Para los frustrados y escépticos con
las prácticas del Polo, Verdes y Progresistas…
QUE PARTICIPE Y
DECIDA LA GENTE
Popayán, 20 de diciembre de 2014
Colombia va entrando en una fase de relativo y tibio auge democrático.
Varios síntomas así lo señalan. El proceso de Paz abre expectativas a un
ambiente de reconciliación que favorece la participación de la población en la
acción política, aunque en sí mismo el proceso no es garantía de avance
democrático. El cansancio con la politiquería y la corrupción es generalizado.
Hay un rechazo cada vez más creciente a la situación privilegiada de
congresistas, magistrados y altos funcionarios del Estado. La crisis del
sistema de salud es otro motivo de protesta permanente y la necesidad de
generar empleo formal y bien pagado es una demanda reiterada.
Pero además, surge una coyuntura que parece inesperada pero que se veía
venir. Han confluidos dos fenómenos económicos en el mundo que afectan la
situación fiscal del gobierno y la economía colombiana. El incremento de
la producción de petróleo basada en el "fracking" por parte de EE.UU.
y la caída del crecimiento de la economía china, además del mantenimiento de la
recesión en Europa, han provocado el desplome de los precios internacionales
del crudo lo que para el gobierno colombiano representa un faltante en el
presupuesto nacional aproximado a 19 billones de pesos y disparará el monto de
la Deuda Pública de forma exponencial (se calcula que ese costo será del 1% del
PIB).
Ese hecho va a obligar de inmediato al gobierno a diseñar y aprobar una
reforma tributaria con todas las consecuencias que trae para la población. También
intentarán seguir privatizando y vendiendo a Ecopetrol. Van a tratar de
presentar dicha situación como efecto exclusivo de factores internacionales
tratando de ocultar su responsabilidad política. El aumento y extensión del IVA
a nuevos productos, la re-estratificación de la población en las ciudades y
otras medidas similares estarán en sus planes. Además los recursos destinados
para la fase de “post-acuerdos” – que ya eran limitados – se verán fuertemente
afectados. Esa situación golpea además el modelo de re-primarización de la
economía que con la locomotora minero-energética la burguesía
trans-nacionalizada pretendía obtener grandes ganancias en sociedad con grandes
conglomerados capitalistas transnacionales.
Sin embargo para aprovechar plenamente ese relativo auge democrático y
la coyuntura de “crisis fiscal y económica”, se requiere un diseño estratégico
de nuevo tipo. Los actuales partidos y movimientos independientes,
alternativos, liberales, progresistas y de izquierda que hacen parte del
"movimiento democrático" no han logrado interpretarlo plenamente, y
por eso, no están en capacidad de liderar una propuesta que en verdad entusiasme
a las mayorías ciudadanas.
Uno de los problemas que tenemos es que los procesos políticos que se
reclaman de avanzada y promotores del cambio, continúan reproduciendo las
costumbres políticas de los partidos oligárquicos tradicionales. El caudillismo
y el gamonalismo hacen carrera en todas las agrupaciones, no hay un serio
trabajo de construcción de equipos y niveles de decisión colectivos, las principales
determinaciones están monopolizadas por cúpulas burocráticas que cierran los
espacios y, el seguidismo al líder o dirigente es la práctica permanente.
Por ello, a pesar de los aciertos en algunos aspectos de la política
progresista y de izquierda que no se pueden negar, esas agrupaciones políticas
no desarrollan un accionar verdaderamente democrático, no dan ejemplo a la
sociedad y como herramienta de transformación dejan mucho que desear.
Por lo tanto – insistimos –, se requiere una iniciativa de nuevo tipo,
que sirva de dinamizador, contrapeso, catalizador, “empujador”, desencadenador
de nuevas dinámicas, impulsador de una nueva “ola democrática multicolor y
poderosa”, que sirva para barrer definitivamente con el clientelismo y
politiquería propia de una sociedad “colonial” que se niega a entrar en la
modernidad.
Se necesitan dos características fundamentales para que ese nuevo
esfuerzo sea exitoso:
1. Desarrollar una práctica efectivamente democrática hacia adentro y
hacia afuera.
2. Levantar e impulsar un programa táctico que logre movilizar a las
mayorías de la población.
Práctica democrática integral
Necesitamos un movimiento que practique, hacia su interior y en su
relacionamiento con la sociedad, un verdadero espíritu y práctica democrática. No
es posible construir democracia si no somos capaces de contar con una
herramienta cualificada que sirva de modelo y motivación para el conjunto de la
población. La democracia se construye con ejemplo.
En Colombia no tenemos una verdadera tradición democrática. Incluso, en
las organizaciones sociales el espíritu burocrático y el individualismo se
imponen en los procesos de organización y decisión. En algunos casos se
promueve la “democracia asamblearia” como la gran solución, pero si no existen
instancias organizativas insertadas en la población que “desde abajo” canalicen
la participación de las bases sociales, las grandes asambleas son sólo
pantomimas y apariencia de democracia.
Un movimiento cualitativamente superior a lo que hemos tenido debe
impulsar y construir por lo menos las siguientes prácticas:
- Organizar niveles de decisión “internos” democráticos, basados en el
debate fraterno y franco, el estudio y análisis concienzudo de la realidad y en
la consulta permanente a la población a través de medios como las redes
sociales y los medios de comunicación.
- Impulsar procesos de organización de la población o interlocutar
permanentemente con las existentes a fin de promover una actitud política que relacione
lo sectorial (barrial, laboral, agrario, campesino, indígena, de género, etc.)
con los problemas locales, regionales, nacionales e internacionales, a fin de
combatir el espíritu estrecho que impide que las organizaciones sociales
aporten de forma integral en la formulación de políticas públicas.
- Combinar creativa y flexiblemente el papel de los individuos y los
equipos de trabajo colectivos con el fin de estimular la iniciativa, con base
en lineamientos generales de política, con políticas gruesas que orienten a la
militancia y simpatizantes en su accionar permanente con la población.
El programa coyuntural
Ese nuevo proyecto político debe levantar un programa político y de
acción para que el “movimiento democrático” sea gobierno en 2018. Están dadas
las condiciones para que esa meta sea conseguible. Sin embargo, si no se evalúa
la experiencia de 2013 en donde la construcción de la “tercería” fue un fracaso
de las prácticas que basaron su accionar – no en la construcción de un programa
unificador – sino en los acuerdos entre cúpulas burocráticas de los dirigentes,
llegaremos a 2018 divididos y dispersos como ocurrió en las elecciones pasadas.
Y entonces, nos veremos obligados – para supuestamente derrotar al “uribismo” –
a escoger entre lo malo y lo peor como acaba de ocurrir en 2014.
Se trata de elaborar un programa táctico para ganar la voluntad de las
mayorías y derrotar a los políticos corruptos. El programa que empezamos a
tener en mente debe contar – entre otras – con las siguientes características:
- Recoger aspectos de la vida de la población muy concretos y movilizadores.
- Temas como la corrupción y la ineficiencia, los privilegios de los
políticos, congresistas, magistrados y altos funcionarios del Estado, la
defensa de lo público y el medio ambiente, el empleo y la precariedad del
trabajo, deben estar entre los principales.
Inicialmente no se debe pretender un programa para resolver totalmente
problemas estructurales. Es un programa para acceder al gobierno central
(nacional). Ya en el gobierno el “movimiento democrático” deberá impulsar un
“proceso constituyente” – de acuerdo a la correlación de fuerzas – para avanzar
en la solución de problemas estructurales con base en la combinación creativa
entre transformación de la democracia representativa y la construcción y
consolidación de democracia directa.
En lo que se debe insistir es en que no podemos pretender superar el
capitalismo de un día para otro. Nuestras economías – dependientes, permeadas y
dominadas casi totalmente por el gran capital financiero internacional –, sólo
podrán ser verdaderamente autónomas en un proceso largo y dispendioso que debe
pasar por el fortalecimiento de nuestra base productiva, la industrialización
de nuestras materias primas, la apropiación de la comercialización
internacional de nuestros productos por medio de grandes empresas
“trans-latinoamericanas”, ojalá de tipo comunitario y cooperativo, para
disputar la ganancia que se realiza en el mundo desarrollado, y en fin, se
requiere un proceso paulatino de acumulación de poder material real, nuevas
tecnologías de punta, construcción de seguridad y soberanía alimentaria,
recuperación de los medios de información y comunicación, y un proceso de
construcción de condiciones materiales, culturales y sociales para poder dar
más adelante saltos cualitativos hacia modelos y relaciones de producción
post-capitalistas viables y sostenibles.
Lo contrario es pensar con el deseo. Los socialistas deben ser parte del
“movimiento democrático”, ser un sector paciente pero visionario, adecuado a la
realidad del mundo globalizado, crítico del “socialismo estatista” del siglo XX
que basó su accionar en el aparato estatal y no en la iniciativa de los
trabajadores y de la población en general. Si así se comportan, podrán influir
en el movimiento democrático, entendiéndose con otras corrientes de pensamiento
liberal, socialdemócrata, humanista, y otros, sin afanes ni pretensiones
hegemonistas que convertirían este experimento en un nuevo fracaso, quitándole
su esencia plural y amplia para reducirlo a una nueva secta “esclarecida” pero
aislada y sola.
Existen las condiciones
para avanzar con ésta nueva experiencia. Cientos de dirigentes jóvenes que
participaron del Polo, en la Ola Verde, que empiezan a cuestionarse los límites
caudillistas y burocráticos del Progresismo, que están frustrados y escépticos,
están a la expectativa y dispuestos a construir colectivamente esta nueva
experiencia. ¡Intentémoslo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario