POR UN PROGRAMA MÁXIMO PARA UN DIÁLOGO NACIONAL Y GLOBAL
Popayán, 11 de agosto
de 2018
“Hay que impulsar una Acción
Trascendente, recuperando el verdadero espíritu de Miranda, Bolívar, San
Martín, O'Higgins, y de Martí, Vasconcelos, Mariátegui, Torrijos, Bateman y
tanta gente nuestra”.
Las diversas experiencias de
lucha de los pueblos y gobiernos “progresistas” y de izquierda de América
Latina y del mundo durante las últimas 3
décadas demuestran que:
1. Ninguno de los graves
problemas que afronta la humanidad a todos los niveles (moral, social,
económico, político, ambiental, cultural) pueden ser resueltos por Estados o
pueblos por separado;
2. Esos problemas tienen como
base común un modelo de desarrollo irracional que solo se mantiene por
políticas forzadas por la Gran Oligarquía Financiera Global GOFG que no tiene
control sobre su aparato de poder y máquina burocrática (centros y redes financieras);
ese Poder y burocracia –a su vez– no tiene consciencia de la gravedad de la
situación porque actúa como un cuerpo extraño a la comunidad humana;
3. Se requiere un nuevo esfuerzo
nacional, regional, continental y global para diseñar una estrategia viable
para empezar a enfrentar esos problemas con seriedad y consistencia;
4. Todos los pueblos del mundo,
sus gobiernos y la diversidad de expresiones sociales y políticas deben ser
convocados para evitar un colapso de nuestra civilización que nos puede
conducir a agudas crisis económicas y financieras de impacto planetario, a
confrontaciones globales de tipo nuclear, a desastres ambientales incontrolados
o el agravamiento de fenómenos migratorios como los que ya estamos viviendo.
La agenda inmediata que los
demócratas colombianos deberíamos construir para enfrentar esta situación con
una mirada nacional y regional podría abordar los siguientes temas
urgentes:
a) Narcotráfico – Superar la
política de prohibición, regular la producción, legalizar el consumo e impulsar
el tratamiento sanitario (y preventivo) de los enfermos-adictos para empezar a
controlar esa economía criminal y debilitar toda la cadena que la alimenta.
b) Seguridad y delincuencia –
Abordar este problema con mirada global.
c) Industrialización e
integración regional – Hay una nueva realidad en este terreno fruto de la
consciencia de la desindustrialización de “occidente” y la actual crisis de la
globalización neoliberal.
d) Cambio climático y energías
limpias – Tema con muchos insumos.
e) Democracia y paz nacional y
regional – Problemática a la orden del día.
Desarrollar esa agenda significa
construir un “Programa Máximo” que se debería trabajar con un espíritu amplio e
incluyente, tratando de recoger con sentido práctico lo que mucha gente tiene
ya elaborado, lo que sirve de base teórica para todas las actividades concretas
de las luchas actuales (formación de dirigentes; organización local, regional,
nacional y continental; propuestas y debates parlamentarios; movilizaciones
sociales; programas de candidatos locales y departamentales, trabajo de equipos
legislativos de los diversos parlamentarios, etc.).
Ese programa debería tener como
base una visión “liberal-democrática del siglo XXI” (para diferenciarnos de las
posiciones “estatistas” y “socializantes” que limitan la posibilidad de actuar
con toda la amplitud necesaria) en el marco de la crisis de la actual
globalización neoliberal y la necesidad de construir un polo de desarrollo de
la Gran Patria Latinoamericana que se relacione en igualdad de condiciones con
los grandes Estados Nacionales que están en “reconstrucción” como son China,
Rusia, India, EE.UU., y seguramente una Nueva Europa, África y un Oriente Medio
Ampliado, para garantizar la paz mundial y la sobrevivencia de la especie
humana.
Tomar como iniciales y
principales aliados a sectores políticos del “centro político” tipo proyecto de
AMLO, sin dejarnos matricular en el campo de gobiernos dictatoriales que no
tienen ninguna credibilidad ética, y sobre todo, planteárselo a organizaciones
sociales con la más amplia cobertura y pluralidad tomando como referentes y
posibles aliados a personas de México, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela y
otros países latinoamericanos.
Diseñar una estrategia para
realizar este trabajo con una actitud política abierta, construyendo un núcleo
intelectual y operativo para programar eventos, foros, seminarios, y producir
hechos políticos concretos, además de documentos y materiales de difusión
(libros, folletos, videos, etc.).
Existe la gente para hacer todo
lo anterior pero se requiere un núcleo de gente cualificada que se proponga la
tarea y desencadene la acción y el movimiento real. Sólo hay que proponérselo.
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