Fuerzas armadas del Cartel de Sinaloa |
¿Santander de Quilichao y el Cauca se convertirán en el Culiacán y el Sinaloa
colombianos?
Popayán, 30 de
octubre de 2019
Lo que ocurre en el último
período de violencia en el Norte del Cauca es consecuencia de que el llamado
Cartel de Sinaloa se decidió a utilizar
de frente a las llamadas “disidencias
de las Farc” y a otros grupos armados ilegales que actúan en la región, para aterrorizar
a la población y derrotar al movimiento indígena que le declaró desde hace
varios años la guerra al narcotráfico y a la minería ilegal.
En el período anterior a la desmovilización
del grueso de las Farc no se había visto un nivel de violencia como el que
actualmente se ha desencadenado. A pesar de que la guerrilla fariana actuaba como
la “policía rural” de los narcos, su discurso y posición política le impedían
realizar las masacres que ahora las “disidencias” están realizando bajo la
orientación y financiación de los narcos mexicanos, que son sanguinarios y no respetan
ni se paran ante nadie ni nada.
La masacre de Tacueyó realizada
ayer es su última acción. Asesinaron a la Gobernadora del Cabildo, Cristina
Bautista, a 4 integrantes de la Guardia Indígena, dejaron heridos otros 5
comuneros y aterrorizada a la población de esa vereda, corregimiento y región. Pero
la seguidilla de atentados y asesinatos lleva varios meses. La anterior fue la
masacre de la candidata a la Alcaldía de Suárez, Karina García, su familia y
sus guardaespaldas, pero vienen cayendo decenas de dirigentes indígenas y
campesinos que se destacaban por su lucha y resistencia ante los poderes externos
que quieren someterlos a su voluntad e intereses.
Los carteles mexicanos no son
nuevos en Colombia. Actúan como intermediarios entre los narcotraficantes
colombianos y el mercado estadounidense desde los tiempos en que los grandes
capos de Colombia se dividieron y enfrentaron entre ellos (Cartel de Medellín y
Cartel de Cali), y los pequeños jefes que surgieron en las regiones (Pereira, Tuluá,
Cartago, Tumaco, Buenaventura, Urabá, Catatumbo, etc.) decidieron dejarle el
gran negocio de “saltar el charco” (pasar la droga a EE.UU.) a sus socios mexicanos para tratar de esquivar la
extradición y no exponerse tanto. Por ello se conformaron solo con las
ganancias de la producción y participar de un porcentaje del negocio y tráfico global.
Para los grandes terratenientes
dueños de los ingenios azucareros, los políticos de derecha enemigos de los
indígenas y para muchos mandos del ejército oficial, que seguramente reciben
incentivos por dejar que el negocio de la droga florezca en Colombia, la
confluencia de intereses entre el Cartel de Sinaloa y otros carteles mexicanos,
no es ningún problema. Voltean a mirar para otro lado y se regocijan con la campaña
de exterminio indígena y popular que se desarrolla ante los ojos de todos los
colombianos, que anestesiados con el dinero del narcotráfico que irriga todos
los negocios y llega a los bancos y supermercados de las grandes ciudades,
también nos hacemos los locos creyendo que esa matanza se va a quedar en las
montañas del Cauca.
Pronto Santander de Quilichao,
Popayán o Cali, se convertirán en las nuevas Cualicán de Colombia, y el Cauca,
Nariño y Valle, serán el Sinaloa de este país. Entonces, ya será muy tarde para
reaccionar y los gobiernos tendrán que hacer lo que ya hace el presidente López
Obrador en México, o sea, a nombre de la paz y la reconciliación dejar que los
grandes capos gobiernen ciudades y regiones con ejércitos de mafias armadas
hasta los dientes.
Está visto y comprobado que
mientras exista la política de prohibición de la droga (cocaína, heroína, opio,
marihuana, etc.), es decir, mientras no se acabe el incentivo artificial que hace
que ese negocio sea tan rentable, nuestros pueblos se van a ver sometidos por
más altos niveles de violencia, corrupción, delincuencia organizada, y
connivencia estatal, que es utilizada a la vez, como estrategia política y
económica para mantener a la población atemorizada y controlada.
¡Y los narcos y los bancos, hacen
la fiesta!
E-mail: ferdorado@gmail.com /
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