La vida empuja… ¡pero no siempre para
donde queremos!
Popayán, 23 de
octubre de 2019
En América Latina acaban de
ocurrir dos hechos de gran trascendencia. “Explotaron” en forma simultánea los
dos modelos de mostrar por “derechas” y por “izquierdas”. El modelo neoliberal
de Chile y el modelo “progresista-socialista” de Bolivia, mostraron enormes
fisuras y falencias. Todo ello, al calor de una serie de protestas que ocurren
en el mundo.
Inéditas y potentes
movilizaciones populares han surgido y rugido en el último año. En general, responden a
necesidades concretas y actúan por fuera de “lo controlado” (“no-partidista” y
“no-institucional”). “Chalecos amarillos” en Francia, jóvenes de Hong Kong,
movilizaciones globales contra el cambio climático, migraciones masivas en
Centroamérica, protestas en Cataluña y Líbano, levantamiento indígena y popular
en Ecuador y el estallido masivo en Chile, han sido los más visibles pero en múltiples
países y regiones se han realizado cientos de actividades del mismo o similar
tipo.
La expansión territorial de los
“caracoles” zapatistas en México, la resistencia Mapuche en Chile, y las formas
de supervivencia autónoma de los Kurdos de Rojava (Siria), son otros hechos de
diferente naturaleza pero de importancia superlativa que también se deben
destacar.
La movilización callejera y la
presencia masiva de mujeres y jóvenes ha sido lo más notable, entusiasmador y estimulante. El papel de las
redes sociales para convocar y para neutralizar la desinformación de los
poderes establecidos y dominantes, es otro aspecto a subrayar. Aparecen nuevos
liderazgos que colocan en primer lugar las necesidades que motivan la acción de
protesta y rechazan ideologismos que dividen y estorban. Se nota cierta
espontaneidad; es lo más natural.
Es importante tener en cuenta que
todas estas movilizaciones, alzamientos, levantamientos y protestas populares
se desarrollan en el marco de una crisis global del capitalismo, que los
grandes centros financieros y los gobiernos de todas las potencias quieren
ocultar a sus pueblos, y por ello, la llaman “ralentización del clima de
negocios”, “desaceleración económica global”, “tendencias recesivas
predominantes” o “estancamiento relativo del crecimiento económico”.
Lo importante es que la vida
empuja y los hechos obligan a tomar partido, a pensar y evaluar. Y los actos se
convierten en ejemplo. Los “poderosos” tienen miedo, miden sus pasos y
acciones, saben que su situación es precaria y utilizan el miedo a la
“violencia” y la “anarquía” para salir en “defensa de las instituciones”. La
violencia masiva y persistente frente a los desmanes de las “fuerzas del
orden”, es otra de las características de las movilizaciones populares del año
2019.
A continuación presento unas
preguntas que son un aporte al debate que se está desarrollando en este
instante al interior de los movimientos y organizaciones sociales y políticas,
independiente de la actitud que hayan asumido sus dirigentes frente a algunas
de esas protestas. Esa actitud puede haber sido la de participación y apoyo
activo, la expectativa optimista y/o pesimista, la oposición y/o el menosprecio
de la acción respectiva, o también, su valoración negativa.
Los interrogantes que por ahora
concentran nuestra atención fueron motivados por un comunicado que lanzó una de
tantas organizaciones
socialistas de la región, entusiasmada por lo que ocurre en Chile y que en
su parte final dice: “Llamamos a todas
las organizaciones internacionales para hacer una lectura en común de este
momento y para aunar las fuerzas revolucionarias para acabar con el capitalismo
sanguinario que nos somete a la miseria y a la muerte”[1].
Me pregunto: ¿Cuáles serán esas
organizaciones internacionales? ¿Si existen? ¿Cuáles son esas fuerzas
revolucionarias? ¿Existe siquiera un “mínimo borrador” de la lectura en común
de los hechos? ¿El capitalismo sanguinario se puede acabar de un momento a otro
por medio de una insurrección o un alzamiento popular? ¿Cuál es la mejor forma
de apoyar estos estallidos de rabia y frustración de amplios sectores
populares, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y trabajadores?
Estoy seguro que la mayoría de los
pequeños grupos que se auto-califican “internacionales” y/o se creen
“vanguardia” de las “fuerzas revolucionarias”, han sido tomadas por sorpresa
por estos hechos. Por otro lado, gran parte de las “izquierdas” han estado
detrás de los “gobiernos progresistas” y/o de las estrategias electorales, y
así mismo, basan sus análisis en argumentos de tipo “geopolítico”, otorgándole
el principal protagonismo a las potencias imperiales, sobredimensionando su
papel manipulador e ilusionándose con fantasías de diverso tipo.
Hoy, muchos de estos análisis
repiten lo que un pensador colombiano cuestionaba hace más de 40 años cuando
decía: “Juzgamos nuestra causa y nuestros actos con base en nuestros propósitos
y la de los adversarios por los resultados.[2]”
O sea, cuando estamos de acuerdo con una protesta popular, decimos que esta es
causada por las condiciones materiales; pero, cuando las protestas populares
son contra los gobiernos o poderes con los que simpatizamos, ellas son fruto de
la manipulación de nuestros enemigos. No tenemos el mismo rasero para analizar
los hechos, y ello, nos impide interpretar la realidad y actuar en consecuencia
con ella.
No obstante, la vida empuja y
seguirá empujando. Y el ejemplo cunde y abre camino. Los pueblos marcan la
pauta y nos obligan a rectificar. Y hay que hacerlo con urgencia.
E-mail: ferdorado@gmail.com /
[1]
Chile – Octubre 2019. Tendencia Socialista Revolucionaria, organización hermana
de la CSR en Chile. CSR-México: http://socialistarevolucionaria.org/chile-octubre-2019/
[2]
Estanislao Zuleta (1980). Sobre la idealización en la vida personal y colectiva
y otros ensayos. Colcultura, Bogotá D. C.
en Bolivia la CIA y duque pretenden desestabilizar a Evo.
ResponderEliminarMe reconozco en tus planteamientos, compañero. Y una vez más digo con la anarquía que el deseo de control es el mayor enemigo del género humano. Abrazo la insurreccione de todos los pueblos por sobre el control del Estado, digase este socialista o liberal. Prevalecerá lo mejor del ser humano, quizás cuando ya este a punto de su extinción, pero su tendencia natural es hacia la anarquía.
ResponderEliminarQué bueno Marti, me alegra mucho. Abrazo!
Eliminar