Julieta
me visitaron en este diciembre. Vinieron desde lejos y regresaban a Medellín con
sus padres el pasado 25, día de navidad. Estuve pensando en qué podría
regalarles pero no se me ocurría nada. Realmente no tengo esa costumbre y,
además, tampoco cuento con un presupuesto importante para hacerles un detalle
que valiera la pena.
Después de pensarlo decidí
hacerles un regalo peculiar que se fue configurando en la mañana del mismo 25
de diciembre. Busqué a Antonio, un personaje especial que colabora con la comunidad
del barrio La Paz en Popayán en la tarea de mantener y mejorar las áreas verdes
que están alrededor del Polideportivo y en el parque central que queda en la
entrada.
Camino todas las mañanas por esos
lugares y había notado el hermoso trabajo que ha realizado para convertir todas
esas áreas en un verdadero jardín. Le pedí el favor de que me cortara una flor
de cada una de las especies que ha sembrado, cultivado y cuidado, para
regalarle a mis nietas ese ramo de flores. Sería algo simbólico y, a la vez,
les explicaría el por qué no les obsequiaba otra cosa de mayor valor monetario.
Antonio, a quien todo el mundo le
dice “El Varón”, se puso muy contento de que le pidiera ese favor. Cortó con
delicadeza más de 28 clases de flores que tiene su huerto, que es a la vez de
él, de la comunidad y de la ciudad. Entre los numerosos ejemplares destacó a la
flor de la caléndula como una de sus preferidas. Pero además, me ofreció todas las
semillas que quisiera mientras empacaba una manotada diciéndome que esa porción
alcanzaría para sembrar hasta una plaza de tierra.
Observé que mientras las recogía
él comprobaba con enorme entusiasmo la gran cantidad y variedad de flores que
había cultivado. Por eso decidí tomar unas fotografías para hacer más visible
ante mis nietas y sus padres el sencillo presente y a la persona que las
cultivaba. Una chica que tenía un celular con buena cámara de fotografía se
ofreció a ayudarme. Antonio, feliz como un chiquillo regocijándose con el
resultado de su trabajo, la llevó de un lugar a otro indicándole los mejores
ángulos para captar lo mejor de su obra de jardinería.
Él me fue contando cómo se involucró con la comunidad de La Paz en esa tarea. Un buen día aburrido con su trabajo de obrero de construcción le surgió esa iniciativa. Contó con el apoyo de la Junta de Acción Comunal y de muchas personas que espontáneamente le ayudan de una u otra manera para que cumpla esa ejemplar labor. Un día le llevan matas; otro, un pequeño incentivo; un día más, le entregan semillas o árboles para que los siembre.
Este jardinero comunitario es un
ser servicial y solidario con la gente, entregado a Dios y a causas
comunitarias. Por pura casualidad y por la necesidad de ofrecerles algo a mis
nietas, terminé haciéndole un reconocimiento a este amigo de origen paisa, de
apellidos Lopera Naranjo, valorando su maravilloso trabajo sin que ese fuera el
propósito inicial.
De esa manera los dos terminamos enviando
semillas de flores a su tierra natal por intermedio de mis nietas, alargando la
mano de este especial floricultor que vuelve a través de ellas a su terruño que
no por casualidad es la “capital mundial de las flores”.
Mi conclusión es que uno muchas
veces es descuidado y no valora el trabajo callado y consagrado de tantas
personas que se esfuerzan por mejorar sus vidas y las de los demás. Esta
experiencia me sirve para ratificar el valor de las acciones sencillas. ¡Gracias
Varón!
Excelente como el "Varón"a traves de su trabajo comunitario, embellece con variedades de flores el Polideportivo del Barrio la Paz, la publicación es un reconocimiento a un trabajo silencioso.
ResponderEliminarSi.Asi es.Las cosas sencillas de la vida. Feliz año. HDuque
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