Un Pacto Histórico para derrotar el miedo
Popayán, 12 de marzo
de 2021
Lo inédito de la situación
actual
Hemos planteado que Colombia ha
entrado en un
nuevo momento político. No significa que esté asegurado el triunfo de las
fuerzas progresistas y de izquierda. Es solo una ventana de oportunidad.
Si no somos conscientes que
estamos frente a esa inédita situación, no seremos capaces de transformar
nuestra forma de pensar y de actuar. Entonces, repetiremos la historia de 1946[1]
y 1991[2].
Lo inédito consiste en que las
castas dominantes saben que las fuerzas progresistas y de izquierda tienen una
oportunidad real para acceder al gobierno central. Y por eso, tienen miedo.
Quienes siempre han monopolizado
el poder en Colombia están a la defensiva. No tienen un proyecto político de
futuro. Tienen miedo y solo pueden ofrecer miedo como estrategia política.
Esas castas dominantes que
instrumentalizaron la Constitución de 1991 para fortalecer sus bancos y
empresas con dineros del narcotráfico, saben que no puede ceder la Presidencia
de la República.
Son conscientes que el Congreso,
cortes judiciales, órganos de control, etc., dependen del Ejecutivo y que es un
peligro que sectores políticos que ellos no controlan puedan acceder a ese
cargo.
Mucho más en un momento en donde la
Justicia Especial de Paz (JEP) empieza a esclarecer crímenes de lesa humanidad que
comprometen a importantes sectores de esas castas dominantes.
Los antecedentes
En 1991, nos vendieron la idea de
la apertura económica y democrática. “Bienvenidos al futuro” decía César
Gaviria, quien heredó el capital político del inmolado Luis Carlos Galán, asesinado
por ellos mismos.
En 2001, le dieron vuelta de
tuerca a la política colombiana con Álvaro Uribe Vélez, quien aprovechando los
graves errores y crímenes de las Farc, convenció al pueblo colombiano de que
con la derrota de la guerrilla se arreglarían todos sus problemas.
Y entre 2014 y 2018, ante la
evidencia de que no lograron derrotar militarmente a la guerrilla, acompañaron
tímidamente a Juan Manuel Santos en la búsqueda de la “paz”, que para ellos
sólo era la desmovilización y el desarme de sus integrantes.
La actualidad
Hoy hace crisis el modelo
neoliberal que nos vendieron como solución. Hace agua la economía que
construyeron en estos 30 años que depende de la exportación de materias primas
(petróleo, carbón, oro, agronegocios). Si no fuera por
el narcotráfico este país ya hubiera colapsado.
Además, la pandemia ha agudizado
la situación. El Estado está quebrado y endeudado, y el gobierno de Duque para
poder mostrar algo de inversión social tiene que aprobar nuevos impuestos y
reformas que afectaran a las clases medias y al pueblo.
Esa es la tragedia que están
viviendo. Todos los pronósticos son negativos para ellos. La tormenta perfecta
que afecta sus intereses está diagnosticada y anunciada. Uribe
lo dijo: “Ojo con el 2022”.
Pero además, no tienen un
candidato que muestre liderazgo y que unifique a sus huestes políticas que
están en plena descomposición moral y política. Y es por ello que se ha
desencadenado una verdadera feria de aspiraciones presidenciales en los
partidos políticos de la oligarquía[3].
La política del miedo
Ante esa realidad política que se
hace evidente con el avance del proyecto progresista y el debilitamiento de las
fuerzas del “centro”, las castas dominantes se aferran a la política del Miedo.
Dejan que los grupos armados
ilegales se fortalezcan en las regiones para generar un clima de
desestabilización. Quieren revivir a las Farc en cabeza de Gustavo Petro. Ya lo
hicieron en 2018.
Buscan identificar la protesta
social con grupos armados y con el llamado vandalismo. Realizan masacres de
todo tipo para generar reacciones entre los sectores democráticos que los
medios de comunicación manipulan hacia la matriz “castro-chavista”.
Generan falsas iniciativas como
la de alargar el período de Duque para probar lealtades, debilitar a los
legisladores que muestran cierta independencia, y asegurar mayorías
parlamentarias para impulsar sus reformas regresivas.
Nada de raro tiene que en su
desespero, especialmente de las fuerzas uribistas, quieran generar un caos
artificial para impulsar una aventura golpista. Lo inédito del momento da para
todo.
Un Pacto Histórico que venza al miedo
Se ha planteado la construcción
de un Pacto
Histórico por parte de una serie de fuerzas políticas encabezadas por Colombia
Humana, PDA, MAIS, UP y otras.
Es una propuesta importante y
viable para el momento que debe tener en cuenta que:
- Se
necesita un esfuerzo y una acción extraordinaria que rompa con la práctica
tradicional.
- La
sola unidad de los partidos, movimientos y grupos políticos existentes, así
fueran todos los llamados alternativos, no alcanza para garantizar ese triunfo.
- Lo
inédito de la situación debe llevar a revisar las debilidades de nuestros
procesos políticos.
- Ser
más conscientes de lo difícil que será derrotar a las castas dominantes en el
terreno electoral.
- Enfrentaremos
la más descarada compra de votos, el chantaje, la mentira y la manipulación.
- Se
requiere un triunfo contundente y mayoritario para derrotar el fraude electoral
del CNE.
- Se
necesita un esfuerzo descomunal que logre movilizar al pueblo abstencionista,
que es aquel que no cree en partidos políticos ni en la misma
institucionalidad.
- Se
hace urgente volver a entusiasmar a miles de activistas sociales que se defraudaron
con las prácticas burocráticas y aspiraciones individuales que se apoderaron de
los pequeños grupos denominados “partidos alternativos”.
- Hay
que aterrizar el programa del Pacto Histórico en cada departamento y municipio.
- Se
debe aprovechar la división de los partidos tradicionales. Hay que atraer a
todos los sectores que acompañaron la lucha por la paz y están en la tarea de
derrotar a Uribe.
[1]
1946: el Partido Comunista apoyó al candidato liberal de la oligarquía en
contra de Jorge Eliécer Gaitán.
[2]
1991: el M19, después de ser la principal fuerza de la Asamblea Constituyente,
hizo parte del gobierno neoliberal de César Gaviria prestándose a una serie de
acuerdos con la oligarquía que le quitaron el empuje al proceso de cambio.
[3]
Ya están en actividad 6 aspirantes conservadores, 5 liberales, 4 de la U, 2 de
Cambio Radical, 4 del Centro Democrático, y varios independientes provenientes
de los partidos tradicionales. Se destacan la actual Vicepresidente, varios
exministros de Hacienda, exgobernadores y exalcaldes de Bogotá, Medellín y
Barranquilla.
Es la manera más sensata y coherente para acabar con esta putrefacta clase política, que nos a mangoniado por tanto tiempo, es tiempo que los apatridas, los abstencionistas , los tibios, y aún los mismos uribestias de clase baja tomen la decisión correcta y elijamos un nuevo gobierno
ResponderEliminarTrabajo pedagógico mancomunado y diseminado en los pueblos, barrios veredas y ciudades para lo cual es indispensable conocer el proyecto del PACTO HISTÓRICO y a partir de allí la UNIDAD por la VICTORIA con PETROSIDENTE y la táctica de los 55/86 CONGRESISTAS.
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