Tomada de Alainet |
La potencia está allí y debe desplegarse
Popayán, 20 de julio de 2021
¡Cuánta potencia rebelde y capacidad
creativa ha demostrado el pueblo colombiano! Teníamos represada esa energía por
el miedo que nos habían inculcado a lo largo de tanto tiempo de guerra. Y por
fin, se supera el temor y salen a relucir inimaginables formas de acción
colectiva.
Para algunos lo máximo es la acción de
los jóvenes de la “primera línea”. Es lo más nuevo, visible y representativo de
estas jornadas. Pero, sin la “cocina” de atrás solo sería “llamarada de
hojalata”. A lo largo y ancho del país se
destaca la acción organizada de millones de personas que son los anónimos de
siempre. Es la fuerza contundente y silenciosa de los que no se ven pero son y
están.
Destaco la acción callada de cientos de
miles de pequeños y medianos productores del campo que se movilizaron durante
las primeras semanas pero se contuvieron para evitar un baño de sangre más
grande. Al igual que la mayoría de trabajadores “precariados” de las ciudades:
¡No se dejaron entrampar! Son el grueso de quienes con su trabajo creativo sostienen
este país.
Así mismo, hay que resaltar la acción de
cientos de miles de pobladores del Valle y Norte del Cauca (herederos del
antiguo proletariado cañero) que protagonizaron una gesta maravillosa de
movilizaciones y bloqueos de vías. Paralizaron la producción de los ingenios
azucareros e industrias de la región (monopolios
y enclaves depredadores de la vida) y obligaron
a empresarios a negociar en condiciones de fuerza popular. El pueblo negro (afro)
mostró un nuevo sentir y hacer.
Y así podríamos detallar miles de
acciones desarrolladas a lo largo y ancho del país, que mostraron la potencia
de un pueblo que nunca -en realidad- ha sido derrotado, y que ha aprendido de
la experiencia. Por ello, hubo contención, “refrenamiento”, control de la
fuerza. El gobierno no logró “entrampar” al grueso de nuestra gente que detectó
la provocación para generar nuevas guerras fratricidas y desgastantes.
Algunos sectores de nuestra juventud
necesitada de desahogar tanta frustración e inconformidad, han mantenido la
“tensión”. Se han echado la carga de dinamizar la lucha y aunque unos pocos se
dejan llevar a la aventura, el grueso de la muchachada ha sabido mantener el
movimiento. Crean símbolos de resistencia, se encuentran y debaten entre ellos,
ridiculizan a diario a la casta dominante que pareciera temerle más a jóvenes
“armados” de cascos y escudos que a las guerrillas del anterior período, y así,
van construyendo su propia experiencia de lucha popular en las calles.
Ahora bien, en el nuevo momento en que
hemos entrado (“pos-estallido”) se trata de convertir la potencia en verdadera
fuerza transformadora. De la resistencia hay que pasar a la potencia del
cambio. No podemos desgastarnos en la protesta sin fin y sin objetivos claros.
Ya existen demasiadas evidencias de que se requiere una nueva estrategia para
canalizar la fuerza demostrada y convertirla en logros de mayor alcance para
nuestro pueblo.
El gobierno y quienes están detrás de él
(grandes poderes económicos, banqueros, terratenientes y mafiosos) provocaron
la violencia y ocasionaron muertes para desacreditar a las fuerzas políticas
que le respiran en la nuca desde hace algunos años. Ellos saben que en Colombia
el aparato de gobierno (presidencia y
congreso) son importantes en esta falsa democracia y quieren debilitar de cara
a las elecciones de 2022 a los sectores políticos que consideran -con toda razón-
sus enemigos.
Y, mostraron durante estas semanas que
están dispuestos a todo. Son criminales y cínicos. Usaron a la policía como
cuerpos de choque, infiltraron las marchas, provocaron saqueos e incendios,
mataron a decenas de jóvenes, diseñaron y ejecutaron autoatentados,
criminalizaron la protesta social, usaron mentiras para hacer creer que detrás
del estallido social no estaba la pobreza, la desigualdad y la dignidad de un
pueblo, sino que intentaron culpar a Gustavo Petro (Colombia Humana) como el
perpetrador de la violencia y el “vandalismo”. Y en parte, gobiernos locales
como el de la alcaldesa “verde” de Bogotá les hacen el juego y se prestan a la
maniobra.
Hoy tenemos dos tareas muy importantes.
Una, fortalecer la organización popular, despacio y con buena letra; la otra, desplazar a los criminales
del poder gubernamental, que es la más urgente. Hay que quitarles a los
asesinos las armas oficiales porque, si no, con ellas van a generar una nueva
guerra y a ensangrentar de nuevo al país. Pero hay que hacerlo dentro de la institucionalidad,
ganando a las mayorías, con inteligencia y paciencia estratégica.
La enorme creatividad demostrada durante
el estallido social debe ser desarrollada para generar un estallido
político-electoral. Para hacerlo hay que “mapear” de nuevo el comportamiento de
nuestra gente, tanto en la protesta como en la acción electoral. Comprender que
la diversidad, multiplicidad y complejidad que se manifestó durante el
“estallido”, puede manifestarse en la tarea electoral.
Para motivar el debate sobre ese tema me
atrevo a plantear el siguiente interrogante…
Una pregunta “indiscreta”
¿Podría el Pacto Histórico (planteado e
impulsado por Gustavo Petro y la Colombia Humana) organizar y presentar dos (2)
listas al Senado para las elecciones legislativas de marzo de 2022?
Una, del tipo que ha planteado Margarita
Rosa de Francisco, cerrada, tipo “cremallera”, con candidatas (os) de origen
social, artístico-cultural, científico-intelectual, productivo-ecológico, etc.
Esta lista podría ser respaldada por firmas para reiterar su origen y espíritu
“independiente”.
Y la otra, recogiendo a las fuerzas
políticas que confluyan, abierta y con voto preferente, con candidatas (os) de
ColHuman, PDA, MAIS, UP, algun@s “verdes”,
y otras fuerzas que se sumen.
Ambas listas pueden y deben ser
construidas con métodos y formas democráticas y participativas, con liderazgos
consolidados, con los más amplios consensos y consultas de diverso tipo.
El estallido social ha mostrado que los
partidos y grupos políticos existentes (así se digan “alternativos”) no son
capaces de canalizar la amplitud, diversidad y complejidad de los sectores
sociales que manifestaron su inconformidad y rebeldía durante estos meses.
Además, es evidente que están surgiendo
nuevas formas de acción política (en medio de la pandemia) y que la gente
quiere ver caras nuevas en la política (sean jóvenes o adultos). Los medios
digitales y redes sociales serán claves en esas elecciones.
Pienso que hay potencial para ambas
listas. Sé que no toda la izquierda le votaría a una lista encabezada por candidatos
del tipo de Margarita Rosa (si ella finalmente aceptara) y que muchos de los
electores de ese carácter tampoco lo harían por un dirigente de izquierda. Entonces,
hay que idear formas de jalonar y entusiasmar a toda clase de gentes y
potenciales electores.
Recordemos cómo bajo la dirección del “zorro”
López Michelsen, los liberales usaron la operación “avispa” para colocar
mayorías en la ANC (1991 ). Acá no sería
avispa, sino algo así como 2 bueyes de diferente clase jalando para el mismo
lado.
Pienso que si se diseñara un ejercicio de ese tipo, con generosidad, flexibilidad e inteligencia, la participación en la Consulta Presidencial del Pacto Histórico en marzo/22 sería mucho más amplia y poderosa, de frente a la primera vuelta en mayo/22. ¡Necesitamos la creatividad al frente!
Gracias Fernando por su esclarecedor artículo, por el momento no voy a referirme a él sino a la censura de Facebook para publicar su enlace original, amparandose en supuestas "normas comunitarias"...está claro que LOS "EMPLEADOS" de Facebook trabajan para el capital transnacional que nos domeña...Adelante por todo resquicio que permita esta supuesta democracia.
ResponderEliminarSi señor. Estamos en el mejor momento. Desde Carlos Gaviria no habíamos logrado cifras decentes en las urnas y hoy tenemos consensos, acuerdos, propuestas y proyectos nacidos de la urgente necesidad, pero también de la inteligencia, en las calles
ResponderEliminarLa recordada operación produjo resultados y logró mantener a raya a la 'godarria'. Hoy podemos aplicarla apropiadamente.
Gracias Fernando.