Concentración en Barranquilla. Fotografía tomada de El Estado.Net |
La estrategia de la
oligarquía frente al Pacto Histórico
Popayán, 16 de diciembre de 2021
Desde 1948 no se perfilaba un
proyecto político de raigambre popular que pusiera en peligro la hegemonía oligárquica
y conservadora que ha dominado desde siempre a la sociedad y al Estado
colombiano. Jorge Eliécer Gaitán fue el último dirigente político que puso en
jaque a las castas dominantes de este país. Hoy es Gustavo Petro quien lidera
un proceso socio-político que revive ese momento y emula esa acción
emancipatoria.
Y por supuesto, esa oligarquía y
sus mandaderos cortesanos, están nerviosos y con los pelos de punta. Hasta
ahora no se ha hecho expresa la reacción del gobierno de los EE.UU., pero dado
que esta “republiqueta” siempre ha actuado como colonia y ha sido punta de lanza
del imperio en la región, deben estar interviniendo detrás del escenario. El
torpe alinderamiento del actual gobierno de Duque (y Uribe) en favor de Trump
les impide hacerlo de frente.
En días recientes quedó más o
menos claro el panorama electoral en Colombia para 2022. Los últimos
movimientos, pronunciamientos, jugadas e inscripciones de candidatos
presidenciales y de listas al Congreso (Senado y Cámara), son señales con las
que se puede dibujar el escenario venidero. Los “políticos”, partidos y
coaliciones han quedado expuestos.
El Pacto Histórico y Petro mantuvieron
la iniciativa política en 2021. Su dinámica y empuje obligaron a que las
consultas presidenciales sean más robustas en comparación con 2018. Se
enfrentarán diversos agrupamientos y coaliciones que van a ser determinantes
para posicionar a los principales candidatos de cara a la primera vuelta (mayo/22).
Además, esas consultas tendrán cierta influencia en la elección de congresistas,
aunque no como se quisiera.
La diferencia con 2018 es que se
han presentado una serie de “fugas” ideológicas, no tan explícitas ni reconocidas.
Las causas de la paz y la anticorrupción están desdibujadas, mientras aparecen
otros temas de tipo estructural. La izquierda viró hacia el “centro”, atrayendo
liberales y verdes; el “centro” implosionó y giró dramáticamente hacia la
derecha; y las derechas tradicionales, incluido el “uribismo”, terminaron
agrupándose alrededor de sus fortalezas que no son otras que las mafias y la
corrupción vestida de “eficiencia”.
La “amenaza petrista”
El momento político está signado
por lo que las castas dominantes han definido como la “amenaza petrista”. Ellos
y sus asesores saben que se han presentado todas las condiciones para que -por
primera vez- llegue a la Presidencia un líder popular que cuenta con el perfil,
experiencia, preparación, inteligencia, audacia y el apoyo ciudadano para lograrlo.
Pero lo que más temen, es que ese
hecho político desencadene un proceso de cambio que empodere a amplios sectores
sociales empobrecidos, marginados y excluidos de lo que llaman “democracia” y “desarrollo”,
que pueda poner en riesgo los privilegios que han atesorado a lo largo de los
siglos en que su dominación fue impuesta a sangre y fuego.
Para impedir ese hecho tratan de inocular
su miedo entre las gentes. Utilizan lo ocurrido en Cuba, Nicaragua y Venezuela
mostrando solo una cara de la moneda; niegan el papel del imperio estadounidense
en la deriva autoritaria que surgió en esos países (bloqueo), y paralelamente, ocultan
o tergiversan lo que ha ocurrido en países de América Latina en donde el
progresismo y las izquierdas han logrado importantes avances para sus pueblos y
naciones.
Pero como hasta ahora esa
estrategia no les ha funcionado plenamente, dado que Petro ha avanzado en la
tarea de desmontar esa imagen construida por sus enemigos sin renunciar a
sus principales propuestas de cambio estructural, podemos observar como la
oligarquía y sus mandaderos cortesanos juegan a varias bandas aunque saben que
al final tendrán que unirse para defender la “institucionalidad democrática”
que supuestamente está amenazada.
Y del lado del Pacto Histórico y Petro, saben también que con las fuerzas habituales
de la izquierda y progresistas no pueden disputar seriamente la Presidencia.
Por ello han diseñado una estrategia inteligente que, por lo visto, no todos
sus integrantes comprenden, que consiste en impulsar un nuevo tipo de coalición
que no estaba en los planes de nadie: la “reconciliación entre contrarios históricos”
que Petro define como la esencia del Pacto.
Esas dos estrategias, la oligárquica
y la democrática, las analizo brevemente a continuación.
La fórmula tradicional de la
oligarquía
Cuando hablamos de oligarquía nos
referimos a los grandes grupos económicos que tienen origen “colombiano” pero
que en la actualidad juegan en las grandes ligas del capitalismo financiero
globalizado. Ellos hoy comparten el territorio, las riquezas, el mercado y la
mano de obra de nuestro país con los enormes conglomerados capitalistas de
diversa procedencia y origen (estadounidense, canadiense, mexicano, europeo,
chino, etc.).
Como lo afirma Jorge Senior, ha
sido la oligarquía latifundista, conservadora y clerical la que siempre ha
dominado en lo económico, político y cultural, e incluso, se “recicló” en los
años 80s con dineros del narcotráfico para volverse capitalista. A lo largo de
la historia se han valido de diferentes expresiones políticas para engañar a
los pueblos y trabajadores, estimulando el surgimiento de expresiones políticas
radicales, centenaristas, “uniones nacionales”, liberales y conservadores, y
aún, comunistas, siempre y cuando no pusieran en peligro su hegemonía.
Como ese “juego democrático” en
Colombia no ha sido suficiente para controlar las verdaderas rebeldías
populares (indígenas y campesinas), alentaron levantamientos y sublevaciones armadas
para identificar a los líderes populares y liquidarlos mediante el asesinato o
la desaparición, si no accedían a someterse a sus designios. Dicho método es
una herencia aprendida de sus antepasados españoles que la usaron en forma
sistemática.
Ejemplo de ello no es solo el caso
de Gaitán sino el
asesinato de todos los candidatos presidenciales que durante la década de
los años 80s y 90s del siglo pasado (XX) se atrevieron a desafiar a esa casta
dominante como fueron Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Pizarro
León-Gómez, Luis Carlos Galán Sarmiento y Álvaro Gómez Hurtado.
No obstante, a pesar que esa “solución”
criminal sigue vigente y es una real amenaza, pienso que los grandes poderes
intentarán derrotar a Petro usando “su legalidad”. Están frenados, un poco, por
lo ocurrido en los últimos 2 años, con pandemia y estallido social incluidos,
sumado a las acciones de la ONU y otros organismos internacionales de monitoreo
al “proceso de paz”. Todo ello ha colocado a la defensiva a las fuerzas más reaccionarias
del establecimiento oligárquico. El último informe
sobre la masacre de jóvenes en Bogotá entre el 9 y 10 septiembre del 2020,
es un ejemplo.
La estrategia de “varias
bandas”
Y allí es donde entra a jugar la
estrategia de “varias bandas”. Ante el debilitamiento de sus partidos “históricos”
(liberal y conservador) y la quiebra moral de los “nuevos” (La “U”, Cambio Radical,
Centro Democrático), y frente al reto que les ha planteado Petro y el Pacto
Histórico, no tienen otro camino que construir “otras alternativas”, que asumen
la forma de “coalición” pero que en realidad es una simple sumatoria de
personajes sin partido o con partidos “rehabilitados y revividos” para la
ocasión (Nuevo Liberalismo, Oxígeno Verde).
Frente a la implosión de la Alianza
Verde, el nulo crecimiento de Compromiso Ciudadano y el desgaste de Sergio
Fajardo, los cuadros más cercanos a Juan Manuel Santos (De la Calle, Cristo)
con la ayuda de Ingrid Betancourt se inventan la candidatura de Alejandro
Gaviria, y atraen hacia ese “nuevo centro político” a los hermanos Galán y
otros personajes, que siempre han tratado de mantener una imagen de impolutos y
no corruptos, pero que siempre han sido mandaderos y cortesanos de la
oligarquía colombiana.
En esas circunstancias, el
pequeño grupo llamado “Dignidad” a que se redujo el Moir y otros pocos aliados
que tenían dentro del PDA, han tenido que acomodarse en dicha “coalición”,
colocando por delante de su acción política los odios y resentimientos
acumulados contra Petro, renunciando a su pasado de independencia y de
representación “obrera”, convirtiendo la consigna de “defensa de la producción
nacional” en “alianza con la oligarquía financiera”.
Esta “banda” ha mostrado en todas
sus acciones y pronunciamientos que su objetivo central es “derrotar a Petro”. Frente
al cambio real y efectivo que propone el Pacto Histórico basado en la “democratizar
la tierra, el crédito, el conocimiento y la riqueza”, la “industrialización del
aparato productivo” y “el cambio de la matriz energética para dejar de depender
de los combustibles fósiles”, la coalición Centro Esperanza lo único que se
atreve a plantear es que los “cambios tienen que ser moderados”, que “no
podemos dar saltos al vacío”, y que Petro es un populista y demagogo.
Mientras las clases dominantes
alientan y apoyan por los medios de comunicación al “Centro Esperanza”, paralelamente,
construyen la verdadera alternativa que puede vencer a Petro. Por ahora le
llaman “Equipo por Colombia” o “Coalición de la Experiencia”, conformada por el
exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, el exalcalde de Medellín Federico
Gutiérrez, el exalcalde de Barranquilla Alex Char, la exgobernadora del Valle
del Cauca Dilian Francisca Toro, el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry
y el exsenador David Barguil.
Esta “banda” no solo ataca de la
misma forma a Petro, tachándolo de subversivo, castro-chavista, exguerrillero,
demagogo y populista sino que intenta desprestigiar su paso por la Alcaldía de
Bogotá. La esencia de este “agrupamiento” de exmandatarios locales o regionales
es totalmente clientelar y corrupta. Construyeron su perfil político de la mano
del gran capital, son neoliberales a morir, no les interesa en lo más mínimo la
gente y su fortaleza se basa en el apoyo de los grandes “cacaos” y la compra de
votos. El más opcionado es Char.
Además, van a jugar otros dos
candidatos sueltos que no van a ir a consulta. Uno es el candidato del Centro Democrático,
Oscar Iván Zuluaga, y el otro es el candidato independiente, Rodolfo Hernández,
exalcalde de Bucaramanga. El primero es la aparente ficha de Uribe y muy
seguramente se mantendrá por fuera de las coaliciones para poder obtener una
bancada parlamentaria con la cual negociar. El segundo, su principal propuesta
es la anticorrupción, se muestra honesto pero no representa un peligro para el “sistema”.
Como ya se ha visto en sus primeras
intervenciones, todos tienen en la mira a Petro. Después de la primera vuelta y
si ningún candidato logra más del 50% de los votos, todos llamarán a votar por
la “defensa de las instituciones”, “todos contra Petro”.
La estrategia del Pacto
Histórico
Candidatas del Pacto Histórico (Fotografía del twitter de Gustavo Bolívar)
El proceso político denominado
Pacto Histórico (PH) en Colombia -impulsado y liderado por Gustavo Petro- hace
parte de los procesos de cambio latinoamericanos. Pareciera ser un experimento sui
generis porque este país está saliendo de un larguísimo y complejo
conflicto armado. No obstante, es parte de los procesos progresistas recientes
de América Latina, aunque debido a una serie de circunstancias acumuladas en el
tiempo, puede experimentar y concretar nuevos caminos y aportes.
Petro ha logrado desencadenar un
proceso de aglutinación y articulación de diversas fuerzas sociales y políticas
que separadas y aisladas no podrían enfrentar el poder de unas castas
dominantes que utilizan “todas las formas de lucha” para mantener su hegemonía.
La estrategia del PH es bastante diferente
a la que se hizo hasta hace 4 años y que mucha gente todavía tiene en la cabeza
y en el corazón. Petro junta a la gente en torno a sus ideas, a su historia de
luchador y líder del cambio, pero a la vez, intenta interpretar y potenciar la
diversidad propia de un país tan complejo como el colombiano.
El Pacto Histórico impulsa y
desarrolla tres (3) procesos complejos de “juntanza” que son: a) El encuentro “de
hecho” y “no formal” de movimientos sociales y de gentes sin partido; b) La
coalición “formal” de sectores políticos específicos y variados; y c) El pacto
entre contrarios históricos (dinámico y conflictivo) como forma de reconciliar
a la sociedad y avanzar.
En lo social, se presenta una
confluencia de pueblos indígenas, comunidades negras, sectores campesinos, trabajadores
urbanos y “clases medias”. Todos ellos se expresaron de diferentes formas en el
reciente estallido social. Los productores agrarios y el “precariado” están
cerca pero todavía indecisos y deben ser ganados con propuestas viables (“no
sueños”).
En lo político electoral, se
están aglutinando vertientes políticas que -una vez superado el tema de la “paz
chiquita” (desarme y desmovilización de las Farc)- están encontrando puntos
programáticos de acción en común. Ellos son: las izquierdas, los verdes y los
liberales.
Las izquierdas se centran en
consolidar la paz y la democratización de la tierra; los verdes se entusiasman
con el cambio de la matriz energética; y los liberales más independientes
retoman la propuesta de la industrialización de nuestras materias primas y la
reforma política. El encuentro entre “contrarios históricos” genera algunos
roces y debates en curso[1].
Hasta el momento la estrategia
del PH ha dado importantes resultados. Petro ha flexibilizado la política de
alianzas pero ha mantenido y perfeccionado el programa y las propuestas de
cambio.
Su propuesta de “reconciliación
de contrarios históricos” ha sido una sorpresa para muchos sectores, incluso al
interior de la izquierda, pero a su vez, es criticada desde las otras
coaliciones y vertientes políticas.
Agudos analistas
y contradictores
“ideológicos” se preocupan por colocarle límites al Pacto Histórico, fungiendo
de “buenos consejeros” pero con el objetivo de crear cizaña y desconcierto en
las filas del progresismo.
La perspectiva de las
elecciones de marzo/22
Es evidente que los candidatos
que no jueguen en las consultas presidenciales de marzo de 2022 van a salir
debilitados hacia la primera vuelta. La experiencia de 2018 así lo enseñó. En
relación a las elecciones legislativas, la retroalimentación entre las campañas
al Congreso y las presidenciales, pareciera ser más fuerte en los partidos
tradicionales porque la maquinaria la tienen los gamonales políticos de región
y municipio. Por ello fue que eliminaron la Ley de Garantías.
Muy seguramente a medida que las
encuestas reflejen la aceptación o no de los candidatos en juego, habrá muchas
deserciones en favor de uno u otro candidato, y los acuerdos y componendas
serán la comidilla del momento.
Por ahora es difícil hacer
pronósticos. La consulta del PH tendrá como fuerte arrastre la candidatura de
Petro. En el Centro Esperanza la competencia va a ser protagonizada principalmente
por Fajardo, Gaviria y Galán. Y en la del Equipo por Colombia, muy seguramente los
candidatos (as) con mayor maquinaria partidista (La U y CR) y capacidad de
compra de votos (Dilian, Char), se disputarán esa candidatura.
En relación a las elecciones
legislativas solo me atrevo a plantear lo siguiente respecto del Pacto Histórico.
Debido a que dicho proceso de “juntanza” es relativamente nuevo y reciente, era
muy difícil construir una “unidad total” alrededor de las listas oficiales al Senado,
mucho más cuando dicha lista es “cerrada” y “en cremallera”, para garantizar -supuestamente-
la elección de dirigentes sociales, representaciones étnicas y de mujeres.
En realidad, la dinámica del PH juega
alrededor de la candidatura de Petro sin que ello signifique menospreciar las
otras candidaturas. Es un hecho real y comprobable. Lo que hay que tener en
cuenta es que el verdadero pacto histórico está siendo representado por muchos
más candidatos al Congreso tanto de dentro como por fuera de las listas
oficiales del PH.
Ejemplo de ello es la lista de
Fuerza Ciudadana, la presencia en la lista de AV de algunos “verdes” que no
podían salirse de ese partido, la de “Estamos Listas” (feminista), las listas de
circunscripción indígena y afro, e incluso, candidatos que hacen parte de
listas de los partidos tradicionales.
En el Cauca, por ejemplo, hay
candidatos a Cámara y Senado que las bases los obligaron en el pasado y los
obligarán en el futuro, a apoyar a Petro en las elecciones presidenciales.
Esa situación obliga a los
integrantes del Pacto Histórico a ser muy inteligentes en esas campañas a
Senado y Cámara. Lo principal es que Petro llegue a la Presidencia (dado el
carácter presidencialista de este precario Estado colombiano).
Y si se logra ese objetivo y la
representación lograda en el Congreso no es mayoritaria, tendrá que gobernar
apoyándose en la Constitución y en muchas leyes vigentes. Así podrá gobernar
durante algún tiempo y sobre todo, DEFENDERSE de los inevitables ataques
e intentos de golpe de Estado que desde ya planean e intentarán ejecutar.
Y, avizorando lo que viene, Petro
y el Pacto Histórico, tendrán que consolidarse y apoyarse en la gente, en
nuestro pueblo, para poder avanzar y garantizar un verdadero cambio. El estallido
social demostró el potencial de una sociedad que sólo organizada y movilizada será
garantía para gobernar “desde abajo” apoyándose en los que hagan parte del
gobierno (“por arriba”).
No todo es Estado. Si Petro llega
a la Presidencia tendrá que estimular la organización popular, la movilización
ciudadana, y el “emprendimiento asociativo y colaborativo”, para que sus
propuestas de industrialización y de cambio de matriz energética sean una
realidad. Es lo que hemos aprendido de los demás gobiernos progresistas de
América Latina, de sus errores y aciertos.
Notas:
Senior, Jorge (2020). El fascismo
azul. Unicornio. Recuperado de: https://www.elunicornio.co/hablemos-del-fascismo-azul/
García Sierra, Juan Carlos
(2020). Estos fueron los candidatos a la Presidencia de Colombia que fueron
asesinados. Colombia.com. Recuperado de: https://www.colombia.com/actualidad/judicial/candidatos-a-la-presidencia-de-colombia-que-fueron-asesinados-en-plena-campana-electoral-278179
Oquendo, Catalina (2021). Una
investigación de la ONU concluye que la policía colombiana mató a 11 jóvenes en
las protestas de Bogotá. El País, España, Recuperado de: https://elpais.com/internacional/2021-12-13/una-investigacion-de-la-onu-concluye-que-la-policia-colombiana-mato-a-11-jovenes-en-las-protestas-de-bogota.html
Gómez Pinilla, Jorge (2021). Las
jugadas de Petro buscan un gol olímpico. El Espectador. Recuperado de: https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/jorge-gomez-pinilla/las-jugadas-de-petro-buscan-un-gol-olimpico/?utm_source=interno&utm_medium=boton&utm_campaign=share_notas&utm_content=boton_whatsapp_share_notas
[1] La propuesta liderada por
Luis Pérez, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, de lograr que el
partido liberal participara en la consulta popular de marzo/22 del PH
(primarias interpartidistas para escoger candidato a la presidencia de la
república), ha generado un gran debate y fuertes pronunciamientos contra Petro
de parte de integrantes de ese proceso de convergencia política, debido al
pasado de ese político tradicional y a graves acusaciones que se hacen sobre
supuestas alianzas con el uribismo y el paramilitarismo. Sin embargo, tal
propuesta no prosperó dentro del partido liberal pero permitió el debate
interno. (Nota del Autor).
Valida las apreciaciones, falto las equivocaciones de como se construyo, las listas a Comgreso, sin un adecuado proceso ni como, construimos mecanismos de juntanza con sectores conversos en dichas listas.
ResponderEliminarSin duda nos restaran votos a la larga en las presidenciales de primera vuelta y en la segunda si la hay, no garantiza que mucho converso acompañe.
Por lo demas, no existe un impulso desde CH y PH, que nos permitiera una dinamica de trabajo en los territorios, tendiente a formar partido, consolidar PH y efectuar un trabajo de precampaña.
Sobra decir, que las estrategias de la contraparte y nuestros errores pesaran en contra de la posibilidad de ganar.
Por que omitio, dar un plumazo a tan evidente situacion?.
Gracias por su comentario amigo. Son temas delicados y muy complejos. Hay muchas fuerzas e intereses en juego. En este momento no es prudente meterse en camisa de once varas. Los enemigos del proceso están listos para generar división y no es bueno hacerle el juego. Todo a su debido tiempo; todo es perfectible pero lo "más perfecto" es lo viable y posible. Hasta el lunes tienen tiempo de arreglar algunos entuertos de las listas pero lo principal es actuar como Pacto e ir arreglando las cosas por el camino. Saludos y gracias amigo.
EliminarBien apreciado Fernando. Un análisis sereno y objetivo que debería servir como insumo para la 'dirigencia' del PH. Ojalá éstos lo puedan 'leer y digerir. Abrazo.
ResponderEliminarMuy preciso y necesario artículo sobre todo en estos momentos en que muchos sectores democráticos no han asimilado bien el concepto de Pacto Histórico, en realidad es también un concepto político. Es a su vez un ensayo que se pone a prueba en las elecciones de marzo de 2022. Anotó que Petro no fallará en el cumplimiento de los acuerdos de paz y la JEP cumplirá su misión.
ResponderEliminarDe acuerdo. Saludos
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