POR TODO LO QUE NOS UNE Y EN CONTRA DE TODO LO QUE NOS SEPARA
Los jóvenes de Colombia, los del SÍ y los del NO, los indecisos y los abstencionistas, reclamamos hoy nuestra vocería como ciudadanos en un momento crucial para el futuro del país. Que el mundo sepa que somos dueños de nuestro futuro y que no permaneceremos impávidos mientras otros deciden por nosotros.
Los jóvenes de Colombia hemos crecido en un entorno de violencia, odio y destrucción pero, aun así, comprendemos que nada de eso es “normal”. Y, lo que es más, ese no es el futuro que queremos para nosotros ni para nuestros hijos. Pese a las balas, las minas y las bombas, aún sentimos el dolor del otro y no reconocemos enemigos dentro de las fronteras de nuestra patria.
Los jóvenes de Colombia no tenemos en mente la próxima campaña presidencial, ni nos interesa fortalecernos políticamente, ni pretendemos complacer a alguna porción del electorado. Pensamos solo en nuestro futuro, en el país en el que queremos vivir, y en las vidas que podemos salvar si trabajamos unidos.
Los jóvenes de Colombia invitamos a nuestros padres, madres, abuelas y abuelos para que nos acompañen en esta lucha sin otra bandera que la de la Nación, sin otro partido que el de la reconciliación, y sin arma distinta a la razón. Exigimos que el centro de este proceso sigan siendo las víctimas y no los cálculos políticos, puesto que a aquellas no les podemos fallar.
Los jóvenes de Colombia confiamos en que el resultado del pasado domingo 2 de octubre no fue un portazo a la paz, sino una verdadera oportunidad para superar la polarización que tanto daño le hace al país, para tender puentes y hallar puntos de encuentro. Porque, aunque tengamos diferencias, no estamos divididos: todos somos Colombianos, todos queremos la paz y entre todos debemos construir un diálogo efectivo y eficaz para lograr un acuerdo viable, legítimo y duradero.
Los jóvenes de Colombia queremos que nuestros líderes, las FARC, e incluso el ELN, vean en el hecho político del pasado domingo, una oportunidad para que actúen con ese horizonte y aprovechen las alternativas que nos ofrece el Estado de Derecho para encontrar el camino incluyente hacia la paz.
Por eso los jóvenes de Colombia, sin ninguna estrategia, sin dobles intenciones, sin odios ni rencores, les exigimos a nuestros dirigentes y a quienes el día de hoy tienen incidencia en nuestro destino que no sean inferiores al compromiso histórico que se les ha otorgado. Confiamos en que tendrán todos, incluidas las FARC, la grandeza para mostrar el amor que dicen sentir por nuestro país cediendo, negociando y conversando como lo que somos: hermanos colombianos.
¡QUE LA PAZ SEA LA VICTORIA DE TODOS!
Por todo lo anterior, los JÓVENES DE COLOMBIA:
1. Rechazamos todo tipo de violencia cualquiera que sean las ideologías o intereses que pretendan justificarla.
2. Exigimos el respeto de los derechos humanos en Colombia.
3. Reiteramos que el Derecho a la paz es de obligatorio cumplimiento y no aceptaremos que se siga vulnerando.
4. Exigimos que se mantenga el cese bilateral al fuego como garantía para los ciudadanos y como expresa voluntad de la búsqueda negociada del fin del conflicto.
5. Creemos firmemente en el diálogo nacional como medio efectivo para encontrar el camino hacia la construcción de paz. Por ello, consideramos que las negociaciones con las FARC y el ELN no se deben abandonar.
6. Demandamos enérgicamente al Estado y sobre todo a la ciudadanía, reconocer la importancia de la participación ciudadana y hacer uso responsable de esta.
7. Reiteramos la necesidad de escuchar la voz de todos los colombianos, especialmente, la de los habitantes del campo, quienes han sido los más afectados por el conflicto y los más olvidados por nuestra nación.
8. Exhortamos a la reconciliación del país, que solo es posible entendiendo la necesidad de reconocer la diferencia y convivir en paz en medio de esta.
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