Popayán, 12 de agosto de 2021
En la caracterización del
estallido social que “explotó” en Colombia desde noviembre de 2019 hasta junio
de 2021 (interrumpido por la pandemia) hemos alertado sobre la tendencia a
idealizar los estallidos al confundirlos con “levantamientos” y/o revoluciones.
Numerosos estallidos sociales se
han presentado últimamente en el mundo. Muchos de ellos fueron canalizados por
los imperios, las oligarquías y las fuerzas conservadoras (Egipto, Libia, Siria,
etc.). En Colombia, los estallidos sociales -desde siempre- han sido derrotados
a punta de “plomo” por las castas dominantes y, luego, han sido “volteados” y puestos
a su servicio para eternizar su poder.
Por ello, hemos insistido hasta
la saciedad en algunos de estos aspectos:
Que fue un “estallido”, y por
tanto, no fue programado ni controlado por nadie. Que a lo largo de los días,
semanas y meses, la naturaleza del estallido fue cambiando de acuerdo a la
dinámica y evolución de los sectores sociales en juego (y de la respuesta del
gobierno).
Que detrás de ese fenómeno había
un acumulado de causas justas y conflictos de diversa naturaleza. Fue una
importante expresión de la diversidad y multiplicidad de fuerzas, movimientos y
organizaciones sociales y políticas. Pero, para que ese potencial se convierta en
algo transformador se hace necesaria una efectiva dirección política (formal
y/o no formal).
Hemos planteado que la falta de
dirección política no es un problema solo de tipo “organizativo” sino,
fundamentalmente, de no contar con un objetivo claro y unificado. Es evidente
que cuando las fuerzas del cambio portan algún grado de madurez pueden -sobre
la marcha- dotar al movimiento de objetivos claros y conducirlo hacia triunfos
que sirvan para acumular fuerzas.
Tal situación no se presentó en
Colombia. Unos, querían tumbar a Duque; otros, derrocar al Régimen; unos más,
negociar pliegos sectoriales; otros más, obtener réditos electorales; y algunos
más, empoderarse en territorios para controlar y ampliar sus negocios mafiosos
y oscuros.
Se ha demostrado que estaba más
preparado el gobierno y la oligarquía (y el Imperio) que las fuerzas populares.
El gobierno (“uribismo”) infiltró las marchas y protestas para generar
violencia; desacreditar y desgastar la protesta social; aislar y golpear a los
sectores más “radicales”; asesinar jóvenes y crear terror con sus fuerzas
policiales y paramilitares.
Y luego, finalmente, culpar a los
sectores políticos de izquierda de todo lo ocurrido. En esa tarea están logrando
relativos éxitos. Y, además, no podemos negar que algunos “grupos” que vienen
de atrás (“ayer”) con sus concepciones y “sueños insurreccionales” (dado que no
han evaluado en su fracasado trasegar guerrillerista) han influido en algunos
sectores de la juventud y le han hecho el juego a las derechas y al gobierno
con acciones aventureras y hasta suicidas.
Hoy que estamos en la fase de “aprovechamiento
político” del estallido social es necesario reflexionar. No quiero desanimar a
nadie pero, es indudable que algunos errores que se vienen cometiendo le están
facilitando el trabajo sucio y criminal a la oligarquía, que va consiguiendo la
deslegitimación y el desprestigio de las luchas populares. A pesar nuestro.
Poco a poco las castas dominantes
van unificando sus posiciones de derecha y de
supuestos “centros”, para derrotar una vez más en las urnas los anhelos de
transformación que se expresaron masiva y creativamente en los primeros
momentos del estallido social.
Un aporte “algo diferente” a
la reflexión
Al interior de los sectores que
se han agrupado alrededor del Pacto Histórico se presenta en la actualidad un
fuerte debate sobre la decisión (ya tomada) de organizar
una lista “cerrada” para el Senado (“cámara alta” del Parlamento). En mi
opinión el verdadero problema es clarificar qué imaginario estamos construyendo
para “enamorar” a las mayorías de la sociedad y cómo nos va “leyendo” la gente
del común.
No obstante, asumo el análisis de
lo que está ocurriendo; tanto de la evaluación del Paro Nacional (estallido )
como de los escenarios de participación en las elecciones legislativas y presidenciales
del año entrante (2022), aplicando -breve y sintéticamente- el enfoque
planteado por
George Steiner con ocasión de su estudio de la “Antígona” de Sófocles.
En su obra el escritor inglés plantea
lo que considera son los cinco (5) conflictos (relaciones) que determinan -desde
siempre- la condición humana: entre individuo y sociedad; mujeres y
hombres; adultos y jóvenes; vivos y muertos; y humanos y dioses.
Durante el estallido social se
expresaron de muchas formas esos conflictos y relaciones. En sus inicios se
movilizó la multitud como un “todo”, las mayorías colombianas, más allá de
clases y sectores, géneros, etnias, culturas y/o religiones, se expresaron y
arrumaron a Duque.
Poco a poco, la relación
individuo/colectivo se fue expresando en su diversidad y particularidad. No
existía la fuerza cohesionadora del “colectivo-social” y allí, los intereses
individuales-sectoriales fueron debilitando la enorme fuerza inicial.
Es normal que ello ocurra en una
sociedad como la nuestra, que desde antes de la invasión europea y de la colonización
ibérica-castellana, ya era muy diversa y compleja. Pero además, se fue haciendo
más diversa y compleja a lo largo de estos siglos, lo cual es positivo si lo
valoramos en su potencialidad pero, a la vez, si contrarrestamos a la
oligarquía que azuza y utiliza las diferencias para generar enfrentamiento y
división.
A manera de brochazos rápidos
veamos cómo se expresaron las otras cuatro “relaciones-conflictos” durante el
estallido social y cómo juegan en la conformación de las listas del Pacto
Histórico para las elecciones de 2022.
Las mujeres irrumpieron como
nunca durante las protestas de estos casi dos años de movilización social.
Fueron grandes protagonistas en marchas, en los “performances artísticos” en
las calles, en las ollas comunitarias, y en general en todas las acciones de
protesta.
Es posible que a la hora de
transformar esa fuerza real de las mujeres en representación política suceda lo
que ocurrió
en Chile en donde ellas fueron mayoritarias a los hombres. Todo depende de
las “formas” que se asuman en la conformación de las listas y de la decisión de
ellas mismas.
Lo mismo ocurrió y puede suceder con
los jóvenes. No obstante, se ha presentado una especie de idealización de
algunos sectores de la juventud agrupada en la “primera línea”. El “síndrome de
Adán” se ha querido estimular para intentar desechar las experiencias de luchas
pasadas. El mismo gobierno juega a agudizar la contradicción entre jóvenes y
viejos, e intenta “gremializar” a los jóvenes, como dice un amigo, con falsas
propuestas de participación y empleo.
El conflicto-relación entre vivos
y muertos se manifestó, entre otros fenómenos, con la desmontada (y en algunos
casos) destrucción de estatuas y monumentos durante marchas y protestas.
Otro compañero ha realizado un muy interesante debate y trabajo sobre dichos
eventos y actitudes.
Y lo mismo, afloró y sigue
aflorando la contradicción-relación entre humanos y dioses. La “tensión
callejera” y muchos rituales de diverso tipo muestran como las gentes van
derrocando ídolos e íconos pero en medio de la pandemia y de la indignación, se
presentan manifestaciones de nuevas espiritualidades que se expresan ahora como
“vitalismos” y “animismos” de nuevo tipo.
Por ello, por todo lo anterior y
por muchos otros fenómenos y sucesos que se quedan en el tintero, afirmo que “las
elecciones de 2022 serán un reflejo del estallido social”.
Habrá de todo: alineados con la
izquierda, desalineados, progresistas, organizaciones y movimientos sociales,
“outsiders”, “centros” y “descentros”, liberales y conservadores residuales de
todo tipo trepados y “colgados” de proyectos de diferente color y sabor.
También surgirán independientes
de todas clases, “primeras y segundas líneas”, y de seguro, “votos en blanco” y
abstencionistas radicales y tradicionales. Tal vez, como ocurrió en Chile,
muchos de esos “independientes” sean los que salven la “papeleta” de las
tendencias progresistas y democráticas que están en la mente de mucha gente.
Es lo normal, y así y todo, el
pueblo y la sociedad colombiana van a avanzar. No como lo quisiéramos pero se
avanzará. Hay que ayudar como ciudadanos de a pie. Hay muchas formas de
colaborar. Sin tanto fanatismo ni
sectarismo. Con tranquilidad y creatividad, como si estuviéramos “marchando”.
Ojalá superando tanto vicio y espíritu “grupista”.
Las derechas están en problemas,
tendrán que unirse y mostrarán todo el cobre y su podredumbre. Por algo su “sub-presidente”
está preocupado y patalea como un tonto. Es bueno que patalee, no hay que
tomarlo tan en serio.
Algunos escenarios posibles en
la Colombia de 2022
1. Se genera el “efecto Chile”:
la derecha se debilita, la izquierda se fortalece pero el “centro independiente”
logra mayorías “moderadas”.
2. Se presenta el “fenómeno
Ecuador”: la derecha se debilita pero gana por causa de la división de la
izquierda.
3. Se da el “proceso de Bolivia”:
la derecha y el “centro” se debilitan y la izquierda gana con estrategias y posiciones
“moderadas”.
4. Se presenta el “fenómeno Perú”:
en 1ª vuelta hay gran dispersión y en la 2ª se enfrentan los “extremos” con
candidatos minoritarios; gana la izquierda por estrechísimo margen.
5. Se repite la “Colombia de 2018”:
La derecha se debilita, la izquierda crece pero el “centro” ayuda a que la
derecha gane usando su disfraz (como pasó hace 4 años).
En esta última versión pueden
darse dos (2) variantes:
a) Que gane un candidato similar
a Duque (el que diga Uribe); o
b) Que gane un “antiuribista”
parecido a Santos.
En Bolivia y Ecuador el “centro”
es muy débil; en Chile, el “centro” se muestra más independiente; en Perú, el “centro”
es disperso, indefinido y corrupto; y en Colombia, el “centro” es relativamente
fuerte por miedo a las Farc. En Perú la derrota de Sendero Luminoso fue hace 30
años.
Notas:
El Espectador (10.08.2021). “El
petrismo y Gustavo Bolívar “financian a los vándalos”: Claudia López”. https://www.elespectador.com/bogota/el-petrismo-y-gustavo-bolivar-financian-a-los-vandalos-claudia-lopez/
El Espectador (05.08.2021). “Pacto
Histórico se la juega por lista cerrada al Senado y en cremallera”. https://www.elespectador.com/politica/pacto-historico-se-la-juega-por-lista-cerrada-al-senado-y-en-cremallera/
Steiner, G. (1987). Antígonas. Editorial
Gedisa. http://juliobeltran.wdfiles.com/local--files/cursos:ebooks/Steiner_Ant%C3%ADgona
BBC (19.05.2021). “Elecciones
en Chile: ‘El problema de la subrepresentación de las mujeres no era cultural,
sino un tapón de los partidos políticos que bloqueaban su ingreso’”. Fernanda
Paúl
BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57170732
El Unicornio (21.06.2021). “La
Conquista: ni leyenda rosa ni leyenda negra”. Jorge Senior. https://www.elunicornio.co/la-conquista-ni-leyenda-rosa-ni-leyenda-negra/
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