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lunes, 25 de noviembre de 2019

Exigir la destitución del Director General de la Policía


Exigir la destitución del Director General de la Policía

Popayán, 25 de octubre de 2019

La dinámica de la protesta social y ciudadana que está en desarrollo en Colombia superó y rebasó los objetivos inicialmente propuestos por el Comando Nacional de Paro.

Esa lucha es protagonizada principalmente por las llamadas “clases medias”, que en realidad son jóvenes “precariados”, profesionales asalariados o “emprendedores”, que están al frente de los cacerolazos y las marchas nocturnas por barrios y localidades de Bogotá.

El tema que está en la cabeza de todo el mundo es que el  gobierno diseñó una estrategia de guerra psicológica para crear una violencia artificial y un clima de caos generalizado. 

Se organizó un montaje que tuvo la intención de atemorizar a la ciudadanía, confundir a la opinión pública y acorralar a los actores más visibles de la protesta social, utilizando delincuentes y mercenarios a sueldo y a sectores de la policía nacional para generar un vandalismo generalizado, destruir bienes públicos, orquestar una violencia manipulada y crear pánico y terror entre la población en general.

Existen suficientes pruebas en fotografías, videos y testimonios sobre la actuación policial que comprueban que ellos mismos organizaron los saqueos de establecimientos de comercio, destruyeron las estaciones de TransMilenio y ejecutaron el plan de guerra psicológica para tratar de detener o neutralizar la protesta social.

Sin embargo, los organizadores del Paro Nacional no han reaccionado como se debe ante tamaño desafío. En vez de denunciar y demandar a nivel nacional e internacional esa conducta criminal del gobierno, han salido a rogarle a Duque para que se reúna con ellos porque supuestamente "temen la escalada del conflicto" (ONIC).

En vez de salir a pedir “diálogo social”, los organizadores del Paro Nacional deberían estar fortaleciendo la lucha, sintonizándose con los nuevos actores de la protesta social, ayudándoles a organizarse, descubriendo a los “nuevos trabajadores” que por ahora le gritan “asesino” e “inepto” al Presidente de la República, y que, para hacerse escuchar realizan marchas nocturnas y cacerolazos.

Pero tal parece que, ni siquiera los integrantes del llamado Comando Nacional de Paro, los escuchan. La pregunta que debemos hacernos es ¿Para qué dialogar con un asesino y un inepto?

En realidad lo primero que deben hacer los organizadores del Paro es exigir lo siguiente:

1. La destitución inmediata y fulminante del Director de la Policía Nacional y de los Departamentos y Municipios donde se presentaron tan graves hechos.

2. Iniciar una investigación inmediata y exhaustiva sobre la participación en esos delitos de los altos mandos de las fuerzas militares que debe correr a cargo de la Defensoría del Pueblo, los órganos de control respectivos, la participación de la oficina de DD.HH. de la ONU, y de Veedurías Ciudadanas con poder de veto y participación amplia, para poder juzgar y condenar a los responsables de esos graves delitos y crímenes.

3. Lograr que los responsables de esos delitos contra los bienes públicos y privados respondan económica y financieramente por los daños ocasionados por los actos vandálicos contra el patrimonio y bienes de entidades públicas y personas privadas, de tal manera que no sea la sociedad la que pague con sus impuestos por tamaños desafueros y destrucción provocada.

4. Iniciar una investigación sobre la participación en esos hechos del Presidente de la República, Iván Duque Márquez, y del Alcalde de la ciudad de Bogotá, Enrique Peñalosa, a fin que la justicia determine y juzgue la responsabilidad de esos funcionarios frente a los delitos cometidos.

5. Mientras se establecen esas responsabilidades, el gobierno nacional y distrital deben indemnizar a las víctimas mortales, heridos u otros, y liberar a todas las personas que injustamente fueron detenidas por efecto de la provocación orquestada desde la misma fuerza pública.

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