OTRAS MIRADAS SOBRE LA SITUACIÓN DE VENEZUELA Y LOS INTERESES GEOPOLÍTICOS
Popayán, 10 de marzo de 2019
Las
siguientes notas surgen de diálogos con diferentes amig@s y compañer@s de
Venezuela y de Colombia, con ocasión del debate que ha surgido por la posición política
que han asumido una serie de personas que se consideran de izquierda y
progresistas (entre ellos un numeroso grupo de intelectuales “decoloniales”)
frente a la situación actual del hermano país.
Algunas de
esas personas se han alineado abiertamente con Guaidó (López-Rubio-Pence-Trump)
y se suman abiertamente al llamado a la intervención e injerencia del gobierno
de los EE.UU. en los asuntos internos de Venezuela, incluyendo la acción
militar (https://goo.gl/yEfMS6),
argumentando que la “dictadura madurista” representa los intereses económicos de
una camarilla vendida o entregada a Rusia, China y Cuba.
Otras de
esas personas asumen una posición supuestamente neutral, pero se han acercado a
Guaidó y conversado con él para impulsar un Referendo Consultivo, a fin de supuestamente
retomar el camino democrático. También argumentan que la “dictadura madurista” entregó
la soberanía nacional al gran capital (incluyendo al chino y ruso) como en el
caso del Arco Minero y otras riquezas petroleras, y rechazan la política
extractivista que, de acuerdo a ellos, violenta o cercena la autonomía territorial
de pueblos indígenas y, agudiza el desequilibrio ambiental y ecológico de la
tierra en detrimento de la supervivencia de la humanidad.
Acudo a las
categorías de la dialéctica materialista (análisis de contradicciones) para expresar
las ideas en la forma más clara y precisa (aunque limitada), dado que la
aplicación de las herramientas conceptuales que están en desarrollo por las
ciencias de la complejidad, harían farragoso el ejercicio. No obstante, en la
visión general intento abordar la “trama de la vida” con los ojos de las “multiplicidades
complejas” o “complejidades múltiples”.
Clases y sectores de clase a nivel global y en
Venezuela
1. Existe
hoy una contradicción fundamental entre una oligarquía financiera global OFG y
los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, que se expresa como
contradicción principal en cada región, país, etc. El arte es identificar esa
contradicción principal y las secundarias sin caer en unilateralidades o
separaciones artificiales.
2. Esa
OFG se materializa en la existencia de poderosos conglomerados financieros que dominan
todas las áreas de la economía global. Unas cuantas decenas de multimillonarios
estadounidenses, europeos, japoneses, chinos, rusos, indios y de todas las
nacionalidades controlan más del 85% de la riqueza global. Solo 8 súper-ricos
acaparan la mitad del capital mundial (https://goo.gl/iqfaMx).
3. Esa
OFG es la clase hegemónica al interior de las potencias económicas y militares
(USA, Europa, Japón, Rusia, China, etc.) y también en todos los demás países. Ese
dominio genera contradicciones con sectores de la burguesía industrial en el
mundo híper-desarrollado y con sectores de burguesías locales, burocráticas
parasitarias y emergentes en los países de la periferia capitalista (países
dependientes y “en desarrollo”).
4. Esas
contradicciones inter-burguesas se expresan en la lucha política al interior de
cada región, bloque económico y país. Los fenómenos “Brexit”, “Trump”, “Bolsonaro”,
de gobiernos neo-populistas en Europa y demás “nacionalismos de derecha”, son
expresiones de esas contradicciones que logran involucrar a los trabajadores y a
las clases medias golpeadas por la globalización neoliberal.
5. Fruto
de la crisis sistémica del capital, de fricciones entre intereses sectoriales y
de tradiciones históricas acumuladas en el tiempo, al interior de esa OFG surgen
dos actitudes políticas predominantes en torno a la tarea de mantener su hegemonía:
a) Aquellas que exacerban los imperialismos nacionales de gran potencia (Trump,
Putin, en parte Xi Jinping y otros) y b) Los que aspiran a profundizar la
globalización neoliberal manteniendo a nivel mundial la “dictadura liberal” del
gran capital sin acudir a “formas extremas”. Los Obama, Macron, Clinton y
muchos otros, son su expresión política.
6. La
existencia de esa OFG no niega las contradicciones geopolíticas a su interior
como se observa en las guerras comerciales y tecnológicas que están en desarrollo,
y se agudiza en la lucha por el control estratégico de las fuentes de energía y
de materias primas.
7. No existe una expresión política autónoma
e independiente de los trabajadores debido, en lo fundamental, a los cambios
operados en la naturaleza de las clases sociales por efecto de la
reestructuración pos-fordista (deslocalización, descentralización, desconcentración
y nueva especialización de los procesos productivos), la revolución
tecnológico-cibernética, y también, por la incomprensión (no asimilación) de
las derrotas históricas de la clase obrera durante el siglo XX (colapso de los “socialismos
estatistas”).
8. En
Venezuela se pueden identificar tres sectores dominantes: la expresión de la
oligarquía financiera global (Escotet, Cisneros, Mendoza), una burguesía
parasitaria pro-imperio USA (la mayoría está en Miami, la lidera
López-Guaidó-Rubio), y una burguesía burocrática emergente representada por
Maduro-Cabello. Los trabajadores y otros sectores populares no han logrado
desarrollar su propia expresión política independiente y autónoma y están
subordinados a los intereses de esas burguesías.
La situación de Venezuela
En América
Latina las grandes potencias imperiales luchan por sus intereses geopolíticos y
lo hacen de acuerdo a una tradición histórica e intereses concretos. Trump y su
camarilla neocon, han decidido
violentar todas las normas de relacionamiento internacional entre naciones
desconociendo las formalidades “liberales” establecidas en la ONU. Usando a
gobiernos títeres como el de Colombia, impulsa un injerencismo abierto como
estrategia política para toda la región. Mientras tanto, sus adversarios geopolíticos
(Putin, Xi, otros) defienden la legalidad internacional vigente, y aunque lo
hacen para defender sus intereses estratégicos, lo hacen dentro de la
formalidad legal. Es una realidad que se ha concretado en los fracasos de Trump
en la OEA y en UN, lo que es positivo para las naciones débiles.
En ese
sentido es importante entender que una cosa es que te presionen económicamente,
y hasta te obliguen a negociar las riquezas del país que administras, y otra
cosa es que promuevan de frente tu derrocamiento para arrodillarte ante sus
pretensiones o para sacarte del juego. Y te lo dicen sin rubor: “Es a las
buenas o a las malas” o “todas las opciones están sobre la mesa”. Guaidó y la
oposición golpista se han sumado a esa posición que no tiene ninguna
justificación en el campo de la diplomacia y la política, y lo coloca como un
títere confeso. Es por ello, que, ante la eventualidad de una guerra impuesta
por los EE.UU., se debilitan y pierden a las mayorías a nivel interno. Es una
situación evidente que Maduro ha sabido aprovechar para –a pesar de todo lo que
representa y de la inconformidad de la mayoría de la población– sostenerse en
el gobierno (y parte del poder).
Es por esa
razón que no es posible igualar el comportamiento político de Trump con el de
Obama, ni el de Trump con el de Putin o Xi, ni el de Maduro con Guaidó. Querer
pasar o “posar” de neutral con el argumento de la defensa de la democracia, de
los derechos humanos o del medio ambiente (“anti-extractivismo”) es no solo ser
muy ingenuo sino a-político.
La
inexistencia de un sector crítico-autónomo de carácter democrático en Venezuela
que desarrollara una estrategia independiente frente a la línea burocrático-extractivista
que se impuso a la sombra de Chávez y, que, además, estableciera una gran
distancia frente a la línea entreguista y golpista de la MUD, apoyándose en los
sectores más avanzados de los trabajadores y el pueblo, es la causa principal
de que los intereses de la OFG (en sus diferentes variantes) y de la burguesía
burocrática emergente, se hayan impuesto en el vecino país. Algo similar ocurre
en los demás países de América Latina.
La
situación actual es extremadamente compleja y peligrosa. Al no tener claro el
panorama completo, unos sectores democráticos en medio de su desespero se
colocan al lado del injerencismo abierto (caso de Nicmer Evans y otros), y algunos
otros sectores, que se consideran de izquierda, hacen acercamientos
incoherentes con Guaidó como los de la Plataforma de Defensa de la Constitución
e incluso de Marea Socialista, que los coloca en una posición política
totalmente incomprensible frente a su inmediato pasado. Al igualar a todas las
fuerzas económicas y geopolíticas comprometidas, desechan utilizar las
contradicciones inter-burguesas para impedir los intentos de imponer una
dictadura declaradamente pro-estadounidense. A eso, le llamo “neutralidad
ingenua y principista”.
Creo que un
sector democrático autónomo en Venezuela tendría que estar totalmente en contra
de ese injerencismo gringo, señalando abiertamente porqué se pueden admitir
alianzas con Rusia y China, sin idealizar esas alianzas (sin pintarlas de
falsas solidaridades). Creo que hay que ser realistas y prácticos sin dejar de
señalar que para poder avanzar como nación y como pueblo, se debe promover la
organización de los trabajadores y de las gentes “por abajo”, no solo para
defender la soberanía nacional sino para profundizar y desarrollar la soberanía
popular en medio de la lucha por la sobrevivencia como pueblo y como nación.
Indudablemente,
esa posición coloca a ese sector democrático autónomo (de existir), mucho más
cerca de Maduro que de Guaidó. La contradicción con la OFG y sus expresiones
locales se manifiesta en la defensa del derecho a la determinación de las
naciones y la autonomía de los pueblos, mientras que la contradicción con la
burguesía emergente (interna) se enfrenta en la lucha contra el burocratismo,
por la democracia directa y de abajo, y contra el extractivismo depredador, sin
caer en fundamentalismos inmediatistas que los aíslen del grueso de la
población que no puede renunciar de un momento para otro a la explotación de sus
recursos naturales, pero dando pasos prácticos en esa dirección.
Solo así,
ese sector democrático autónomo se puede convertir en alternativa política,
tanto para construir poder político por las bases como para aspirar a gobernar y
actuar en el terreno del Estado “heredado”. Soy consciente que para desarrollar
esta política en Venezuela las condiciones no son las mejores. La polarización
existente es un gran obstáculo, pero no es un imposible. Se debe intentar.
Breve comparación con Colombia
En Colombia
la oligarquía financiera global OFG está constituida por los grandes grupos
económicos hegemónicos que encabezan las familias Sarmiento Angulo,
Santodomingo, Ardila Lulle, Gilinski, etc. La burguesía local (medianos
empresarios del campo y la ciudad) y la burguesía burocrática parasitaria
(contratistas, burócratas) es absolutamente pro-imperial USA, por cuanto comparte
con esa oligarquía financiera sus oscuros orígenes terratenientes y
esclavistas, y desde la independencia mostró su carácter absolutamente
anti-nacional y entreguista (por ello sus contradicciones con Bolívar). Es la
gran tragedia de Colombia.
Es tan profunda
esa cultura pro-imperial que amplios sectores de pequeños y medianos
productores (rurales y urbanos) e incluso de trabajadores, están influidos por esa
mentalidad entreguista y compradora que conciben a los EE.UU. como un supuesto
amigo y aliado.
Esta situación es muy diferente a la que ha
predominado en Venezuela en donde –incluso antes de la aparición de Chávez–
existía entre el pueblo un fuerte espíritu anti-imperialista heredado desde la
independencia y fruto de importantes luchas por la nacionalización del petróleo
durante el siglo XX.
No obstante,
en términos políticos la OFG “colombiana” se alinea principalmente con la política
de globalización neoliberal de Obama-Clinton. Juan Manuel Santos es quien mejor
expresa esa posición. Están de acuerdo con la terminación negociada del
conflicto armado y con la apertura de Colombia a la inversión internacional,
incluida la de “occidente” y “oriente”. Son conscientes de la decadencia de los
EE.UU. y al igual que la OFG brasileña, saben que Rusia, China e India son unas
potencias emergentes a tener en cuenta por cuanto están a la ofensiva estratégica
a todo nivel. Esa gran burguesía trans-nacionalizada de Colombia apoya la “presión
diplomática” al gobierno de Maduro, pero no está de acuerdo con la intervención
militar, igual que la de Brasil.
En ese sentido,
los sectores más cosmopolitas de la oligarquía colombiana se deslindan de las
posiciones de Uribe (Duque) que, subordina totalmente sus intereses políticos
inmediatos a lograr su impunidad frente a los crímenes cometidos durante el
conflicto armado y, por ello, está obligado a coincidir con las políticas
ultra-derechistas de los Pence, Pompeo, Bolton, Rubio, etc., que pretenden
utilizar la situación de Venezuela para agredir a Cuba, Nicaragua, Bolivia y
exterminar cualquier proyecto progresista que ponga en peligro sus planes de
hegemonía “paisa” (su sueño “nacional-comunitario” de carácter neo-proto-fascista).
Es por ello
que algunos sectores de izquierda y progresista en Colombia entienden que hay
que aprovechar esas fisuras y contradicciones inter-burguesas y no se puede
hacer tabla rasa identificando totalmente a Uribe (Duque) y a Santos.
Creo que es similar a Venezuela… no se puede
identificar totalmente a Leopoldo López-Guaidó-Rubio y Cía., con
Maduro-Cabello-Padrino.
En Colombia
la burguesía emergente es muy débil y, ello, en parte, es positivo. En ese
ámbito las fuerzas de los trabajadores (antiguos y “nuevos” o precariados), campesinos,
pequeños y medianos productores, comunidades indígenas y afrodescendientes,
pueden y deben –si se lo proponen– construir una fuerza autónoma e
independiente que aprenda de las experiencias del país vecino (Venezuela), que
combata desde ahora las tendencias burocráticas (corruptas) y levante un
programa que se proponga cambios estructurales en el aparato productivo, que como
lo ha planteado Gustavo Petro, se plantee una matriz productiva no dependiente
de las energías fósiles e impulse la superación de la eterna dependencia de la
exportación de materias primas mediante un proceso de industrialización a todo
nivel.
E-mail: ferdorado@gmail.com
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