La solución al “entuerto”
de los Acuerdos sacrificó a las víctimas y a la verdad…
LA “COALICIÓN COLOMBIA” DEBE MANTENER SU PERFIL DE CENTRO
Popayán, 20 de
noviembre de 2017
El panorama político en Colombia se va despejando a finales
del año 2017. Los últimos acontecimientos, desde la decisión del ex-vicepresidente
Vargas Lleras de oponerse a los aspectos esenciales de los acuerdos de La
Habana hasta la realización de la consulta liberal de ayer (19.11.2017),
muestran claramente las tendencias políticas que finalmente se concretarán en
las siguientes fórmulas presidenciales para 1ª vuelta:
1. Centro
Anti-corrupción: Coalición Colombia (Claudia, Fajardo, Robledo).
2. Progresista
Anti-neoliberal: Gustavo Petro.
3. Liberal
Pro-paz: Humberto De la Calle – Clara López.
4. Derecha
Clientelar: Germán Vargas Lleras.
5. Ultraderecha
Anti-paz: Centro Democrático–Alejandro Ordóñez–Marta L. Ramírez.
6. Izquierda
Reinsertada – Rodrigo Londoño (Farc).
Seguramente se inscribirán otras fórmulas pero estas serán
las más importantes.
No es fácil pronosticar resultados para la primera vuelta presidencial
(mayo/2018) pero lo que es evidente es que el giro de Vargas Lleras hacia la derecha
extrema, que está contra la implementación de los acuerdos y que usa la “amenaza
castro-chavista” para meter miedo, ha sido un movimiento favorable para los
sectores políticos que están empeñados en superar la polarización entre Uribe y
Santos, entre la “guerra” y la “paz”.
Al principio parecía ser una excelente decisión para él. No
obstante, la evolución de los acontecimientos indica que el margen de
crecimiento de la “derecha anti-paz” no es muy grande, y por ello, el mismo
Vargas Lleras empieza a vacilar frente a la posibilidad de aliarse con Uribe.
Al fin y al cabo, en medio de tires y aflojes, la desmovilización y la
incorporación a la vida política legal de las Farc es un hecho real, que en
plena campaña se va a valorar en toda su dimensión sin que signifique ningún
peligro. Claro, a pesar de los incumplimientos, la guerrilla mostrará su
actitud civilista.
¿Cuáles han sido los nuevos hechos que se deben tener en
cuenta? a) El fallo de la Corte Constitucional declarando exequible gran parte
de la JEP; b) La aprobación de importantes modificaciones en el Congreso a la
JEP sobre “terceros” y las inhabilidades para los magistrados de la JEP que satisfacen
las objeciones de Vargas, el Fiscal y Uribe (http://bit.ly/2zTU2L6);
c) La conformidad con una reforma política “de transición” que le sirve a todos
los partidos políticos (coaliciones, transfugismo); d) El lanzamiento de la
candidatura presidencial de las Farc; e) El veto al interior del Centro
Democrático a Oscar Iván Zuluaga y a Luis Alfredo Ramos, los candidatos de
mayor peso; f) Los resultados de la consulta liberal que escogió como candidato
a De la Calle Lombana.
No podemos detallar en un corto artículo las implicaciones
de cada uno de estos hechos para la vida política del país pero en términos
generales se puede decir que el “entuerto” de los acuerdos de La Habana –después
de un año largo de idas y venires– se ha resuelto a favor de la impunidad
total, y que los “sapos” que la derecha dice tener que tragarse por aceptar la
participación política de los comandantes guerrilleros han sido compensados con
los “bufónidos[1]” con
los que las víctimas ya se están atragantando, como resultado de las presiones
de sectores poderosos (entre ellos el gobierno imperial) que no quieren saber en
lo más mínimo de justicia, reparación y verdad.
Son los costos de la degradación de la guerra y de sus
principales actores: armados y desarmados; civiles y militares; sociales, económicos
y políticos; directos e indirectos; nacionales y extranjeros; legales e
ilegales; institucionales y extra-institucionales. Son las cargas de un
conflicto instrumentalizado por el gran capital que impiden que la sociedad en
su conjunto asuma una actitud propositiva y activa. “Pasemos la página” parece
es el lema entre las elites enfrentadas. Era lo previsto: una “paz perrata”.
Primera conclusión: El año termina quitándole presión al
tema de la “paz”. El viraje de Vargas Lleras logró su objetivo. Los candidatos
de Uribe se quedan sin su mayor presea o motivo. La campaña de Humberto De la
Calle Lombana en torno a la paz, terminó el día que ganó la consulta (ayer). Las
Farc ya saben lo que les espera. En enero de 2018 se inicia una campaña
presidencial sobre un nuevo escenario. Después de un largo año de incertidumbre
sobre el proceso de fin del conflicto, finalmente lo avanzado satisface en gran
medida a las partes, y la carrera para la Presidencia de la República entra en
una nueva fase. Las vacaciones de fin de año servirán para rehacer el tablero.
Segunda conclusión: La Coalición Colombia queda en
inmejorables condiciones para consolidarse. El tema de la corrupción es un emblema
de su propiedad y puede avanzar por el “centro”, no solo con respecto al tema
de la paz sino frente a otros temas como seguridad, economía, salud, educación
y ambiente, sin proponer saltos al vacío ni medidas extremas, sino un programa
de largo alcance (para varios períodos presidenciales) que combine propuestas
de reorganización del aparato estatal, recuperación del aparato productivo y
estabilidad jurídica, con base en la reconciliación, consolidación de la paz, la
eficiencia y transparencia administrativa. Nada que tensione y genere temor.
Paso lento pero firme. Es lo que corresponde a una etapa de transición en un
marco internacional y nacional que exige mesura y moderación.
Tercera: Gustavo Petro para poder crecer en el marco de lo
que ha propuesto va a centrarse en su consigna de Asamblea Constituyente para
avanzar con el proceso de paz que él considera debe desembocar en la
derrota del proyecto neoliberal. No tiene otro margen de crecimiento sino
radicalizar su discurso, tratando de cobrar desde su posición los
incumplimientos del gobierno y del establecimiento oligárquico. Ya empezó en
esa tarea; ver: http://bit.ly/2zRCs8a. Esa
actitud hará imposible un acuerdo con la Coalición Colombia.
Cuarta: La izquierda que ha acompañado de cerca a Santos en
el proceso de paz se dividirá irremediablemente entre el apoyo al partido
liberal (con Clara López), apoyo al partido de las Farc, un sector se deslizará
hacia Petro y, otro, con sentido práctico, se irá con la Coalición
Colombia.
El año entrante será más que entretenido y complejo. Los
diversos actores políticos tendrán como referente las elecciones legislativas
de marzo/2018, que les marcarán pautas para nuevos acercamientos y alianzas. Quien
acierte en posicionarse y adueñarse del “centro despolarizante” tendrá todas
las de ganar. No será fácil.
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